Edición original: Marvel Comics – 1984 – 1989
Edición España: Comics Forum – 1998
Guión: Bob Layton
Dibujo: Bob Layton
Entintado: Bob Layton
Color: Christie Scheele
Portada: Rafa Fonteriz
Precio: 1250 pesetas (tomo en tapa blanda de 128 páginas)
Continuando con el repaso a los trabajos de Bob Layton en Hércules, la siguiente parada es Legado mortal, subtítulo que Forum dio en 1998 a la recuperación de la segunda serie limitada que en Marvel dedicaron al personaje. Dos años después de la primera aventura que reunió a personaje y autor, don Bob tentó nuevamente a la suerte utilizando el mismo escenario empleado en aquélla. Sin embargo, en esta ocasión el tono humorístico tuvo que compartir espacio con el drama y la épica. El proceso de maduración de Hércules continúa en la forma de continuos desafíos que obligarán al olímpico a reflexionar sobre la condición divina y a tomar decisiones de profundas consecuencias.
El inicio de la aventura comienza enlazando claramente la miniserie anterior (de la que se ofrece un detallado resumen). Han pasado muchos años desde entonces, pero para Herc eso es solamente un suspiro. Una vez más, la pérdida de un amigo le obliga a retomar sus vagabundeos estelares, en compañía de un registrador rigeliano que le ha tomado el gusto al peligro inherente a la compañía del olímpico. Tras un breve momento de tristeza por la pérdida sufrida, Hércules recupera sus ansias de vivir y se enreda en un descacharrante episodio que bien podría haberse titulado Con faldas y a lo loco. Gracias al mismo añadirá a su banda a un nuevo elemento, el skrull travestido Skyppi. Pacifista y próximo a la edad en la que el Imperio decreta la aplicación de políticas eutanásicas, Skyppi ha decidido sobrevivir adoptando la forma de bellas mujeres, lo que servirá para crear toda suerte de equívocos y situaciones hilarantes, al tiempo que da al singular equipo las dosis de astucia de las que el musculado Herc y el inocente registrador carecen.
Mientras Hércules la lía parte do quiera que va, un segundo argumento se convierte en el hilo conductor de la serie: a Zeus se le va la perola y desencadena una furia parricida que termina en la reversión de los poderes divinos a toda su parentela. De repente, su hijo trotamundos se encuentra más débil y más viejo, y deberá afrontar las causas de la locura de su ilustre progenitor. Entre tanto, don Bob recupera un viejo concepto y una vieja historia (no tan vieja en aquellos días en los que la miniserie se publicó). El primero es el viejo Lobo rojo, que de guerrero-hechicero amerindio pasó a avatar de un planeta exterminado por los skrulls, lo que, sumado a la presencia del nuevo amigo de Herc, generará otra confusión que dará para cubrir todo un número de la miniserie. La segunda está relacionada con la muerte (reciente en términos editoriales pero antigua en términos de cronología) del Capitán Marvel. Hércules y sus amigos son convocados a Titán para averiguar algo más sobre lo acontecido en el Olimpo, mientras los últimos adoradores de Thanos (dibujados según los diseños de Starlin) trazan un plan para profanar la tumba del antiguo soldado kree. Aún estaba por llegar la trilogía del Infinito y en ese momento el titán loco y su vencedor se contaban entre el bando de los difuntos.
La última parte de la miniserie resuelve el argumento secundario, con un enfrentamiento a piña limpia entre Hércules y Zeus, con revelación final de que todo, empezando por el exilio al que fue sometido al principio de la primera miniserie, obedecía a un plan orquestado por el patriarca olímpico. Los jefes de los panteones mitológicos tienen unos sistemas pedagógicos que habría que estudiar, pero el final de la historia convierte a Herc en el posible fundador de una nueva dinastía de dioses.
El tomo de la edición española incluye los tres capítulos de un serial en Marvel Comics Presents en el que Layton sigue avanzando en sus crónicas “herculoides” y en el que el público de por aquí conoció a Arimates, el hijo que Hércules tuvo con una de las damas a las que sedujo en la primera miniserie y cuya primera aparición se produjo en Full circle (una novela gráfica también ejecutada por don Bob que permanece inédita por estos pagos). En su lento proceso de crecimiento, Hércules es ahora el paciente mentor de un hijo que llegó a la adultez ahíto de odio y mala baba inculcados por su despechada madre, víctima a su vez de la poca sensatez del olímpico. Volvemos a ver a Skyppi y al registrador, pero en esta ocasión vemos a un Herc que, sin renunciar a repartir su don por el universo, se ha convertido en el consejero de un emperador, su vástago, que intenta seguir pacientemente las amables sugerencias de su progenitor. En lo que sería un número suelto de cualquier colección nos encontramos con una historia con prólogo, desarrollo y desenlace, lo que demuestra que Layton es un autor de la vieja escuela que conoce su oficio (y hace que uno, que se crió leyendo este tipo de tebeos, los añore en lugar de las narrativas “boomer” de ahora, pero como decía el viejo profesor Loki, los días en los que en un solo número los Cuatro Fantásticos descubrían una nueva civilización, visitaban un planeta y volvían a casa a tiempo de la merienda y el telediario han pasado a mejor vida… y lo decía hace veinte años).
La re-lectura de estas dos miniseries y del serial me han dejado con interés por leer la novela gráfica y la miniserie publicada en 2010 (ya con dibujos de Ron Lim). Me parece que, en conjunto, constituyen el mejor trabajo de Bob Layton como autor completo y no sería mala cosa que se recopilaran en un único tomo. Cosas con menos calidad se han desempolvado del trastero marveliano y, como suele decirse, soñar es gratis.
Pues sí, no estaría mal ver toda esta saga recopilada en un tomito de Marvel Gold o algo así.
Nunca he tenido la oportunidad de leer ninguna de estas obras, pero me gusta lo que intuyo por tus reseñas, Luis.
He podido releer ambas en estos días y, después de tantos años, siguen teniendo gancho. Son entretenidas, divertidas y Hércules, el registrador y Skyppi resultan entrañables.
Gran reseña, Luis, de las que abren el apetito por leer la saga completa… Yo, por ejemplo, esta segunda miniserie no llegué más que ojearla en su edición original, porque para el año 98 en que salió aquí, había salido espantado de los cómic tras del desastre noventero y aún me faltaban otros dos o tres años para recaer.
Sin embargo, ahora después de leer esto me han dado ganas de buscarla y leerla. ¿Para ti está a la altura de la primera?
(qué grande era el Registrador de Layton, como un C-3PO con desdoblamiento y algo rijosillo).
para mi la segunda un poco mas floja que la primera.
A mí me gustan ambas por igual. La segunda tiene el interés de introducir otros elementos más allá de la comedia espacial y eso hace que no sea un mero calco de la primera. Cosas de la vida, primero conseguí ésta en una redistribución veraniega y luego encontré la anterior en una librería de viejo.