Durante la pasada Heroes Comic Con Madrid, tuvimos la oportunidad gracias a Astiberri de hablar un rato con una de las artistas nacionales más destacadas de los últimos años, Quan Zhou Wu, que nos ha regalado risas a mansalva con sus dos obras autobiográficas: Gazpacho Agridulce, y su reciente secuela, Andaluchinas por el mundo. Con su genial sentido del humor y su sonrisa, Quan Zhou Wu nos atendió con amabilidad en una interesante charla en la que repasamos los temas principales de su obra.
ZN: Buenos días Quan, muchas gracias por dedicarnos una parte de tu tiempo para que nuestros lectores puedan conocerte un poquito más.
ZN: ¿Cómo empezó tu amor por el cómic? ¿Cuáles son tus influencias artísticas?
QZW: No era una gran aficionada al cómic cuando publiqué mi primera novela gráfica, aunque sí que había leído manga de pequeña y había visto anime. Me animaron a publicar mi vida y mi historia en un webcómic y después de publicarlo con Astiberri ya empecé a leer bastante. Y con respecto a las influencias, pues supongo que los animes que te he comentado que veía de pequeña: Pokémon, La familia crece… [risas]
ZN: Se habla mucho últimamente en Europa sobre la desconexión identitaria que tienen las segundas y terceras generaciones de personas de origen extranjero. ¿Qué opinión te merece esta situación?
QZW: La identidad es algo difícil de manejar. A mí personalmente me costó mucho encontrarme, es muy difícil y cuando la sociedad no acompaña porque te excluye por equis motivos se hace aún más difícil todavía. Un pasaporte no te dice quién eres, es cómo tú te relaciones con tu entorno y cómo los demás se relacionen contigo. Yo he tenido de alguna manera “suerte” porque siempre se ha sido mucho más crueles con los chicos (chinos) en el instituto o en el colegio y eso te marca mucho, porque se llegaba a la violencia física y eso yo lo he visto y lo he vivido. Con las chicas pasa menos pero también pasa, y eso genera que pienses: “la sociedad no me quiere”. Hay mucho camino por recorrer pero soy positiva y creo, deseo y espero que en diez años todo esté normalizado. Hay mucho que hacer sobre todo en España que la inmigración es reciente, pero también por ejemplo en China que es un país joven que todavía no ha recibido muchos inmigrantes. Ojala lleguemos a un punto en el que la gente no te esté preguntando todo el tiempo “¿De dónde eres?” Obviamente es muy fácil adivinar en mi caso que tengo orígenes asiáticos, ¿de verdad lo necesitas escuchar?
ZN: ¿Qué crees que se puede hacer desde las instituciones de este país y desde la propia sociedad para superar los prejucios y esterotipos sobre las personas de origen chino?
QZW: Habría que mejorar la educación, pero no solo afecta a personas de origen chino. Muchas personas piensan que los inmigrantes son gente conflictiva, por lo que es necesario un cambio de mentalidad que venga desde la educación, con los profesores como actor principal para que la situación se normalice, que la gente se acostumbre a personas de otros países. Por ejemplo, sería adecuado que la asignatura de inglés las impartan personas con ese idioma con lengua materna, porque además quién mejor podría enseñarte su idioma. Creo que eventualmente cambiaremos de mentalidad, pero igual tengo mucha fe en la humanidad [risas].
ZN: Como hemos visto en tus obras, durante tu infancia has pasado por un conflicto de identidad al sentirte 100% española pero con presiones a partes iguales por el rechazo de otros españoles y por la cultura china que te inculcaban tus padres, y que en algunos aspectos choca bastante con nuestra cultura. Como española, ¿Qué te parece la situación de conflicto precisamente identitario que estamos viviendo ahora? ¿Entiendes la desconexión de mucha gente con lo que significa la identidad española?
QZW: Pues mira el tema de Cataluña lo he ido preguntando, porque tengo una prima allí, que es de origen chino, y me dice que se siente catalana y española pero de alguna forma la están obligando a elegir. Luego conozco a otros catalanes que antes eran independentistas y que después de vivir en Madrid me han contado que les ha cambiado la opinión al tener una perspectiva desde fuera, que no es como en Cataluña lo pintan. Yo soy muy democrática, pienso que el pueblo tiene que elegir, no lo puedes reprimir y mucho menos a palos. Yo por ejemplo podía haber elegido no integrarme, aunque eso va en el carácter de cada uno, y aunque tenemos muy malos políticos, ninguno me decía tienes que ser esto o lo otro, me he ido encontrando yo misma, y en ese aspecto sí veo libertad. Aunque luego allí ellos tienen sus historias y es un tema muy complicado. La identidad es bastante más compleja de lo que pensamos, no la marca un pasaporte o un DNI, si no todas tus vivencias a lo largo de tu vida y que te construyen como personas junto con tu entorno. Yo es que estoy muy en contra de que un DNI construya tu identidad y tu nacionalidad. Yo me siento muy andaluza, pero eso no me excluye de ser china ni de ser española, que es lo que me siento, pertenezco aquí y este es mi hogar.
ZN: Es un poco le problema de que tienes que sentirte una cosa o la otra, que no puedes sentir ambas a la vez.
QZW: A mí eso me parece absurdo, y me hizo sufrir tantísimo de pequeña. Para mí no era lo suficientemente china ni española, hasta que comprendí que puedo ser las dos y eso me hace más rica en ese aspecto. Yo por ejemplo como de todo desde niña, comida china y española, y la gente siempre me preguntaba: “¿qué coméis?” Pues yo como de todo.
ZN: A grosso modo, ¿Qué aspectos te gustan de la cultura china que no tiene la española y viceversa?
QZW: Lo que más me gusta y lo que más odio lo comparten ambas: el trabajo. Yo he visto una capacidad de sacrificio en mis padres en el trabajo que admiro mucho, ya que han criado bien a todos tus hijos y tenemos estudios, y para eso hace falta dinero y veinte años de no tener vacaciones. Pero a la vez eso no me gusta nada [risas], yo adoro mis vacaciones como española y mi siesta, y a la vez eso me encanta de la cultura española, es decir, yo no vivo para trabajar, trabajo para vivir bien y cómodamente. Así que, lo que más me gusta de las dos es lo que más odio de ambas.
ZN: Hemos visto cómo en tus dos primeras novelas gráficas nos contabas en clave de humor tus experiencias biográficas, ¿Nos puedes adelantar algo de tus siguientes proyectos? ¿Vas a continuar explorando el tema de las identidades y la interculturalidad chino-española?
QZW: Estoy trabajando como ilustradora en un libro para niños con una escritora que se llama Nuria Labari, y que se va a llamar: El gran libro de los niños extraordinarios, en donde hablamos un poco de la diferencia, que es un poco lo que hemos estado hablando ahora, que todos somos diferentes pero en el fondo somos iguales. Lo importante son los valores fundamentales, la bondad, el amor, que no te alegres por el mal ajeno.
ZN: Entonces entiendo que te gustan los niños.
QZW: No mucho [risas]. Pero me apetecía trabajar en un proyecto así, porque es muy creativo y colorido, y lo he disfrutado mucho.
ZN: Me alegro mucho. Te deseamos la mejor de las suertes con este proyecto y esperamos volver a verte pronto por aquí o por donde sea. Muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado.
QZW: Gracias a vosotros.