A veces es más fácil quedarse callada. La gente se cansa de preguntas que no se pueden responder.
Lorena Álvarez es una ilustradora e historietista nacida en Bogotá (Colombia) en 1983. Luces Nocturnas es su primer trabajo dentro del mundo del cómic, pero cuenta con una dilatada carrera como ilustradora habiendo realizado trabajos para libros infantiles como Aladino o Jack y las habichuelas mágicas, publicidad y revistas de moda.
Sandy y sus compañeras acuden a un pantano de excursión para obtener nuestras de la fauna local. Allí se encuentra un caparazón de tortuga que despierta su interés, al mirar en su interior se verá transportada a un mundo mágico en el que conocerá a Hicotea la tortuga dueña del caparazón. Además, es una ávida coleccionista de arte relacionado con el pantano. Entre su colección hay un lienzo inacabado que Sandy debe finalizar, pero solo es el comienzo del viaje…
Una Hicotea, Jicotea o tortuga de orejas naranjas (Trachemys Callirostris) es un tipo de tortuga que vive en zonas pantanosas en el norte de Colombia y Venezuela. Algo que junto a ir a un colegio de monjas y estar siempre dibujando son un reflejo de la propia Lorena Álvarez, así que podemos decir sin miedo a equivocarnos que una gran parte de Sandy es la propia autora. Estos dos primeros trabajo tiene como tema en común el poder de la imaginación, de atreverse a soñar con mundos mejores y más divertidos que el que nos ha tocado en suerte. Algo que es obligado hacer cuando eres un niño, y eso es lo que consiguió en Luces Nocturnas y lo vuelve a lograr en Hicotea. La historietista colombiana da a luz unos mundos llenos de magia que se encuentran entre las páginas del álbum ya merece la pena la compra, pero por suerte hay mucho más.
Hicotea es una obra que destila amor por la naturaleza y su conservación, algo que debemos transmitir a los más jóvenes si queremos servir teniendo un planeta habitable. Lo hace sin caer en discursos maniqueos, simplemente enseñándonos la belleza de la naturaleza que nos rodea, en su caso al ser de Colombia distinta y más exuberante que la que tenemos en España. Pero también hace una reflexión sobre la importancia de estar constantemente cuestionándonos lo que sucede a nuestro alrededor, de huir de las respuestas fáciles. Ya que sin cuestionarnos nada nos convertimos en masa, y no hay nada más manipulable que la masa. Como todos los buenos cuentos sirve para enseñarnos a comprender el mundo y también para mostrarnos las partes oscuras. Ese halo de oscuridad estaba presente en la primera parte y también lo está en esta, aunque algo menos marcado.
Pero si algo llama la atención de esta obra es la parte gráfica, sobre todo el color que tiñe cada viñeta de vida y nos descubre todos los mundos que habitan dentro de este. Como ya dijo mi compañero Raúl Silvestre en su reseña su capacidad para crear mundos le permitiría trabajar sin problemas para Pixar o Studio Ghibli, pero sus creaciones tienen personalidad propia. En la paleta de Lorena tienen cabida todos los colores, un reflejo de los que vemos en la naturaleza que no entiende de escalas cromáticas. Las diferentes páginas dobles que pueblan el libro hacen que ralenticemos la lectura hipnotizados con su belleza. Pero más espectaculares son la paginas dobles en las que venos una escena en su totalidad. Sin embargo, esa espectacularidad no deja de lado la claridad narrativa ni la expresividad de sus personajes.
Astiberri hace una edición similar a la primera parte con un buen tamaño, reproducción y papel que permiten disfrutar del trabajo de Lorena Álvarez. Es una gran noticia que cada vez más editoriales se lancen a publicar cómic infantil siguiendo la estela de Dibbuks y Bang!, que llevan tiempo haciendo un gran trabajo, además de las líneas de cómic de superhéroes infantiles de ECC y Panini. No podemos olvidar la reciente creación del sello Astronave por parte de Norma Editorial. Para que la edición de comics en nuestro país siga teniendo buena salud es vital que se produzca un relevo constante entre los lectores.
En Hicotea, Lorena Álvarez ha dado un paso más en todos los aspectos y ha conseguido una obra que despierta la imaginación pero que reflexiona sobre la actualidad. Como lector me gustaría poder haberla leído cuando era pequeño e imbuirme de su magia, para luego poder releerla de mayor y descubrir las distintas capas que tiene. Esperemos que la tercera parte no se haga esperar ya que si sigue la progresión promete ser la mejor de las tres.
Guión - 7.5
Dibujo - 9.5
Interés - 7.5
8.2
Color
Un tebeo que te permite disfrutar como un niño pero que te deja con unas reflexiones de adulto. Con unas páginas tan bellas que te pueden provocar el síndrome de Stendhal.