Como prometimos la semana pasada, volvemos en esta entre con más reseñas breves y de historietas de otros países que no sean Uruguay, el protagonistas de los últimos textos de la sección. En esta edición de reseñas breves, en primer lugar nos ponemos al día con la revista Fierro, como haremos costumbre cada vez que tengamos este tipo de textos, por ser una ineludible publicación de la historieta argentina, por varias razones que ya hemos mencionado, y más allá de gustos y críticas (válidas y no tanto).
Después, contamos con una publicación independiente de Argentina, que con el apoyo del público lector (sobre todo en ferias y convenciones) pudo completar su primera historia, de cinco entregas, y afirmar las intenciones de en el 2014 que comienza editar un libro con una nueva historia. Esta es la historieta Barras.
Y por último, cerramos con un poco de terror generado por el relevante personaje de la historieta chilena, el Doctor Mortis, comentando un ejemplar de la colección de revistas clásicas recuparadas por Arcano IV y Unlimited Comics.
Fierro #86 y #87, de varios autores; Juan Sasturain (Director) y Lautaro Ortiz (Jefe de Redacción). Editorial La Página (Argentina); grapa. 74 páginas.
Dos meses pasaron desde la última Fierro comentada, y con ello por ende dos números de la revista. En aquella oportunidad hablábamos sobre el número de noviembre, el cual presentaba varios finales de historietas destacadas, dejando un vacío y el interrogante de cómo se completaría este espacio. La respuesta no se hizo esperar, ya que entre diciembre y enero aparecieron un par de títulos que tienen la capacidad de cumplir este cometido.
Uno de estos es Angela della Morte, de Salvador Sanz, presentando una nueva saga de este personaje y su mundo de ciencia ficción. Según comentó el autor , esta será la última historia que realizará, al menos por el momento, por lo cual traerá un final apoteótico. A su vez, es la continuación directa de la saga anterior publicada en Fierro, que por el momento no fue recopilada en un tomo como sí lo hiciera con la primera (por Ovni Press en Argentina y por EDT en España); para el libro, habrá que esperar que concluya esta nueva historia, porque se incluirán las dos juntas.
En cuanto a comentarios sobre la historieta en sí, con los dos capítulos leídos hasta el momento se puede afirmar que en efecto puede vislumbrarse la apoteosis prometida en los primeros planteos de la trama. Y claro, si te gusta el trabajo de Sanz y leíste lo anterior de Angela, será ineludible.
Un dato no menor es que se decidió brindarle a esta serie más espacio del habitual porque lo consideraron necesario para que se realice y desarrolle y se lea de la mejor manera. Esto trajo como consecuencia que en el mes de enero (con otras incorporaciones que se mencionan más abajo) se produjera un número con menos títulos pero más espacio para cada uno. Si me preguntan a mí seguiría apostando por este tipo de selección, que permite disfrutar mejor cada una de las historietas y disminuye la sensación de coitus interruptus que suelen tener las antologías con historias serializadas a razón de 10 páginas o menos. Seguramente no sería una tarea fácil ni para autores ni para editores mantener este estilo, como también habría menos historietas publicadas por la Fierro; todo tiene sus ventajas y sus desventajas, pero desde mi punto de vista como salió el número de enero es una mejor opción.
Y ya que estamos hablando de enero, mencionemos los otros dos títulos que se publicaron de manera especial en ese mes, dando lugar a un gran pistoletazo de salida para el año de Fierro. El primero es Noelia, en el país de los cosos, de Minaverry, presentando una extraña y divertida combinación entre el mundo de fantasía y el mundo real con, por ejemplo, una sirena negociando aumentos de sueldo como representante de un sindicato de criaturas marinas mitólogicas. Mediante esta mixtura de fantasía y realidad, el autor aborda metafóricamente cuestiones políticas y sociales, hablando del presente como comenta que deseaba, a diferencia de lo que hacía en Dora, ambientada en la década de 1960 en Francia. También diferente es el estilo de dibujo, más suelto en Noelia de lo que era en aquella.
En esta revista se publica la primera parte, y esas mencionadas cuestiones de política apenas se vislumbran, pero se podrán apreciar mejor en la segunda parte (anunciada para el #89, de marzo). Esto lo podemos anticipar, porque Noelia se publicó originalmente en el suplemento Historietas Nacionales que distribuye la Agencia Télam de a una página por semana, mientras que acá podemos leer unas 20 de corrido, lo cual desde luego que funciona mejor.
El otro título que tiene un espacio estelar en la Fierro de enero es Shotaro va a la guerra, obra de Pablo Fayó del año 1991, que se convirtió en una historieta de culto inconseguible, saldando entonces en esta revista (en el suplemento Fierrito, para ser más precisos) una deuda con muchos que quisieron leerla y hasta ahora nunca habían podido hacerlo. Este cómic presenta un estilo que bebe de la historieta cómica norteamericana, a lo cual Fayó refiere nombrando al Popeye de Elzie Segar o Peanuts de Charles M. Schulz como referencias. Lo que se nos cuenta en Shotaro va a la guerra es como un dibujante de historietas es reclutado para ir, justamente, a la guerra, lo cual deriva en situaciones delirantes y absurdas hasta el final de sus 22 páginas.
El número de enero lo completa Argentina Potencia, esa ucronía de la historia de ese país en donde existieron los superhéroes, surgidos en la década del ’40, durante el primer gobierno de Perón. Esta comenzó en noviembre y decíamos entonces que poco podíamos comentar al respecto con las pocas páginas vistas. Leídas dos entregas más, la historia va tomando forma y se van agregando elementos y personajes, especialmente en la más reciente revista de enero, ya que en diciembre seguía todo muy introductorio.
Si bien presenta un estilo diferente al de Hickman, fue inevitable trazar un paralelo en medio de la lectura con The Manhattan Projects del norteamericano, ya que incorpora personajes históricos en situaciones que no corresponden con su realidad, aunque sin utilizar los nombres reales (lo cual no impide el reconocimiento inmediato). No obstante, esta historia de Quattordio recorrerá otro derrotero a la de Hickman ya que el centro de la trama son un grupo de superhéroes argentinos. Veremos como sigue, pero por el momento no está nada mal.
Por traernos todo este tipo de cómics diversos e interesantes cada uno a su manera, seguiremos por supuesto leyendo y comentando en estas reseñas las próximas ediciones de la Fierro.
Barras #1-5, de Emilio Utrera. Edición independiente, grapa. 20-32 páginas.
Las barrabravas del fútbol argentino, y los grupos de “hinchas caracterizados” como se los suele denominar para usar un eufemismo, generan un atractivo entre maravilloso e incomprensible, no solamente en los hinchas de fútbol sino también en otras esferas, como el periodismo que mientras lo critica y habla de erradicarlo, lo difunde y sigue al dedillo. Realizando un paralelo, entre justificado y caprichoso, lo que genera este submundo violento y criminal es comparable a lo que generaran las mafias italianas (especialmente años y décadas atrás) o en estos tiempos los narcotraficantes. Por alguna razón, probablemente por lo interesante que son como personajes, este tipo de gente que vive en la ilegalidad produce este interés.
Esta historieta es un poco otra consecuencia de esa fascinación, así como también se aprovecha del mundo de las barras y su subcultura para elaborar una historia que va un tanto más allá de lo que uno esperaría de un cómic sobre este tópico. Sucede que al contar sobre hinchas de fútbol violentos y lo que a ellos los rodea necesariamente debe meterse con cuestiones que van más allá del deporte y que tienen que ver sobre todo con la política, con los negocios (de la política y de las barras) y con el marco social en el que viven los que integran estos grupos; con todo esto se inmiscuye directamente esta historieta, aportando su propia visión del tema.
La narración en efecto empieza como un cómic sobre fútbol y sus hinchas, comenzando desde un barrio de Buenos Aires y un club de los menos importantes, pero rápidamente la trama se va complejizando, abarcando otros estratos de la sociedad y ampliándose hasta un conflicto que se vuelve una cuestión nacional. Trazando otra comparación, quizás aún más caprichosa que la anterior, podría ser como los eventos de los superhéroes, que se inician con un problema aislado y pequeño y se llega hasta poner en peligro a todo el planeta o incluso el universo.
Desde el punto de vista del guión es muy sólido y funciona muy bien, creciendo de a poco, centrándose en unos pocos personajes para luego ir presentando más, que vendrán a aportar esa mayor complejidad de la trama. Asimismo, está bien escrito en lo que tiene que ver con los diálogos y el ritmo narrativo, manteniendo la atención del lector con momentos de comedia y otros de más acción, que se intercalan entre las escenas que hacen avanzar la narrativa.
El dibujo es otro punto fuerte de Barras, principalmente porque Utrera tiene un estilo propio que se instala como reconocible, directamente relacionado a esta historieta. Su manera de dibujar se caracteriza con figuras de rasgos grotescos y muy marcados, lo cual tiene mucho que ver con la historia que se cuenta, por un lado, y también aporta mucho en el nivel expresivo de los personajes.
Lo único criticable, son algunas desprolijidades en la edición (más que nada de tipeo, cuestiones fácilmente corregibles), al igual que el #1 está impreso a un color y los otros a blanco y negro; estas cuestiones tienen que ver con lo independiente de la misma, realizada íntegramente por el autor y su esposa. Si lograran profesionalizarse un poco más en esta tarea, tendrían un producto excelente.
El Siniestro Dr. Mortis: La Hija del Doctor Mortis / Una agradable tertulia, de Juan Marino y Santiago Peñailillo; Editorial Unlimited junto a Arcano IV (Chile); rústica. 74 páginas.
En lo que llevamos de la sección, en más de una oportunidad hemos mencionado a este personaje de la historieta chilena creado por Juan Marino (primero para radioteatros y luego pasado a las viñetas), El Siniestro Doctor Mortis. Si bien existen nuevas historias suyas, obra de la editorial Arcano IV (las cuales eventualmente abordaremos), los clásicos cómics de Mortis pueden ser leídos actualmente, en parte gracias a la colección de Unlimited Cómics junto al mismo sello que publicó lo nuevo del personaje. Decimos en parte, porque existe también una recopilación digital de las revistas originales (de las décadas de 1960 y 1970), en el sitio Las Revistas de “El Siniestro Dr. Mortis”, que tiene a disposición buena cantidad de aquel material. Asimismo, la misma Arcano IV editó tres tomos recopilando varias historias.
No obstante, aquí nos centraremos en uno de los ejemplares de Unlimited y Arcano IV, como una pequeña muestra de las historietas clásicas del personaje, porque a partir de esta revista pueden vislumbrase ya los rasgos que tenían estos cómics de hace varias décadas. Como tales, leídos hoy son una manera de hacer historieta que nos suena (lógicamente) antigua, pero rápidamente uno puede acomodarse a sus formas, en una especie de viaje temporal historietístico. Estos rasgos se pueden ejemplificar en el narrador omnisciente en tercera persona, cuyas palabras se apoyan en las imágenes, y viceversa, así como en la manera en que están escritos los diálogos. Los dibujos, que aquí corren por cuenta de Santiago Peñailillo, de estilo realista (también clásico y propio de la manera de la mayoría de las historietas de la época) no se ven tan antiguos, ya que muy bien podríamos encontrarnos la manera y la calidad del dibujo en trabajos de hoy en día. En donde sí se nota la época es en la estructura de página muy rígida, utilizando grillas de seis recuadros en casi todas las historietas, aunque puede ser algo más flexible con los tamaños y la disposición. Desde luego que es algo que en cómics actuales también podemos encontrar, pero no es de lo más común, ni tampoco de la manera en que se hacía en aquellas épocas.
En cuanto a este ejemplar en particular, trae dos historias: La hija del Doctor Mortis y Una agradable tertulia. En ambas se aprecia una narrativa de terror clásico, pero en la segunda también hay elementos de policial, así como un interesante recurso de introducir una historia dentro de la historia. También las dos están ambientadas en Europa, en el siglo XX; la primera específicamente durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, mientras la segunda no lo especifica, pero bien puede ser en esa misma época.
Su manera de contar, para nuestra época puede ser algo obvia para adivinar el desenlace de la trama, debido principalmente a la larga historia de la narración de terror que se ha acumulado y a la cual existe un acceso bastante amplio, así como una modernización en cuanto a modos de generar el entorno de miedo y suspenso. No obstante, la calidad de guión y de la narrativa en estas dos historias es lo suficientemente buena como para no dejar de entretener y atrapar en la lectura.
A título personal, este fue mi primer acercamiento al personaje, ya que deseaba leer al menos un cómic de los originales antes de embarcarme en lo nuevo. Como tal puedo decir, además de que intentaré leer todo lo que pueda del Doctor Mortis, que no me sorprende que se haya decidido recuperar y publicar nuevas historias con este personaje, ya que habiendo leído sólo dos de sus historias se nota que existe una mitología y un interesante trasfondo para el Doctor Mortis, lo cual no entiende de épocas y puede extenderse en el tiempo siempre que haya autores con deseos de hacerlo, porque el interés del lector sin dudas estará.
El Angela de la Muerte lo sacó, en efecto, EDT, bueno, por entonces Glenat, y lo recuerdo una lectura recomendable, con un dibujo muy potente y una atmósfera opresiva, de ci-fi oscura, muy conseguida. El argumento no era muy original, pero era un buen cómic y me quedé con ganas de leer algo más de Sanz.
Muy buena sección, así me pongo al día con el comic nacional y de otros países latinoaméricanos, que es algo que siempre tuve pendiente, quizá por la poca difusión que tienen. Pensé que la que se estaba publicando actualmente era la segunda parte de Ángela. ¡Con razón no concordaba con el cliffhanger! ¿En qué números de la fierro fue publicada la segunda parte, entonces?
Hola Rcn, gracias!
Según averigué (acá http://www.historieteca.com.ar/Novedades/fierro.htm) salió entre los números 62 y 67, no me acordaría de memoria XD
Me encanta la sección!!
Gracias Toni, me alegro mucho!