Mientras se trabaja para elaborar artículos como los que ya tuvimos de Chile y Uruguay, continuamos con reseñas breves de obras diversas de la región.
En esta entrega, contamos con un nuevo número de la mensual revista Fierro y nos damos el gusto de comentar un libro del cual anunciamos su publicación en las noticias de esta sección, y que por ende es una novedad reciente, Testimonios Oscuros.
Fierro #89, de varios autores; Juan Sasturain (Director) y Lautaro Ortiz (Jefe de Redacción). Editorial La Página (Argentina); grapa. 74 páginas.
Detrás de la portada de Minaverry, en este número de marzo de la Fierro nos encontramos con una disposición similar al ejemplar de enero, en lo que se refiere a la selección, cantidad y extensión de las historietas que lo componen. Recordando aquella entrega, contábamos con menos cantidad de títulos con más páginas para cada una, lo cual se repite en este número de marzo (y que hace pensar que alternarán un mes y un mes la composición de la revista). No es esa la única similitud, ya que también se repiten tres de los cuatro títulos (Noelia en el país de los cosos, Angela della Morte y Argentina Potencia), y el cuarto igualmente tiene similitudes con el de la revista pasada.
Para explicar el por qué de esa afirmación, comencemos por esa historieta. Se trata de la que se presenta en el suplemento Fierrito que sigue introduciéndose como Especial Verano incluyendo por ende un único título; esta es, El Loro Sebastián de Esteban Podetti. Las similitudes con la que presentaba el Fierrito de enero (Shotaro va a la guerra, de Pablo Fayó) no radican únicamente en el estilo de humor, que por otra parte es propio y característico del suplemento, sino que también se emparentan en el hecho de ser un título recuperado de la leyenda de culto de principios de la década de 1990 y puesto en circulación de manera masiva en la revista de historietas más importante del país. No obstante, siendo precisos, lo que se publica en esta Fierro es material inédito, ya que es el #4 de la serie que nunca vio la luz porque se canceló su publicación luego del tercero aunque su cuarta entrega estuviera ya dibujada. Por lo tanto, es la conclusión de aquella historia. En cuanto a su contenido, como se mencionaba al pasar, El Loro Sebastián presenta ese humor irreverente, desfachatado y un poco bizarro que suele atravesar las páginas del suplemento dirigido por Diego Parés y Lautaro Ortiz, adjetivos que se aplican tanto al guión como al dibujo.
Noelia…, obra de Minaverry, también tiene su particularidad ya que la primera entrega en enero, no apareció en febrero, y siguió aquí en marzo como estaba previsto (lo cual reafirma la suposición de alternar un mes y un mes). Como mencionábamos entonces, este título se publicó originalmente en el suplemento Historietas Nacionales, y con ello podemos afirmar que todavía falta una entrega más de Noelia para completar el material que apareció allí. Tal como se anticipaba también en enero, en esta segunda tanda de páginas (28, para ser exactos) se aprecia a la perfección el contenido político y social de la historia argentina que el autor imprime a su narración que combina esa realidad con un tono fantástico. Esto es así porque la alegoría de Minaverry se entiende en la primera lectura, sin necesidad de segundos análisis, algo buscado por el autor para evitar las interpretaciones diferentes a su intención. Sin discutir su postura totalmente válida, si se me permite una digresión personal prefiero como lector que se me exija aportar mi análisis para intentar comprender lo que intenta decirnos la historia.
Una de las dos historietas que vienen apareciendo continuamente en esta revista es Argentina Potencia, de Juan Carlos Quattordio, contando una historia retrofuturista ambientada en la década de 1940. En esta entrega se empieza a progresar más allá del planteo inicial, y con lo que se lee aquí recurre a una solución fácil para desarrollar y resolver su narración, introduciendo a un personaje importante como es Eva Perón, para que todo desde ese momento gire en torno a ella de una forma un tanto caprichosa, lo que va en detrimento de las posibilidades que brindaba en primera instancia el concepto de este mundo ucrónico.
Por último, la otra historieta siempre presente en los últimos meses de la Fierro es Angela della Morte, que con una nueva entrega confirma que Salvador Sanz es lo más interesante de la publicación, y con ello es a su vez de lo más interesante de la historieta argentina actual (teniendo en cuenta lo que no tiene cabida en esta publicación), y esto es así tanto en cuanto a su creatividad como a la ejecución plasmada en guión y dibujos. Será un gusto leer todo Angela de corrido cuando esté terminada.
(Imágenes de los respectivos Facebook de Diego Parés y Salvador Sanz)
Testimonios Oscuros, de Fernando Ramos (y otros). Grupo Belerofonte, Estuario Editora (Uruguay); rústica. 96 páginas.
Las narraciones de drama, sea en el medio que sea, tienen algo de masoquismo. Uno las sufre, como dramas que son, pero a la vez las disfruta por las emociones que generan, porque nos hacen sentir vivos a través de estas, porque nos identificamos con sus protagonistas y lo que a ellos les sucede. Precisamente esto consigue Fernando Ramos a través de cada una de las cinco trágicas historias que componen Testimonios Oscuros.
Todas las narraciones incluidas en este libro están basadas en hechos reales, algunas adaptando lo que verdaderamente sucedió, otras resumiéndolo y presentándolo en forma de relato (gráfico) breve, otras tomando un hecho concreto que ayuda a presentar lo sucedido; pero todas ellas contienen lo esencial del testimonio en que se basa. De esta manera, transmiten las emociones genuinas que generan o generarían la historia real, a pesar de estar más o menos ficcionalizadas y llevadas a los lectores mediante narrativa secuencial y dibujada.
Estas cinco tragedias relatadas corresponden al accidente aéreo en Los Andes de los jugadores de rugby uruguayos (famosamente presentado en el filme ¡Viven!), a la desaparición de una joven en medio de sus vacaciones veraniegas, al Holocausto que tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial, a un adolescente que perdió la movilidad de sus piernas por un balazo, y al incendio producido al comenzar el concierto del conjunto de rock Callejeros, en el lugar llamado Cromañón.
Respecto a la ejecución de estas cinco historias, si bien tiene colaboradores en algunas de las tareas (destacando en los guiones a Rodolfo Santullo y Pablo Roy Leguisamo en dos de ellas), la mayor parte del trabajo de este libro recae sobre Fernando Ramos, presentándose por tanto como un autor muy interesante. Su mayor logro en cuanto a guiones (el cual comparte con los mencionados) radica en dar justo en la tecla para presentar cada relato de modo que sea efectivo y muestre lo que tenga que mostrar, desde una narración tradicional en la historia del joven baleado, hasta una realizada mediante un testimonio judicial como es en la de Cromañón. En los dibujos consigue el aspecto preciso y apropiado para su libro, con un estilo de dibujo realista, un diseño de página rígido predominando las viñetas rectangulares, y apelando a un blanco y negro constante, sin grises, dando el mismo tono emocional también en lo gráfico.
Acompañando a cada una de estas, se incluye un epílogo que ilustra con los hechos reales a la ficción que se presenta en las historietas, tal vez con fines informativos, pero también haciéndonos notar que la realidad en la cual se inspira aquella es aún más dura y conmovedora, aunque en nuestra cotidianidad puede pasar de largo.
No es este un libro fácil, pero es un libro artísticamente notable, entendiendo al arte como algo más que cómo está logrado lo escrito y lo dibujado: el arte en su capacidad de afectar a otro. Esta es de esas obras que no te permiten pasar de largo, es de esos libros que no se pueden dejar a un costado al terminarlo como si nada hubiera pasado, porque por el contrario mucho sucede a lo largo de estas páginas. No solamente por lo trágico de lo que se cuenta, sino también porque pone cierto énfasis en la capacidad de los seres humanos de sobreponerse a las dificultades, brindando cierta esperanza que aliviana un poco las sensaciones, y a la vez lleva a la reflexión.
No es posible leer Testimonios Oscuros y seguir con la vida cotidiana inmediatamente, porque logra golpearnos emocionalmente, y no una vez sino cinco. Se sufre con su lectura, para qué negarlo, pero se agradece también que exista una historieta que genere esto.
(Imágenes extraídas del blog de Fernando Ramos)
Yo soy uno de los que leen mucho y comentan poco pero no quería dejar de agradecerte esta sección, que siempre me sirve para estas más o menos al día, descubrir cosas interesantes y seguir sumando pendientes a mi ya más que larga lista de pendientes 😛
Por cierto, la página de muestra de la historieta de Cromañón es bastante escalofriante :S
Me apunto a lo dicho por Mr.Federiken en todo su comment.
Y hablando de cosas interesantes: esos «Testimonios Oscuros» que buena pinta tienen…
Mr.Abrach, siempre un placer leerle.
Rockeros Saludos
Gracias a ambos!
La historia de Cromañón es la que más me llegó, porque es la que más cercana siento. No es que estuviera ahí, ni conozco a nadie que estuvo ahí, pero cuando sucedió yo estaba en plena época de ir a recitales de rock, de bandas similares a Callejeros, y en lugares similares a Cromañón, así como también me tocaron muy de cerca las consecuencias posteriores a esto.
Igual, todo Testimonios Oscuros es tremendo, muy disfrutable, a su manera claro está.
Saludos!
A ver si nos llega por aquí la continuación de Angela della Morte, que con lo ocurrido en EDT, no sé, no sé.