Historietas desde Latinoamérica #32 – Crack Bang Boom: 5ta. Convención Internacional de Historietas

Crack Bang Boom sumó una nueva edición y se ratificó en su puesto del mejor y más importante evento de cómics del país. No sólo es algo que piensa y sostiene quien escribe (cuya opinión puede no ser válida por subjetiva, como fan local del evento) sino también es una declaración desde diferentes puntos de vista: medios de comunicación, expositores, autores y público han afirmado lo mismo durante y después de la realización de la Quinta Convención Internacional de Historietas de Rosario bautizada Crack Bang Boom.

Los argumentos en los que se basa esta afirmación son varios y en verdad ya son conocidos para quienes asistieron al evento en ediciones anteriores, o también para quienes han leído los comentarios de los últimos cuatro años en este mismo espacio. Pero los repetiremos y detallaremos a continuación.

En primer lugar, es una convención que a lo largo de cinco años ha crecido cualitativa y cuantitativamente. En el plano de los datos concretos, de un año al otro siempre ha aumentado la cantidad de asistentes. Para esta edición, se habló de 30 mil personas entre los cuatro días contabilizando a todos los presentes (desde invitados a público) y 10 mil en el ultimo día, y se mencionó también un corte de entradas 30% superior al 2013 (lo que redondearía unas 18 o 19 mil entradas).

Más allá de la precisión numérica, esto puede constatarse en el hecho de que el sábado ya se veían las largas filas para ingresar que siempre se presentaban en el más concurrido último día, y que el domingo estas superaban a las del día anterior mezclándose con el mucho público que se amontonaba sobre la pasarela dispuesta para el concurso de cosplay. Dicho simplemente, la gente asiste por el evento en sí mismo y no por una figura convocante como el Jim Lee de la primera edición (esto sin desmerecer en absoluto a los invitados de este año).

Continuando en el aspecto de crecimiento concreto y palpable, este año Crack Bang Boom contó con tres galpones (uno más que las ediciones anteriores) expandiendo el espacio de puestos para editoriales, tiendas de cómics y fanzines, y los tres estuvieron entre concurridos y llenos de menor a mayor del jueves al domingo. Esto se tradujo, a su vez, en mayor volumen de ventas según se pudo saber en base a testimonios de varios de los expositores, sea de tiendas, de editoriales o de fanzines. Es decir que el público no sólo pasea y curiosea, sino que también se llevan cómics bajo el brazo sean ellos lectores de toda la vida, de hace cinco años o que este fin de semana compraron por primera vez un cómic.

En lo cualitativo, Crack Bang Boom ya está instalado como un espacio de encuentro para todo el mundillo del cómic de la región, reuniendo en un entorno de camaradería a todos los que tienen que ver con el hacer y el leer historietas, al cual deciden asistir por su propia cuenta numerosos escritores y dibujantes (de Argentina, de Uruguay y de Brasil, principalmente). Por la manera en que está organizada desde su origen, por el espíritu que transmite la ciudad de Rosario y por la excelente predisposición de autores y editores (nacionales y extranjeros), durante los cuatro días que comprende la convención todos se mezclan y se confunden de manera tal que sin darse cuenta un visitante ocasional puede estar apreciando una muestra u observando el material de un stand a la par de Dan Didio o Yanick Paquette, o comprar un cómic y tener la posibilidad de que sea autografiado y dedicado con un dibujo del autor allí mismo.

Este año en particular este aspecto se materializó en dos novedades del evento. Una, la disposición de un “Callejón de los Artistas” que consistió en un pasillo en el nuevo de los tres galpones (el denominado Galpón 11, restaurado recientemente para utilizar en eventos culturales de la ciudad) en el cual de jueves a domingo se instalaron invitados de las ediciones pasadas y también de la actual a dibujar para los fans, a vender sus trabajos (sea en revista, libros, impresiones u originales), a autografiar estos mismos, conversar con todo el que quisiera, así como aconsejar a los dibujantes en formación revisando sus carpetas con muestras. Este nuevo espacio oficializó algo que sucedía de todos modos en las cuatro ediciones anteriores de Crack Bang Boom, dándole un marco más ordenado que facilitaba el espacio para que se hiciera más cómodo y accesible.

Y la otra novedad que quiero destacar, aunque sea más informal (o justamente por eso), es la realización de una fiesta oficial de la convención, ambientado de manera acorde con dos murales a cargo de Juan Ángel Szama y Germán Peralta. Este espacio de encuentro más relajado y divertido por supuesto que genera otro tipo de conversaciones entre autores y lectores, lo cual permite un acercamiento mayor entre ambos extremos de este mundo. Esto aparte de la rareza de que se realice una fiesta de un evento de cómics, la cual incitaba a la gente a ir disfrazada y en la que hubo un recital de una banda compuesta por un autor (El Bruno, de Escuela de Monstruos), contribuyendo a que Crack Bang Boom sea única y a que sea la mejor convención.

Por encima de su crecimiento, la importancia de esta convención se sostiene en dos características indispensables. Por un lado, en Crack Bang Boom predomina en todas sus actividades la historieta y la difusión de este medio. Aún cuando pueden encontrarse actividades o expositores relacionados con el cine y los videojuegos, la enorme mayoría de los stands, charlas, invitados y muestras apuntan a difundir el cómic, de la ciudad, del país y del extranjero.

Comenzando por eso último, la edición 2014 como la del año anterior contó con un país invitado que fue Francia, lo cual se materializó en la edición rosarina de un libro francés en castellano (Johnny Jungle, de J-C Deveney y Jérôme Jouvray), la muestra de la evolución del personaje Spirou (dispuesta en la Alianza Francesa) y la presencia del invitado Régis Loisel.

Un componente destacado de esta Quinta Crack Bang Boom fueron las muestras; además de la mencionada dentro de marco del evento se pudo visitar las muestras Tebeos y Comics Che Passione! (dedicadas a trabajos de España e Italia, respectivamente), Trillo de Puño y Tecla (con exposiciones de trabajos del gran guionista argentino), Historietas por la Identidad (con participación de Salvador Sanz y Fer Calvi, entre otros), una retrospectiva de la obra de Eduardo Risso, y una de coleccionismo enfocadas en Batman y Superman, además de la tradicional muestra de trabajos de todos los invitados.

En ese apartado, precisamente, también se realizó un buen trabajo presentando a historietistas de diferentes nacionalidades y trayectorias, desde el mencionado Loisel y Yanick Paquette, hasta los responsables de la Revista Términus que cuentan un par de años de carrera, pasando por Juan Ferreyra, Rubén Meriggi, Omar Francia y Federico Dallochio, entre tantos otros.

Cabe destacar en cuanto a la difusión el elegido para homenajear este año en Crack Bang Boom, rescatando merecidamente la figura algo olvidada de Alfredo Grondona White, autor rosarino de historietas humorísticas.

Por último, es notable asimismo que el también importante evento Comicópolis haya elegido la sede rosarina para presentar su segunda edición a realizarse en el próximo mes de septiembre. De todos los anuncios realizados en su presentación hablaremos en otro momento en esta misma sección (aunque adelantamos que habrá interesantes invitados).

Entre el aspecto de difusión del cómic y el anterior comentario relativo al intercambio se sitúa el panel brindado por Dan Didio, sin lugar a dudas el más destacado de todo el evento en este 2014 (y de la cual rendiremos cuentas por separado). En una mesa que se extendió por una hora y media, el Co-Publisher de DC Comics respondió todo tipo de preguntas primero del coordinador del panel y luego del público, con una labia y retórica tal que terminó llevándose una ovación. Como dijo Didio en cierto momento del panel, “it’s a business” (“es un negocio”).

La otra característica esencial para la importancia de Crack Bang Boom, es el aporte que hace al crecimiento de la historieta en Argentina en sus cinco años de vida (lo cual por supuesto está íntimamente relacionado con la difusión). Siempre recordamos el momento de inaugurar la primera edición del evento, en la cual Eduardo Risso hablaba impulsar de nuevo la industria argentina del cómic que supo ser grande y se estancó hasta prácticamente desaparecer. Desde el 2010 a este 2014, Crack Bang Boom fue testigo y parte de un interesante crecimiento del campo de la historieta en el país, siendo posible enumerar publicaciones y editoriales que surgieron cerca de su entorno (si no allí mismo) y se desarrollaron en estos cinco años. Esto tiene que ver con la iniciativa de autores nuevos o de carrera, pero también con la organización que dispone el espacio para el encuentro y el nacimiento de esos nuevos proyectos.

La Crack Bang Boom V continuó por esta misma senda disponiendo el espacio para la presentación y lanzamiento de incontables títulos de diversas editoriales. Un listado (incompleto) incluyen: Una Última Carta, Bujarin #1, Disparo Rayos por los Ojos y Silvertongue 30XX de Dead Pop, tres nuevos libros de Salamanca, De Once a Moreno y Altavista de Hotel de las Ideas, Doppelgänger N°2 de Editorial La Pinta, el #6 de Revista Términus, la Revista Quimera y Cándido de Editorial Rabdomantes, el libro antología Próxima de Ediciones Ayarmanot, La Liga del Mal Vol. 2, la edición argentina de Colder, Bone Machine, Tristeza, 21 experimentos cortitos y Pumbapá de Llanto de Mudo, Misterios de Cuarto Cerrado de Editorial Pictus, Legionarios, Perros de Roma de Editorial Duendes… y mucho más, porque como se dijo es una lista, afortunadamente, muy extensa. Y, además de la cantidad, se nota también una mucho mejor calidad en general, tanto en las grandes editoriales, las independientes y autogestivas y los fanzines que aún no se formalizan como sellos.

Es interesante destacar asimismo que en el cronograma se dispone de espacio y tiempo suficiente para que la gran mayoría tenga la oportunidad de presentar su nuevo material en un sitio destacado, además del propio stand. Esto tiene que ver con la notable e indispensable tarea de difusión de la historieta, que aporta al crecimiento, que se desarrolla desde Crack Bang Boom.

De este texto se desprende que Crack Bang Boom 5 fue todo un éxito. Por supuesto que no es perfecto (no existe tal cosa), pero las fallas y los puntos a mejorar además de ser algo normal y natural dada la relativa juventud de la convención (pensemos que Angouleme tiene 40 años, el Salón de Barcelona, 32, Lucca Comics, 48, y San Diego, 44) son apenas detalles en la perspectiva general del evento, que luego de cinco ediciones se mantiene interesante, muy bien organizado y en un franco crecimiento que parece no tener techo o al menos estar lejos de encontrarlo.

De cualquier modo, el solo hecho de mantener el nivel para una sexta edición ya sería más que suficiente, dado que serviría para sostener el espacio de encuentro que propicia la reunión y el intercambio, siempre con el comic en el centro, lo cual redunda en buenos resultados beneficiosos para el mundo de la historieta.

Para el final queda el reconocimiento a los responsables de que Crack Bang Boom exista y siga existiendo cada año, cada vez más grande y mejor (tanto que muchos sostienen que esta quinta edición fue la mejor hasta la fecha). Los responsables tienen a Eduardo Risso a la cabeza de un equipo que está compuesto por Juan Ángel Szama, Eduardo Santillan Marcus, David Alabarcez y Germán Peralta además del propio Risso (que no es sólo una cara visible). A su trabajo se suma, tal como nunca cansa de señalarlo el dibujante y organizador, la presencia del estado municipal del cual cabe nombrar al Secretario de Cultura Horacio Ríos y a quienes trabajan en el Centro de Expresiones Contemporáneas incansablemente desde antes de los 4 días y durante esas jornadas, por gusto y pasión además de por su trabajo mismo. Ellos, y tantos colaboradores más, son los que cada año desde 2010 hacen posible la existencia de este evento.

Y no es cualquier evento, sino un evento que disfrutan todos o casi (me consta personalmente), desde los invitados hasta el público, pasando por los organizadores, los editores, autores que vienen por su cuenta, y también la prensa (como quien escribe, y colegas).