En repetidas ocasiones hemos señalado en esta sección la importancia de los eventos dedicados a las historietas como espacios de encuentro de todos los que hacen este medio, desde el que las piensa hasta el que las lee más los que están entremedio de ambos extremos. Los eventos son también un buen elemento de diagnóstico del estado del cómic en el sitio donde se realice. Tomándolo desde esta perspectiva, si se piensa en lo que había en Argentina hace tan poco como más de cinco años atrás (ferias y festivales pequeños, por decir algo) y lo que está sucediendo ahora, la primera conclusión es que se ha crecido y mucho. Un mes atrás éramos testigos de la exitosa quinta edición de la Crack Bang Boom en Rosario, y el fin de semana que pasó atestiguamos la realización de otra convención grande, bien organizada y con enormes resultados como fue la segunda Comicópolis.
Los números son tan fríos como contundentes y la Comicópolis 2014 recabó los siguientes: 31 invitados oficiales (entre nacionales e internacionales), 12 muestras, 20 charlas, 15 talleres y 90 mil personas (contra 20 mil del año pasado) que circularon a lo largo de cuatro días, aunque con mayor intensidad entre sábado y domingo.
Además hubo otras actividades como el Mundo Cosplay, que recibió bastante atención de parte de la organización, al igual que el Espacio Infantil con talleres, espectáculos y una muestra dirigida a los niños. Y a esto deberían sumarse las cifras de ventas de las editoriales que participaron con sus stands, las cuales fueron muy buenas con varias de ellas incluso agotando su stock (el trasladado al evento, y en algunos casos el total).
En lo cualitativo, nos remitimos en primer lugar a la cita inicial de este texto, que pertenece a uno de las figuras principales de la organización, Thomas Dassance, que fuera recogida de sus declaraciones a Télam. La historieta argentina se encuentra en un momento inédito que pareciera improbable si no imposible en las últimas décadas, con varios niveles del Estado que se involucran y apuestan por la producción de eventos dedicados a este medio. En Comicópolis encontramos al Estado nacional, como en Crack Bang Boom participa el municipal, de la ciudad de Rosario, o en San Luis Comic Con estuvo la colaboración del provincial. Esto nos indica que no solamente los que aman a las historietas y los que las hacen y quieren venderlas se preocupan por la existencia de estos espacios, sino que reciben atención de los poderes del Estado que se preocupan en aportar recursos a la difusión cultural.
Estos recursos, sumados al esfuerzo de un grupo de trabajo conocedor del universo del cómic, son los que hacen posible Comicópolis. Un evento grande incluido dentro del predio aún mayor que conforma la megamuestra de ciencia, tecnología, industria y arte que es Tecnópolis, con acceso totalmente gratuito, lo cual posibilita la asistencia de personas que son externas al mundillo cotidiano de las historietas y pueden sumarse a los lectores gracias a esto, mientas se mezclan con los visitantes habituales de todos los eventos.
Esos mismos recursos, dirigidos por los organizadores hacia el destino apropiado, son los que permiten la presencia de invitados como Peter Milligan, Norm Breyfogle, Kyle Baker, Gary Groth, Thomas Ott, Alex Fito, Bartolomé Seguí, Guy Delisle, Joe Sacco, Rafael Albuquerque, Robin Wood, Quique Alcatena, Liniers, Horacio Altuna y tantos más (hasta llegar a 31). Varios de estos invitados tuvieron además sus propias muestras, entre las que se destacó notablemente la del suizo Ott, con algunos originales que impactaron a los que se detuvieron a observarla en detalle.
Un aspecto destacable tanto en lo que refiere a invitados como a muestras es la diversidad abarcada, de la cual uno rápidamente puede decir que está representado todo el universo del cómic. Sería un tanto exagerada esa conclusión, pero no del todo si se considera la presencia de autores de varios puntos de Latinoamérica (Perú, Brasil, Chile y Uruguay, además de los argentinos) junto con estadounidenses y europeos, los cuales a su vez se desenvuelven en diferentes géneros y modos de hacer historieta. Y del mismo modo en las muestras, con una dedicada a la Zap, mítica revista del underground norteamericano, apenas a metros de una protagonizada por Dago, personaje de un cómic mucho más tradicional realizado por Robin Wood y Carlos Gómez, por ejemplo.
La mención a las muestras nos lleva al plano de los homenajes realizados en esta Comicópolis, debido a la organización de una de estas muestras por la ocasión de los 50 años de Mafalda, la creación de Quino tan querida en Argentina y el mundo. De esta participaron 50 dibujantes argentinos que reinterpretaron al personaje según su propio estilo, desde Tute y Liniers hasta Carlos Nine, Eduardo Risso y Ariel Olivetti. El día viernes la muestra se completó con la presencia del autor original recorriéndola, quien a su vez fuera declarado Padrino de Comicópolis en 2013.
Asimismo, para la edición 2014 se declaró como padrino a otro nombre emblemático de la historieta argentina como es Horacio Altuna, quien estuvo presente los cuatro días que se extendió el evento siempre dispuesto a las fotos, firmas, bocetos, además de tener su propio panel y de participar en la apertura oficial, con una charla junto a Sebastián de Caro, en la cual recibiera su reconocimiento como Padrino de Comicópolis 2014.
En la misma apertura se realizó la entrega de los premios del evento, una novedad de este año. Un jurado integrado por Agustín Castañeda (librería Crumb), Eduardo Risso (además de dibujante, organizador de Crack Bang Boom) y Martin Pérez (periodista) eligió a Niños de la basura de Darío Fantacci correspondiente a Panxa Comics como Mejor Edición de Historieta Argentina Actual, Perramus: La isla del guano de Juan Sasturain y Alberto Breccia publicado por De la Flor como Mejor Edición de Historieta Argentina Clásica, y a Johnny Jungle de J-C Deveney y Jérôme Jouvray de la Editorial Municipal de Rosario como Mejor Edición Argentina de Historieta Extranjera. Además del reconocimiento, estas tres publicaciones se beneficiaron de la compra de 150 ejemplares por parte de la librería Distal, incorporándolos así al stock de venta de la misma. Esto fue particularmente beneficioso para Panxa Comics, un sello pequeño que seguramente recibió un impulso importante con el premio, tanto en lo inmediato por dicha compra, como por el reconocimiento que colaboró a que agotaran la tirada del libro el día sábado, y por supuesto también de cara al futuro.
Así como el evento abrió a lo grande, se despidió al mismo nivel con un par de charlas simultáneas de dos de los invitados principales, uno nacional y uno internacional, como fueron Liniers y Peter Milligan, las cuales fueron antecedidas nada menos que por una mesa en la que participaron Guy Delisle y Joe Sacco, ambos autores del cómic periodístico tan en boga recientemente.
Esto no quita que los días entre el jueves y el domingo tuvieran también su interés, destacando en particular las salas colmadas para varias de las charlas y las largas filas con el objetivo de conseguir firmas de invitados, entre las recorridas de rigor por las muestras y los stands (muchos con ofertas promocionales exclusivas para Comicópolis). En lo que respecta a autores y editores locales, estuvo el interés añadido de las reuniones con los editores extranjeros con la posibilidad de conseguir contactos y, a futuro, nuevos horizontes de trabajo así como de reediciones internacionales de títulos argentinos.
En pocas palabras, Comicópolis 2014 prometió mucho y cumplió con todo, lo cual no es fácil de conseguir. Siempre habrá puntos a mejorar dado que la perfección sí es imposible, pero de un año a otro se notó la voluntad de mejora y crecimiento, lo que deja un aún mejor sabor. Sumado a Crack Bang Boom, es otra muestra de que el interés por la historieta goza de muy buena salud en esta parte del mundo y de que, aún con mucho camino por recorrer y terreno por recuperar, todo parece indicar que se está por la senda correcta. Y si se mantiene este rumbo (no sólo el evento en sí, sino también los editores y autores y demás) quizás el techo esté aún lejos de alcanzarse.
El panorama es auspicioso; no queda más que seguir trabajando. Y disfrutando de hacerlo, claro, que los que queremos a los cómics (en todo su espectro) estaremos de parabienes mientras se siga así.
(Crédito de foto de portada: Comicópolis en www.facebook.com/ComicopolisArgentina)
Gran nota de un gran evento. Yo sólo pude ir el domingo, así que ni enterado de «Los niños de la basura», pero voy a ponerme a revolver en las Distal a ver si me tienta.
De las pocas charlas a las que asistí, me resultaron muy interesante la de Milligan(*) y muy divertida la de Alcatena.
(*) En la que admitió indirectamente que no le pone las mismas ganas (ni talento, agregaría yo) a los comics mainstream que escribe que a sus libros más de autor, sea un título creator-owned o no (Blanco Humano y X-Force/X-Statix, por ejemplo).
Por cierto, felicidades a todos por los 15 años de ZN, que aunque para eso haya otro post, el cumple se aplica igual 😛
PD: en los tags quedó «Peter Miligan» en lugar de «Milligan».
PD2 (esta iba en el primer comentario pero me olvidé :P): ¿Tendremos reseña de Los chicos de la basura en ZN?
Gracias por tu comentario y por la corrección, ahora mismo lo modifico 🙂
Sin dudas habrá reseña, ya estuve leyéndolo un poco y es interesante. No sé cuando, pero sí sé que nomás pasen las celebraciones de los 15 años esta sección se va a dedicar principalmente a ponerse al día con muchos libros que hay por reseñar, así que más temprano que tarde aparecerá esa también.
Saludos!