Historietas desde Latinoamérica #48 – Barras vs Hooligans

 

Edición original: Barras vs Hooligans – Mundial Brasil 2014 (Edición independiente).
Guión: Emilio Utrera.
Dibujo: Emilio Utrera.
Entintado: Emilio Utrera.
Formato: Rústica, 54 páginas.

 

Uno de los eventos mediáticamente más importantes del pasado año 2014, sin lugar a dudas fue el Mundial de fútbol celebrado en Brasil. Las historietas como medio que hablan sobre la cultura que le rodea no quedaron al margen de este evento, especialmente en aquellos países en donde la pelota tiene un lugar central para la vida de la mayor parte de la sociedad, aún cuando no se interrelacionen muy a menudo los cómics y el fútbol.

En la Argentina, además del especial de la Revista Fierro dedicado al fútbol del cual ya comentamos (y donde no casualmente encontrábamos a Emilio Utrera entre sus autores), se editó el libro Barras vs. Hooligans, un spin-off (usando el término norteamericano) de la revista autoeditada que se publicó durante 2013 (y que reseñábamos hace aproximadamente un año).

Al igual que aquella revista, este libro autoconclusivo también fue editado de manera completamente independiente por el propio Utrera, buscando aprovechar algo del tirón mundialista que se generó entre junio y julio. Luego de finalizado la competencia de fútbol, el libro continuó circulando como la revista Barras en ferias y convenciones, un ambiente en el que ya es bastante conocida la publicación.

Más allá de haber sido realizada en ocasión del Mundial de fútbol, la historia se lee muy bien fuera de la fiebre que generara el campeonato, basándose en el siempre bienvenido contenido anecdótico que se genera en torno al submundo de las barrabravas, fruto de cierta fascinación que producen en lo que comparábamos hace un año con el interés que tienen las historias de mafiosos o narcotraficantes. A partir de la historia de un enfrentamiento real entre barrabravas argentinos y hooligans ingleses durante el Mundial de México 1986, Utrera crea su historia con sus propios personajes que reaparecen luego del último número de la serie; ellos son, principalmente, los barras de Yupanqui (humilde club de la última división de las ligas de Argentina) y el grupo de uno de los clubes más grandes del país, River. A estos se sumarán personajes nuevos, como ser el Bebito Álvarez, clara parodia del nefasto personaje Bebote Álvarez, jefe de la barrabrava de Independiente, otro de los equipos más importantes de Argentina.

De esta manera, el autor apelará a la combinación de ficción y realidad para satirizar y reírse un poco de las muchas veces terribles situaciones que generan estos “hinchas caracterizados”, incorporando también algo de contenido de denuncia respecto a las relaciones entre barras y la clase política, los dirigentes de los clubes, la policía y demás estamentos que se supone deberían combatirlos, hablando este cómic al igual que en la revista (aunque más no sea a la pasada) de cuestiones que lamentablemente se comenta muy poco (y casi siempre de manera velada y tendenciosa) en los medios de comunicación al hablar de los hechos violentos en torno al fútbol.

En estas páginas, entonces, Emilio Utrera tratará muchos aspectos que se asemejan mucho a lo real, tanto pasado como presente, presentando sus personajes de ficción y traspolando aquella historia que efectivamente sucedió en 1986 al presente de su publicación, el 2014, presentando lo que en última instancia es una gran anécdota extensa de ficción. En lo que se narra en esta historieta, a su vez, se utilizarán los diferentes grupos de personajes para oponer la situación de un grupo de hinchas de un equipo chico que “sólo” aspira a entrar gratis y a pelearse un rato para sacarle una bandera a los rivales (como señala en esta entrevista), y la de los más grandes profundamente conectados con las esferas del poder. Los diferentes recursos de los grupos se verán a lo largo de toda la historia que se cuenta en Barras vs. Hooligans, desde el momento en que deben cruzar la frontera a Brasil hasta en el negocio de la reventa de entradas ya en los días de partido. Asimismo, esta oposición dará lugar a enfrentamientos directos entre barras argentinos en su vecino país, hasta que aparecen extranjeros y se unen en un combate masivo. Utrera no pretende inventar nada nuevo en esto último y acude a los más típicos rivales de argentinos en el fútbol: ingleses y brasileros. En efecto, aunque se titule Barras vs. Hooligans y la escena de enfrentamiento entre estos sea central, las Torcidas de Brasil también tienen un rol importante en este libro.

Situándose la historia dentro del oscuro y ambiguo ambiente de los barrabravas, la narrativa plantea un conflicto entre malos y peores, con la cual pretende hacer reír y entretener sin olvidar la ilegalidad, los negocios ilegítimos, la violencia y la muerte que lo rodea, en lo que podemos clasificar entonces como una comedia negra. Logrando efectivamente ser una lectura entretenida de dicho género, lo mejor de Barras sigue siendo el dibujo de Utrera, con su estilo distintivo, con rasgos fuertes y muy marcados que aportan a lo humorístico y divertido que tiene esta historieta, incluyendo muchos detalles en las escenas de combates que hacen detener la vista en esas páginas.

En cuanto a los aspectos de la edición es donde tiene detalles a mejorar, dentro de las posibilidades de los recursos de la edición independiente. Por momentos, la narración decae un poco lo cual hace pensar que quizás le sumaría incorporar un colaborador en guión; también lo haría un mejor cómic prestarle más atención a la redacción que tiene algunos errores de tipeo por falta de una segunda corrección; y, por último, si lo pudieran imprimir a todo color se vería mucho mejor tal como se aprecia en la portada (y en ilustraciones de interiores coloreadas publicadas en su Facebook, acá y acá), así como también en el formato de revista que tuvo la historieta anterior en lugar de este a tamaño comic book lo cual permitiría que el dibujo se luzca todavía más.

Nada de estos puntos a mejorar impide en absoluto disfrutar de esta nueva entrega del mundo de los Barras de Emilio Utrera, del cual personalmente me gustaría ver más en este 2015, para nuevas historias entretenidas con estos oscuros personajes y para trabajos de dibujo de su parte.