Estamos ante un volumen que nos reúne con un autor argentino contemporáneo (esa generación que comenzó a trabajar en la difícil época entre fines de los 90s y principios de los 2000) de los más importantes y reconocidos, Juan Sáenz Valiente, y con un sello editorial que creció justamente desde un fanzine a su estado actual en el que con dos años de trabajo como tal ya está ganándose un lugar de respeto, Hotel de las Ideas.
La Sudestada apuntala en sus respectivas condiciones tanto al primero como al segundo, tratándose de una excelente historieta que afirma a Sáenz Valiente como autor integral y a la editorial como un sitio donde encontrar material de calidad.
¿Qué es lo que hace excelente a La Sudestada? El trabajo en la creación y caracterización de sus personajes creíbles tanto en sus aspectos físicos como en sus personalidades, la narración de un ritmo inmejorable, el realismo preciso de los fondos que hace reconocible cada lugar de Buenos Aires que se presenta, una historia (o varias historias en una) que resultan interesantes desde el plano humano al tiempo que coqueta con el suspenso y lo onírico, además de un dibujo de alto nivel de principio a fin.
Todos esos logros, Juan Sáenz Valiente los consigue presentando a
Con Jorge como protagonista de todo lo que se relata, se desarrolla la trama de una investigación para la cual lo contratará un hombre deseando averiguar qué le sucede a su esposa, que resulta ser una bailarina y coreógrafa de ballet contemporáneo. Mientras este trabajo lo llevará al personaje principal hasta el Delta del Tigre (en donde afecta la Sudestada que da título al libro, y que por supuesto hace su parte en la historia) se desenvuelven otras dos subtramas menores, que Sáenz Valiente utiliza muy bien para demostrar al lector cómo le afecta el caso de la bailarina, desencajándolo de su vida cotidiana. De esta manera, el autor exhibe un gran trabajo en el guión emparentándose un poco con la forma de elaborar una novela en prosa.
En su ritmo narrativo, pausado y claramente estructurado en escenas, a la vez se relaciona con las maneras de hacer del cine. Por ello, por su ambientación espaciotemporal y por lo que se cuenta en la historia, en lo personal lo veo claramente adaptable a un trabajo audiovisual por lo que si fuera productor o director cinematográfico estaría ya acercándole una propuesta a Juan Sáenz Valiente para adaptar su guión a la pantalla grande.
Pero más allá de estas apreciaciones comparativas con esos otros medios parientes del cómic, como dijimos al comienzo tiene todos los méritos para ser una muy buena historieta, por sobre todas las cosas. Y uno de los principales motivos para serlo está en el dibujo del autor, en su capacidad para crear personajes que (además de tener gestos y rostros muy expresivos) son totalmente reales aunque salgan de su trazo que caricaturiza la realidad, y también en el excelente trabajo de narración secuencial que despliega en todo el libro.
Por todo esto es que se disfruta La Sudestada en su lectura: por el dibujo, por las historias, por los personajes que las viven, por cómo las relata el autor… Se celebra entonces la decisión de Hotel de las Ideas de publicar La Sudestada, permitiendo la publicación de un cómic que seguramente competirá entre los mejores para llevarse todos los premios. Al respecto, cabe un comentario más sobre la edición que le permitió a Sáenz Valiente publicar el trabajo en grises a pedido suyo, luego de ofrecerle editarlo a todo color como se publicaría en el mercado francés (donde finalmente no salió a la venta, al menos hasta ahora), dado que la intención primera del autor era hacerlo así.
Más allá de la preferencia del lector de verlo en grises o colores (que pueden valorar someramente en las imágenes de arriba), se valora el respeto de la editorial al autor siendo un motivo más de felicitación a este trabajo.
