Holy Terror

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Holy Terror. Primera Parte:
Frank Miller cogió su fusil

Introducción o Frank Miller contra el mundo
Captain America Nº1 (1941) de Joe Simon y Jack Kirby
El Holy Terror de Frank Miller

«Saluda de mi parte a esas setenta y dos vírgenes de ojos azabache, hijo de puta»

El Batman contra Al Qaeda que no se atrevieron a publicar. Este eslogan ha servido a Norma Editorial para publicitar la última obra en el mundo del cómic de Frank Miller, la polémica Holy Terror, en la que el famoso autor nos ofrece su contribución, en forma de alegato patriótico y propagandístico, a la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos. Pero Holy Terror, la panorámica perspectiva y visión del mundo según Frank Miller, posiblemente sea el trabajo más denostado y desprestigiado de su carrera. Incluso antes de ser publicada o haberse visto las primeras páginas del proyecto, cuando el guionista y dibujante estadounidense desveló sus intenciones, ya hubo voces que se levantaron en contra de su propuesta. «Estaría mucho más impresionado si Frank Miller renunciara a esa tontería de novela gráfica», comentaría el guionista escocés Grant Morrison con cierta sorna, «se uniera a la Armada, y con un aullido de odio eterno se precipitara hacia el frente con los jóvenes soldados que de veras arriesgan su vida».

Esto sólo era un anticipo de lo que esperaría, y de hecho buscaba Frank Miller, cuando lo obra se puso a la venta en Estados Unidos siendo, en un principio, un éxito del cual con el tiempo todo el mundo ha querido renegar. Pero si algo demostraba la virulencia de las críticas en la prensa especializada y en los portales y blogs de internet dedicados al cómic eran, precisamente, como Frank Miller seguía siendo un referente para el gran público. «Holy Terror es una extensa diatriba contra el Islam», comentaba el reportero Spencer Ackerman en el magazine online Wired, «sin importarle lo más mínimo la sutileza ni demostrar empatía hacia más de mil millones de personas, Miller se une a unos pocos partidarios de las teorías conspiratorias homicidas». Por su parte, el diario digital The National, la primera publicación en lengua inglesa de Abu Dhabi Media Company, ponía el acento en la islamobobia que desprendía Holy Terror y Michael Hernandez consideraba que «llevamos diez años de ventaja a esta obra… es un artefacto anacrónico». En términos parecidos se expresaba Hunter Camp en Geeks of Doom, «Es importante saber que una obra como ésta puede existir y lo que representa» , comentaba en su reseña del Holy Terror de Frank Miller, «es un trabajo que pertenece a un período específico cuando el mundo estaba confundido y cabreado, pero para su desgracia, ese momento ya ha pasado».

Las críticas negativas también se reproducirían en un portal de referencia del mundo del cómic como Comic Book Resources con la reseña de Ryan K. Lindsay en la que entraba a comentar los problemas que se desprendían de una obra que «pone mucha energía en el estilo y en causar impacto en comparación con el esfuerzo invertido en la cohesión narrativa y la construcción de su mundo». Por su parte, en la web io9 dedicada a «la ciencia, la ciencia ficción y el futuro», serían más directos afirmando que «Holy Terror de Frank Miller no es sólo un cómic malo» sino también «un cómic de propaganda malo». Y, sin duda, con más humor se lo tomarían los chicos de iFanboy, «Si te imaginas que lo han firmado los guionistas de los Simpson y Fixer (el protagonista de la historia) es McBain enmascarado, de repente Holy Terror se convierte en la sátira más aguda que leerás este año», comentaba Jim Mroczkowski, «si ésa hubiera sido la intención». Esta claro que las mejores críticas y comentarios recibidos por Frank Miller por Holy Horror le llegaron por parte de algunos amigos y compañeros de profesión como el guionista Mark Millar, «el dibujo de Holy Terror es una maravilla y es el cómic más divertido y emocionante que he leído en años», comentaría entusiasmado en twitter, «Miller todavía es el Rey».

Trailer de Holy Terror

En términos parecidos y en la misma red social se expresaría el dibujante Dave Gibbons con quién había colaborado en el pasado Frank Miller en los cómics de Martha Washington: «Holy Terror es todo lo que había imaginado.¡Geniales viñetas y brutal guión!». «Mi gran enhorabuena por demostrarnos cómo se hace», acababa por cerrar filas Jim Lee entorno al autor con el que había firmado unos años atrás All Star Batman & Robin, «Holy Terror reclamando su corona». ¿Y a todo esto que tenía que decir Frank Miller? El autor de obras tan importantes y destacadas del medio como El Regreso del Caballero Oscuro, Batman: Año Uno o Sin City, impertérrito ante la polvareda levantada, tenía asumido su discurso: «Espero que moleste a la gente. No he venido a tranquilizar a nadie. Vivimos tiempos espantosos que nos han cambiado. Verá, de eso nace la decisión de que esto no fuera un proyecto Batman. ¿Dibujaría a un tipo que persiga a Enigma por toda la ciudad? No. Ahora está en juego mucho más». Las posturas, pues, están muy claras, Holy Terror es de ese tipo de obras que levantan ampollas, generan debate y repercusión porque están destinadas «a ofender a casi todo el mundo». Puede ser buen momento para analizar, ahora que las aguas están algo más calmadas, este camino emprendido por Frank Miller que le obligaría a coger su fusil en Holy Terror y apuntarlo contra el mundo.

Holy Terror. Segunda Parte:
Del cómic propagandístico de la Segunda Guerra Mundial
al panfleto anti-islámico de Frank Miller

1. El «año uno» del cómic antes de Frank Miller

«Pero creo que es un error analizarlo en términos puramente políticos…
Más bien lo considero un resurgimiento simbólico de la voluntad de resistir
del hombre de la calle… Un renacimiento del espíritu de lucha americano»

Captain America Nº1 (1941) de Joe Simon y Jack Kirby
El histórico Captain America Nº1 (1941) de Joe Simon y Jack Kirby

Esta historia podría tener su principio en los terribles y aciagos años de la Segunda Guerra Mundial, concretamente en el año 1941, cuando Estados Unidos aún no había entrado de lleno en el conflicto, pero un personaje como el Capitán América, creado por un par de visionarios como Joe Simon y Jack Kirby para la embrionaria Timely Comics, aparecía en la mítica portada del primer número de su nueva serie enfrentándose y derribando de un caricaturesco puñetazo al mismísimo Adolf Hitler. Esto suponía toda una declaración de intenciones respecto al conflicto, «América necesitaba un superpatriota» proclamaría convencido Jack Kirby, y el cómic vendría de esta manera a convertirse en el eslogan del instrumento propagandístico bélico y en una plástica expresión del patriotismo estadounidense de este agitado período. Eran otros tiempos. El cómic era visto como una herramienta útil en buenas manos y la figura del superhéroe que había nacido al amparo de las doctrinas del Tío Sam se sentía, por ello mismo, comprometido en aportar su granito de arena a la defensa de las libertades y el idealizado american way of life. El superhéroe como distintivo del cómic propagandístico estadounidense.

«La propaganda no engaña a la gente, sino que simplemente les ayuda a engañarse a sí mismos» defendía respecto a este tema el escritor y filósofo estadounidense Eric Hoffer en su obra The True Believer, un trabajo a través del que intentaba comprender el factor psicológico en el surgimiento de los gobiernos totalitarios de la primera mitad pasado siglo XX. Pero no eran tiempos de reflexiones sino para la acción, la guerra contra la Alemania nazi llamaría a filas a Superman, Wonder Woman, el Capitán América y otros muchos héroes; más tangencial sería la participación de Batman, pero aún así se lo podría ver en las portadas de sus cómics o en la cabecera World’s Finest Comics, en la que el justiciero compartía aventuras con Robin y El Hombre Acero, ridiculizando a las tropas nazis y a dirigentes como el emperador japonés Hirohito o el italiano Benito Mussolini. Después de la Segunda Guerra Mundial los cómics de superhéroes decayeron en popularidad, las historias de género negro, terror, western y los relatos románticos añadían variedad, pero la visión del público respecto al medio cambiaría radicalmente por la intromisión del psiquiatra Fredric Wertham y su furibunda campaña en contra del medio adoctrinando sobre la inherente violencia y perversión asociada a sus relatos e historias.

Aunque, como ya sabemos, el cómic de superhéroes sobreviviría y se sobrepondría a tanta fatalidad, siendo la fecha de 1961 una fecha clave, cuando la revolución llevada a cabo por Stan Lee y Jack Kirby en Marvel Comics iniciaría la que ha sido conocida como la Edad de Plata del cómic estadounidense. Las andanzas superheroicas quedarían marcadas por su apuesta por el sense of wonder más genuino, con personajes que habían adquirido y se habían ganado su alma, después de tantas penalidades y prejuicios en la década pasada. Incluso auténticas reliquias de la guerra, como el mismo Capitán América, habían sido recuperadas y readaptadas a la nueva realidad. No obstante, había quedado demostrado que los cómics de corte mainstream se ceñían en todo momento a los valores sociales y morales predominantes de la época siendo en las publicaciones underground y en los fanzines en los que se produciría una auténtica revolución. En ellos sus autores, más comprometidos y provocadores, manejaban ideas y temáticas más cercanas a la sensibilidad y preocupaciones de la sociedad estadounidense como el feminismo, la homosexualidad o el antimilitarismo.

Este fenómeno no tendría su correspondencia en el cómics mainstream, y en el género superheroico, hasta los años ochenta cuando dichas cuestiones estaban más en el candelero y aunque, aún polémicos para un sector de la población, la censura sobre ellos había decaído. Paradójicamente, está apertura coincidía con una etapa en la cual el cómic de superhéroes parecía comenzar a estar agotado aunque, en realidad, esto no sería más que un espejismo pues aún quedaba un inmenso potencial por explorar en él. En el año 1986, después de algunos honrosos antecedentes, así lo demostrarían el guionista Alan Moore y el dibujante Dave Gibbons en Watchmen, la obra hoy piedra angular del cómic de género contemporáneo. El éxito del concepto propiciaría la invasión británica del cómic estadounidense, aunque en este punto, el nativo Frank Miller, nuestro protagonista, entraría en escena destacando con su personal y oscura visión del género superheroico. Este había comenzado a despuntar con su trabajo en Daredevil y la experiencia le serviría para firmar en 1986, el mismo año de publicación de Watchmen, un clásico imperecedero como lo sería El Regreso del Caballero Oscuro.

El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller
El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller

2. Frank Miller: quién es y cómo llegó a serlo

«El mundo en el que vas a despertarte no será mejor que el mundo
que ya conoces…pero tendrá mucho más sentido
que aquel cuando te haya hecho pasar por el infierno.
Un infierno sagrado. O algo parecido»

En El Regreso del Caballero Oscuro, historia escrita y dibujada enteramente por Frank Miller, encontramos por primera vez el arquetipo extremo e hiperviolento del Batman milleriano, afrontando aquí sus años finales de carrera y opuesto a un futuro desapegado, frío y estéril. En él se materializa una furibunda crítica a los medios de comunicación y la corrupción y decadencia moral de la sociedad contemporánea. La propuesta de este cómic hubiese sido irrealizable de concebir tan sólo una década antes pero, irónicamente, había sido posible debido a la progresión de las tendencias más contraculturales dentro del mundo de la viñeta estadounidense. Esto, directa e indirectamente, obligaría y animaría a las grandes editoriales a replantearse su antaño conservadurismo de ideas al que también había contribuido, para ser justos, la autocensura encarnada en el Comics Code Authority a la que se habían visto abocados desde los años sesenta. En la posterior Batman: Año Uno, cediendo los lápices a David Mazzucchelli, Frank Miller sumiría al personaje en una génesis marcada por el género negro, trabajo que acabaría por descubrirle como un autor a tener muy en cuenta.

De esta manera, nuestro protagonista acabaría convirtiéndose en el abanderado del nuevo género superheroico caracterizado por la hemoglobina, el sexo y la sátira política, un concepto llevado hasta sus últimas y funestas consecuencias por otros autores y editoriales en los años noventa. La épica superheroica había quedado ligada para siempre al nombre de Frank Miller, su personalidad sería terriblemente influyente hasta tiempos presentes y, definitivamente, clave para la reinterpretación moderna de un personaje como Batman. En esta época, Frank Miller había sido influido por la filosofía de Ayn Rand, autora de El manantial y La rebelión de Atlas, firme defensora del egoísmo racional y la existencia del individuo «por sí mismo». Estos principios son casi dogmas para Frank Miller en cuyas historias sus antihéroes suelen ir a contracorriente de la sociedad establecida y hay una crítica, más o menos directa, al aparato gubernamental y la burocracia. En otros aspectos, el rechazo de Ayn Rand a cualquier idea socialista o religiosa, o su apología del capitalismo como el mejor sistema posible, son también evidentes en la obra de Frank Miller aunque en su caso sus postulados han acabado recalando en un cierto nihilismo favorecido por su dibujo impresionista y de rasgos minimalistas. En su visceralidad y ánimo incendiario el discurso de Ary Rand, poco a poco, sobre todo a raíz de algunos acontecimientos políticos e históricos a nivel nacional e internacional, se iría radicalizando en Frank Miller.

El Batman de Frank Miller interpretado por  David Mazzucchelli
El Batman de Frank Miller interpretado por David Mazzucchelli

Estamos en los años noventa, Frank Miller abandonaría DC Comics por una larga temporada, trabajaría en algunos títulos a mayor gloria de Elektra, posiblemente su creación más famosa y un verdadero arquetipo fetiche para el autor por cuyo patrón se guiarían en el futuro el resto de sus personajes femeninos. De esta manera, podríamos mencionar Elektra: Assassin o Daredevil: Amor y Guerra, dibujadas excelsamente por Bill Sienkiewicz, o Elektra Lives Again, con sus propios lápices evidenciando la progresión artística de su marcado estilo gráfico. La sátira política estaba ya presentes en otros títulos, más ligados a la ciencia ficción, como Hard Boiled, junto a Geoff Darrow, o las historias de Martha Washington creadas, mano a mano, con Dave Gibbons. Y de ahí en adelante, cierta deriva del guionista y dibujante se acabaría haciendo patente, entregado a su faceta de «autor total» en las que su pasión experimental como dibujante parecía engullir los conceptos e ideas de sus obras. Esta etapa nos acabaría legando rescatables títulos como son su apología espartana en 300, antecedente a su anti-islámico Holy Terror, o su trabajo en Sin City, llevadas fielmente ambas obras a la gran pantalla, con un meritorio éxito de taquilla, por Zack Snyder y Robert Rodriguez respectivamente.

Esto haría muy reconocible a Frank Miller fuera del ámbito del cómic y lo acercaría más al cine de Hollywood para el que años atrás ya había trabajado en los guiones de las secuelas de Robocop. El renovado interés adquirido en el cine contrastaba con el diametralmente opuesto al del mundo de la viñeta, cada vez más anecdótico y también, al parecer, menos interesante para su autor. No obstante, en 2001 había regresado a DC Comics para firmar la secuela de El Regreso del Caballero Oscuro, la para muchos decepcionante El Caballero Oscuro Contraataca, en la que su discurso, no tanto su talento artístico, empezaba a parecer algo repetitivo y añejo. Esto se vería confirmado en All Star: Batman & Robin, obra que podría pasar por una secuela de sus anteriores trabajos con Batman, en este caso con la colaboración de Jim Lee, y que cosecharía pésimas críticas acrecentando la desafección con cierto sector del fandom que ya no comprendía su trabajo. Por otro lado, la carrera cinematográfica de Frank Miller no evolucionaría favorablemente, su interés por asumir las riendas de la dirección acabarían desembocando en su irrespetuosa adaptación del The Spirit de su maestro Will Eisner, ruina económica que no ayudaría a resarcirse a su maltrecha imagen pública.

3. El Contraataque de Frank Miller

«Nuestras armas son calladas, precisas, con el tiempo os adiestraré en ellas. Esta noche confiaréis en vuestros puños… y en vuestros cerebros.
Esta noche somos la ley. Esta noche yo soy la ley»

Pero el prestigio y la imagen pública de Frank Miller aún habrían de sufrir un deterioro mayor. En el actual clima de crisis y descontento ciudadano, cuando el autor, influenciado por los atentados del 11S en Nueva York de 2001 que habían cambiado su percepción del mundo islámico, anunciaba su contraataque en 2006 con Holy Terror, Batman!. Esta obra, calificada por el propio autor como propaganda o panfleto «destinado a ofender a casi todo el mundo», es su contribución a la lucha contra el terrorismo de Estados Unidos «para patear el culo a Al Qaeda.» No obstante, desde su concepción hasta su publicación, la obra padeció algunos cambios, desde un principio en DC Comics no se sintieron cómodos con el cariz político de la historia de Frank Miller e incluso algunos compañeros habían criticado abiertamente sus intenciones. La carta blanca que en principio le habían dado en DC Comics, por lo que el autor había representado para Batman en el pasado, acabó pesando menos que el instinto de preservación de la editorial para desentenderse de cualquier polémica política respecto a uno de sus personajes más representativos y conocidos. De esta manera, Frank Miller abandonaría el barco porque, según sus propias declaraciones, su proyecto «no era completamente una historia de Batman».

En su periplo la propuesta acabaría recalando en la editorial Legendary Comics, asociada a la productora Legendary Pictures que había apostado anteriormente por el 300 de Zack Snyder y la trilogía del Batman de Christopher Nolan, tan deudora esta en algunos aspectos del trabajo en los años ochenta de Frank Miller con el personaje, y sería en este ambiente dónde encontraría el autor la libertad para abordar su patriótico relato sin ningún tipo de intromisión o censura. El título de la obra se quedó en el más escueto Holy Terror, nombre que hacía referencia directa a la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos y también a la coletilla utilizada por el actor Burt Ward en su interpretación del Robin de la famosa serie de televisión de Batman de los años sesenta. El concepto seguía siendo el mismo, un producto propagandístico, con unas directrices que casi rozan el supremacismo, y en el que Frank Miller intenta recordarnos como en los años de la Segunda Guerra Mundial «Superman golpeaba a Hitler». Este Holy Terror era consecuencia directa de la visión de los acontecimientos y la historia reciente de un Frank Miller convencido ahora de que el patriotismo no era sólo un sentimental y «viejo concepto» sino básica, pura y necesaria auto-preservación «fundamental para la supervivencia de una nación».

Tira de Curt Franklin y  Chris Haley a raíz del incidente Occupy / Frank Miller
Tira de Curt Franklin y Chris Haley a raíz del incidente Occupy / Frank Miller

Era la primera vez en su vida Frank Miller sabe lo que «se siente frente a una amenaza existencial» y eso hace que su discurso, no sin muchas dosis de sátira política, se radicalice asumiendo y acogiendo la defensa de la nación como una necesidad. Esto se deja entrever también en su faceta pública, por ejemplo, con la misma publicación de Holy Terror en Estados Unidos en septiembre de 2011 la cual coincidiría con las primeras manifestaciones del movimiento indignado Occupy Wall Street. Esto sería aprovechado Frank Miller para cargar muy duramente contra el movimiento como si se tratase de un ensayo de los postulados de su obra. «Occupy no es otra cosa que una panda de gamberros, ladrones y violadores», proclamaría sin ningún tipo de ánimo conciliador Frank Miller, «una multitud ingobernable alimentada por la nostalgia de Woodstock, la época de la falsa justicia podrida». El guionista y dibujante estadounidense, siguiendo el mismo tono expresado en su Holy Terror, se atrevía a reconocer en este tipo de iniciativas una debilidad, algo que sólo puede «dañar a Estados Unidos», y animaría a sus protagonistas a alistarse en el ejército y hacer algo de provecho con sus patéticas vidas. El tono hiriente pillaba desprevenidos a muchos pero el fondo de su mensaje ya no sorprendía a nadie.

Las ideas de Frank Miller en El Regreso del Caballero Oscuro
Las ideas de Frank Miller en El Regreso del Caballero Oscuro

Las reacciones a las declaraciones de Frank Miller no se harían esperar, arrinconando y aislando al autor con sus dogmas, incluyendo la opinión desfavorable de muchos de sus compañeros de profesión como Ann Nocenti, Mark Millar o Alan Moore. Esto iría unido a las pocas expectativas y las malas críticas generadas por su obra Holy Terror que harían que, pasada la polémica, cayese en el más puro ostracismo incluso por el núcleo duro de sus fans más acérrimos. No obstante, a medida que se disipe la polvareda, podremos hablar con más justicia de este etapa en la carrera de Frank Miller; debido a estar tan cercana y marcada por el panorama actual y también a raíz de su expresión tan extremista resulta difícil saber la perspectiva futura que obras como Holy Terror podrán reflejar respecto a nuestra presente realidad. La actualidad de este autor pasa por al cine, realizando la secuela de Sin City con Robert Rodriguez, y firmando el cómic que hará de puente a la continuación de 300 bajo el título de Xerxes. Esto podría servir como termómetro para analizar la evolución de sus postulados, la posible reconciliación con su público y comprobar, si como los propios personajes crepusculares de sus historias, Frank Miller podrá volver a levantarse y plantar batalla una última vez.

Holy Terror. Tercera Parte:
El Ocaso de un Ídolo

«Siempre ha habido algo que no estaba bien. Toda mi vida.
La sensación de que lo que hay a mi alrededor no es del todo real
Que este mundo aparentemente ordenado, de leyes y lógica y razón,
no es más que un velo. Una quimera. Una máscara»

 

Guión: Frank Miller
Dibujo: Frank Miller
Color: Frank Miller
Edición original: Legendary Comics
Edición España: Norma Editorial
Contiene: Holy Terror USA
Formato: Libro cartoné apaisado de 120 páginas
Precio: 29,00 €

 

Las intenciones de Frank Miller en Holy Terror quedan constatadas ya con la cita que antecede a la obra, «si encuentras al infiel, mata al infiel», extraída directamente de El Corán y principio básico de la yihad islámica. La propuesta es llana y simplemente la provocación, la ofensa y sátira política en un cómic a mayor gloria de la figura del justiciero. Este no es un cómic de superhéroes, los personajes de Holy Terror tienen más nexos en común con ese tipo de cine de acción estadounidense, especialmente relevante en los años setenta y ochenta, protagonizado por duros y parcos antihéroes como es el caso del icónico Harry Callahan interpretado por Clint Eastwood. No obstante, los arquetipos utilizados por Frank Miller sí retrotraen al género superheroico porque los protagonistas de su relato son planos y vacíos duplicados de Batman, Catwoman y el Comisario Gordon. Mera cuestión anecdótica esta e indicio de la pereza de un autor para redefinir su propia obra después de su espantada de DC Comics para resguardarse en la disciplina más permisiva de Legendary Comics. En la editorial debían esperar un nuevo 300 pero iban a encontrarse algo un poco diferente…

Sinopsis de Holy Terror

En los tejados de Empire City el justiciero conocido como The Fixer persigue a Natalie Stack, la ladrona felina, cuando una explosión hace tambalearse los cimientos y libertades de toda la ciudad. Después de descubrir como todo está relacionado con un ataque terrorista por parte de un grupo fundamentalista islámico comenzará una cuenta contrarreloj en la que The Fixer y su compañera deberán dejar atrás sus diferencias y unir fuerzas para intentar detener la sórdida amenaza que se cierne sobre Empire City…

«Destinado a ofender a casi todo el mundo»

En Holy Terror debemos batallar con la simpleza de una propuesta encajada en el perfil propagandístico buscado y perseguido por Frank Miller con un dibujo desgarbado, deformado, blanco y negro con alguna mancha de color, verdadera metáfora de la visión maniqueísta y extrema planteada en una historia en la que buenos y malos parecen exactamente la misma cosa. El arte de Frank Miller sigue pues las directrices de sus últimos trabajos, aunque más cercano, eso sí, al tono de género negro de Sin City, pretendidamente deformado y derivado de las formas de Will Eisner, o la expresividad totalitaria de 300, y no tanto al desaguisado lisérgico de El Caballero Oscuro Contraataca. En este plano, la obra funciona en su primeros compases, sobre todo si la enfocamos como una colección de estampas en formato panoramico e ignoramos unos diálogos y una narración de tono monocorde, pretenciosa y llena de tópicos. No obstante, a lo largo de su recorrido, el dibujo y el interés de Frank Miller parecen ir degenerando y, más importante, evidenciando una grave falta de ideas y despreocupación por ello mismo. En un alarde de virtuosismo Frank Miller, como símbolo y ofrenda a las victimas del terrorismo de Al Qaeda, parece atreverse a homenajear a Kazimir Malévich y su obra Cuadro blanco sobre fondo blanco replicándolo en la línea de los famosos dípticos sobre Marilyn Monroe o la Sopa Campbell concebidos por el inclasificable y famoso Andy Warhol en la década de los sesenta del pasado siglo.

Los héroes de Frank Miller repartiendo leña

No faltan autorreferencias a trabajos anteriores de Frank Miller, escenas que recuerdan a su etapa en Daredevil o la mencionada Sin City, embriagadas aquí por el efecto gráfico de la lluvia, y de las que resulta difícil de saber si son intencionadas o producto del agotamiento de la fórmula milleriana. Sea como sea, dicha cuestión, definitivamente, no ayuda a concebir Holy Terror como una obra con identidad propia y realmente remarcable en la ya dilatada carrera de este autor más allá de la polémica y controversia generada. Esto resulta llamativo, sobre todo teniendo en cuenta el reconocido interés y preocupación de Frank Miller en el tema abordado en Holy Terror, porque no se ve correspondido con el entusiasmo que debería reflejarse en su obra. El argumento de este panfleto adoctrinador apenas es un esbozo, un delirio de paranoia y violencia casi secuela desgastada e irrelevante de la mítica Taxi Driver de Martin Scorsese. En ella su autor, un Frank Miller empeñado en caricaturizar todo lo que le resulta extraño, vomita toda su ideología anti-islámica, su cruda animadversión y sus fobias post-11S. Por otro lado, la simbología utilizada en Holy Terror carece de sutileza hablándonos de un mundo ciego, anestesiado y amenazado por el terror. Este resulta ser un mal astuto que se sirve de las debilidades y recovecos liberales de la propia sociedad estadounidense para dinamitarla desde dentro, es decir, un enemigo al que sólo puede combatirse con sus mismas armas y practicando el ojo por ojo.

Debido a esto mismo los personajes de Frank Miller, supuestamente los buenos de la historia, carecen de personalidad y trasfondo, son sólo instrumentos entregados a la justicia, entendida como sinónimo de venganza, siguiendo esa filosofía ya presente y mejor planteada en El Regreso del Caballero Oscuro en la que Batman reconocía que los héroes como él «siempre han sido criminales» porque «tienen que serlo». El darwinismo social y el enaltecimiento del patriotismo resultan incuestionables en la lectura de Holy Terror, el discurso de Frank Miller es cerrado y no acepta matices, toda posible crítica al sistema capitalista estadounidense, como ya evidenció en su desaire a propósito de las manifestaciones del movimiento Occupy Wall Street, resulta inapropiado, contraproducente y una peligrosa debilidad en los actuales tiempos de guerra. En este caso, al contrario que otras obras de Frank Miller, no hay una crítica directa ni tan hiriente al sistema gubernamental y la burocracia, no hay un Superman entregado a cumplir al pie de la letra todas las directrices de un gobierno corrupto, y la perorata del autor cierra filas en favor de un bien mayor que ha de propinar esa metafórica pero también literal «patada en culo a Al Qaeda». Los héroes crepusculares del Frank Miller de antaño tenían capacidad de autocrítica, golpeaban brutalmente con sus ideales a la sociedad, ahora son meras marionetas animadas por pobres convicciones y principios morales que resultan insultantemente pretenciosos.

Los protagonistas bajo la lluvia
Los protagonistas bajo la lluvia

Ese Daredevil que ayudó a redefinir el mismo Frank Miller en los ahora lejanos ochenta, cuando el personaje exclamaba aquello de «mi pistola no tiene balas» ante su enemigo, no dudaría hoy en descargar su arma sin ningún tipo de remordimiento contra Bullseye. Los años de la Guerra Fría parecen revivirse en Holy Terror pero el resultado, irregular y pretendidamente panfletario, no consigue convencernos para alistarnos en favor de su causa. Posiblemente el mayor error de Frank Miller es habernos intentado ofrecer, a estas alturas de la película, una obra casi anacrónica con los tiempos que vivimos y, para mayor inri, llena de sonrojantes tópicos y estereotipos. «Mohammed…», llama el protagonista a uno de los más malos, «perdona que asuma que ese es tu nombre», dejando patente el nivel de un guión relleno de banalidades políticamente incorrectas las cuales, por suerte, o por desgracia para las intenciones del autor en este caso, dejaron de hacer gracia y resultar llamativas hace ya unas cuantas décadas. Por lo tanto, teniendo todo esto en cuenta y como bien decía el compañero Fernando Vieito en su blog Mis Comis a raíz del presente trabajo, «no hay nada peor que una obra confirme todos los prejuicios que sobre ella se pudieran tener». Porque la cuestión no es ofender, eso cualquiera puede hacerlo, sino hacerlo con gracia, aunque suena más lógico cuando Frank Miller confiesa que el proyecto «comenzó sin un ápice de humor».

En Holy Terror podríamos rescatar la voluntad artística de Frank Miller, un estilo rompedor trabajado a lo largo de su carrera que siempre es capaz de legarnos algunos momentos inspirados pero esto, por desgracia, no sirve por sí solo para ofrece ningún tipo de consistencia ni coherencia argumental adicional al conjunto de la obra. Este pasaje propagandístico en su carrera puede ser interesante como punto de inflexión de la misma, un trabajo al que deberemos situar y analizar con más precisión en un futuro según los siguientes pasos de Frank Miller en un medio al que ayudó a crecer y madurar en las últimas décadas del siglo XX. De esta manera, la evolución como autor de Frank Miller, siempre marcada por los excesos y la superación de sus propios límites, peca aquí de haber perdido totalmente la perspectiva y la mesura, Holy Terror es la simplificación de un añejo discurso hasta el aborrecimiento y asumiendo los cánones más agresivos y vacuos del arte contemporáneo. Debido a esto, Holy Terror resulta una obra fallida, es lo más benevolente que se puede decir de ella, y citando las mismas palabras que él guionista y dibujante estadounidense utilizaba para descalificar al movimiento Occupy Wall Street, sólo podemos ver reflejada en ella «un espectáculo vano, infantil y autodestructivo».

La justicia ciega de Frank Miller
La justicia ciega de Frank Miller

Agradecimientos especiales – A Enrique Ríos por su aportación a las fuentes documentales incoporaradas a este artículo y a Jennifer Camacho por dedicar su tiempo libre a ejercer como traductora de las mismas. ¡Muchas gracias!

Enlaces de Interés

 Reseña de El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller
 Reseña de Batman: Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli
 Reseña de Hard Boiled de Frank Miller y Geof Darrow
 Reseña de All Star Batman & Robin de Frank Miller y Jim Lee

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Mr. X
Mr. X
Lector
24 enero, 2013 8:36

 Dos comentarios:

-Como la mayoría, le eché un ojo a esta obra vía «digital». Personalmente, no veo ningún problema en que Frank Miller escriba su Batman Vs. Al-Qaeda. El problema es que es un cómic muy malo. Los cuadros de texto son lo más idiota que he leído en mucho tiempo.  Hasta panfleto, se queda bastante cojo. Es un cómic narrativamente irrisorio.

-El dibujo de Frank me sigue gustando. Viñetas como la de la estatua de la libertad con los ojos vendados tienen, a mi juicio, mucha fuerza. Y sigo pensando que Frank ha sido uno de los grandes. Dudo que vuelva a hacer algo que valga la pena, pero dentro de un tiempo se le recordará por Elektra asesina, Daredevil, TDKR y hasta por 300 y los primeros cómics de Martha Washington y Sin City. Y no por engendros como el Holy terror o Ida y vuelta del infierno. Y se le considerá lo que es, con justicia, uno de los más importantes artistas que ha dado jamás el cómic. 

Una petición:

No empezar a desbarrar con la jodida política, please.

@Mister_Air
@Mister_Air
Lector
24 enero, 2013 8:53

Aquí os dejo la B.S.O cortesía de los chavales de Charrando de Tebeos que son unos cracks.
http://m.ivoox.com/holy-terror-song-audios-mp3_rf_1457567_1.html

P.D.30€ por 120 páginas.Norma donde tiene la tienda,en la Moraleja?

Alejandro Ugartondo
Autor
24 enero, 2013 8:54

 Yo pude leer esta obra porque fuí uno de los afortunados que ganó el concurso que hizo zonanegativa hace unos meses y ya reseñe la obra en su momento.

La obra puede ser reaccionaria, panfletaria, partidista y todo lo que querais y el dibujo es bastante feo pero Miller sigue teniendo una gran fuerza narrativa y es capaz de componer algunas secuencias con mucha fuerza. Ya se suele decir, quien tuvo retuvo. De todas formas es una obra menor de un gran artista.

Otra cosa son las intenciones políticas de Miller, que las deja muy claras y son tan cuetionables como cualquier otra idea política.

FotoStorm
Lector
24 enero, 2013 9:06

 Pues voy a prescindir de este comic para no perderle el respeto a Miller, que es uno de mis favoritos. ¿no se salva ni el dibujo? el «estilo Sin City» me llama…

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
24 enero, 2013 9:24

 Lo primero es felicitar a Jordi por el excelente artículo, pero no te digo lo de otras veces, aquello de: «me ha hecho descubrir una obra o me la apunto en futuribles», ésta la leí de pie en Fnac en 15 minutitos y vuelta a su sitio porque además de todo lo que se pueda decir vale 29 pavos (pienso en todos los que hayan siquiera pensado comprar Holy Terror y a su vez han renegado de El Rayo Mortal que costaba bastante menos).

Lo primero que quiero decir es que no entiendo demasiado bien la caza y captura que hay últimamente con el bueno de Frank. Podemos entrar a discutir si no ha hecho nada decente en años o si ha despreciado el cómic para creerse un director de cine cojonudo que va a los estrenos con sombrero a poner cara de Pablo motos a la cámara. Pero en lo que respecta a lo que diga, piense o haga creo que hay que darle la importancia que tiene y punto. Lo que quiero decir es que si tuviera en cuenta los actos de Polanski o Eastwood por citar dos casos recientes me perdería, o lo que es peor, me armaría de todos los prejuicios del mundo(que ya son en muchos casos inevitables) a la hora de enfrentarme a sus obras. O sea, que lo que diga Miller sobre ésto o lo otro se va a quedar en la puerta cuando empiece Fumadores. Por eso no entiendo como hay mucha gente que le da hasta en el cielo de la boca sin haber leído casi nada de él o en otros casos renegando incluso de lo que le pareció maravilloso en otro tiempo.

Por otro lado no tengo claro cuánto hay del Miller artista o del Miller negociante en ésto. No sé si lo que dice de que hacer un Batman persiguiendo a Enigma en los tiempos que corren es una temeridad y hay que hacer cosas trascendentes y blablabla, lo dice por interés o porque se ha dado un golpe en la cabeza. Dependiendo de la razón confiaré más o menos en que vuelva a hacer algo bueno en el futuro.

Evidentemente Holy Terror me ha parecido espantosa. Lo peor que puedo decir de ella es que a mí no me provoca en absoluto de la manera que se supone que tendría que hacerlo, me provoca porque hay una carencia de ideas, una pereza, un descuido y una falta de respeto al lector y a sí mismo increíble. Claro, si después salen Millar o Gibbons a decir que es la hostia en patín se te queda la cara de Rajoy.

En fin, venga Frank, ánimo chaval.

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 9:25

El guión es deleznable pero lo que es innegable es que el dibujo es acojonante, por lo menos tomado viñeta a viñeta. Mirad el de la pareja bajo la lluvia que ilustra el artículo, tiene una fuerza que no se ve muy a menudo.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
24 enero, 2013 10:08

Mola, van a hacer un remake de Zelda: The Wind Waker en HD.

¿Off-topic? Claro, pero es que todo lo que había que decir ya lo ha dicho de maravilla Jordi. Poco que añadir al artículo, a menos que me ponga a hablar de la (inmunda, putrefacta y ponzoñosa) peli de Spirit y es demasiado temprano para ello.

Juan Luis Daza
Autor
24 enero, 2013 10:13

 Independientemente de que su ideología me parece deleznable como cómic es la pena, que sí, que hay viñetas aisladas en las que se ve al Miller de siempre, pero son tantos los desaciertos y las decisiones erradas que tomó para hacer Holy Terror que como obra no puedo darle otra definición que no sea «penosa». Y yo sigo reivnidicando al Miller grande de los 80 y la primera mitad de los 90, me quedo con ese de calle.

Juan Luis Daza
Autor
24 enero, 2013 10:17

 Por cierto, gran artículo, felicidades.

Luis Javier Capote Pérez
Autor
24 enero, 2013 11:06

 Un artículo fantástico para un cómic bastante apestoso.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
24 enero, 2013 11:12

 Esto es vivir de las rentas y lo demás tonterías. 

manolin
manolin
Lector
24 enero, 2013 11:40

 » Para patear el culo a Al Quaeda», que si Miller, que seguro que los de Al Quaeda andan acojonadísimos contigo.

Joder, Miller, que fatal andas de lo tuyo, de verdad. Por no hablar de la sociedad norteamericana en general, y es que EEUU debe ser uno de los pocos paises del mundo donde puedes ir de «enfant terrible» por decir las mismas chorradas que un periodista carca de Intereconomía.

Fausto Zem
Fausto Zem
Lector
24 enero, 2013 12:12

Que Frank Miller publique un mal cómic no es algo sorprendente si repasas lo que ha hecho desde Ese cobarde bastardo. Que en Zona Negativa se publique una reseña tan documentada como ésta sí que es sorprendente. Felicidades a Jordi T Pardo porque en enero acaba de escribir lo que probablemente será la mejor entrada que se publique en este sitio durante todo el 2013.

Musa
Lector
24 enero, 2013 12:18

 ¡Muchas de nadas! Qué guay verse mencionada. 

Una reseña muy completa, muy bien documentada y muy muy educada. El robo armado de Norma por esta basura de 30€ no tiene nombre. Las primeras escenas de lluvia son preciosas, porque como dibujante tiene mucho talento, no se puede negar, pero eso no salva un cómic. Ni la serie de cuadrados blancos. No es porque el guión sea malo, sino que es peor. No es sólo malo porque vaya a ofender a alguien con aberraciones, sino es malo a rabiar porque no tiene chicha de fondo. Y toda la historia en sí acaba resultando patética y ridícula. De hecho, me pregunto si puede llegar a ofender con todos estos estereotipos tan sobados y mil veces repetidos. Otra cosa es que hubiera gustado, pero tal como la han acabado lapidando… Y Fixer como superhéroe da pena (y mira que yo no soy una experta). 

JH
JH
Lector
24 enero, 2013 13:52

 Frank Miller… se le critica por lo que se le critica. Porque se metió con el movimiento Occupy Wall Street. Nada más. Creo que interpretaba un personaje, y le salió bien. Nº 1 en ventas de novelas gráficas.

Que sí, que no es un gran cómic éste, que no es digno de él, pero es que este tío, como guionista y como dibujante, es de la creme de la creme a lo largo de la historia del noveno arte, en ambos apartados. Así que respeto.

JH
JH
Lector
24 enero, 2013 14:07

 Otra cosa, la ficción es ficción… si alguien se ofende, que se j**a, que no sea tan susceptible o tan retrógrado o tan acomplejado. Estereotipos, violencia, burradas varias… en ficción no es más que eso, si un tío acaba traumatizado y después de verlo decide hacer ciertas burradas, es porque es un gañán sin cerebro o tiene problemas mentales, directamente.

Todavía me acuerdo cuando echaron la culpa en la TV de que un joven mató a sus padres y su hermana con una katana porque había jugado al FFVIII… todo joven en ese momento tenía el FFVIII. La mayoría tenía el pelo pincho, no por Squall, sino porque sí. Harto de chorradas de que si tal se va a sentir ofendido, que si dibujas a Mahoma blablabla… 

Lo dicho, no respeto las culturas bárbaras y medievales que defienden burradas… ciertas cosas no deberían permitirse ni respetarse por violentas, o sexistas, o retrógradas y faltas de cultura. Y no respeto la censura en el arte, por supuesto.

Pachinko
Pachinko
Lector
24 enero, 2013 14:07

 Lo mejor de este comic es que hace bueno el DK2…

Mr. X
Mr. X
Lector
24 enero, 2013 14:18

 » Lo mejor de este comic es que hace bueno el DK2…»

A mi el DK2 siempre me ha parecido bueno.

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
24 enero, 2013 14:20

Un articulo muy bien estructurado y muy cerebral para explicar el porqué de un comic muy simplón en su argumento y desangelado en su dibujo.

Holy Terror empieza siendo lo que se supone que es, pero a la mitad del comic se vuelve repetitivo, cansino, de relleno, sabes perfectamente lo que va a pasar porque no tien más que decir…

Yo tambien me quedo con el Frank Miller de los 80 y principios de los 90, rompedor tanto en estilo como en dibujo, que redefinió a Daredevil y al señor de la Noche.

Me duerle ver que este autor admirable haya degenerado tanto, estoy seguro que algo dentro de su ámbito personal se ha ido a la mierda y ha entrado en un proceso de autordestrucción que se refleja en la decadencia y dejadez de sus trabajos. Lo que hace y dice no es propio de una persona sana.

Espero que algun día vea la luz y salga del tunel en el que está atrapado y volvamos a disfrutar del Miller que todos queremos

Un saludo

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 14:34

BLUNTMAN ha comentado: estoy seguro que algo dentro de su ámbito personal se ha ido a la mierda y ha entrado en un proceso de autordestrucción que…

¡Que vaaaa! Lo que pasa es que ahora tiene mucha mas pasta. ¿Te imaginas los royalties que tienen que dejarle las reediciones y su participación en las pelis?
Ahora ya no mola tanto echar diez horas al día en el tablero de dibujo por cuatro duros.
Es lo de casi siempre, dale pasta a alguien y sus ideas se irán escorando hacia la derecha.

Musa
Lector
24 enero, 2013 15:42

«La educación ante todo  Y muchas gracias de nuevo por la colaboración, ha sido indispensable para darle definir el artículo  Y ya te haré leer historias verdaderamente buenas de superhéroes… Ya verás como el género tiene sus cosas buenas.  «

Venga hombre, que no ha sido para tanto 😉 Y yo te creo, pero con los superhéroes me pasa un poco como con las series, tengo constancia cero. 

Animal Man
Animal Man
Lector
24 enero, 2013 15:54

 Yo le tengo muchas ganas, pero a ese precio habrá de esperar a que un mes ahorre un poco más. Y la verdad es que, yo que soy bastante bien pensado, no sé hasta qué punto Miller está interpretando un personaje y dando la nota adrede o se le ha ido del todo. Recuerdo su «relatos ofensivos» que se publicó hará un montón donde, mediante el personaje de «Lance Blastoff», se pasaba por el capítulo de hipotecas todo lo relativo a la politicorrección y el resultado era un cómic macarra de lo más divertido. Yo no sé si está jugando a lo mismo, pero dando la impresión de ir en serio.

De todos modos, visualmente sigue siendo un auténtico fiera.

Sputnik
Sputnik
Lector
24 enero, 2013 17:34

 «El guión es deleznable pero lo que es innegable es que el dibujo es acojonante, por lo menos tomado viñeta a viñeta.».

Tomado viñeta a viñeta, sep. Pero (y es la primera vez que veo esto en un cómic de Miller, hasta los peores tenían unas cuantas genialidades) tanto a nivel narrativo como estetico es perezoso y reiterativo hasta la muerte.

¿Qué más voy a decir? El artículo lo dice todo. Enhorabuena por él.

Sputnik
Sputnik
Lector
24 enero, 2013 17:39

 «Y a mí, pero cada vez menos: la última vez cometí el error de leérmlo tras DK1 y no me divirtió tanto como en otras ocasiones.»

Otro al que le gusta DK2 (se folla por todos los bujeros al 90% de los cómics contemporáneos de super-gente, vaya, y tiene páginas que son para estudiar con calma), pero leerlo después del Regreso del Señor de la Noche… ¡tú estás loco! Es como ver Los Siete Magníficos y justo después Los Siete Magníficos en el Espacio. No way.

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
24 enero, 2013 19:05

Ocioso ha dicho: «Es lo de casi siempre, dale pasta a alguien y sus ideas se irán escorando hacia la derecha.»

Osea, que tiene el Sindrome de Liefeld: cuanto más pasta, peor trabaja.

Sabia que lo suyo no era de persona sana 😀

birdman
birdman
Lector
24 enero, 2013 19:06

 Miller esta en mi Olimpo personal, pero los estadounidenses tienen la vision politica de un nene de 5 años.

Otro fantastico articulo, muchas gracias.

Cuanto tiempo les lleva preparar un articulo de estos ? curiosidad nomas?

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 19:18

BLUNTMAN ha comentado: el Sindrome de Liefeld: cuanto más pasta, peor trabaja.

Un respeto por ROB! que a él no le ha afectado la pasta: trabaja igual de fatal que siempre.

López Iñíguez
Lector
24 enero, 2013 19:18

Primero que nada: Muchas gracias por tan excelente artículo. Completo, contextualizado y con mucho análisis. Segundo: Tuve la suerte (o mala suerte) de leer este cómic de Frank y… me aburrió, no me gusto el dibujo, la historia es mala y más encima es como un fanfic de Batman… no podía ser la chica ave o la chica sado ¿Tenía que ser la chica felina? un copiazo de Batman de DK2 (no el DK1 que ese es más genial).

Decepcionante. Lo único que me gusto fue la base secreta de AlQuaeda, que era como un templo surrealista, el resto es tan hueco y básico que denigra. Es casi como haber visto un cómic donde los protagonistas buenos fueran unos neo-nazis matando travestís o quemando vagabundos o fuera un pedofilo matando policías, el mundo al reves… no sé, quizás estoy exagerando, pero me pareció excesivamente políticamente incorrecto, un panfleto infantiloide e imperialista con lo más rancio y porfiado del pensamiento post 9/11… decadente.

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 19:19

birdman ha comentado: Cuanto tiempo les lleva preparar un articulo de estos ?

Calculo que en el mismo tiempo podrían sacarse una oposición de dificultad media.

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 21:25

Podría haber un avatar mejor. A finales de los 70 pusieron en España una serie de dibujos animados de superheroes creada por Ralph Bakshi diez años antes. No consigo acordarme de como la llamaron en España, ni mucho menos de como tradujeron a su personajes mas emblemático, the Cuckoo man. Pero juraría que aquí era el Hombre pájaro.

Para los mas viejos de lugar, con todos ustedes, The Mighty Heroes:
http://www.youtube.com/watch?v=R1JQE9WaebA

the drummer
the drummer
Lector
24 enero, 2013 21:50

joer con edadepriedrix

molon labe
molon labe
Lector
24 enero, 2013 21:53

 Que tiempos aquellos que tu padre te decia.. Niño!! levantate y cambia de canal… y solo habia otro.

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 22:05

Pues si no me fallan las cuentas esto se emitió en España en el 78 o 79, o sea que ya andabais por aquí y ya comiais sólido.

the drummer
the drummer
Lector
24 enero, 2013 22:18

debes estar hablando de ésto; seguro que lo echaron por la tele? juro que no recuerdo nada parecido

Sputnik
Sputnik
Lector
24 enero, 2013 22:19

“Es lo de casi siempre, dale pasta a alguien y sus ideas se irán escorando hacia la derecha.”

Me parece una falacia, pero la única forma de salir de dudas es el método científico: dadme mazo pasta, y si me escoro a la derecha Ocioso tenía razón.

«Pues si no me fallan las cuentas esto se emitió en España en el 78 o 79, o sea que ya andabais por aquí y ya comiais sólido.»

¿En el 79 el mundo todavía era en blanco y negro?

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 22:30

the drummer ha comentado: seguro que lo echaron por la tele?

Sí, seguro, yo ví algunos. Pero no me suenan las traducciones de los nombres de la carátula del video. A lo mejor una de las dos, tele o video, iban en español latino.

Sputnik ha comentado: Me parece una falacia, pero la única forma de…

Pues claro que es una falacia, pobre de mierrrrrda.

¿En el 79 el mundo todavía era en blanco y negro?

Y caminábamos muy rapido con pasitos cortos.
¡Que no, hombre! ¿No has visto documentales de la transición? En el 79 el mundo tenía colores saturados, íbamos sorteando puntitos y rayitas verticales blancas, y hasta los niños llevaban barba.

Sputnik
Sputnik
Lector
24 enero, 2013 23:18

«¿No has visto documentales de la transición? En el 79 el mundo tenía colores saturados, íbamos sorteando puntitos y rayitas verticales blancas, y hasta los niños llevaban barba.«

Coño, yo pensaba que eso era cosa del instagram. Recuerdo que en el cole algo me contaron de la transición, pero está todo borroso. ¿Me la puedes explicar?

Dicho lo cual, creo que lo que de verdad molaría sería conocer la versión Milleriana de la transición. Con hostias como panes y Manuel Fraga diciendo aquéllo de «Esto no es un lodazal, es un quirófano… y yo soy el cirujano».

Ocioso
Ocioso
Lector
24 enero, 2013 23:44

Bueno, en aquellos años en los que se hablaba de inseguridad ciudadana Fraga soltó aquel «La calle es mía»
Y te digo una cosa, me enfrentas a Harry el sucio con su «Magnum 45 la pistola bla-bla-bla» contra Fraga con una garrota, y no tendría tan claro por quien apostar.

FotoStorm
Lector
25 enero, 2013 0:21

Fraga con garrota dibujado por Frank Miller es todo un concepto. Me juego lo que querais a que si narrara el episodio de palomares el bañador de Fraga sería uno de esos elementos coloreados…

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
25 enero, 2013 9:45

 Venga, vamos a buscar el avatar perfecto para Birdman

JJ
JJ
Lector
25 enero, 2013 14:05

«Holy terror» es al comic lo que «Spirit» al cine.

Salu2

 

birdman
birdman
Lector
27 enero, 2013 2:02

 «Birdman, tío: no seas vago y ponte tu avatar

Nada me gustaria mas, tengo muchos que uso en otros foros. Pero no se como se carga en Zona negativa o WordPress

Alguien me ayuda ?