El mundo del cómic esta de luto. Nos ha dejado uno de los artistas más importantes de la historieta española de los últimos cincuenta años. Leopoldo Sánchez Ortiz falleció el pasado sábado 13 de noviembre con setenta y tres años.
Su trayectoria profesional como dibujante y autor de cómics está marcada por ser el cocreador de una de las series españolas más importantes de la década de los ochenta, se trata de Bogey escrita por el magnífico guionista Antonio Segura. Una obra que la editorial Ponent Mon recopiló íntegramente en un álbum publicado en 2016. Con esta serie de ambientación futurista y temática genuinamente de género negro, los dos autores consiguieron atraer todas las miradas hacia el nuevo tebeo hecho en castellano que estaba iniciando una etapa de oro que se ha conocido como el boom del cómic español.
Bogey es una obra que se recuerda, a parte de los violentos, críticos y novedosos guiones de Segura, también por el portentoso arte de Sánchez. En cada historia el artista de Cartagena nos regala al menos una página memorable. Su dibujo y su narrativa tienen la heterodoxia de Josep Mª Beà, el dominio del blanco y negro de Jordi Bernet y la fluidez visual del mejor Carlos Giménez. Era además un mago del diseño, de los títulos y del dibujo de mobiliario e interiores.
Pero la trayectoria de este artista imprescindible en el tebeo nacional no se limita a esta gran obra. Leopoldo Sánchez Ortiz nació en Cartagena en 1948. Su carrera empezó en la editorial valenciana Maga donde trabajaban sus primos José y Leopoldo Ortiz, junto a Luis Bermejo y a otros esforzados dibujantes. Cursó estudios de Bellas Artes y empezó a trabajar para el mercado nacional y exterior en editoriales como Bardon Art, Fleetway, Editorial Ferma o la francesa Aredit. En los 70 publicó la primera parte de la adaptación de El Quijote en la revista Trinca para luego engrosar la lista de dibujantes españoles que colaboraron con la editorial norteamericana Warren en lo que se llamó la spanish invasion.
A finales de la década vuelve al mercado español creando junto al extraordinario guionista Antonio Segura la serie Bogey que acabó publicándose en la revista mensual Cimoc. Participó junto a Manfred Sommer, Andrés Hispano y José Ortiz, entre otros, en la fundación de la Editorial Metropol que publicó las revistas Metropol, K.O. Comics y Mocambo. Otras obras de esta época son Diario de Arena y El justiciero enmascarado. Leopoldo Sánchez dejó la historieta a principios de la década de los noventa para dedicarse a la pintura y el dibujo publicitario.
En 2018 volvió al universo del cómic publicando un álbum titulado Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone con textos, ilustraciones y unas 70 páginas de historietas inéditas. Lo editó Ponent Mon que, dos años antes, ya había recopilado toda la serie Bogey en un lujoso tomo. En 2019 el sello eVolution Comics de la editorial Panini publicó la obra titulada Pepe Malone, Apocalipsis y Una casa de reposo en las afueras con el mismo protagonista de Tú mismo y este año 2021 se publicará el tercer episodio de este personaje con el álbum Pepe Malone, el cipote incorrupto de Casanova y otros disparates que edita Amaniaco Ediciones.
Su inesperado fallecimiento ha cortado de raíz la vuelta de este genio del arte gráfico y la narrativa visual al mundo de la historieta contemporánea.
Leopoldo Sánchez ha sido uno de los mejores dibujantes y narradores del comic nacional de los últimos años y su trabajo ha influido tanto en autores españoles como extranjeros, destacando por su trascendencia el peso que tuvo la serie Bogey en el diseño y la compaginación de las páginas de Watchmen tal y como confesó en su momento el propio dibujante de la serie, el británico Dave Gibbons.
Nos acaba de dejar un gigante del medio.
Reseñas de la obra de Leopoldo Sánchez en Zona Negativa:
Reseña de Tú mismo editado por Ponent Mon
Reseña de Bogey. Integral editado por Ponent Mon
DEP.
Descanse en paz.
«Su dibujo y su narrativa tienen la heterodoxia de Josep Mª Beà, el dominio del blanco y negro de Jordi Bernet y la fluidez visual del mejor Carlos Giménez.»
Has alcanzado con la reseña la altura de la pérdida, Tristan. No se merecía menos, gracias compañero.
Otro grande que se va pero que alcanzó la inmortalidad con su obra