Homenaje a Quino

El dibujante argentino Quino siempre será recordado por su serie Mafalda, también por ser un autor único, valiente y dotado de un talento artístico maravilloso. Ahora que nos ha dejado, solo nos queda llorar su pérdida, junto a Mafalda, Felipe, Manolito, Susanita, Libertad… y recordar cada una de las gloriosas páginas que nos ha ido dejando.

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Ahora para mí el dibujo es todo, no sé hacer otra cosa, soy inútil para nada que no sea dibujar”. Joaquín LavadoQuino”.


Se nos ha marchado el padre de uno de los iconos del siglo XX, ha fallecido uno de los pensadores más importantes de los últimos cincuenta o sesenta años, se ha ido una de las leyendas de la historieta mundial.
Joaquín Lavado, conocido mundialmente como Quino, alcanzó la fama gracias a un personaje absolutamente carismático como Mafalda. Con ella llegó a ser publicado en numerosos idiomas y gracias a ella encontró su sitio entre los historietistas más famosos a escala planetaria. Al cancelar la serie, tras más de nueve años de existencia, se dedicó a realizar sus famosos “chistes gráficos” en los que mezclaba el comentario político con la ternura, la reflexión filosófica y mucha mala baba. Eran auténticos aldabonazos morales que sorprendían, divertían y obligaban a reflexionar al mismo tiempo, dejándonos a menudo con un amargo sabor de boca. Estos comentarios gráficos no tienen un personaje protagonista y pueden presentar el formato de dibujo único o cómic secuenciado. Durante su carrera Quino publicó más de una veintena de libros recopilatorios de sus chistes gráficos y, por otra parte, su serie Mafalda ha sido traducida a más de treinta idiomas.
Mafalda, es el equivalente de Charlie Brown o Mickey Mouse en el cómic de lengua castellana.

Cuando era niño, a menudo llegaban a su casa publicaciones como Life, Esquire o Saturday Evening Post. Sus primeras influencias artísticas provienen del mundo del cartoon. Quino admiraba profundamente a Saul Steinberg, ilustrador de la revista The New Yorker, a Eldon Dedini y también a los artistas de la publicación semanal francesa Paris-Match, como Jean Bosc o Chaval. De su país, el primer artista que siguió fue a Divito.

Joaquín Salvador Lavado Tejón (1932-2020) nació el 17 de julio en San José, en el departamento de Guaymallén en la provincia de Mendoza. Sus padres emigraron en 1936 a Argentina, procedentes de Fuengirola en Málaga, escapando de las represalias de los vencedores de la Guerra Civil. Quino definía a su familia como “Republicana y anticlerical”. Su madre murió cuando tenía tan solo trece años.
La vocación artística le vino de su tío Joaquín Tejón que era ilustrador, pintor y diseñador gráfico. También, para distinguirlo de su pariente, en su familia empezaron muy pronto a llamarlo Quino.
El futuro creador de Mafalda se matriculó en 1945 en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza que abandona dos años y medio más tarde. En 1949, tras la muerte de su padre, realiza el servicio militar y decide dirigirse a Buenos Aires con el propósito de ser dibujante de historieta y humor. Tenía dieciocho años.

Ejemplo de los primeros trabajos de Quino

En la capital pasó malos momentos profesionales y económicos pero en 1954 logra vender su primer trabajo a la revista semanal Esto es. Desde este momento pasa a publicar sus trabajos en varios semanarios y revistas como Rico Tipo, Tía Vicenta, Dr. Merengue, TV Guía, Usted, Panorama, Che o en el diario Democracia. Estos trabajos los compagina con diversos encargos publicitarios.
El artista se casó con Alicia Colombo en 1960.
En 1963 publicó su primer recopilatorio titulado Mundo Quino al que le seguirán más de veinte durante su carrera, solo en Argentina. Este mismo año recibe el encargo de realizar una strip publicitaria para la compañía de electrodomésticos Mansfield. La tira debía estar protagonizada por una niña de seis años cuyo nombre empezase por M, por lo que Quino creó al personaje de Mafalda basándose levemente en el de Nancy creado por Ernie Bushmiller. La campaña comercial estaba prevista que se publicase en el periódico Clarín pero no prosperó. En 1964 vendió la idea al semanario Leoplán, sin el componente publicitario, y posteriormente al periódico Primera Plana donde la primera tira del personaje se estrenó el 29 de septiembre de 1964.

Los dos primeras tiras de Mafalda

Durante los casi diez años que duró su publicación la strip sufrió varios cambios de cabecera y algunas pausas en su difusión. En marzo de 1965 la serie cambia del periódico; de Primera Plana a El Mundo, donde disfruta de una mayor tirada y difusión. En diciembre de 1967 el periódico El Mundo cierra sus puertas y Mafalda deja de publicarse durante cinco meses hasta que en junio de 1968 vuelve a los quioscos en el semanario Siete Días Ilustrados donde se incluyen cuatro tiras cada semana. Finalmente el 25 de junio de 1973 se publica la última tira de Mafalda ya que su autor decide cancelarla alegando falta de ideas.

Última tira de Mafalda

Posteriormente la strip ha sido recopilada en numerosas ocasiones en una colección de álbumes que constaba de diez o doce volúmenes. Joaquín Lavado conservó la titularidad de los derechos de la obra y esto le permitió controlar en todo momento la difusión y merchandising de la serie.

Portada del cuarto álbum de Mafalda

Tras Mafalda, Quino se mostraba muy preocupado por la deriva autoritaria que se estaba estableciendo en su país y veía como varios amigos suyos eran detenidos y considerados desaparecidos por las autoridades de Argentina. Debido a estas circunstancias decidió establecerse junto con su esposa en Milán, en Italia, donde permanecieron algo más de siete años hasta que la dictadura argentina finalizó. Desde entonces la pareja alternó su lugar de residencia entre Buenos Aires, Milán y Madrid, donde naturalizó su ciudadanía española.

Durante estos años Quino siguió publicando sus páginas de humor gráfico de manera semanal en publicaciones como Clarín o El País y ha participado en numerosas campañas promocionales de entidades y organismos públicos como UNICEF, el Ministerio de Educación de España, la Cruz Roja y muchos otros. Además su serie Mafalda se adaptó a la televisión en 1993 llegándose a emitir 104 episodios y, junto al cineasta cubano Juan Padrón, realizó numerosos cortometrajes de sus páginas de humor bajo el título de Quinoscopios.

Joaquín Lavado ha recibido numerosos premios y reconocimientos entre los que destacan la Orden Oficial de la Legión de Honor de la República Francesa, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, Premio Iberoamericano de Humor Gráfico Quevedos 2000 y el reconocimiento como Ciudadano Ilustre de las ciudades de Buenos Aires, Guaymallén y Mendoza.
Se retiró profesionalmente en abril de 2009 y su fallecimiento se produjo el 30 de septiembre de 2020 a causa a causa de un accidente cerebrovascular. Tenía 88 años y el día anterior se habían cumplido 56 años de la publicación de la primera tira de Mafalda.

La importancia de la obra de Quino radica fundamentalmente en su capacidad de representar ideas altamente sofisticadas de una forma sencilla, directa y clara. Tanto en su faceta de humorista gráfico como cuando realizaba las tiras de Mafalda, el autor argentino era capaz de llegar a todo tipo de públicos y de todas las edades.

Sin embargo, sus obras – siempre comprometidas con un humanismo laico, pacifista y progresista – no son ni acomodaticias ni mansas. La obra de Quino ha sido censurada en numerosas ocasiones por todo tipo de regímenes políticos e ideologías retrógradas. Su serie Mafalda fue desaprobada tanto por la dictadura del general Franco, que obligó a catalogar sus álbumes como “Lectura solo para adultos”, como por el régimen comunista de China que eliminó varias tiras, dedicadas a las pretensiones de Susanita de formar una familia numerosa. Otras dictaduras como la cubana, la chilena, la brasileña o la boliviana han bloqueado algunas de sus daily strips a lo largo de su publicación. Sin ir más lejos, el semanario del periódico español El País no publicó algunas de las páginas humorísticas de Quino por considerarlas demasiado lúgubres a lo que el autor respondió que: “En efecto son lúgubres pero no tanto como la vida real”.
Su compromiso con los más débiles, con los perdedores y su enorme comprensión hacia las flaquezas del ser humano le han permitido conectar con los lectores de todo el mundo que han disfrutado de su lenguaje universal y de su inacabable ternura.

Se ha apagado uno de los más grandes faros del pensamiento gráfico que nos quedaban. Afortunadamente su obra nos seguirá guiando a través de las dificultades diarias que nos presenta la vida. Sus enseñanzas están ahí para que las disfruten y reflexionen las nuevas generaciones.

Descanse en paz, maestro Quino.

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Nippur
Nippur
Lector
8 octubre, 2020 14:38

Uno de los pocos maestros que con tan poco dicen mucho.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
8 octubre, 2020 14:42

Hermoso homenaje. Ya expresé lo que sentía en la publicación de su deceso, pero vuelvo a remarcar su papel de gigante entre gigantes (para mi, solo entre Goscinny/Uderzo, Alan Moore, Herge y alguno más), y personalmente, fundamental en mi vida como lector (practicamente aprendí a leer con los 10 libros de Mafalda) y como humano, siempre creí que decía mucho más en una sola página como las de Clarín, que en tomos gigantes de filosofía.

Mario Soto Molina
Mario Soto Molina
Lector
8 octubre, 2020 15:45

Sin duda un talento sin igual, con esa capacidad de plasmar la realidad (la cruda realidad) de forma sencilla pero que te llega como un mazo. Sus dibujos son tan expresivos, sus personajes tienen tanta dimensión, que era imposible no sentirlos reales. A destacar su trabajo con las tintas también, tiene unos achurados hermosos, usados en la forma justa y correcta. Y además de todo su talento, por lo que he leído de colegas y tantos lectores, al parecer Quino era un gran tipo, de esas personas queribles más allá de su obra. Tengo el gran tomo «Todo Mafalda» y lo leo de a poco, no quiero que se acabe nunca

Alejandro Ugartondo
Autor
8 octubre, 2020 16:54

Buen homenaje para un artista inmenso. Mafalda me gusta mucho pero siempre me ha parecido que donde realmente desarrolló todo su talento fue en las ilustraciones de humorísticas, verdadero compendio de crítica social y filosofía realizada por uno de los trazos más virtuosos del medio.