La ficción no es una mentira. Es una creación de su mente. Es su forma de poder seguir vivos… Nunca lo entenderás…
Antonio Navarro es un historietista nacido en Madrid en el año 1959. Comenzó su carrera en los años ochenta publicando en alguna de las revistas más importantes del momento como Rambla, Cairo o Cimoc para las que realiza diversas historias. En 1991 da el salto al mercado francobelga con la serie Les mondes de luz. A ésta le siguen dos álbumes dentro de la colección de Planeta Relatos del Nuevo Mundo titulados El esplendor de la cultura maya. La leyenda de Ahau con guion propio y Primeras expediciones al río de la Plata. El mar dulce con guión de Miguel Ángel Nieto. En 1995 publica el álbum Por Soleá (Ponent), que le vale la nominación al premio al mejor guión del Saló de Barcelona. En 2005 ve la luz El tiempo arrebatado (Ponent), su último álbum hasta la fecha en nuestro país. Además de al cómic también ha empleado su tiempo en la industria del cine y en publicidad.
Homónimos es un álbum compuesto por historias cuyo hilo conductor es que los protagonistas están hermanados entre sí y con el autor por su nombre: Antonio Navarro. El germen del álbum es algo que todo el mundo ha hecho: buscarse en Internet, pero lo meritorio es sacar lo mejor de esas personas. Pese a parecer independientes, tienen mucho más en común de lo que aparentan ya que se comunican y cruzan entre sí, formando un todo que se disfruta mucho más cuando finaliza la lectura. Y es que nos encontramos ante un álbum de largo recorrido, cuyas historias acompañan varios días y al que las sucesivas lecturas le otorgan mayor profundidad, descubriendo siempre nuevos matices. Dice Antonio Navarro que Homónimos es un autorretrato de otros y que él es todos estos Antonios Navarros, y a la vez no es ninguno, algo que de alguna manera podemos hacerlo extensible a nosotros como lectores ya que al abrir el álbum participamos del maravilloso juego que encierra.
Es inevitable no pensar que en que esas historias cortas nos transportan a la época dorada las revistas de cómic para adultos y no parece extraño que hubieran aparecido junto a la obra de Font, Beà, Max, etc… dentro Cimoc, El Víbora o Cairo. Con la diferencia de que Navarro utiliza distintos estilos, no solo en la parte gráfica sino también la narrativa, vemos así todo tipo de historias, algunas con voz en off, otras llenas de elipsis, otras lineales, etc formado un cómic que se convierte en un catálogo que nos muestra las infinitas posibilidades del medio.
Como hemos dicho antes el álbum asemeja a los recopilatorios de series cortas procedentes de las revistas. El nexo de unión son dos entes extraños que tratan de comprender a la humanidad mientras buscan, en algo similar a la biblioteca de Lucien, las distintas historias de los Antonios Navarros, en estos episodios la presencia del maestro Alberto Breccia es total. Historias que están basadas en personajes reales, alguna protagonizada por el mismo Antonio Navarro y sus parientes. Son historias en las que se mezclan todo tipo de géneros, con estilos de dibujo y de narrar, exigiendo al lector un esfuerzo que se hace con sumo gusto ya que la lectura es apasionante. Chambergo es una historia de género negro que se desarrolla durante la Guerra Civil, cuenta con una narrativa muy cinematográfica y un estilo gráfico muy similar al usado por Navarro en su obra Por Soleá. La siguiente es Madroño, pura línea clara de Hergé con varios homenajes más que no revelare ya que podrían estropear la lectura, aunque argumentalmente sería una obra más fantástica, recordando a los primeros relatos del género. Con Haggadah la exigencia se multiplica, ya que estamos ante una historia que nos transporta al medievo y se narra como los grabados de la época, claros antecesores del cómic. Con esta historia vemos que la obra no solo trata de de los nombres y su importancia sino que también es un repaso por la historia del medio. La siguiente historia es Estigma, aquí desaparece la narración lineal y vemos cuatro historias superpuestas, entrecruzadas y con saltos temporales, en las que el color sirve para diferenciarlas. Prometeo es una historia realizada con stop-motion (sin el motion) de muñecos de papel maché, es una historia intimista que está contada en forma de soliloquio que recuerda a Cinco horas con Mario. De nuevo aparece Hergé, algo que nos hace ver que las historias no son tan independientes como parecían en un principio. En Tocayo viajamos a la revolución cubana para vivir una historia de espías que encierra mucho más, es una historia dibujada con un estilo que recuerda a Chabouté y los autores de la nueva BD; de nuevo el color sirve para situar temporalmente la historia. Tatanka nos nuestra claramente lo conectadas que están las historias ya que nos encontramos con un Antonio Navarro que aparecía en Estigma; es una historia tragicómica que entronca con ese sentido del humor tan español que es reírse de los minusvalidos y quedarse solo con la anécdota más sonrojante de alguien con una vida excepcional, narrada a través de los ojos del protagonista, con un composición de página muy rígida que nos hace sentirnos tan encerrados en ella como lo está el protagonista en su cuerpo. La última es Viñetas, donde Antonio Navarro nos cuenta un episodio de su infancia que dio comienzo a su amor por el cómic, en ella además vemos como su yo infantil rechaza los convencionalismos del arte en una declaración de intenciones que resume en gran parte lo que es Homónimos.
Estás historias forman una reflexión sobre la importancia del propio nombre a la hora de construir tu identidad, el nombre es mucho más de lo que en un principio nos pueda parecer, no es algo elegido por nosotros pero conlleva una serie de herencias y obligaciones con las que deberemos convivir. Descubrimos que a veces debe ser ocultado para no revelar tu identidad, pero otras ansiamos que aparezca en luces de neón para recibir todo el reconocimiento que creemos merecer. Y es que para ser algo sin un significado aparente, nuestro nombre marca nuestra vida. Pero Homónimos no trata únicamente sobre la importancia del nombre y la identidad, sino que también sirve como retrato del siglo XX y una reivindicación del cómic como arte mayor y sin ningún tipo de dependencia de otros. Homónimos encierra muchos más temas y reflexiones pero tendréis que descubrirlo leyéndolo que el mensaje puede variar en función del lector.
El apartado gráfico es simplemente espectacular, en él se dan cita la línea clara, cómics clásicos de aventuras, el expresionismo, los manuscritos iluminados medievales, Breccia, Hergé, Picasso, Alex Toth, Brueghel el viejo, Dave McKean… todo lo que puede ofrecer el cómic occidental está presente. Antonio Navarro juega con todos los aspectos que permite el cómic, color, tinta, composición, etc…, creando una muestra de sus recursos que debería ser materia obligatoria en todas las escuelas de dibujo.
Norma Editorial hace una gran edición, con buena reproducción y papel. Además del cómic en sí el álbum tiene un prólogo de Juan Diaz Canales y un epílogo en el que el autor escribe sobre la realización del tebeo. Norma vuelve apostar con fuerza por el cómic nacional de producción propia poniéndolo en primera plana en su catalogo.
Homónimos será sin duda uno de los candidatos a todos los premios. Un cómic profundo, original, lleno de matices y con un apartado narrativo y gráfico apabullante que propone una interesante reflexión sobre la identidad y la importancia de los nombres.
Guión - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5
9.3
Única
Uno de los cómics del año