Ya varias veces hemos comentado por aquí lo continuista que es el plan editorial de Planeta con respecto a Aftershock en este 2020, prácticamente la totalidad de este consiste en seguir o finalizar las obras iniciadas el año pasado, con tres salvedades, el inicio del spin-off de Animosity, lo cual no deja de ser lo mismo, Dreaming Eagles y, del que hablamos hoy, Hot Lunch Special, un tomo autoconclusivo, ya que contiene la serie completa de cinco números publicada originalmente en Estados Unidos durante el 2018, excepto el último número que se retrasaba a febrero de 2019. La cuestión es que aquí se ha optado por potenciar las series largas, a la postre algunas de las más triunfadoras de la editorial americana, y no me cuesta nada decir que Hot Lunch Special está entre lo mejor que se ha hecho en Aftershock.
Una de las cosas que me gustan mucho de la edición de Planeta con respecto a Aftershock son los textos introductorios escritos por autores o editores, heredados de la edición original, que siempre aportan algún elemento extra sobre la concepción de la obra. Es cierto que a mi me gusta leerlos después para llegar lo más limpio posible a la lectura, manías de cada uno, pero si normalmente es agradable conocer ciertos detalles, este en concreto da un cierto vuelco a la reflexión final cuando el guionista, Eliot Rahal, admite que la inspiración le vino de su propia familia, de las dificultades de ser inmigrantes y de las rupturas especialmente, se puede decir, sin caer en spoilers, que la familia es lo que te toca, dicho que se suele completar con un “mientras que los amigos los eliges”, pero esa es otra historia, ya que esto va más sobre cómo nos marca entre quiénes nacemos, queramos o no.
Por otro lado, y siguiendo con la edición, lo que más me sorprendió es que la portada no refleja exactamente el interior. He visto varios casos, entre los que me incluyo, en los que ese sandwich con dedos cortados daba la impresión de situarnos ante una obra de estilo algo sádico y con un toque de humor, para nada, casi se puede decir que es todo lo contrario, los autores nos dan un drama familiar, con mafias, negocios sucios, una pizca de violencia y todo rodeado de un aura oscura y triste. Un amigo y compañero de esta casa, Sergio Fernández, hablando de esta historia, me la definió muy acertadamente como “Fargo sin humor negro”, la verdad es que toca temas muy similares, desde una perspectiva parecida y ambientadas en estados como Minnesota o Wisconsin, con zonas algo apartadas al radar habitual de este tipo de narraciones. Pero en lo que es temática general, pasando al mundo comiquero, se puede decir que este tomo encajaría en el tipo de historias del Criminal de Ed Brubaker y Sean Phillips.
Hot Lunch Special nos narra una historia familiar, la de unos libaneses que emigran a Estados Unidos, la familia Khoury. A modo de resumen se cuenta su pasado hasta llegar a una generación que hace del restaurante familiar una empresa de alimentación, que se mueve a nivel estatal y tiene tratos con una empresa de transportes desde hace décadas, aunque estos últimos no son muy limpios, a los Khoury no les importó demasiado, pero ahora quieren moverse a nivel nacional, expandirse, llevar alimentación Khoury más allá, y para ello minimizan sus relaciones con los Moran, los transportistas. Evidentemente estos no cederán y utilizarán cualquier medio para que los Khoury no se vayan. Con esto empieza una espiral de violencia, infortunios y meteduras de pata que puede acabar con ambas familias.
La historia se centra sobretodo en la familia Khoury, aunque siempre veremos la perspectiva de los Moran, y en ella tendremos a los típicos personajes de una historia como esta, el padre y director, su hijo que intenta demostrar más de lo que es, su hija, ahora madre soltera, el tío, segundo al mando, y un buen puñado de primos. La historia va por escenas, no hay un protagonista, aunque destaca Dorothy, la hija que regenta el restaurante original del que parte la empresa, por su importancia en la trama y en el desarrollo de esta, además de ser con la que más podemos empatizar y centro del drama. De hecho es el mejor personaje del tomo, todos se corresponden con algún estereotipo del genero negro y ella logra salir un poco. En este sentido tampoco es una historia que pretenda innovar, se parece mucho a otras cosas que ya hemos visto, incluso el final tiene un aire a Los Soprano, por esa sensación de que la obra parece abierta, pero también por dar una circularidad que hace que todo encaje como un laberinto del que nadie puede salir.
Unos diálogos muy interesantes y una trama muy bien escrita convierten a esta historia en lo mejor que ha escrito Eliot Rahal hasta el momento, contando con que The Paybacks es una buena serie que realiza en Dark Horse y tiene algún trabajo interesante en Valiant, precisamente la última serie de Quantum & Woody que se editó en España, pero parece que el escritor va mejorando, habrá que estar atentos a lo que haga en el futuro, tiene una nueva serie en Vault Comics con buena pinta, Bleed Them Dry.
Pero si algo destaca es el dibujo, ni más ni menos que Jorge Fornés, un autor que actualmente está dibujando a Batman, que ya ha pasado por Marvel y DC, con una estancia en Dynamite, es el elegido para narrar la historia de la familia Khoury y lo hace de maravilla, Fornés es un autor al que este género negro (como la temática de superhéroes más callejeros) le va como anillo al dedo, tiene una capacidad enorme para dar el aura de oscuridad necesaria para que entremos en el drama de esa familia, pero con una narrativa, tanto de las pausas como de la acción, que es impecable. Un estilo actual pero que nos consigue dejar ese regusto a clásico. Además el dibujante se ocupa de todo en esta historia, desde aplicar él mismo el color hasta el diseño del logo, incluyendo las portadas, por supuesto.
Me daría pena que Hot Lunch Special pasase desapercibida, es un tomo que hará las delicias de los seguidores del género negro, con mafias y máquinas de sandwich, una obra seria con un dibujo maravilloso que reflexiona sobre la familia y las dificultades para romper las costumbres generadas por la misma.
Hot Lunch Special
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
Familiar
Eliot Rahal y Jorge Fornés nos ofrecen una triste historia de género negro y mucha calidad.
Pintaza, y qué dibujante más espectacular es Fornés, digno de Mazzuchelli