House of Mystery: Espacio y aburrimiento

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Edición original: may. 2009/oct. 2011; Vertigo (DC Comics).
Edición España: Planeta DeAgostini/ECC Ediciones (sep. 2009/jul. 2012).
Guión: Matthew Sturges, Bill Willingham.
Dibujo: Luca Rossi et al.
Entintado: Luca Rossi et al.
Portadas: Sam Weber.
Color: Lee Loughridge.
Rotulista: Todd Klein.
Precio: 10,95 € (Rústica, 128 págs.)

 

Todo tiene un comienzo. House of Mystery fue el nombre que se le dio, allá por los años cincuenta del pasado siglo, a un cómic de DC centrado en relatos de terror y suspense. La cabecera fue existosa y generó a los pocos años una serie gemela titulada House of Secrets donde debutó nada más y nada menos que La Cosa del Pantano, y que fue rescatada para Vertigo con poca fortuna por Steven T. Seagle en 1996. Nada en particular hasta aquí. Pero mucho más adelante, cerca ya de la década de los setenta, las historias comenzaron a ser presentadas por dos personajes muy peculiares y conocidos, nacidos de un libro mucho más antiguo –y tanto– aunque de presencia notable en el panorama decero de la época gracias al tebeo Plop!. Sus nombres: Caín –para los misterios– y Abel –para los secretos–. ¡Caín y Abel! Los personajes míticos del Antiguo Testamento y los mismos a los que más tarde Alan Moore primero (en La Cosa del Pantano) y Neil Gaiman después (como secundarios regulares en The Sandman) concedieron fama inmortal entre los amantes de DC en general y la línea Vertigo en particular.

Desde ese punto saltamos en el tiempo y llegamos a mayo de 2008, fecha elegida para que, después de algunos fallidos y olvidables relanzamientos, la mítica cabecera alcanzara su redefinición definitiva de la mano del guionista estrella del momento en la línea Vertigo (Bill ‘Fábulas’ Willingham) y de su fiel escudero (Matthew ‘Fábulas presenta: Jack’ Sturges), ambos pertenecientes al taller de escritura Clockwork Storybook. A tal fin, el tándem de escritores apostó fuerte, creando un título con todo el aroma clásico de la línea y revistiéndolo con lo mejor de dos épocas y formatos: la intriga de una enigmática línea argumental central como base (en manos exclusivas de Sturges y dibujada por el italiano Luca Rossi, visto en Dampyr) y la intercalación en cada número USA de una pequeña historia corta, autoconclusiva, integrada en la trama y gestada a nivel gráfico por un artista invitado y variable. Así, en los cinco números que componen este recopilatorio podremos ver a Ross Campbell, Jill Thompson, Zachary Baldus, Steve Rolston y Sean Murphy dando cuerpo a los relatos que se cuentan en la peculiar mansión. A las portadas tenemos siempre a Sam Weber (entre otras cosas, colaborador de David Lynch y acreditado en Times Magazine o The New York Times), con portada variante en el primer número a cargo de Berni Wrightson –cuyo primer trabajo publicado fue en House of Mystery #179, cerca del número #175 en el que se introdujo a Caín como narrador–. Con tales elementos presentes, el camino sólo podía conducir al éxito…

Y así fue… con más de quince números publicados, House of Mystery es hoy por hoy una de las series con más salud del sello, vendiendo al otro lado del charco unos doce mil ejemplares largos al mes y gozando de una excelente respuesta en el terreno de los recopilatorios (podéis consultar los datos de ventas aquí mismo). Eso sí, hay que tener en cuenta también que la colección se ha ido desinflando poco a poco desde los dieciocho mil ejemplares de media en sus primeros números (excluyendo el inicial, inflado en sus ventas por la portada alternativa). En todo caso, con estos precedentes y con toda la expectación que había reunido, estaba claro que el título iba a ser uno de los elegidos por Planeta DeAgostini para inaugurar el desembarco en España de la nueva hornada americana. ACTUALIZACIÓN: Tras un desarrollo enormemente insatisfactorio a nivel cualitativo y comercial, DC Comics decidió cancelar esta serie regular en su número #42 USA.


Una portada de la House of Mystery original y la portada
alternativa de Berni Wrightson para el primer número

¿Qué tal la edición de Planeta? Aceptable si no se es excesivamente meticuloso. Se incluyen todas las portadas (incluida la de Wrightson), una curiosa –aunque excesivamente miniaturizada– galería de originales, un buen texto de Matthew Sturges (que podéis leer aquí) y un detalle a destacar: numeración de colección en el lomo del volumen. Todo un detalle para aquéllos que decidan engancharse pasado un tiempo. Sin embargo, hay dos puntos oscuros… el primero de ellos es la reproducción, cuidada en casi todo el volumen excepto en una doble splash page del número final en la que el fondo se desenfoca y, ni que decir tiene, en la homogeneidad de la tipografía.

Pero el gran problema viene de la mano de la traducción. Al profesional que se encarga de este tebeo lo conocemos por ser el traductor de Planeta que devalúa entrega sí, entrega también, la excepcional DMZ de Brian Wood (a partir de su tercer tomo español), y ahora hace lo propio con House of Mystery. No es que el tebeo no se entienda ni se comprenda (de hecho, puede leerse sin problemas) sino que, sencillamente, la traducción tiende a una economía de medios, vocabulario y verbo que no hace justicia al original. Sturges construye algunos personajes para que por su habla resulten barrocos o afectados y eso se pierde. Por más que su significado sea idéntico, no es lo mismo decir «las tradiciones son la estructura sobre la que se construye nuestra vida» que «las tradiciones son la base de la vida»; o traducir «robusto en diámetro» como «gordito» (con la consiguiente pérdida de sutileza). Si a eso le sumamos que en la línea final de «porque es una chica excelente» se vuelve a decir «porque es una chica excelente» en lugar de «y siempre lo será»/»y nadie lo puede negar», o que se confunde «mudarse a la gran ciudad» con «mudarse (a otro sitio) desde la gran ciudad» el lector de este artículo que tenga un mínimo de sensibilidad apreciará que no sólo se pierde detalle, sino algo mucho peor: fidelidad.

Argumento

Una casa sobrenatural anclada entre dimensiones, de infinitas estancias, que proporciona alimento y que cubre todas las necesidades. Cinco personas atrapadas en su interior, cada una con un pasado a olvidar, que ven pasar el tiempo imaginando mil y una formas de escapar de su destino. Una taberna atendida por los cinco desconocidos con la intención de atraer a la concurrencia –perfectamente capaz de entrar y salir– y así obtener lo único que echan de menos: entretenimiento. ¿Moneda de pago a cambio de un buen refrigerio? Contar una historia que esté a la altura.

Comentario
La taberna y sus parroquianos

Estos tres elementos –la casa, sus habitantes y el bar– son los básicos para comprender la mecánica y la trama que se oculta bajo House of Mystery; una trama que iremos conociendo a medida que la joven Fig, estudiante de arquitectura y nueva inquilina permanente de la casa, vaya haciendo lo propio. ¿Qué es la casa? ¿Quién la dirige? ¿Cómo se sale? ¿Quiénes son sus cuatro acompañantes? ¿Qué le pasó a su predecesora? ¿Por qué siempre ha de haber cinco habitantes? Estas y otras preguntas son el núcleo de House of Mystery, una serie que contiene infinidad de cuentos y preguntas en su interior.

Personajes principales

Bethany ‘Fig’ Keele. Joven arquitecta que juega en nuestra historia el clásico papel de personaje extraterritorial barthesiano: aquel que llega a un lugar desconocido preexistente y que, en su proceso de adaptación, permite paralelamente al lector descubrir las claves de la historia a medida que el propio personaje las va desentrañando. Pero… ¿es Fig totalmente ajena a la casa? La forma en la que dos misteriosos espectros parecen conducirla deliberadamente hacia ella en el primer número, así como unos planos con los que parece obsesionada parecen indicarnos lo contrario aunque, si es así, ella lo ignora por completo. En cualquier caso, el cómic nos la presenta como una chica decidida y resuelta, si bien frágil a su manera, que deberá luchar por encontrar hueco propio entre los cuatro inquilinos que va encontrarse en el que será su hogar por mucho tiempo.

Harry Bailey. El encargado de la barra, el simpático, el que inspira confianza, el taciturno, el misterioso, el que no deja entrever las heridas de su pasado, el ligón, el que siempre escucha… Todos los tópicos habidos y por haber acerca de un barman se concentran en Harry Bailey, aparentemente el inquilino con mayor experiencia en la mansión y el que ostenta el papel de líder involuntario. Harry será el principal apoyo de Fig, su indudable interés amoroso y su principal valedor. Pero también un ancla que le impedirá tomar decisiones drásticas cuando llegue la hora. En cualquier caso, hay que reconocerlo: el tipo es encantador.

Cressida ‘Cress’. La femme fatale del lugar ejerce como camarera a tiempo parcial, y concentra todo lo que estos arquetipos suelen representar: resentimiento, perfidia, egoísmo, agresividad, maldad, capacidad de manipulación, envidia… y un sex appeal indudable. Mientras Fig representa la virtud de la doncella, Cress hace lo propio con la experiencia de la matahombres. Saber controlarla y estar a buenas con ella constituirá un reto tan desfiante como intentar salir de la casa, aunque ya se sabe lo que se dice de los malos a medias: son mucho más interesantes que los buenos y, además, suponen una gran ayuda si deciden estar de tu lado. Mientras le convenga, Cress lo estará…

Ann Preston. La madura encargada de seguridad de la taberna no tiene nada que envidiarle a gente como Anne Bonny o Mary Read, mujeres con las que comparte su verdadera profesión: pirata. Pero ojo, pirata honorable. Ann es el brazo armado del grupo frente a los peligros que encontrarán durante la exploración de cada rincón de la mansión, pero también una mujer fuerte, honrada, con un pasado doloroso y digna de confianza. Un brazo amigo que tal vez no sirva para buscar consuelo, pero que a buen seguro repartirá mandobles con su sable si hace falta.

Poeta. Francés decadente y decimonónico, a buen seguro bebedor habitual de absenta, Poeta es el particular encargado de los fogones de la taberna interdimensional fundada para entretenimiento de los personajes atrapados en la casa. Como buen prototipo de afectado, suele quedarse siempre alejado de la acción física y las aventuras arriesgadas, y su comportamiento tiende a ser voluble en las discusiones. Pero también es el más sensible, cortés, exquisito y atento de todos los habitantes de la mansión, cualidades a las que suma su buen hacer en la cocina y a la hora de escuchar los problemas ajenos.

La Casa. Como en toda buena historia de terror, el lugar donde transcurren los acontecimientos resulta tan opresivo y asfixiante que acaba por cobrar presencia propia. Así, la Casa del Misterio que ya en el primer número se nos muestra arrebatada a Caín evoca sin problemas la célebre Nostromo o el inquietante hotel Overlook. Pero… ¿cuáles son sus secretos? ¿tiene más habitantes en sus interminables pasadizos y estancias? ¿por qué tiene la necesidad de tener siempre cinco inquilinos? ¿cómo los escoge? ¿por qué, de vez en cuando, permite salir a uno? ¿va buscando algo o a alguien? Y lo más importante de todo… ¿qué la ha llevado a escoger a los cinco habitantes actuales?

Hablan los autores

Sobre cómo se gestó la idea de la colección

Matt Sturges: “Ya se sabe, como muchas buenas ideas, esta surgió en un bar a altas horas de la noche. Y no estoy seguro de quién lo sugirió inicialmente. […] Todo lo que sé es que Shelly –Bond, editora de Fábulas– se me presentó un día diciendo: ¿Sabes qué? Estamos preparando House of Mystery, y tú vas a escribirla. Y eso fue todo. He aquí el principio de mi participación».

Bill Willingham: “Estábamos en la convención de San Diego, bebiendo en uno de sus bares, y el tema salió rápidamente a relucir. Creo que es ligeramente posible que Shelly Bond hubiera hecho la sugerencia inicial. […] Y Matt, que hace todo lo que le decimos, sumisamente dijo: si».

Hablando sobres las bases de la colección

Matt Sturges: “La colección funciona a dos niveles. En cada número hay una historia contada por un cliente del bar a cambio de una bebida. Por lo tanto, en cada entrega el lector tiene una historia corta que será ilustrada por un artista diferente. Esas historias serán completas, con un inicio, nudo y desenlace. La trama principal, construida en arcos argumentales, es donde los misterios están contenidos. Aunque prometemos a los lectores que cada una de esas incógnitas tendrá su pertinente resolución, las cuales quedarán claramente desveladas de forma regular transcurrido cierto tiempo. De manera que no van a encontrar una interminable cadena de misterios sin sentido que nunca acaban por resolverse. […] A lo largo de la serie veremos cómo los misterios son resueltos uno a uno, mientras que otros nuevos ocupan su lugar esperando su turno de desvelarse. Esperemos que esta fórmula mantenga a la gente enganchada durante mucho tiempo”.

“Una de las cosas que hace este cómic tan atractivo para nosotros es que nos brinda la oportunidad de trabajar con gente con la que tal vez nunca hubiéramos tenido tiempo de hacerlo. Hay muchos autores con los que nos encantaría tener la oportunidad de trabajar, y si los podemos incluir en esta colección, pues mucho mejor. […] Intentamos encontrar la manera de hacer una serie que contuviera las partes buenas de una antología: diversidad de temas a tratar mensualmente, múltiples artistas, diferentes guionistas… pero sin las partes negativas de la misma: dificultad de mantener el interés del lector, falta de continuidad y complicación a la hora de publicarse. Creo que nuestra solución es bastante elegante, y nos aporta gran cantidad de espacio para hacer lo que nos plazca a lo largo de la trama”.

La participación de Bill Willingham en la serie

Bill Willingham: “Aunque formé parte de la discusión etílica que dio lugar a la colección, es el cómic de Matt. Él lo está escribiendo. Lo más importante es que se encarga de la Secuencia Envoltorio, el material primario de cada número que conforma la historia continuada. Lo garantizo: sólo aporté ideas que se me ocurrieron y que él me permitió incluir”.

Comentario
¿Pueden hacerse planos de lo inabarcable?

El ritmo de la colección

Matt Sturges: House of Mystery es una serie que cuesta mucho esfuerzo elaborar. Es todo un reto crear una historia continuada cuando sólo cuentas con las dos terceras partes de un cómic de 22 páginas para contar una historia y realzarla de forma que mantenga a los lectores interesados. Y además, incluir un nuevo relato cada mes es algo que puede desquiciar de alguna forma. Creativamente, lo que pide esta serie es que intentes mantenerla fresca y no te repitas a ti mismo, haciendo algo diferente cada vez”.

El porqué de las historias como moneda de cambio

Bill Willingham: “La casa no suministra o permite ningún tipo de noticias exteriores o entretenimiento. Nada de televisión, ni libros, ni periódicos. Nada de nada. Por lo tanto los ocupantes decidieron que, ya que el dinero no tenía ningún valor en ese lugar, iban a cobrar a la gente con historias la hospitalidad prestada; en lugar de volverse locos en aquel lugar durante una eternidad”.

Sobre el papel de las historias autoconclusivas en la colección

Matt Sturges: “Parte importante es que has de aportar una nueva idea mensualmente, aunque también se trata de un reto divertido. Lo más difícil es emplazar esa historia corta, tanto a nivel de guión como de dibujo, para que encaje en el número en que se publica. No es una tarea realizada al azar, y requiere pensar bastante. El cuento del #06, de hecho no es sólo una historia aislada; sino la introducción temática del segundo arco argumental. Igual que el relato del #10, el cual es la coda temática del arco”.

Análisis conceptual

Cuatro parecen haber sido los referentes a la hora de afrontar el proyecto de relanzar House of Mystery. El primero, para empezar siendo obvios, es la cabecera original, que sin duda ha inspirado los pequeños relatos de terror que contiene cada número. La estructuración de esos relatos, el porqué y el dónde se cuentan hay que buscarlos empero en dos clásicos de la Literatura tan universales como son Los cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer (uno de cuyos protagonistas, el posadero, se llama precisamente Harry Bailey) y el Decamerón de un Bocaccio que imaginó a una aislada nobleza florentina contando cuentos en una villa mientras afuera la peste hacía estragos. También podríamos encontrarlos en un hecho real: la visita que los Shelley hicieron a Lord Byron (acompañado por, entre otros, John Polidori) en Villa Diodati (1816), y de la que surgieron obras como Frankenstein o El Vampiro. Como resultado tenemos un hilo argumental central que incluye de forma más o menos lógica un motivo para contar cuentos; un esqueleto de relatos engarzados que trasciende el recopilatorio aleatorio común y que habría hecho las delicias –por lo que tiene de gótico– de Jan Potocki y su Manuscrito encontrado en Zaragoza pero también del espectador contemporáneo –aquí es donde la fórmula se actualiza– habituado a las series televisivas que tienen en su base un gran misterio a resolver (Perdidos a la cabeza).

Secundariamente la obra también goza de un marcado espíritu romántico tanto en su ambientación como en sus motivos. La taberna que regentan los cinco inquilinos atrapados en la casa tiene un gran componente bohemio; tanto que uno esperaría encontrarse por algún lado a los Keats, Wilde o Byron que han inspirado al personaje del Poeta; o también a Stendhal, Balzac o Flaubert; o a Picasso, Apollinaire o Cocteau; o ya que estamos a Bloom, Dedalus o Chimpden… monta tanto, tanto monta. Basta imaginarse el Café Gijón de Madrid, el Florian de Venecia o La Closerie des Lilas de Montparnasse para comprender lo que Willingham y Sturges han querido transmitirnos con ese establecimiento en el que cualquiera es bienvenido con la única condición de ser interesante. Y es que si Steiner dijo que «mientras haya cafés, la idea de Europa tendrá contenido», sin duda la Casa del Misterio se ha venido derecha al viejo continente. Todo este contexto, empero, torna de nuevo a lo gótico, lo mágico y lo fantástico cuando lo que se explora son los rincones de la mansión y las criaturas de siniestro cuento de hadas que lo pueblan.

Comentario
Contando historias

Pero hablamos de cuatro referentes y sólo hemos mencionado tres… ¿cuál es el último? Creo recordar que en un momento del cómic uno de los personajes hace referencia a los ecos sartrianos que tiene la peripecia, y he ahí a nuestro ganador: Jean-Paul Sartre y en concreto su pequeña obra de teatro Huis Clos (A puerta cerrada), en la que los personajes, condenados al infierno, se dan cuenta de que la peor de las torturas del averno no es el fuego, el desollamiento o el ahogamiento eternos, sino la simple convivencia con los demás.

Si algo tienen en cuenta los protagonistas de House of Mystery es que «el infierno son los demás», sus manías, sus debilidades, sus mezquindades… todas las características que nos hacen pensar que el hombre sólo es capaz de relacionarse satisfactoriamente de puertas para afuera, con la agradable distancia que marcan el protocolo y los usos sociales. Superada esa barrera, dejando de ser extraño a los demás, será un lobo para los que le rodeen.

Análisis técnico

La composición de página en House of Mystery es enormemente funcional y conservadora: 4-5 viñetas por página, con predominio de la viñeta cuadrangular y panorámica de tamaño generoso, para componer una cuadrícula con espacio interviñeta blanco (casi siempre respetado) sólo a veces salpicada por enfáticas splash pages, tímidas superposiciones y algún que otro efecto formal llamativo. El conjunto, empero, no transmite la sensación de ser anodino, sino que abunda en una factura gráfica premeditadamente tendente al clasicismo tebeístico.


Detalle de la composición de página

Este clasicismo se sublima en la línea y la tinta de Luca Rossi quien, por cierto, no habla ni una palabra de inglés pero se comunica con el equipo a través de la editora, Angela Rufino (que domina el idioma del país de la bota). Según Sturges, el italiano es capaz de dibujar las escenas tal y como él las imagina aún cuando no goza de especial minuciosidad en la descripción de la viñeta. En concreto pone como ejemplo una viñeta del número #3 USA –que reproducimos más abajo– en la que Cress pone el mantel sobre una mesa en el exterior de la casa (la casa tiene asociada una pequeña extensión de terreno circundante a la que sus habitantes pueden salir). Ahora bien… ¿cómo es el dibujo de Luca? Pues sencillo pero efectivo a la vez, gracias a un esmerado trabajo en la ambientación y a un tratamiento de los personajes dinámico y muy estilizado. Además, el dibujante domina a la perfección tanto la expresividad facial a partir de rasgos básicos (miradas, muecas) como la coherencia anatómica, y se muestra ducho en las artes de ondular las preciosas melenas de las protagonistas. Todo ello apoyándose en una línea extremadamente fina –sólo sutilmente engrosada algunas veces–, en un poderoso entintado expresivo con alguna que otra incoherencia, y en una paleta gráfica plástica, cálida, intensa y bien escogida que, mediante gradados, también se ocupa de gestionar gran parte de los efectos lumínicos. Lee Loughridge es mucho Lee Loughridge.


Almuerzo en exteriores

Por último las portadas del eficiente Sam Weber, claramente adscritas al terreno de la ilustración de terror gótico, destacan por su fuerza, su impacto y su carácter a un tiempo descriptivo y conceptual. No obstante, parece como si el artista no se hubiera ubicado bien en el tono de la colección: House of Mystery es desde luego un cómic de terror, pero en él no están ausentes ni la intriga ni cierto humor negro algo socarrón… sin embargo, las portadas de Weber suponen con mucho lo más terrorífico y dramático del tebeo, perdiéndose a menudo esos otros elementos que contribuyen a aligerar la serie.


Las espeluznantes portadas de Weber

Valoración personal

José Torralba. Es complicado hablar de este primer tomo de House of Mystery… si se considera como tal el tomo por separado, el lector podría pensar –y con razón– que se encuentra ante una pequeña joya dentro de una línea, como es Vertigo, que tantas insatisfacciones ha proporcionado en los últimos meses. En efecto, la creación de Willingham/Sturges destaca en sus cinco números iniciales por saber conjugar el típico aroma de Vertigo con una trama que engancha, una estructura llamativa y un dibujo a cargo de Luca Rossi sencillamente sublime. ¿Cuál es la pega entonces? Pues, como en todas las series que dependen de un enigma central, la deriva argumental.

Cualquiera que haya leído cómo continúa la colección se habrá dado cuenta de que se estira como un chicle, de que las soluciones no siempre son del gusto de todos y, en especial, de que la introducción de las pequeñas historias cortas dentro de cada número no hace sino potenciar un decompressive storytelling ya de por sí abusivo. No es cuestión de que le falte rapidez, sino de que carece de agilidad; no es cuestión de velocidad, sino de ritmo. Tal vez todo ello se deba a que, en realidad, el peso de la serie recaiga sobre un escritor un tanto verde como Sturges, infinitamente menos dotado que Willingham. Tal vez no. Lo que sí está claro es que es una colección con altibajos que decepcionará a muchos aunque sus cimas, como el ya famoso número #13, sean altas y escarpadas. Y en ese sentido, estos magníficos cinco primeros números no hacen sino jugar en su contra. Puede que haber seguido la senda del terror opresivo de corte existencialista hubiera dado mejor resultado que derivar a la fantasía de una forma tan explícita. Puede que, así, el material no fuese tan tibio.

Comentario
…cuando el abismo devuelve la mirada

Raúl Martín. De entrada, la premisa básica de House of Mystery no es nada original. Además de las referencias ofrecidas por José (Los cuentos de Canterbury, Decamerón), a mí aún me vienen a la mente algunas más. Dentro del campo de la literatura, Stephen King se inventó hace años un misterioso club en Manhattan donde sus miembros podían leer libros imposibles y todos habían de contar al menos una historia. Pudimos saber de este club en dos relatos del autor: “El Método de Respiración” (incluido en Las Cuatro Estaciones, de 1982) y «El hombre que no quería estrechar manos» (de Historias Fantásticas, 1985). Dentro del mundo del comic, en la colección The Sandman también pudimos visitar una taberna donde clientes de los más dispares mundos contaban historias. Fue durante la saga El Fin De Los Mundos (#51 al 56 USA). Aunque el guiño más directo a esta serie se encuentra en dos obras también guionizadas por Bill Willingham y Matt Sturges. Se trata de Day Of Vengeance y Shadowpact. En ambos trabajos aparecía el Bar Olvido, una taberna también emplazada en un lugar indefinido que igualmente estaba frecuentado por seres (en aquel caso mágicos) venidos de los más variados lugares.

Pero aunque la colección no parte del punto más original, no está por ello privada de virtudes. A primera vista destaca que estamos ante una obra de terror clásico. El miedo proviene de lo desconocido, y se desata en muchas ocasiones sin que los sufridos protagonistas conozcan el cómo o el porqué. Y aunque el horror es omnipresente, la morada contiene también algo de humor arrinconado en algunas de sus cámaras. Y fantasía en grandes dosis. Es precisamente el elemento fantástico el que hace engrandecer un espacio presumiblemente hermético hacia un asombroso universo de realidades múltiples. Por supuesto todo perlado de los más inconcebibles seres. Así que si sintetizamos, vemos que tenemos una colección con la que experimentaremos miedo a la par que viajaremos a lo largo de los mundos más singulares.

A nivel de guión, servidor agradecería algo más de matiz en los personajes. De entrada cada protagonista está bien definido, pero a medida que se les va conociendo se encuentra a faltar tal vez algo más de carisma asociado a cada uno de los recluidos en la mansión. Tal tropiezo tal vez se deba a la estructura básica de la serie, así como al constante desfile de nuevas apariciones que impiden mayor concentración en las figuras principales. Aunque si algo destaca por encima de todo en la serie, es el apartado gráfico. Al ya de por sí portentoso Luca Rossi se le suma una cohorte de artistas invitados que convierten la colección en una galería de arte que muestra a la par a jóvenes talentos y consagradas glorias del oficio.

¿Queda todavía algún elemento más a destacar? Tal vez el significado de la colección. Porque para un servidor House of Mystery trata de historias. Más que eso, de cómo uno mismo se define ante sí y ante aquel que asiste a su relato de una manera más metafórica y acertada de lo que conscientemente percibe. Y es que en cada historia está impregnada irremediablemente el alma del narrador. La colección, a la hora de construirse, tiene grandes herramientas a su disposición y unos materiales excelentes. Bien es cierto que es lenta –aunque no comparto que se estire de forma antinatural–, aunque me vienen al pensamiento grandes obras de terror clásico como Drácula, El Hombre Invisible o El hundimiento de la Casa Usher; y ninguna de ellas la recuerdo como rápida narrativamente. Salvando las distancias este sería el mismo caso. El lector visita un lugar que invita a deambular sin prisa, a maravillarse en cuanto se pueda, y a escuchar con atención todo aquello que se nos cuenta. Las historias cortas lastran un poco la trama, pero ya hemos visto cómo el propio autor cuenta como componen asimismo parte del todo. Y doy fe que a medida que avanza la colección esto se hace patente. Tampoco encuentro fluctuación en su trascurso. Es más, para mí se trata de la colección más regular y estable en la que el tándem Willingham/Sturges participa. Y termino confesando ser un ferviente admirador de esta colección que, como único consejo, recomienda acercarse a House of Mystery con humildad, sin complejos ni prejuicios, tan sólo dispuesto a visitar un lugar como no hay otro igual.

Enlaces recomendados
  • El ya tradicional artículo de la Wikipedia en inglés sobre la serie y la ficha en Comic Book Database –con todas las portadas originales–. Además, también os ofrecemos el artículo de la Wikipedia inglesa sobre la House of Mystery clásica.
  • Webs oficiales de Bill Willingham, Matthew Sturges y Sam Weber (Luca Rossi no tiene). Todas ellas muy interesantes para acercarnos a los distintos autores de la obra. Además, siempre resulta interesante echarle un vistazo al foro de Clockwork Storybook, el taller de escritura al que pertenecen los dos guionistas y en el que suelen postear noticias y contenido exclusivo relativo a sus colecciones. Por último, si queréis saber cómo y cuándo se conocieron Willingham y Sturges, os recomendamos el artículo que hicimos para el primer número de Fábulas presenta: Jack.
  • Nuestra siempre interesante selección de entrevistas: a Willingham y Sturges en Newsarama a propósito del lanzamiento de la serie y lo propio a Sturges en Comic Book Resources, Newsarama (por partida doble) y BSC.
  • Y ya para terminar, el análisis que Raúl Martín hizo en su anterior blog, De Vertigo, de todos los números que componen el tomo: primero/segundo, tercero, cuarto y quinto. Además, el artículo de José Torralba a propósito del lanzamiento en USA de la serie. Y de postre, una excelente reseña en Om & Asociados.
Más números de esta colección
  • House of Mystery vol. 2: Historias de amor para gente muerta. 128 págs. 10,95 €. Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 3: El espacio intermedio. 128 págs. 10,95 €. Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 4: La belleza de la decadencia. 128 págs. 10,95 €. Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 5: Dirección. 144 págs. 13,95 €. Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 6: Completamente seguro. 128 págs. 12,95 €. Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 7: Concepción. 112 págs. 12,95 €. Último número en Planeta DeAgostini.
  • House of Mystery vol. 8: Desolación. 152 págs. 14,50 €. ECC Ediciones. Último número.

Última actualización de este artículo: 15 de junio de 2012

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aparrilla
aparrilla
Lector
11 septiembre, 2009 9:14

Por cierto, ayer ojeando northlanders…la portada esta en italiano!!! no se si toda la tirada o la que ha llegado a mi tienda habitual… pero la portada, contraportada esta en italiano y el contenido en español..vaya cagada mayuscula..se cambiaran los ejemplares o aj, agua y resina?

aparrilla
aparrilla
Lector
11 septiembre, 2009 10:47

gracias, por eso preguntaba si era a nivel nacional.
Avisado esta, supongo que Planeta realizará el cambio sin problemas de una tirada por otra…

RAMIUS
RAMIUS
11 septiembre, 2009 11:16

Magnífico artículo, felicidades.
Es muy probable que le dé una oportunidad a una serie de la que hubiera pasado olímpicamente si no fuera por vosotros.
Gracias.

Raúl Martin
Lector
11 septiembre, 2009 11:24

Muchas gracias por los elogios, Ramius. Recuerda que aquí estamos para cualquier consulta o aclaración. Tampoco dudes en comentarnos qué te ha parecido una vez la leas.

gatosamurai
gatosamurai
Lector
11 septiembre, 2009 11:56

Muchas gracias por el artículo 😀 Por razones ajenas a mi todavia no he podido pillarme este tomo, y mira que lo tengo ganas…  Lo de la traducción me hecha un poco para atrás. Mas que nada jode que esta gente no aprenda de sus errores y cuide tan poco las cosas que publique, pero bueno, habrá que darles el dinero a ver si en el tomo 2 se soluciona (pero qué iluso soy xD)

Visperas
11 septiembre, 2009 12:14

Es tan mala la traducción que vale la pena comprársela en inglés? Es un dilema más serio de lo que parece. Por norma general, los cómics originales son más caros? Si todas las traducciones de Vertigo, que es el material americano que más me gusta, están así de mal hechas…

Antoño Retoño
Antoño Retoño
11 septiembre, 2009 12:33

Por norma general, los cómics originales son más caros? 

Qué va. Todo lo contrario. Entre las ofertas que puedes encontrar en cualquier tienda on-line, y el cambio dólar/euro, casi cualquier tomo que te interese sale más barato en su versión original que en la edición nacional.

Raúl Martin
Lector
11 septiembre, 2009 12:53

Personalmente opini que House of Mystery en cuestión no es en exceso difícil de seguir en inglés. Al tratarse de una colección de tipo clásico, no te encuentras demasiadas «phrasal verbs» o «slang». Y para cuando te atascas, un poco de wordreference y listos. DMZ ya es otro tema, porque tiene muchos coloquialismos y nomenclaturas militares (abreviaciones tipo KOA, etc). Aunque (tenía ganas de hablar del tema) para mí la más tediosas de leer en inglés son Madame Xanadu y Fables.

Antoño Retoño
Antoño Retoño
11 septiembre, 2009 12:57

Pues sí, House of Mystery la he seguido en inglés, y no me ha parecido especialmente difícil; Fables o Jack of Fables también, y salvo algunas cosas (quizá la forma de hablar de algunos personajes concretos) tampoco me parece inabordable. Eso sí, con obras como Sandman o el Swamp Thing de Moore sí que me lo pensaría mucho antes de abordarlas en inglés 😛

Y estoy de acuerdo con la valoración de José: el segundo arco argumentalde House of Mystery baja el nivel respecto al primero, y de hecho, ahí me quedé yo, pero después de leer este artículo, y a pesar de los reparos que aún tengo al respecto, es muy posible que vuelva a darle una oportunidad. Supongo que es que me apetece mucho que me guste esta serie…

Antoño Retoño
Antoño Retoño
11 septiembre, 2009 13:01

Ah, no había visto el comentario de Raúl.

No sé, a mí Fables no se me hace tan cuesta arriba. Supongo que como empecé a comprar los TPBs USA antes de que la serie empezara a publicarse aquí, y por tanto me he visto obligado desde el principio a «hacerme» al inglés de Willigham, igual es que ya no me doy cuenta del esfuerzo… No sé…

Raúl Martin
Lector
11 septiembre, 2009 13:13

Antoño, en esencia Fables se lee bien, pero no me gusta que Willingham utilice términos tan rebuscados algunas veces. Prefiero el inglés más fluido de Air o HoM. Y respecto a la serie, de la 2ª saga disfruté especialmente con algunos relatos y con el miedo que te hace pasar cuando descienden al sótano.

Antoño Retoño
Antoño Retoño
11 septiembre, 2009 13:27

Raúl: sí, la bajada al sótano está muy bien, sobre todo al principio, pero creo que no mantiene la misma intensidad durante todos los números. Quizá leídos todos del tirón, la historia gane más, porque mes a mes terminé por perder el interés.

Y no es que me pareciera una serie mala, ni mucho menos, pero sí que no estaba a la altura de sus posibilidades (y eso a veces es incluso peor que no tener calidad alguna). 

Parábola Durden
Parábola Durden
11 septiembre, 2009 13:33

Muy buen artículo. Muy currado. Se agradece. Son los post q más me gustan y me interesan de la página, de largo (las reseñas, digo; especialmente las de vertigo) y siempre me ayudan a decidir a la hora de gastar el dinero. En este caso el artículo sólo viene a confirmar lo q tenía pensado: darle una oportunidad a la serie dsd q ‘las fijas’ le dejen un hueco. Y mi bolsillo, claro.

Oye… !Qué gusto ver un post q ponga Northlanders! !Cuanto tiempo esperando! Todavía no ha llegado a mis manos pero… !Se acabaron d verdad las prórrogas!

Clavos
Clavos
Lector
11 septiembre, 2009 14:29

Leñe, ya han salido la Casa del Misterio (sigo reivindicando que se la llame así) y Northlanders (no reivindico que se llame Norteños :P), y aún me tengo que pillar el tomo de Los Invisibles del mes pasado…

Fletcher
11 septiembre, 2009 15:48

AY! JOSE! Lo que me acabas de dar… la página de comics que has dado es MUY peligrosa… ay mis ahorros!!!

Fletcher!!

Héctor
12 septiembre, 2009 18:26

Bueno, pues yo esta mañana me he hecho con éste tomo y con el de Northlanders, así que los artículos me los leeré tras leerme los cómics que sino siempre me quito alguna que otra sorpresa.
Y sobre las series en inglés. Una vez que lees un par de números ya le cojes el tranquillo al autor. Yo las poquitas que sigo no me parecen tan costosas de leer en su idioma original.

Darío
Darío
13 septiembre, 2009 13:05

Pues tengo que decir que me compré este cómic, animado por este articulo No-do y lo cierto es que me ha decepcionado bastante. Rossi es incapaz de dibujar dos caras de mujer diferentes (de hecho se condunfen continuamnete) y en general tiene un dibujo tosco y poco detallista. Las historias… esto ya lo hizo Gaiman en la posada de los mundos, pero bien. Y con bien me refiero a que se narran histórias con un contenido mínimo cuando no directamente prescindible, la historia de la chica y las moscas que se queda en un gag insulso, la historia del abogado, sin interés akguno, la del gangster, una quinceañerada ( lo del gas… un lugar común que solo se ha visto en cuantas ¿1000 películas de acción?)… en general las minihistorias ni son ocurrentes, ni interesantes, ni imaginativas. Respecto a la trama central, que se queda en una especie de cartoon con la protagonista intentando escapar con gadgets ACME, es seguible, pero se estropea en determinadas escenas incoherentes (el cabreo que pilla con le barman (?)) que logran que ni me crea a los personajes ni me interese su historia, que, en efecto, se vé venir como una especie de Lost inacabable.
En fin, me ha resultado muy decepcionante y no comprendo porque tanto artículo si los problemas mas notables no se analizan. A los que les guste la obra (entre ellos todos los americanos que la han comprado) que la disfruten, a mi me ha parecido simple y llanamente, decepcionante.

dario
14 septiembre, 2009 8:50

La etiqueta de House of Mystery fue otra de las razones que me motivó a comprarlo, y a fé que tampoco respeta para nada ni a nivel de estructura, espíritu, ni de planteamiento al original.
Y sí, me leí el artículo enterito, que considero personalmente demasiado largo y meticuloso para lo que ofrece el cómic,  pero tengo que discrepar en la mayoría de puntos a favor, empezando por el dibujo y algunos de los comentarios en negrita. Considerar esto como una joya o un homenaje a nada, me parece intentar inflar un balón como si fuera un zeppelin.
Y la falta de originalidad o el exceso o no de referencias me preocupa hasta cierto punto, lo que busco es una lectura disfrutable, y esta me ha dejado con una sensación grave de tongo general.

Si me relees también verás que al final comento que a -mí- en concreto no me ha gustado, entramos en lo personal… También quería dar mi opinión, por si a alguien con un gusto parecido al mio le sirve, vamos.

HawkEye
14 septiembre, 2009 9:53

Tras leer este fin de semana el primer tomo de House of Mystery, la verdad es que no sé qué pensar.
En líneas generales me ha gustado. El dibujo me gusta, las historias tienen su aquél (aunque considero que son bastante idas de olla) y el tono humorístico que a veces hace acto de presencia resulta refrescante.
Sin embargo, no veo ni de donde viene y hacia donde va. La trama principal me parece simple y poco atractiva, aunque el conjunto tiene un «no se qué» que me gusta.

En fin, ya veremos.

Gracias por el artículo (y el de Northlanders, que tengo unas ganas locas de leer).

Ivan
Ivan
Lector
22 septiembre, 2009 13:52

El título está bien elegido, ocupa Espacio y provoca Aburrimiento.