Existe un hombre con poderes sobrehumanos. Se llama Charles Soule y su poder es ralentizar el tiempo. Solo así se explica el curioso caso de este guionista, que, cuando no escribe cinco cómics mensuales o toca con su banda de música, trabaja como abogado. Alguien en Marvel debió fijarse en su currículo y en Soule encontró la persona adecuada para Hulka. La pobre Jennifer Walters, a pesar de todo su carima, no tenía serie propia desde hace años y los editores tenían claro que Soule era el hombre adecuado. Soule, por su parte, tenía claro cuál sería el objetivo de su serie. Hace diez años el escritor renunció a un cómodo pero insatisfactorio puesto de trabajo para así poder ejercer su profesión de forma independiente. La experiencia de trabajar fuera de un prestigioso bufete (Soule se niega a dar nombres) marcó al guionista, y quiso que Hulka experimentase las mismas sensaciones. En cierta manera, su Hulka tiene mucho de autobiografía.
Soule tuvo una acalorada discusión con sus antiguos jefes respecto a la paga extra, y la protagonista del cómic pasa por la misma experiencia nada más comenzar la serie. Sus superiores se niegan a pagarle las horas extras que ha dedicado; contrataron a Hulka para que trajera nuevos clientes. (Soule comenta que todos sus amigos le piden ayuda independientemente del ámbito jurídico.) Como es de esperar, nuestra protagonista dimite. Aún sin saber que hacer, acepta ayudar a una mujer que quiere demandar a… ¿Tony Stark? De la historia es mejor no hablar mucho para no estropear la experiencia, pero basta decir que el guionista se divierte escribiendo acerca de lo surrealista que puede llegar a ser la profesión de abogado. Lo más destacable del primer episodio es que Hulka reúne suficientes fondos para poder trabajar en solitario. Y como detalle anecdótico, se instala en la misma ubicación que Soule en la vida real.
A continuación, Soule incorpora a dos personajes secundarios: Angie Huang, asistenta de Hulka, y Patsy Walker, más conocida como Gata Infernal e investigadora. La primera es una reivindicación del rol de los asistentes de un abogado, arduo trabajo que Soule ha vivido en persona; la segunda es un personaje por el que siente cariño. Y mientras Jen recluta a sus dos compañeras, aparece brevemente un misterioso dossier azul. ¿Qué puede contener? La respuesta, más adelante, porque Jennifer ¡está ocupada con su primer caso! Kristoff von Doom, hijo de Victor von Doom, entra en escena solicitando los servicios de Hulka. La actitud de superioridad de su padre le hastía y desea solicitar asilo en los Estados Unidos. El mismo Soule cuenta con una amplia experiencia en el terreno de la inmigración, y explica cómo funciona el sistema en líneas generales; por supuesto, estando el hijo del Dr. Muerte de por medio, el proceso no puede ni debe ser completamente fiel a la realidad. Solo así puede ser aprobada la petición de asilo, estatus que, por cierto, papá Muerte ignora. El pobre Kristoff accede a regresar a Latveria.
Haberle fallado a un cliente es algo que todos los abogados aborrecen. Como bien dice el título del cuarto episodio y Matt Murdock, los abogados pueden ser fanáticos defensores de sus clientes. Daredevil es un invitado de lujo que recuerda a Hulka que, por mucho que le disguste, debe respetar la decisión de Kristoff. Antes de despedirse Murdock bromea con no haberse enfrentado jamás contra Hulka en un proceso judicial. ¿Es una premonición? Saldremos de dudas después. Mientras tanto, Hulka viaja a Latveria para mejorar las relaciones entre rey y príncipe del país.
En el quinto episodio por fin se desvela el contenido del dossier azul. Hulka encontró el archivo de un proceso judicial que la involucra junto a otros superhumanos. Sin embargo, solo contiene detalles de los involucrados y la mención de que el lugar de juicio se cambiaría. Y para colmo de males, la abogada no recuerda nada sobre ese proceso. Por eso decide investigar con ayuda de sus compañeras. Ella visita a Schocker, villano de Spider-Man; Angie busca más documentos relacionados con el caso; y Patsy se reúne con Tigra, otra implicado en el supuesto caso. Schocker adolece de problemas cognitivos a causa de golpes recibidos en la cabeza (resulta difícil de creer, pero, por ejemplo, un tercio de los exjugadores profesionales de fútbol americano padecen este grave problema) y a duras penas recuerda eventos lejanos.En cambio, Angie y Patsy tienen más éxito. Pero casi les cuesta la vida. En un sorprendente giro de eventos la serie adquiere una tonalidad más oscura y siniestra. Alguien o algo tiene especial interés en mantener oculta la verdad, lo suficiente como para intentar asesinar a las subordinadas de Hulka y a Tigra.
Afortunadamente nadie muere… aunque Angie Huang y su mono ocultan un secreto más bien grande y ambos se han dado cuenta de que alguien capaz de alterar la realidad está detrás de todo este asunto. Lástima que su superior no quiera saber nada porque prefiere centrarse en otros casos después de conversar con otro nombre del dossier azul, esta vez Nightwatch… un momento, ¿quién es Nightwatch? Soule recupera a un personaje de la Marvel de los años noventa sospechosamente similar a Spawn, aquel producto noventero de la era Image, que protagonizó una serie de veinte números para luego caer en el olvido hasta nuestros días. Este renovado Nightwatch, que ha dejado atrás su vida de justiciero, visita a Jen cuando irrumpen demonios cuyo vocabulario consiste en las dos palabras «Jennifer Walters». Su propósito es desconocido y la abogada de color verde renuncia continuar la investigación antes de que alguien más resulte herido.
Después de una divertida historia con Hank Pym como invitado de lujo, llega un nuevo cliente. Nada más y nada menos que Steve Rogers, el Capitán América. Por si perder el suero del supersoldado y convertirse en un anciano no fuese suficiente, una familia le ha acusado de provocar un asesinato. El supuesto crimen ocurrió en 1941, pero gracias a las leyes del estado de California, Rogers puede ser juzgado. Consciente de que el Capi jamás cometería un crimen, Hulka acepta el caso sin saber que Matt Murdock defiende a los denunciantes…
Escribir esta historia fue todo un reto para Soule. Para que haya juicio tiene que existir sospecha, pero tampoco se puede poner en entredicho al Capitán América y destruir su legado; Daredevil, a pesar de ir contra Rogers, no puede parecer un villano; Hulka tampoco puede parecer una malvada. Asimismo, el proceso judicial debía tener consecuencias reales y ninguno de los abogados podían quedar en mal lugar si perdían el juicio. Para colmo de males, Soule ha vivido suficientes juicios como para saber lo intensos y brutales que llegan a ser. Obviamente, Hulka y Daredevil tampoco pueden llegar a los mismos extremos que muchos abogados en el mundo real. Eso significa crear un caso en el que tácticas como desacreditar a los testigos, poner en duda al contrario, no sea una vía legítima.
Un joven Steve Rogers habría instigado la muerte de un amigo suyo, y el programa del suero del supersoldado habría sido su ruta de escape. Ahora la familia quiere una compensación, ya que consideran que de no ser por Rogers, su familiar no hubiera muerto. Murdock es implacable y pone a Hulka en un aprieto. Da igual lo que ella diga, porque el Dan Defensor tiene una estrategia para cualquier argumento que esgrima su rival. Entonces Steve Rogers cuenta su versión de la historia y… la resolución del caso merece ser leída en vez de contada. Está claro que hay un villano involucrado, pero la pregunta final de si Steve Rogers pudo haber evitado un asesinato deberá responderla el lector.
Últimos dos números. Antes de despedirse Soule revela el misterio del dossier azul. Titania, némesis de Jennifer Walters, ha sido contratada para castigar a quienes indaguen todo lo relacionado con el dossier azul. Tras una intensa pelea en la que Huang y su mono hacen gala de poderes insospechados, Titania es vencida y la verdad sale a la luz. Nightwatcher era un villano llamado Nighteater que borró todo recuerdo de sus fechorías. Pero como sus poderes no eran tan efectivos tuvo que acumular energía mental de toda una ciudad, matando a todos sus habitantes excepto un joven niño. Ese niño redactó años después el dossier azul. Hulka y otros héroes como Tigra acudieron al rescate, pero fallaron. Olvidaron también quién era Nighteater y el niño superviviente pensó que colaboraban con el villano; de ahí que el nombre de Jennifer Walters estuviera junto al de Schocker. Luego, cuando intentó llevar a juicio a los implicados, alguien acabó con su vida.
Hulka y sus compañeros vencen al malvado, pero no hay tiempo para descansar porque los Inhumanos necesitan un abogado. El deber llama y así concluye la etapa de Soule. Para la serie ha contado con el español Javier Pulido, cuya labor gráfica es sencillamente espectacular y ha enamorado al guionista, y el polémico Ron Winberly, responsable del cómic Prince of Cats. Si el trabajo de Pulido ya dividía de por sí a los lectores, los dibujos de Winberley han sido objeto de dura discusión por parte del fandom. Lo que pocos sabrán es que fue el mismo Soule, fan confeso del dibujante, quien escogió a Winberley para sustituir a Pulido. El guionista confiesa sentirse decepcionado por la tibia acogida que ha tenido el dibujo de Winberley, pero al menos le consuela saber que no ha dejado indiferente a nadie. Le hubiera gustado continuar trabajando con él, Pulido y otros dibujantes más en la serie durante años si las ventas hubieran acompañado, pero lamentablemente no ha sido el caso, lo que no significa que no vuelva a escribir al personaje. Aún le quedan muchas historias que contar con Hulka, empezando por quién es en realidad Angie Huang y cómo debe ser compartir edificio con Howard el Pato. Con un poco de suerte, Soule y Pulido regresarán con nuevas historias en el siguiente e inevitable nuevo relanzamiento editorial.
Muy buena reseña! En lo personal, Soule se volvió mi guionista preferencial con su soberbia etapa en Swamp Thing.
¿Alguien sabe si llegarán a España los números que no se incluyeron en el tomo?
Tiene muy buena pinta esta serie, me encantan los dibujos!!!