Edición España: Ediciones Turquesa – 2004
Guión: Francisco Medina
Dibujo: Francisco Medina
Entintado: Francisco Medina
Color: Francisco Medina
Portada: Francisco Medina
Precio: 19,50 euros (tomo en tapa dura con sobrecubiertas, de ochenta y seis páginas)
La Historia se compone de pequeñas historias. Detrás de esta obviedad podemos encontrar multitud de ejemplos en los que, a la sombra de los grandes eventos se ocultan o se cobijan las experiencias de autores, publicaciones y personajes que nunca llegaron demasiado lejos. De vez en cuando, una iniciativa saca a la luz uno de estos “secretos a la vista” y lo recupera para conocimiento de las nuevas generaciones o de un gran público para el que, en su momento, había pasado desapercibido. Tal es lo que sucedió hace una década con Francisco Medina y su recopilatorio Humor nuestro.
En 2004 se podía afirmar, sin caer en un excesivo optimismo, que el cómic estaba pasando por un momento interesante en Canarias. En Tenerife, el salón de Santa Cruz alcanzaba dimensión internacional. Autores como Eduardo González, Roberto Burgazzoli, Ángel Marrero, Padylla, J. Morgan o Patricio Ducha conformaban una nutrida representación del humor gráfico que se publicaba en la prensa insular. Poco tiempo después, la empresa palmera Ediciones Alternativas empieza a lanzar sus primeros tebeos. Sin embargo, antes de todo esto, un aficionado que había tenido el sueño de convertirse en profesional, tomó la iniciativa de intentar hacer tiras de prensa y llevar a cabo las primeras muestras en la isla picuda. Francisco Medina se convertiría en uno de tantos autores autodidactas que, con más o menos fortuna, intentó hacerse un hueco en un mundo que le apasionaba, en unos tiempos en los que la comunicación era bastante más difícil que ahora.
Humor nuestro es una selección de los trabajos que Medina publicó a lo largo de varias décadas y bajo diversas cabeceras. Desde ilustraciones infantiles en la sección del lector de varias revistas representativas de la edad de oro del tebeo hasta viñetas centradas en la actualidad y publicadas en diarios y semanarios insulares. El prólogo, escrito por Manuel Darias, define a don Francisco como historietista con un estilo propio y definido que, de una manera difusa y hasta arriesgada, podría encuadrarse dentro de la Escuela Bruguera por la agilidad de su trazo, la movilidad de las figuras y la sencilla pero efectiva expresividad de sus personajes. El tinerfeño posee una gracia singular, un ritmo narrativo desbordante y un ingenioso sentido del gag, que adereza con un curioso y personal talento, más de artesano del tebeo que de profesional. Las tiras y los chistes del artista (…) tienen la rara virtud de conectar directamente con el lector, provocando casi siempre una sonrisa de complicidad. El estudioso chicharrero se encarga de complementar esta presentación con una breve biografía del autor, en la que se relatan los infructuosos intentos de consolidarse en su afición y que acaban otorgándole la condición de pionero de la viñeta.
Experimentos creativos con cartulina (lo que Medina denomina “trazo y collage”), chistes atados a una sociedad y un tiempo ya superados, humor político en plena transición… hay que reconocer que las obras de don Francisco recogidas en este tomo no han superado muy bien la prueba del tiempo. Para las nuevas generaciones muchas de sus ocurrencias resultarán incomprensibles, pero tal es el sino de quien vincula sus creaciones al momento en que éstas ven la luz. En otros casos, parece que no haya transcurrido tiempo alguno, por cuanto ciertas situaciones en las que el ilustrador se recrea siguen estando tan vigentes ahora como entonces. Poco puede decirse del estilo gráfico del autor, pues las muestras de su trabajo hablan por sí mismas.
Humor nuestro es una curiosidad que permite recuperar una pequeña historia de la historieta en Canarias, dentro de la larga y rica tradición del noveno arte en España.