I am a Hero 14

 

Edición original: I am a Hero Nº 14 JAP
Edición nacional/ España: Norma Editorial
Guión: Kengo Hanazawa
Dibujo: Kengo Hanazawa
Formato: Tomo manga rústica de 224 páginas
Precio: 8.5€

 

Retomamos la historia y los misterios que dejamos en el tomo anterior. Cuando nuestros protagonistas llegan a Hakone-Yumoto, descubren que dónde debería haber una armería sólo yace un edificio calcinado. Pero, quizás, aún pueden conseguir algo de munición. Por esta razón, Hideo se adentra entre los escombros, con la buena fortuna de encontrar un rifle y munición para dar caña a los no-muertos unos cuantos tomos más. Dado que la munición está dentro de una caja fuerte, hará falta un poco de fuerza bruta: de esto se encargara, con altas dosis de disimulo, Hiromi. Pero, aunque consiga engañar a sus compañeros de viñeta y a nosotros casi convencernos de que la infección puede curarse, hay una escena muy reveladora que nos indica lo contrario. Si recordáis el arco argumental del Gotenba Outllet Mall, cuando se descubre que Hiromi está infectada, los personajes principales de ese momento se dirigen hacia la tienda de campaña dónde está. En ese momento, hay una viñeta doble dónde se nos muestra la realidad y lo que Hiromi ve: unos monstruos amorfos. Ahora, podemos ver una escena parecida. En la imagen que viene más adelante veréis una comparación de ambos momentos, a la izquierda la imagen del tomo siete y a la derecha del presente.

Llegamos a esta situación ya que, al inspeccionar la armería, despiertan a un ZQN. Al verlo, Hideo le apunta con la escopeta, pero no pulsa el gatillo puesto que el estruendo llamaría la atención de todos los demás. Pero, en ese momento de duda entre disparar y no hacerlo, Hiromi se acerca al ZQN, le abraza y le consuela recordándole que ya no está sólo. Oda, ignorante respecto a la sensibilidad innata de Hiromi, se avalancha hacia el infectado y acaba con él. Antes de proseguir tengo que recordar que en la espesura del Fuji ya vimos una reacción de Hiromi parecida. En aquella ocasión le dio a un ZQN ahorcado una fotografía que le había caído de las manos.

Por haber acabado con el ZQN, Hiromi se enfada con Oda. No entiende porque razón le ha hecho volver a pasar por la desagradable experiencia de la muerte. No entiende porque le consideraba como una amenaza… En ese instante, un punzante dolor de cabeza la atraviesa y al volver a abrir los ojos, Kengo Hanazawa nos permite ver a través de los ojos de Hiromi. En este instante sabemos que no, Hiromi no está curada. Y, si nosotros ya lo sabemos, Hideo y Oda no tardarán mucho en darse cuenta de la verdad. La pregunta que deberíamos hacernos y a la cual, sin duda, el autor no va a tardar en contestar es ¿Hiromi se siente parte de los vivos? ¿O de los muertos?

El ruido generado por la discusión atrae a todos los infectados de la zona. La situación es tan crítica que únicamente pueden montarse en el coche de Oda y salir huyendo a toda velocidad. Pero, Kengo Hanazawa lleva dos tomos juguetón. En vez de dejarles una buena vía de escape, prefiere bloquearla con un camión volcado. Así, en un giro shonen harem (vamos, al más puro estilo Love Hina) cogen una carretera sin salida que les deja en la puerta de un Onsen. Sin otra alternativa (nótese la ironía) las chicas deciden ir a tomarse un baño mientras Hideo se queda en la retaguardia matando a la oleada de ZQN. Muy absurdo, aún más que la decisión de dejar el camping para ir a un pueblo con aguas termales.

Cuando las cosas empiezan a ponerse feas de verdad, llega un ZQN muy especial. Uno con dos caras, cuatro brazos y cuatro piernas. Como ya comentamos en la reseña del tomo anterior, Hanazawa está empezando a introducir un nuevo tipo de infectado que parece ser la fusión de dos o más de ellos. Este ser se traga, literalmente, a Hideo. Nuestro protagonista, al introducirse en su interior llega a un mundo distinto. De una manera parecida a como Alicia llega al País de las maravillas por la madriguera del conejo, Hideo se sumerge en una dimensión submarina y llega a la habitación de Tekko, la que fue su novia y primera víctima. A continuación, está andando por la espesura del Fuji. De allí a la Quinta Estación… Pero de repente aparece en un lugar en el cual Hideo nunca ha estado; ¡la casa-refugio del grupo de Kowayashi, Kurusu y Tomabechi! Allí se encuentra con los dos Kurusu y con Ezaki convertido. Nuestro Kurusu se acerca a él y le dice que ese no es un lugar para él, tiene que huir. Me fascina como este manga consigue despertarme intensos sentimientos, sobretodo de mal rollo. Evidentemente, no conseguiría este efecto sino fuera por la gran facilidad con la cuál te absorbe entre sus páginas.