Ice Cream Man 4, de W. Maxwell Prince y Martín Morazzo

Edición original: Ice Cream Man #13-15 USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Ice Cream Man Volumen 4 (Moztros, 2022)
Guion: W. Maxwell Prince
Dibujo: Martín Morazzo
Color: Chris O’Halloran
Traducción: Brian Rakower
Maquetación y diseño: Juan Pablo Morse y Germán D’Agostino
Formato: Cartoné. 128 páginas, color. 18€

Regusto a los inicios

Volvemos a irnos de paseo con nuestro heladero favorito, en sentido figurado claramente, porque a ver quién se atreve a viajar con él, para descubrir un tomo que rompe un poco los esquemas a base de volver a la propuesta inicial de Ice Cream Man. Si bien en el primero solo aparecía en las historias y el segundo le proporcionaba más presencia tanto a él como a su némesis, el vaquero de negro, en el tercero pasaban a tener protagonismo en tres de las historias que parecían dar pistas sobre lo que son. Así, a base de historias autoconclusivas, esta antología iba tomando forma de historia larga… ¿o no?

Pues parece que W. Maxwell Prince y Martín Morazzo, con el colorista Chris O’Halloran al que hay que mencionar siempre por su gran trabajo, juegan con nosotros igual que el heladero lo hace con el mundo que le rodea, pues el cuatro recopilatorio de Ice Cream Man vuelve a su esquema inicial para darnos cuatro historias. Y probablemente las cuatro mejores hasta el momento, aún con la seria competencia que ofrecen las anteriores, especialmente a un nivel narrativo, donde Morazzo está impresionante.

Si en el segundo volumen ya presentaban un curioso ejercicio narrativo en Tres sabores, lo que realizan en el primer capítulo de este tomo es incalificable. Con Palíndromo se han inventado un cómic que se puede leer empezando por la primera página y siguiendo hasta la última o al revés, sin alterar el significado. Partamos de la base de que este capítulo es un horror para el traductor, que ha lograda salvar los platos de buenas maneras, y para la editorial que ha decidido dejar un apartado al final del tomo para las frases intraducibles, porque sí, no solo es el cómic un palíndromo en sí, sino que algunos de sus diálogos también lo son. Por si fuera poco se trata de una historia con un significado potente al hablar de la pérdida y la depresión de forma especial. Otro tipo de terror diferente al que nos habían mostrado. Definitivamente el número trece no les ha dado mala suerte.

Pero no acaba ahí la cosa, y en Crucigrama siguen con sus ejercicios narrativos, emulando el famoso pasatiempos con cuadros en blanco y negro, mientras nos cuentan una historia de pareja y paranoia, con la soledad como trasfondo en reflexión sobre la vida en común, a la par que muestran un terror más sutil.

Una vez terminados estos dos experimentos sobresalientes, Prince y Morazzo pasan a dos historias más comunes, si es que ese apelativo se puede otorgar a esta serie. Con un tono de locura, en sentido psicológico, presentan un relato desconcertante que deja ver ciertas referencias a Shade, la serie de Vertigo. Esta sí que va más en la línea de las primeras que pudimos leer, mientras que en la cuarta y última aplica algunos de los mayores temores de los padres. En clave de humor algo negro, un padre soltero comienza a leer el diario íntimo de su hija adolescente.

Esa Pequeñas vidas da un cierre algo más clásico y divertido que el resto de capítulos de este tomo de Ice Cream Man, y a más de uno le resultará argumentalmente su favorita, dejando un poso de reflexión interesante aún siendo la menos original. Pero hablamos de un tomo que tiene una genialidad como Palíndromo, lo cual es insuperable… de momento. ¿Con qué nos sorprenderán en el siguiente tomo? En dos meses lo sabremos.

• Reseña del primer volumen

• Reseña del segundo volumen

• Reseña del tercer volumen

Lo mejor

• El capítulo que abre el cómic, Palíndromo, es un ejercicio sencillamente impresionante.
• Lo cierto es que los cuatro capítulos de este tomo son muy buenos y tan variados que uno no sabe con cuál quedarse.

Lo peor

• Que este heladero llegue a tu barrio.