Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Hideo Yamamoto.
Dibujo: Hideo Yamamoto.
Formato: Rústica, 216 págs. 1 tinta.
Precio: 9´95 €.
Se desconoce con exactitud el origen de la palabra yakuza. Se especula que su origen provenga de un famoso juego de cartas llamado Hanafuda, muy conocido entre los bakuto (jugadores itinerantes, antecesores de las modernas bandas criminales japonesas). En el juego, la peor mano se compone de un 8 (ya), un 9 (ku) y un 3 (za). La peor mano en todos los sentidos, la que se mancha de sangre o la que está al margen de la ley.
Hideo Yamamoto, no sólo ha retratado en su manga Ichi the killer al estereotipo de yakuza (hombre serio, con un alto código de honor en una organización extremadamente jerárquica), sino que ha llenado ese mundo de acciones bizarras y actitudes enfermizas, donde se acepta la última voluntad de un hombre aunque sea ser violado una vez muerto, o donde, ver cadáveres mutilados hace que Ichi se excite y se masturbe. El manga es un continuo WTF, con unos personajes que parece que siempre van a más. ¿Quién no quiere ver lo siguiente que harán, si desde los primeros tomos se comportan así? Vale, quizás solo yo, que esté enfermo, pero nunca tuve una enfermedad tan dulce. Más, más locura, más yakuzas, más violencia.
Torturas con aceite hirviendo y lenguas cortadas
Previamente, en el tomo uno, se nos cuenta la historia de un grupo de renegados, que expulsados de otros clanes yakuzas y dirigidos por un viejo avispado llamado Jii-san, planean dar un golpe a uno de los grupos mafiosos más temidos, los Anjou. Su plan consiste en aniquilar a su líder y robar todo el dinero de su caja fuerte. Para ese trabajo, recurren a un asesino a sueldo llamado Ichi, al cual nadie conoce, a excepción del viejo. La acción transcurre en el barrio rojo de Kabukicho (Shinjuku), lugar que es dominio de las diferentes bandas criminales que se reparten todos los negocios lucrativos, desde los videos pornográficos, hasta los locales de apuestas o la prostitución. Tras esta acción, el segundo al mando del grupo Anjou, Kakihara, que no cree en los rumores de que su jefe se haya marchado con todo el dinero, decide investigar para llegar al fondo del asunto.
Jii-san, la cabeza pensante de todo el plan contra el grupo Anjou, decide hacer una visita a las oficinas de dicho clan, situadas en un edificio que comparten diferentes bandas mafiosas. Lo que no saben los del grupo Anjou, es que todas las localizaciones de su grupo, están pinchadas con diversos micrófonos, lo que le da cierta ventaja al grupo del viejo Jii-san.
El viejo, le ofrece a Kakihara, cierta información sobre el paradero de su jefe. Le comenta que un conocido suyo, escuchó que una banda de chinos dirigidos por un japonés, se jactaban de haber robado el dinero de su jefe. Tal japonés parece ser Suzuki, el líder del clan Funaki, que también comparte locales en el edificio yakuza. Kakihara y los suyos deciden ir a investigar junto al viejo. Visitan el apartamento que supuestamente pertenecía a los chinos, y comprueban que está desmantelado, dando la sensación de que los chinos habían huido. Todos los indicios dan la razón a la teoría del viejo, por lo que, en un arrebato de locura y saltándose el protocolo que rige la solución de los problemas dentro de los diferentes clanes, Kakihara decide secuestrar y torturar a Suzuki. Le desnuda, le cuelga con ganchos por todo el cuerpo y le tortura con aceite hirviendo. Todo ello, con el viejo siempre presente. Después de no sacar apenas información y de quemarle la cara y la espalda a Suzuki y casi el pene, los de su grupo, los Funaki, se presentan en la sala de torturas debido a un chivatazo. La tensión es máxima, momento que aprovecha el viejo Jii-san, para salir por patas antes de que Kakihara se diera cuenta de que toda la información era falsa. Es en ese momento, cuando los dos clanes enrabietados, uno por haber sido engañado y otro por la tortura a uno de sus miembros, deciden reunirse para solucionar los problemas ocasionados. El clan Funaki habla de una compensación económica, a lo que Kakihara del clan Anjou, dice que no le parece mal solucionarlo con las armas. Tal propuesta es recibida como un escándalo y no es tomada en serio, a lo que Kakihara acepta ser castigado, y para ello se corta su dulzor, como él mismo dice. Esto significa cortarse la punta de la lengua, la que registra los sabores dulces. Y tal como lo dice, lo hace. Una vez penado, Kakihara decide seguir con la investigación en busca de su jefe.
Por otro lado, Ichi, que acude asiduamente a un local de prostitutas para acostarse con una de las chicas de la que está enamorado, descubre que ella está desfigurada a causa de los maltratos de su chulo. En un arrebato de fragilidad, la chica le reconoce que le gustaría verle muerto, cosa que Ichi reconoce como un trabajo. Espera al final de su jornada, la sigue a casa y en un giro inesperado, Ichi desde la ventana como buen mirón, se excita viendo como su chulo la pega y la viola. Y no sólo se masturba, sino que se corta la palma de la mano para usar su sangre como lubricante.
¿Qué piensas ahora? ¿Quieres leerlo? ¿No? Trae aquí tu dedo que te lo voy a cortar. Uf, perdona, se me ha pegado la mala leche de los yakuza. Bueno, de todas formas si no te gusta no pasa nada, Ichi va de camino a por ti. Disfruta del dolor.
Guión - 8.5
Dibujo - 7
Interés - 8.5
8
Yakuzas, bizarrismo, violencia... Increíble. Pasen y vean al Joker oriental. Excepcional construcción de los personajes. Increíble ritmo y tensión. Dinamismo y profundidad.
Pues primero, enfermo no estás, y si lo estuvieras, seríamos dos infectados. Yo vi la pelicula, y es la mejor de su genero que haya visto. El manga, ya esta siendo enviado para aquí, Lima, y tengo el espacio listo para lucirlo. El comic o en langa muchas veces supera las peliculas, espero de corazón, que esta vez no sea la excepción.