Edición original: Weekly Young Sunday.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Hideo Yamamoto.
Dibujo: Hideo Yamamoto.
Formato: Rústica, 224 págs. Blanco y negro.
Precio: 9,95 €.
Es común, que la muerte en ciertas personas, desate la necesidad de decir unas últimas palabras que resuenen en el mundo después de partir. Los monjes zen y los poetas japoneses, tenían la disciplina sorprendente, de escribir unas líneas en el momento exacto de la defunción. Existen documentos y libros, que recogen dichas frases verdaderamente memorables, algunas con una construcción retórica impresionante. Ota Dokan, estudioso del arte militar y poeta, fue apuñalado en la bañera. Asiendo el puñal que tenía clavado, pronunció el siguiente poema: “Si no hubiera sabido/que ya estaba/muerto,/habría lamentado/perder la vida”
Este nuevo volumen de Ichi the killer, recoge una de las mejores frases dichas antes de morir. No solo por su alto nivel de morbosidad, sino por lo impactante y chocante del momento. Llegando a ver al gran psicópata Kakihara llorando de la emoción.
Mono de heroína, el juego de las espadas y eyaculación sobre cadáveres
La investigación de Kakihara continua. Analizan al grupo del viejo Jii-san. Descubren, que va con tres matones de poca monta y que al ser ex-miembros de bandas criminales, es imposible que puedan salir de Shinjuku, por lo que la búsqueda se reduce ampliamente. Kakihara los quiere con vida, como no, matarlos sin más no produce placer y para un sádico como el, causar dolor es orgásmico. Literal y metaforicamente. Recuerda que uno de ellos, Inoue, tenía cara de estar enganchado al caballo, y al ser una droga minoritaria en Japón, rastrear e investigar la ruta de la heroína es fácil.
Mientras el grupo del viejo Jii-san sale a encargarse de unos asuntos, Inoue, que está con el mono de heroína, se queda al cargo de la vigilancia de la guarida, nombre que recibe el apartamento donde viven y organizan los planes del grupo. Karen, que es una mujer cercana al clan Anjou, le presenta a Kakihara, una tailandesa encargada de controlar todas las rutas de entrada de caballo de Kabukicho. La mujer les pregunta que qué van a comprar, a lo que el mafioso contesta que va en busca de información. La tailandesa, que no conoce quien es ese hombre que tiene enfrente, insiste en que se vayan y no la hagan perder el tiempo. Kakihara que es un hombre testarudo, saca un alfiler largo que siempre lleva consigo y atraviesa la mano de la mujer tailandesa. La tortura y le saca la dirección de su cliente Inoue. La obliga a llamarle. En el estado en el que está Inoue, la llamada llega como agua en el desierto. Concreta, que va a llevarle la heroína, pero lo que no sabe Inoue es que también van los hombres de Kakihara. Entran en el apartamento, y ven todo desmantelado, sin saber que ha podido pasar. Inoue que no sabía como calmar esa ansiedad creada por el mono, decide desmantelar toda la habitación, inclusive la televisión, donde se mete dentro. Kakihara llama a las oficinas, y por los micrófonos de varios aparatos electrónicos del apartamento, se escucha la llamada por duplicada, en ese momento se da cuenta que su oficina estaba pinchada. Aprovechando que Inoue no se mueve de la televisión, decide cubrir la parte baja del televisor con cinta aislante, dejando solo los hombros y la cabeza visibles, de un Inoue que suda y delira. Kakihara le pregunta a Inoue si conoce un juego donde los niños clavan espadas a un pirata metido en un barril. Pues, a ese mismo juego van a jugar los dos. Kakihara, no para de clavarle alfileres por todo el cuerpo, pero Inoue no habla, hasta que el mafioso da con el punto exacto. Inoue se desploma, está a punto de morir y lo sabe, así que decide contarle todo al mafioso. Le cuenta que ellos mataron a su líder, que un tal Ichi fue quien se encargó de todo y que el próximo objetivo de Ichi es el. En un último suspiro, le pide un favor a Kakihara. Que una vez muerto le follen, que siempre ha violado los cadáveres de quienes mataba y que le gustaría saber qué se siente estando en el otro lado. Kakihara responde llorando: “te lo prometo”. BRUTAL.
Por otro lado, el resto del grupo de Jii-san, va en busca de Suzuki, que permanece en el hospital tras la tortura de Kakihara. Se disfrazan y se hacen pasar por chinos. Le amenazan con matarle a no ser que dé cierta información. Le preguntan por los chinos, aquellos que desaparecieron. Le hacen chantaje con las fotos de sus hijas y también le hacen creer que Kakihara ha organizado todo eso. En un momento de furia y desesperación, Suziki les propone un plan. Que les va a doblar lo que le pagan por matarle y a cambio tienen que matar a Kakihara. Los del grupo del viejo aceptan, pues ese era su plan, aprovecharse del rencor de Suzuki para ganar dinero.
Una vez salen del hospital deciden ir a celebrarlo, tras ver que todo ha salido tan bien. Llaman a Inoue para contárselo, pero en ese momento, es Kakihara quien habla con ellos. Se enzarzan en una discusión llena de amenazas que termina cuando el viejo le dice al mafioso que espere cuando le llegue el dolor a través de Ichi.
Y hablando de Ichi. Se despierta de una pesadilla, que a su vez es un flashback, donde se le ve de crío presenciando una violación. Su respuesta, fue ponerse cachondo. Una vez despierto, se va al taller de reparación de maquinaría donde trabaja. Al acabar la jornada, ya solo, decide ponerse a trabajar en su equipación de asesino. Crea unas botas de las que les sale una cuchilla del talón. Una vez perfeccionadas y probadas, decide ir a casa de la prostituta de la que está enamorado para matar a su chulo. Entra y tras pasar un momento de culpabilidad y miedo, se llena de ira y descuartiza por la mitad al chulo de la muchacha entre lloros y lágrimas. Ya muerto el chulo, decide sacarse la polla y masturbarse. En ese momento, entra ella en casa. Ve a su chulo muerto, la habitación llena de sangre y a Ichi en medio de todo. Le pregunta qué hace e Ichi contesta que encargarse de sus problemas, que ella se lo había pedido. Ella contesta que era broma y nunca esperaba que ocurriera de verdad. No se lo podía creer, la muchacha entra en shock. Su chulo muerto por la mitad, su cliente Ichi con la polla tiesa y proponiéndola que hará todo lo que él le hacía a ella. Pegarla, insultarla, que él podría hacerlo. En ese instante, decide atacar a Ichi, a lo que él contesta con una patada que la corta las venas del cuello, y mientras ella sangra, Ichi la abraza y acaba de correrse. BRUTAL X2.
Guión - 8.5
Dibujo - 7
Interés - 8.5
8
Yakuzas, bizarrismo, violencia... Increíble. Pasen y vean al Joker oriental. Excepcional construcción de los personajes. Increíble ritmo y tensión. Dinamismo y profundidad.
Y lo calificas con solo 8?