Imidawen 1 y 2

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Edición España: autoeditado – octubre-diciembre-2012
Guión: Juan Antonio Martín Muñoz, Jonay Martín Perdigón
Dibujo: Jonay Martín Perdigón
Entintado: Juan Antonio Martín Muñoz
Color: Juan Antonio Martín Muñoz
Portada: Jonay Martín Perdigón, Juan Antonio Martín Muñoz
Precio: Tebeos en grapa de ocho y veinticuatro páginas respectivamente, editado bajo licencia Creative Commons (reconocimiento-no comercial-sin obra derivada)

 

Uno de los aspectos más entrañables del mundo del cómic viene dado por el esfuerzo y el tesón con el que algunos autores afrontan la aventura de publicar un trabajo. Todos hemos tenido el sueño, la intención o hasta la visión de ver nuestros nombres publicados en algún tebeo, de modo que cuando alguien –o en este caso “álguienes”- presenta su proyecto convertido en realidad siempre tiene uno esa punzada de admiración y hasta de sana envidia. Imidawen es un buen ejemplo de todo esto.

Juan Antonio Martín y Jonay Martín han conseguido lanzar dos números de un cómic que recoge su particular versión de los conflictos existentes entre los distintos gobernantes de los reinos que componían la isla de Tenerife en los años previos a la conquista por parte de los castellanos. La figura central de estas entregas es la de Bencomo, mencey de Taoro. El que fuera jefe de los reinos guanches que se opusieron a Alonso Fernández de Lugo se presenta aquí como un dirigente inteligente y astuto que aspira a ser el señor de una isla unificada, como en los días del rey Tinerfe, que para unos era el padre de Bencomo en tanto que para otros resultaba ser su abuelo. En estos dos primeros números asistimos a las maniobras con las que Bencomo intenta convertirse en el primero de los nueve menceyes y a las artimañas con los que sus rivales –especialmente el señor de Güímar, Añaterve- intentan frustrar sus aspiraciones. Alianzas militares, pactos matrimoniales, negociaciones directas o indirectas… todo vale en un panorama que plantea una versión muy simplificada y de andar por casa de la ahora popularísima Canción de hielo y fuego. La historia se narra a través de la retrospectiva por medio de los recuerdos de un hombre ya maduro cuando la isla se encuentra ya bajo el dominio de la Corona de Castilla. El nombre de Cristóbal Hernández oculta la herencia de los descendientes de Bencomo y la añoranza por unos tiempos y un orden que le hubiera otorgado un destino más glorioso que el de simple cronista.

La edición de estos dos primeros números es un buen ejemplo de lo que supone el trabajo de autoedición. Así el primer ejemplar, subtitulado Vientos de guerra, tiene solo ocho páginas y un papel de calidad bastante baja, así el segundo –subtitulado Pactos de sangre- ya presenta una extensión más próxima a la de los comic-book, una mejor calidad en papel y consecuentemente mejores resultados a nivel de impresión. El interés generado por la iniciativa ha permitido que el primer número vaya por su tercera edición.

A nivel creativo hay que recalcar el hecho de que ambos tebeos tienen un nivel bastante bajo, tanto de dibujo como de guión. El lápiz, la tinta, el color, la composición… indican la necesidad de seguir trabajando para alcanzar un nivel más cercano a las publicaciones profesionales, aunque un cómic que ve la luz y se presenta de cara al público es un paso fundamental en la evolución de todo artista. En lo que respecta a la historia hay que hacer notar el hecho de que un relato tan complejo como puede serlo cualquiera que quiera tratar temas de corte político necesita un espacio mayor que el que presentan ocho páginas. El primer número apenas da para que conozcamos a Bencomo de Taoro, en tanto que el segundo ya permite desarrollar conspiraciones, amoríos y batallas, al tiempo que se anuncia un futuro ominoso para los intereses de los menceyes con la aparición de los europeos en el escenario. Hay que indicar también que no se trata de un cómic con vocación histórica sino uno en el que se cuenta una historia o una versión de la historia de Tenerife en los días en los que sus moradores la llamaban Achinech. Los responsables se han preocupado por dar una pátina de ambientación realista pero nada más. La advertencia se hace necesaria cuando una parte de las personas que se han acercado al producto lo han hecho con una imagen mental errónea metida en el coco.

Los autores han manifestado su interés por terminar la historia, aunque no saben si sus ocupaciones laborales les permitirán llevar a cabo tal objetivo. Los dos cómic han salido adelante gracias a una ingente labor de patrocinio por parte de entidades públicas y privadas. Teniendo en cuenta la situación que se augura para 2013 se añade un factor de incertidumbre más a las dificultades vinculadas a un proyecto de estas características, pero de momento la tercera entrega de la historia está programada para el próximo otoño.

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Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
10 diciembre, 2012 17:13

Al margen de la calidad, al menos han hecho realidad un sueño. Y, como bien señalas, eso ya es, de por sí, admirable. No queda sino desearles suerte.