In memoriam, Carrie Fisher

A las 8:55 de la mañana de hoy –hora de Los Ángeles- la familia de la actriz y escritora Carrie Fisher informaba del fallecimiento de la misma, después de cuatro días ingresada en un hospital y de haber sufrido un infarto durante un vuelo entre la capital británica y la ciudad californiana. A los sesenta años de edad, la intérprete de la resuelta y aguerrida princesa Leia Organa moría y recordaba al mundo que al año 2016 le quedaban todavía unos cuantos días y algunas desagradables sorpresas por prodigar.

La historia de Carrie Fisher está marcada sin ningún género de dudas por su participación en la trilogía clásica –la buena y osaría decir que la única existente- de Star Wars o La guerra de las galaxias (lo siento, pero es difícil olvidar los títulos adaptados con los que uno se crio). El papel de Leia Organa pesó profundamente en una carrera que cuenta con títulos tan respetables como Hannah y sus hermanas o Cuando Harry encontró a Sally. Sin embargo, dejó para la posteridad una trayectoria como escritora y guionista, destacando especialmente su novela Postales desde el filo, en la que volcaría gran parte de sus vivencias como hija de dos estrellas del engañoso star system de Hollywood. Sería ella misma la que, como guionista, se encargara de la adaptación para la gran pantalla, reflejando muchas de las miserias de la meca del cine.

En su trabajo como escritora, Fisher afrontaría con valor la tarea de desvelar ante el público algunos de sus demonios familiares y de sus problemas de adicción. Esa misma sinceridad la llevaría a expresar con claridad y ausencia total de miramientos sus opiniones. Sus respuestas a la campaña de retirada de la versión de Leia esclavizada por Jabba el Hutt –una figura de acción ataviada con el biquini brillante- o a la crueldad con la que se reseñaba su estado físico en El despertar de la fuerza son buenos ejemplos de su marcada personalidad.

En cierto sentido, resulta una extraña paradoja que su fallecimiento se haya producido a los pocos días del estreno de Rogue One.

Al final de la misma, una Leia Organa generada por ordenador constituye el enlace entre dicha cinta y la cinta clásica. Se consideró que, por su edad, Fisher no estaba en condiciones de hacer las capturas de pantalla para interpretarse a sí misma. Una inquietante situación, aquella en la que una actriz se ve «sustituida» por una versión digital.

Fe de errores: He eliminado la expresión de opinión sobre Rogue One. Como se ha indicado por los comentaristas, no era el lugar adecuado.