In memoriam, David Odgen Stiers

Los repartos -televisivos o cinematográficos, de imagen real o de animación, de versión original o de doblaje- están llenos de nombres y rostros que, sin haber tenido nunca un papel protagónico, se convierten al correr de los años en viejos conocidos de la audiencia. Su presencia es garantía de que acabemos diciendo para nosotros mismos algo como «¡anda! ¡Mira este!» y que, de forma automática, pensemos en otras ocasiones en las que lo encontramos. Rostros vinculados a una época del cine y de la televisión que, en muchas ocasiones -la mayoría- llegaron y se fueron de manera igualmente silenciosa. Tal es el caso de un actor que nos dejó hace cosa de un mes: David Odgen Stiers. Quizá el nombre no suene de mucho, pero una imagen vale, en este caso, más que mil palabras:

La carrera de este intérprete abarca casi medio siglo, donde se combinan cine y televisión, imagen real y animación. Don David fue, sobre todo, actor de reparto y prodigó su talento por productos del más variado pelaje y condición. Así, una mirada rápida a alguna página especializada en la materia permite encontrar su nombre en series de largo recorrido, miniseries o películas que van desde la obra de culto a la creación de usar y tirar. Así, como curiosidad más sorprendente, me he encontrado su presencia en el fallido proyecto de llevar la Liga de la Justicia de América a la televisión, como responsable de interpretar al Detective Marciano:

Sin embargo, si debemos centrarnos en la pequeña pantalla, hay que indicar que su trabajo más memorable se encuentra en M. A. S. H., la serie que durante once temporadas contó, en tono de comedia con ribetes trágicos, la experiencia de un hospital de campaña durante la guerra de Corea. Don David se incorporó para interpretar el papel del comandante Charles Winchester III, un personaje llamado a cubrir la baja de Frank Burns (Larry Linville) que en la serie era el estirado superior que debía superar las bromas de Benjamin «Ojo de Halcón» Pierce (Alan Alda) y B. J. Hunnicut (Mike Farrell). En un principio, la nueva incorporación -que clamaba contra el destino que le había llevado, en sus propias palabras, a un grano infectado en el culo del mundo- resultaba indistinguible de su predecesor pero, durante las temporadas subsiguientes, experimentó una evolución que fue haciéndole más humano y agradable. Para ello, el actor incorporó al personaje algunos elementos que le eran propios, como el amor por la música. Con ello, consiguió protagonizar dos historias inolvidables por su emotividad y por ejemplificar la crueldad de la guerra: el deseo de ayudar a un pianista que no podrá usar su mano izquierda y el intento de hacer una orquesta con unos soldados que están destinados a morir en su retorno al frente. Al final de la serie, el personaje retorna al prestigioso destino que su formación y su apellido le habían destinado, pero más humano. Esta sería, probablemente, su participación más extensa y conocida.

Después de M. A. S. H., David Odgen Stiers apareció como secundario o artista invitado en muchas cabeceras de los ochenta y noventa. Star Trek: La Nueva Generación, Se ha escrito un crimen, La Doctora Quinn, Perry Mason o Norte y Sur se beneficiaron de su imponente presencia (medía casi dos metros).

En el campo de la animación, hay que indicar que su nombre ha sido, hasta fechas muy recientes, una presencia constant en películas y series. A título de ejemplo, cabe citar su participación en La Bella y la Bestia, Pocahontas, El jorobado de Notredame, Lilo y Stitch, la franquicia de Shrek o Historias corrientes. Estas participaciones se harían extensivas, en su caso, a las secuelas para el mercado doméstico y los videojuegos, colaborando también en las versiones inglesas de películas en lengua no anglosajona, como Porco Rosso.

El pasado 3 de marzo, David Odgen Stiers fallecería, víctima de un cáncer de vejiga, dejando tras de sí una carrera que ha abarcado casi medio siglo.