El pasado viernes, 11 de noviembre de 2016, los medios de comunicación cerraban una agitada semana laboral con el anuncio de la muerte del actor
Robert Vaughn vino al mundo en Nueva York en el año 1932 y debutó prontamente en el mundo de la interpretación, de una forma que sería constante a lo largo de su carrera: un ilustre secundario. Series como El hombre del rifle, El virginiano, Zane Grey Theater o Mike Hammer contaron con su presencia. En el año 1960 llegaría su primer papel relevante: el de
El protagonismo y la popularidad le llegarían un poco más tarde, en 1964, a través de una creación de
A partir de ahí, su presencia sería una constante en el cine y la televisión de las siguientes cuatro décadas, siendo escogido preferentemente para interpretar papeles de villano o no especialmente simpático. Sería uno más en el monumental reparto de
En 1980 volvería a su papel de pistolero triste en Los siete magníficos del espacio, aquella traslación al cosmos del clásico de John Sturges, hecha por Roger Corman con su talento habitual para aprovechar el impulso generado por
Su adición suponía un cambio de registro para la serie que, no obstante, sería cancelada. En los noventa aparecería en series tan diversas como Se ha escrito un crimen, La niñera o Ley y orden. Sería en Unidad de víctimas especiales, una de las cabeceras de la franquicia creada por Dick Wolf, donde aparecería por última vez.
Con la muerte de Robert Vaughn, se cierra otro capítulo más en la historia del cine y la televisión. Era un actor al que habremos visto en no pocas ocasiones, pero del que no podríamos destacar en ningún título. En todos ellos dejaba patente su carisma, que le brindó la oportunidad de interpretar múltiples papeles de villano. La popularidad del personaje de Napoleón Solo le había llevado al otro lado de la ley catódica.
Habiendo crecido con westerns como el de los Siete Magníficos y viendo tantos episodios del Equipo A que hasta no puedo evitar tener cierto cariño a aquellas últimas temporadas cuando intentaron convertirlos en una suerte de Ángeles de Charlie era un actor por el que inevitablemente sentía un fuerte aprecio. Una auténtica pena su perdida
Coincido con tus palabras Daniel, a mi me pasaba lo mismo que describes.
Yo también creci viendo al Agente de Cipol, por lo que él junto a David McCallum son dos de mis actores favoritos, y más allá que representa otra época de hacer tele, tengo muy gratos recuerdos de ese tiempo, y todo lo que ese tiempo represento para mi.
Tengo que admitir que no me gusto el giro que dió en su momento la última temporada de Brigada A, pero lo único que rescato es la adición de Robert Vaughn al equipo, en el papel que mejor le sentaba como espia, y rescato de eso el cameo que hace McCallum y obvio homenaje que le brindan a ambos.
Y dicho eso, un pecado que ninguno de los dos pudo estar en la remake hecha por Guy Ritchie.