Si ya en la segunda mitad de la década de los ochenta tenía usted uso de razón, recordará probablemente una frase que se hizo popular durante los años subsiguientes:
Nacido en Nueva York, en el año 1943, Bochco comenzó su carrera en televisión como guionista de la serie Colombo. Su primer éxito llegaría en 1981 con la citada Canción triste de Hill Street (traducción española del inadaptable juego de palabras del título original Hill Street Blues, donde la última palabra hace referencia tanto al cuerpo de policía -los «azules» de la calle Hill- como al estilo musical). Cuando por fin llegó a España -cinco años más tarde- venía con la vitola de ser un producto de éxito que, además, marcaría notablemente el devenir del género policiaco y de las producciones televisivas, incorporando, además, los elementos definitorios de casa Bochco: reparto coral, personajes cercanos, asignación de roles, combinación de arcos argumentales con historias episódicas y un crudo realismo. La premisa de la serie eran las vivencias del personal de una comisaría de un barrio de clase más bien baja en una ciudad estadounidense y, desde su primer capítulo, dejo claro que no estábamos ante una policiaca al uso. El hecho de que Bobby Hill (Michael Warren) y Andy Renko (Charles Haid) la pareja de agentes que parecía protagonista, fuera tiroteada en un edificio de la zona y dejara a la audiencia con la duda de su supervivencia, dejó patente la diferencia. Con el tiempo y el transcurso de los episodios, fuimos conociendo al resto del reparto: al capitán Francis Xavier Furillo (Daniel J. Travanti), un alcohólico en rehabilitación que intentaba cumplir con su compromiso con la población de la zona, pese a ser consciente de que libraba un combate desigual, siendo respetado y valorado por su integridad; a Joyce Davenport (Veronica Hamel), la prometida del capitán y abogada en ejercicio, que llamaba a aquel «pizzero» (por su origen italiano) e intentaba hallar el equilibrio entre su relación sentimental y el conflicto de posturas entre policía y abogacía; al teniente Howard Hunter (James B. Sikking) responsable de la unidad SWAT, estirado, militarista, conservador y protagonista de una parte de las situaciones chuscas; a la oficial Lucille Bates (Betty Thomas) cuya competencia y constancia le granjearon el grado de sargento; al detective J. D. LaRue (Kiel Martin) que debía lidiar con su dependencia del alcohol, mientras su compañero Neal Washington (Taurean Blacque) se debatía entre la lealtad hacia aquel y el riesgo que suponía que un borracho te guardara las espaldas; al detective Mick Belker (Bruce Weitz) que iba de incógnito, disfrazado de mendigo y tenía tendencia a gruñir a quien se le encarara. A lo largo de sus siete temporadas, hubo bastantes cambios en el reparto, lo que reforzó el ya citado carácter coral de la producción, al tiempo que reflejaba un aspecto básico de la existencia, como son los cambios. Algunos personajes morían en acto de servicio -como le sucedía al detective Harry Garibaldi (Ken Olin); otros, desaparecían porque su intérprete moría, como sucediera con el sargento Philip Esterhaus -responsable de la frase «tengan cuidado ahí fuera»- ya que el actor Michael Conrad sucumbió, víctima de un cáncer, en 1983. Las series «de policías» nunca volvieron a ser lo mismo gracias a este título, que cosechó casi un centenar de premios Emmy durante su emisión. Bochco no llegaría a estar en el final de este primer éxito, pues fue despedido en 1985 de MTM, la productora de la serie, como reacción al fracaso de otra de sus propuestas, Bay City Blues. Un año antes del fin de Canción triste de Hill Street, vería la luz su siguiente éxito, llamado a dar un giro a otro género muy popular en la tele: el judicial.
En 1986, veía la luz La ley de Los Ángeles, una serie que, como la anterior, tendría un reparto coral y combinaría historias episódicas con arcos argumentales más bien largos, en los que se sucederían momentos cómicos y situaciones trágicas. El escenario sería bien distinto: el despacho de abogacía MacKenzie, Brackman, Chaney y Kuzak. Sus protagonistas, un grupo de juristas con distintas especialidades, que combinan veteranía y juventud. A través de sus labores, se abordan temas que, en aquellos días, eran controvertidos: la pena de muerte, la violencia doméstica, el acoso sexual, la homofobia o el aborto. De nuevo, encontramos un elenco protagónico que quedará marcado para siempre por su vinculación con la serie, así como un amplísimo catálogo de actuaciones episódicas en las que se pueden encontrar nombres célebres. En el primer caso, hay que destacar a Michael Kuzak (Harry Hamlin, que había protagonizado Furia de Titanes pocos años antes), Grace Van Owen (Susan Dey), Ricardo Sifuentes (Jimmy Smits, al que después veríamos en El ala oeste de la Casa Blanca y en la franquicia Star Wars), Arnold «Arnie» Beckett (Corbin Bernsen), Anne Kelsey (Jill Eikenberry) o Stuart Markowitz (Michael Tucker). En el segundo, tenemos nombres como los de Kathy Bates, Kevin Spacey, Carrie-Anne Moss o Christian Slater. Como en las historias de los azules de la calle Hill, había un reparto de roles que incluía al inconformista, al que seguía las reglas, al rebelde, al sensible y al que bailaba con las historias más ridículas. La serie se prolongó hasta 1994 y tuvo un telefilme de reunión en el año 2002, siendo también laureada en los premios Emmy, pero ni de lejos con la cifra obtenida por Furillo y sus gentes.
A estas alturas, el nombre de Steven Bochco era bien conocido y reconocido, de modo que no resultó extraño que algunos de los productos posteriores fueran promocionados hacienda referencia a su bien ganada fama. Así, en 1991 Antena 3 TV anunció a bombo y platillo que se había hecho con los derechos de emisión para España de su último producto: un ambicioso proyecto que combinaba el género policiaco modelo «Hill Street» con el musical: Cop Rock. Sin embargo, y demostrando que hasta el mejor amanuense puede hacer un borrón, el resultado fue bastante malo y la serie está catalogada entre las peores de la historia, por mucho que se intentara incorporar a nombres y personajes de las dos series exitosas precedentes.
Por su parte, TeleCinco emitiría por aquí las primeras temporadas de Policías de Nueva York, el anunciado retorno de don Steven a una comisaría de policía que, en esta occasion, estaría ubicada en Nueva York. Intérpretes como David Caruso, Kim Delaney, Jimmy Smits o Dennis Franz pasarían por una serie que, si bien tuvo en los Estados Unidos bastante éxito, por aquí pasó bastante desapercibida. Con todo, sumaría doce temporadas en las que el resto de las propuestas de Bochco cosecharon más pena que gloria.
Sería en la pantalla amiga donde la audiencia celtibérica vería el último gran éxito de Bochco a la televisión: Murder One, De nuevo, retornaba al ámbito judicial y presentaba una propuesta en la que, a lo largo de una temporada, se dilucidaba un único proceso criminal, con Ted Hoffmann (David Benzali) como abogado especialista en la materia. El impacto de la propuesta, no obstante, no duró más que dos temporadas.
Las series de Bochco se caracterizaron por otorgar a su elenco protagónico una popularidad de la que raramente disfrutaron antes o después de su colaboración. También puede encontrarse ciertos nombres recurrentes en sus intérpretes: Dennis Franz pasó por Canción triste de Hill Street y por Policías de Nueva York; Jimmy Smits estuvo en La ley de Los Ángeles, Cop Rock y Policías de Nueva York; Barbara Bosson tuve papeles relevantes en Canción triste de Hill Street, Cop Rock y Murder One. Fuera de estos productos, su suerte fue desigual y solo Smits puede considerar que ha logrado ser recordado por otros papeles.
A su muerte, Steven Bochco estaba preparando el regreso de La ley de Los Ángeles y había sacado un libro en el que hacía repaso de su medio siglo de carrera. Falleció tras una larga batalla contra la leucemia, dejando tras de sí cincuenta años de historia de la televisión.
Cómo me molaría ver Cancion triste de Hill Street ahora q tengo raciocinio pero al parecer nunca ha sido editada completa en DVD, alguien sabe algo de esto? Me flipaba esa intro invernal neoyorquina mientras cenaba un domingo por la noche (que aunq amargaba molaba a la vez) q aunq no dijeran q sucedía alli creo q estaba claro, o al menos eso recuerdo