Edición original: Jigoku.
Edición nacional/ España: Ediciones La Cúpula.
Guión: Yoshihiro Tatsumi.
Dibujo: Yoshihiro Tatsumi.
Formato: Tomo B5, rústica con solapas, 146 páginas en B/N.
Precio: 7’50 €.
“Grita la gente por la condición melancólica y desconsolada de mi filosofía. Pero eso se debe meramente a que yo, en vez de fabular un infierno futuro, como equivalente de los pecados de la gente, he mostrado que ya hay algo de infernal allí donde está el pecado: en el mundo” decía Arthur Schopenhauer. Y parece que Yoshihiro Tatsumi ha tomado la palabra con el mismo alegato, mostrándonos el infierno en lo cotidiano. Sus relatos los llena de personajes solitarios, desubicados, insatisfechos, gente atrapada en un infierno personal, donde el tedio inunda sus vidas y la incomunicación cierra el círculo impidiendo salir de él. Olvida el averno de Dante Alighieri y mira dentro del espejo de las miserias humanas de Tatsumi.
Infierno, es un recopilatorio de relatos breves, actualmente descatalogado, donde algunas de las historias fueron previamente publicadas en castellano por la revista El Víbora, allá por los años 80. Entre sus páginas, nos encontramos diez relatos de lo más crudo y desalentador.
El primer relato titulado, Todo un hombre, narra el conflicto que tiene Manayama, un hombre de avanzada edad que está a punto de jubilarse, y cómo se siente en una sociedad alejada de los valores en los que se crió. Junto a esto, se le añade su vacua relación con su esposa que tampoco le ayuda a encontrar un sitio en el mundo. Solo su pasado podrá darle consuelo, aunque sea mancillándolo.
La siguiente historia, El telescopio, narra la crónica de un par de hombres, a los que les une unos binoculares de pago y una situación voyeur. Lo que empezó como una diversión, acabó con la desesperante situación del suicidio.
¡Qué bonito es el progreso! es la tercera historia del tomo. En ella, un donante de esperma, se enamora de una de las mujeres que va a la clínica de fertilidad, tanto es así que acaba convirtiendo su amor en un intento de violación.
La máscara de Noh, continua con el relevo. Esta historia, donde se nos muestra a una prostituta que ejerce con una máscara de Noh, es bastante rara. Su proxeneta, es a la vez un artesano de la madera que fabrica máscaras. Un día, ella le reta a que construya “una máscara viva de una mujer llegando al orgasmo”. Lo que no sabe ella, es que esa máscara la llevará hacia la muerte.
El travesti, narra la historia de un hombre al que le gusta travestirse, pero oculta esa faceta de su vida a su mujer. Un día, entabla relación con otra mujer que lo ama tal como es.
Y llegamos a la historia que da nombre al tomo. Infierno, narra la catástrofe y las secuelas del bombardeo de Hiroshima, donde un fotógrafo se hace mundialmente famoso por una instantánea de unas sombras sobre la pared, que según él, representan a un hijo masajeando a su madre, pero que en el fondo ocultan un crimen. Mantener su estatus, le llevará a cometer un asesinato con el que cargará toda su vida.
La caseta, nos presenta la extraña relación de una pareja que vive junta. Él, un mangaka que en busca de inspiración se queda recluido en casa. Ella, una prostituta que comenta por ahí que vive sola junto a “su perro”. Mostrando una relación extraña de necesidad y afecto, donde la dependencia del uno por el otro marca la decadencia.
Y llegamos al trama final con relatos como, Desinfección, y un hombre obsesionado con la higiene; El pueblo natal, donde un multimillonario construye una recreación a a escala de su pueblo de nacimiento, pero todo se vuelve más trágico cuando el pasado toma forma junto con esa recreación; y el relato final titulado, La mujer de la nieve, donde una inmobiliaria trama un plan para desalojar a los pocos inquilinos de un edificio en ruinas, en el que se mezcla sexo y posibles elementos sobrenaturales.
Como se ve, la temática de los relatos es altamente cruda, con una narrativa sutil y cargada, nada obvia, donde el lector tendrá que leer entre líneas si desea saber realmente qué ha pasado. Todo muy en la línea de otras obras de Tatsumi, donde la sexualidad y la muerte se dan de la mano. El narrador, aunque alejado emocionalmente, está en primera línea, lo que te hace ser una parte más de la experiencia, una experiencia llena de decisiones difíciles y caminos inexplorados.
Como escribió Sergi Puertas en el epílogo del manga: “Aquí a nadie le apetece ser quien es, nadie tiene demasiado claro lo que quiere, mucho menos cómo conseguirlo”. Y así es en este manga. Jean-Paul Sartre se equivocaba, el infierno no son los demás, y para muestra un manga.
Guión - 8
Dibujo - 7.5
Interés - 8.5
8
Un manga intenso e interesante de la miserias humanas.