Desde Crisis de Identidad, el Universo DC ha pasado por meses de historias bastante más oscuras de lo que era habitual, en las que los héroes se han cuestionado a sí mismos y a sus compañeros, y sus acciones han sido poco dignas de llamarse «heroicas». Con una idea semejante a la que tuvo Dennis O’Neil para Knightfall, los creativos de DC han pasado dos años haciendo daño a sus personajes, haciéndoles trágicamente humanos para después devolverlos a la grandeza de antaño.
El camino ha sido largo, pero en todo este tiempo poco tiempo hemos tenido para aburrirnos: los descubrimientos de Blue Beetle, las revelaciones sobre Maxwell Lord, la aparición de Rann en los cielos de Thanagar, la llegada de un nuevo Eclipso, la paranoia de Batman, la formación de la Sociedad de villanos por parte de Lex Luthor, la masacre del Espectro sobre la comunidad mágica, la crisis dentro de la JLA, la aparición de los nuevos OMACs, el misterio de los dos Luthors, el sorprendente origen definitivo de Power Girl, el regreso de Donna Troy, el crimen de Wonder Woman, el ataque a la atalaya de la JLA, la ruptura de la Trinidad, la batalla de Isla Paraíso… no ha quedado rincón del Universo DC sin remover.
En pasados meses os fuimos poniendo al corriente de las miniseries que llevaron a la Crisis Infinita, The OMAC Project, Day of Vengeance, The Rann-Thanagar War, Villains United y los prólogos no oficiales The Return of Donna Troy y los primeros números de JSA: Classified. Ahora se han publicado los 4 especiales de dichas miniseries relacionados directamente con la Crisis, y ha llegado el momento de entrar en valoraciones más concretas.
Los actos del Espectro traerán grandes cambios al apartado mágico del Universo DC, pues gracias a él ya no participan en el juego seres de una importancia capital como son los dioses del orden y el caos, Shazam o el Dr Fate, aunque el hueco dejado por todos estos tarde o temprano será rellenado ya no podrá ser del mismo modo, y sólo con el tiempo veremos todo lo que ha cambiado. El especial se limita a explicar cómo la plana mayor de los héroes mágicos limpian Gotham de lo que se podría definir como «epidemia mágica» recogiendo los pedazos de la Roca de la Eternidad que han caído a la ciudad, mientras Shadowpact persigue a los 7 Pecados Capitales, y el Dr Fate se enfrenta al Espectro. Una vez leído, la Roca tiene un nuevo guardián, y Nightshade ha sido capturada por la Sociedad. El cómic es muy entretenido, aunque no pasa de anecdótico. El guión de Bill Willingham está bien elaborado, y los personajes de Shadowpact siguen siendo tan carismáticos como en su miniserie, pero el contenido del argumento no daba para mucho. Con todo, Willingham ha salido bien airoso de un encargo que habría asustado a más de uno, y Justiniano a los dibujos demuestra ser el ideal para este relato de acción y magia, con un dulce toque oscuro (atentos a su próximo trabajo en The Creeper).
Efectos secundarios: Shadowpact.
Lo más destacable de este epílogo son momentos puntuales que, inevitablemente, tendrán su repercusión en el futuro del Universo DC, como la transformación de Ion, un ser de vastos poderes, y un sacrificio que afectará a las personas más cercanas al personaje… Y en cuanto a Infinite Crisis, hay que destacar la sorprendente revelación de la causa de la guerra. Aunque Gibbons se las apaña bastante dignamente en este entorno cósmico de guerras y una infinidad de razas, no consigue despertar interés, haciendo de este un título un tanto prescindible. Uno de sus más grandes logros ha sido dar a las razas alienígenas una entidad que parecía difícil tratándose de la melée que es, recuperando algunas ya olvidadas, y poniéndolas a todas en un contexto bien definido para el Universo DC que ahora se extiende ante nosotros.
Efectos secundarios: Ion. |
Tal vez escarmentado por las críticas recibidas por su chapuza en el crossover Sacrifice de Superman, Wonder Woman y The OMAC Project, Greg Rucka ha escrito este especial da tal modo que es completamente independiente del resto. No es necesario para seguir Infinite Crisis, ni The OMAC Project, ni Checkmate, del cual este especial es prólogo. En esta historia, una serie de agencias de espionaje de diferentes gobiernos trata de hacerse con los restos de Brother Eye mientras este busca una forma de recuperarse. Enzarzados como están en la batalla de Infinite Crisis, Batman sabe que no quedan superhéroes que puedan encargarse ello, y pide a Sasha Bordeaux que elimine lo que queda del satélite, con lo que este episodio juega más como epílogo a la miniserie original que como una pieza más en Infinite Crisis. Rucka y Jesús Saiz consiguen así un competente cómic de acción que cuenta, además, con buenos momentos de personajes, como la breve charla entre Batman y Sasha, o la de Amanda Waller con el Presidente de los EEUU. Ha sido grato descubrir que Rucka recuerda que Fuego en sus orígenes fue una asesina, y que su inclusión en la historia no es nada gratuita. Un inesperado y bonito final deja las puertas completamente abiertas para la serie regular de Checkmate.
Efectos secundarios: Checkmate y OMAC.
Sin duda, el mejor de los Infinite Crisis Specials, como lo fue la miniserie que le precedió. Simone ha vuelto a escribir un guión adictivo, en el que cada página te hace leer la siguiente con más avidez cada vez. El villano de Infinite Crisis ha decidido que, si no puede rehacer la Tierra como él quiere, hará suya la que ya hay, con lo que pone en marcha su plan de dominación gracias al control que posee sobre la Sociedad. Página a emocionante página, vemos como Oráculo asiste impotente a la fuga masiva de villanos de todas las prisiones del país, y con los pesos pesados ocupados con la amenaza principal de la Crisis, ha de echar mano de todos los héroes de segunda división que pueda conseguir, y eso es todos los que pueda conseguir. El final del especial enlaza directamente con el número final de Infinite Crisis, en el que tendremos la batalla de Metropolis, todos los héroes contra todos los villanos, incluso los más poderosos. Será difícil en las páginas de la miniserie poder hacer justicia a la confrontación que se prevee, pero valdrá la pena ver esa congregación de personajes. Ya en este especial de Simone y Dale Eaglesham, tan sólo por ver el momento en que los héroes esperan estoicamente la llegada de los villanos vale la pena leerlo. A pesar de que no se explica nada que no conociésemos por pistas y avances desde DC, Simone consigue dotar de una emoción y un dinamismo al cómic que muchos quisieran ver en sus obras…
Efectos secundarios: Secret Six.
Ahora estoy echando de menos un especial de The Return of Donna Troy, quien me parece que hasta el momento no ha jugado un papel especialmente destacado limitándose a uno casi testimonial, en contra de lo que parecía en un principio. El plan maestro del villano de Infinite Crisis no ha sido tanto tejer todo este entramado de sucesos, por supuesto, como aprovecharse de ellos. Un elemento muy importante en Infinite Crisis es la importancia de que los héroes confíen unos en otros y permanezcan unidos, y es justamente la fractura que recorre las filas de los héroes la que el villano ha explotado.
Los responsables de la saga han querido explorar cada pedazo del Universo DC, pero han circunscrito la parte cósmica a la miniserie central, dejando a estas historias periféricas el deber de explicar su parte. Como veis, ha habido de todo y, aunque aún quedan muchos meses por delante hasta su publicación en nuestro país, os aconsejo que hasta entonces os empapéis del Universo DC para disfrutarlas como es debido.