Injustice: Gods Among Us

Hace prácticamente un año, Warner Bros Interactive Entertainment, de la mano de NetherRealm Studios, publicaba el videojuego Injustice: Gods Among Us. Para promocionar el videojuego, DC Comics empezó a publicar una serie semanal digital, de mismo nombre, a principios de 2013. Las primeras semanas no fue un gran impacto, pero para cuando salió el videojuego, ya lideraba las listas de ventas en Comixology en medio mundo, y así siguió durante el siguiente medio año hasta finalizar el «Año Uno». Incluso el formato físico, que recopilaba 3 números digitales, vendía mes a mes mejor que muchas otras series regulares, y con un precio inferior. Esto ha hecho que tras un parón de pocos meses, haya empezado Injustice: Year Two, aunque con un formato bimensual, suponemos que para no sobrecargar tanto a su escritor, Tom Taylor. Y es que el autor australiano, es una de las claves del éxito de este cómic, y actualmente se encuentra escribiendo Tierra 2 – sus aventuras en nuestro país aún tardarán unos meses en llegar -, y no tenemos ninguna duda que muy pronto habrán más trabajos para él en la editorial.

Injustice: Gods Among Us es un videojuego que salió para PS3, Xbox 360 y Wii U el 19 de abril de 2013 en España. Pero hasta llegar a ese punto, hay un largo camino recorrido. La primera piedra llegó 5 años atrás, cuando por las mismas fechas pero de 2008, se confirmaba que el nuevo Mortal Kombat sería MK vs DCU. Era el primer cruce de la franquicia MK, aunque no el primero de una franquicia de videojuegos, incluso tampoco era la primera con una compañía de videojuegos. Marvel en la década de los 90 había encontrado en Capcom un compañero ideal. La empresa japonesa, gracias a sus Street Fighter, Darkstalkers y Rival Schools se había alzado en el trono de los videojuegos de lucha – con permiso de SNK -, y eso se reflejó con los X-Men vs. Street Fighter (1996), Marvel Super Heroes vs. Street Fighter (1997), Marvel vs. Capcom: Clash of Super Heroes (1998) y Marvel vs. Capcom 2: New Age of Heroes (2000). Capcom también se llegaría a cruzar con 2 ocasiones con SNK, pero miles de aficionados siguen esperando el deseado Mortal Kombat vs. Street Fighter. Por razones obvias, también sería el más conflictivo, puesto que o bien los personajes de MK dejaban de poder matar a sus rivales, o lo hacían los personajes de SF. Por ello, por otra buena parte de los fans, su cruce soñado es con Killer Instinct – saga que recientemente acaba de resucitar de la mano de Xbox One -, no sólo por ser 2 franquicias estadounidenses sino también por la libertad que habría con los Fatalitys.

Así pues, cuando se anunció pues el cruce entre MK y el universo de DC Comics, hubieron muchas dudas sobre la viabilidad del proyecto: ¿dejarían de matar los personajes de MK, perdiendo una de sus señas de identidad de la franquicia? ¿O acaso los personajes “pijameros” matarían? Mucha gente por aquel entonces descubrió que había un lado mucho más oscuro y sangriento en los cómics, alejados de la visión más de dibujos animados que podían haber visto en series como Justice League Unlimited o mismamente los Marvel vs. Capcom. Imágenes tales como Wonder Woman rompiéndole el cuello a Maxwell Lord, aparecieron en los foros y webs relacionadas con la franquicia de MK, para mostrar que el universo de DC Comics podía encajar mejor de lo que muchos pensaban con la franquicia – dejamos a discreción de cada lector considerar como algo positivo o negativo que hubiera tanto material oscuro/sangriento en los cómics actuales -. También la esperanza entre la gente a favor del cruce, era que respetasen la franquicia de Mortal Kombat y los superhéroes y villanos hicieran Fatalitys. La cosa resultó a medias, una versión descafeinada, ya que el juego no era para adultos, si no estaba enfocado en el mercado adolescente, en un intento, más desesperado que realista, de ampliar las ventas del videojuego – ya que en Estados Unidos, se respeta mucho más que aquí lo de «no recomendado/prohibido a menores de…» -. En el mercado de Estados Unidos, significaba que era a partir de adolescentes de más de 13 años, cuando en otros lugares como Europa era recomendado para mayores de 16 años. Eso a la práctica hizo que allí se censurasen algunos Fatalitys, como el del Joker o Deathstroke disparando en la cabeza del perdedor o Kitana lanzando sus abanicos de acero a la cabeza del rival – cosa que ocurría igualmente, pero el impacto se producía fuera de cámaras en el primer caso, y en el segundo se clavaban ambos abanicos en el pecho del perdedor.

Aunque si esa censura era regional, con los superhéroes del juego directamente se les quitó la posibilidad de hacer Fatalitys, y en su lugar hacían Heroic Brutalitys. Donde aparentemente no mataban. Y decimos aparentemente, porque mucha gente discreparía sobre las posibilidades de supervivencia del rival, especialmente tras una paliza brutal de Superman o The Flash. Además de esto, los 22 personajes que conformaban el plantel inicial de personajes se hicieron cortos para muchos, tras barbaridades como fue el MK: Armageddon. Baraka, Jax, Kano, Kitana, Liu Kang, Raiden, Scorpion, Shang Tsung, Shao Kahn, Sonya Blade y Sub-Zero eran los representantes por el bando de MK. Por el DCU, estaban Batman, Captain Marvel, Catwoman, Darkseid, Deathstroke, Green Lantern (Hal Jordan), Joker, Lex Luthor, The Flash, Superman y Wonder Woman. El villano final era una fusión de Darkseid y Shao Kahn llamado Dark Kahn, el cual era el origen de la Rage que alteraba a los protagonistas del videojuego para equilibrar las balanzas de poder, e intentar justificar malos comportamientos de los héroes durante el modo historia. Ya en ese videojuego, los guionistas de MK con John Vogel en la cabeza, tuvieron la ayuda de Jimmy Palmiotti y Justin Gray para asegurar unos diálogos adecuados por parte de los personajes del DCU. El Modo Historia llevabas a un personaje e ibas avanzando a través de varias peleas, antes de dar el relevo. Aunque no todos los personajes tuvieron sus peleas de gloria, varios villanos quedaron reducidos a ser simples sacos de boxeo, e incluso algunos héroes populares se quedaron sin su capítulo. No creemos que estuvieran pensando sacar capítulos extra en DLC, aunque eso quizás nunca lo sepamos, puesto que jamás llegaron a sacar ningún contenido descargable. El malvado hechicero Quan Chi y Harley Quinn eran los primeros en salir, pero la recepción no fue la esperada por Midway, y las ventas no llegaron para salvar a la compañía.

Y es que por aquel entonces, Midway estaba financieramente con el agua al cuello. Tras lograr resucitar la franquicia con el MK: Deadly Alliance (2002), parecía que iba a levantar cabeza. Pero poco después, Viacom se hizo con el control de la empresa y sobre-explotaron la franquicia MK, y la breve primavera que había habido se convirtió en un agónico invierno. Por ello, finalmente Midway tuvo que declararse en bancarrota, y la franquicia MK – y su equipo creativo desde 1992, con Ed Boon a la cabeza – recibió un nuevo dueño: Warner Bros Interactive Entertainment. Era el paso más lógico, dado el videojuego sacado un par de años atrás. Y para alivio de los aficionados de la saga MK, el primer videojuego que hizo el MK Team – ahora Netherrealm Studios – que la novena entrega de la saga MK, llamado simplemente Mortal Kombat (2011). Era una vuelta a los orígenes, sufriendo la saga una especie de reinicio – dando nuevamente importancia a personajes de su Golden/Silver Age frente a las nuevas generaciones de personajes -, un preludio al que sufriría el universo DC meses después, aunque con resultados notoriamente más nefastos a nivel argumental para Mortal Kombat – y no sólo por el hecho que, en abril 2014, aún estamos esperando los aficionados, a que se anuncie por fin una secuela, que resuelva todo los cabos sueltos -. Que no a nivel de recepción, ya que fue considerado uno de los mejores videojuegos de la franquicia, y una resurrección igual o mayor que la vivida una década atrás. No sería la única franquicia en los últimos que volvería por todo lo alto, ya que también salieron a la venta el Street Fighter IV (2008) y el Marvel vs. Capcom 3 (2011). Pero en WBIE tenían claro que aunque se pueden hacer buenas mezclas, lo mejor es sacar los productos en solitario bajo sus propias reglas. Y por ello, el siguiente encargo de NRS no fue un videojuego de MK, sino uno del universo DC. Y así surgió Injustice: Gods Among Us.

Mientras en Marvel habían tenido videojuegos de éxito en los 90, tales como X-Men: Children of the Atom (1994) y Marvel Super Heroes (1995), el único intento por parte de DC Comics había terminado siendo Justice League Task Force (1995). Si no conocíais su existencia es normal, ya que está enterrado en la misma oscura fosa que el Superman 64 (1999). Por lo tanto, un nuevo videojuego a cargo de NRS, fue recibido con gran expectación por la mayoría de aficionados. Varios personajes repetían del MK vs. DCU, otros hacían su debut. The Flash (Barry Allen), Nightwing, Batman, Cyborg, Green Arrow, Superman, Raven, Aquaman, Wonder Woman, Hawkgirl, Shazam y Green Lantern (Hal Jordan) son los superhéroes iniciales del plantel de personajes, mientras que el Joker, Harley Quinn, Solomon Grundy, Lex Luthor, Catwoman, Deathstroke, Ares, Killer Frost, Doomsday, Sinestro, Black Adam y Bane fueron los elegidos por representar a los villanos. La mayoría de los seleccionados fueron debido a su popularidad, aunque también desde NRS se quiso dar oportunidad a algunas elecciones más inesperadas. Se dejaron pues muchos personajes populares, los cuales encontraron su sitio meses después a través del DLC: Lobo, Batgirl (Barbara Gordon), Scorpion de la franquicia Mortal Kombat, Zod, Martian Manhunter y Zatanna.

Además de los personajes jugables, otros personajes han tenido la oportunidad de aparecer en el videojuego de forma de cameos. Algunos a través de un Súper Movimiento, como Trigon en el de Raven; en las celebraciones de victoria, como varios Green Lanterns tales como Kilowog o Guy Gardner cuando Green Lantern vence; en los finales de personajes, como la Entidad Blanca en el de Sinestro; en los escenarios, ya sea de forma pasiva como Deadshot o el Parásito, o de forma activa como Darkseid o la batalla entre Giganta y Atom Smasher pasando por varios villanos del Arkham Asylum; en la versión para iOS del videojuego – que a finales de otoño también sacaron para móviles Android -, donde aparecen personajes tales como Brainiac, Hawkman o Ra’s Al Ghul; como un traje de un personaje jugable, como John Stewart, Cyborg Superman o Jay Garrick versión Tierra 2 de los Nuevos 52; como parte de una de las misiones del juego, donde podemos jugar con The Atom (Ray Palmer) o tener la ayuda de Atrocitus; y finalmente el montón de personajes que salen en el cómic. De este hablaremos más adelante en profundidad.

Puedo decir sin duda alguna que hay un número infinito de universos. Muchos son como el nuestro… pero salvo uno o dos eventos relevantes, exactamente iguales.

Esas son las palabras de Lex Luthor con la que se inicia el juego. El evento que cambia el universo que podríamos considerar el principal, del universo de Injustice, es que el Joker logra detonar una bomba atómica en Metropolis. Y no sólo eso, previamente en el universo Injustice, el Joker había logrado envenenar a Superman creyendo que estaba deteniendo a Doomsday, cuando lo que hizo fue llevar al espacio a su mujer Lois Lane embarazada. Ambos hechos rompen totalmente todo lo bueno que Superman representa, y decide matar al Joker. Las similitudes con Kingdom Come terminarían aquí, aunque no en cierto modo. Y es que si en Kingdom Come salían una nueva generación, y eran los personajes clásicos los que volvían del retiro para arreglar las cosas, aquí la solución viene del clásico cruce con una segunda Tierra/universo. Varios de los superhéroes clásicos, cuando están intentando detener al Joker de hacer detonar una bomba nuclear en Metropolis, de pronto son tele-transportados – junto al Joker – al universo Injustice, 5 años después de que allí la bomba explotase. A partir de ese punto, la historia sería más clásica a otras historias, como Justice League: Crisis on Two Earths. ¿Y cómo personajes como el Joker pueden luchar contra por ejemplo Superman? Aquí la excusa argumental son unas píldoras que convierten a simples humanos en gente con súper fuerza y súper resistencia – no, tristemente hay cero referencias a Rex Tyler/Hourman.

El Modo Historia sólo tiene 12 capítulos, que echando cuentas rápidamente uno puede deducir que ha quedado poco espacio para los villanos del juego en este modo. Con muchos superhéroes del universo Injustice volviéndose villanos, se podría haber sacado aún más a los villanos reconvertidos en miembros de la Resistencia. Además, el número de personajes disponibles en el Modo Historia ha descendido con respecto a anteriores versiones, siendo 15 capítulos – partidos en 2 historias, una por bando – del MK vs. DCU, y los 16 del Mortal Kombat (2011). En su favor, no sólo tiene la mejor historia de estos 3 últimos videojuegos, sino que además se incorporaron mini-juegos antes de ciertas peleas. No sólo aportaba variedad, sino que el resultado afectaba a la posterior batalla. Aún así, habría que preguntarse si NRS no debería empezar a plantearse optar por otro formato para el Modo Historia, más justo para los personajes villanos y/o menos populares – aunque este último punto, siempre es relativo. Pero si vuestro personaje favorito del videojuego no tiene su propio episodio en el Modo Historia, siempre se puede jugar al clásico Modo Arcade, donde peleamos con varios rivales aleatorios hasta el jefe final, y disfrutar de su hipotético final si fueran ellos quienes derrotasen al déspota Superman del universo Injustice. Si lo que deseas es encontrar relax entre tanta pelea, está el Modo S.T.A.R. Labs. Allí hay 10 misiones por personaje, donde expanden un poco la historia de cada personaje, así como obtener algunos trajes alternativos como recompensa. También sirve como aprender algunos trucos para ser más efectivos con cada luchador, aunque para practicar, está el Modo Entrenamiento.

Una de las novedades más importantes con respecto al último Mortal Kombat, es la posibilidad de hacer este entrenamiento con un colega online. En las peleas online, están los modos King of the Hill y Survivor. En el primero se forma un grupo de 8 jugadores, y quien pierde cede su lugar al siguiente que intenta destronar al actual campeón. El segundo es similar, sólo que habrá que sobrevivir a un grupo indefinido de rivales, y sólo se recuperará parte de la vida tras el combate. Y si tus colegas pueden venir físicamente a tu casa, está el clásico Modo Versus para darse a base de bien. Quizás muchos echarán en falta un Modo Tag Team, seguramente habría sido una guinda a un pastel suficientemente grande y de calidad. Finalmente está la versión para dispositivos móviles. Muy simple, con un par de dedos puedes atacar, conectar golpes especiales y protegerte. Son peleas de 3 vs 3, donde empiezas con las cartas de Nightwing, Cyborg y Solomon Grundy. A partir de ahí, puedes comprar más personajes, cartas para mejoras gratuitas y cartas de apoyo. También recibes por ir jugando diariamente e ir avanzando en el juego. Y allí se pueden desbloquear trajes exclusivos para las versiones mayores del juego. Lo más negativo, aparte de su enorme tamaño – 1,3 Gb – es que te intenten meter una cuenta Google +. Probablemente la versión de pago de iOS carece de este inconveniente, así que la versión elegida dependerá del dispositivo que uno tenga y de sus prioridades.

Las adaptaciones de un medio a otro no suelen siempre traer los resultados esperados, y más si involucran los videojuegos. Y si había hasta ahora algo que parecía una norma en los tiempos recientes, es que los cómics de videojuegos, en el mejor de los casos, eran una anécdota agradable sin más. Ciertamente, si el videojuego ya estaba relacionado con el mundo de los cómics, el resultado solía ser mejor. Un caso reciente por ejemplo fue el DC Universe Online: Legends. Pero ninguno había alcanzado la popularidad y la buena crítica que Injustice: Gods Among Us. Y el motivo no es tanto la historia creada por NetherRealm Studios. El motivo principal, es su guionista, el australiano Tom Taylor. Pero antes de hablar de su trabajo en el cómic de Injustice, sepamos más quien es este guionista. De 35 años, su primer cómic fue publicado en 2009. The Example (Gestalt Publishing), es un único número de 20 páginas, la adaptación de un corto producido por el propio Taylor de 2005. Dos personas en una estación de metro de Melbourne encuentran un maletín desatendido. Lo que continua es una profunda mirada a la naturaleza del racismo, las sospechas y el miedo. El corto no sólo ha recibido varios premios, sino que además se enseña en institutos y universidades. Y el cómic también ha sido muy bien valorado.

Tras este primer trabajo propio, vino Rombies (Gestalt Publishing), una historia de dos partes donde los zombis aparecen en la Roma antigua y la destruyen en un solo día. También un montón de trabajo en mini-series de Star Wars (Dark Horse), y ya sus primeros trabajos para DC Comics. Tomó el relevo a Adam Freeman en The Autority (Wildstorm/DC) para 8 números antes de la cancelación de la serie. También escribió un par de números de la mencionada DCUO: Legends – The Brainiac vs Sinestro Corps War, y un número en Batman Legends of the Dark Knight, donde trabajó con la también australiana Nicola Scott. También siguió su trabajo independiente, con la también premiada obra para todos los públicos The Deep: Here Be Dragons (Gestalt Publishing) y su secuela The Deep: Vanishing Island. Incluso, aunque no dentro de la continuidad de los Nuevos 52, Tom ya hizo un trabajo directamente a papel para DC Comics. National Comics: Rose & Thorn, con el arte de Neil Googe, planteaba como en los otros números de National Comics una reinterpretación del personaje. Aunque todos quedaron más como un piloto de serie hecho cómics, las críticas fueron por lo general positivas, todo lo contrario que las ventas que hicieron enterrar proyectos de esa índole. Con todo esto, finalmente llegó el que ha sido hasta el momento el proyecto de mayor duración para Tom Taylor. Con ciertos hechos impuestos por la trama, el australiano supo tratarlos de la forma más adecuada posible dadas las circunstancias. Y en cuando tuvo margen de maniobra, demostró no sólo sus habilidades como escritor, además hizo ver que la trama podía dar mucho más de si de lo que aparentaba. Y la serie rápidamente se convirtió en un fenómeno online, siendo semana tras semana la más vendida en EEUU y en medio mundo. Incluso las ediciones físicas, en el mismo formato que publica ECC en nuestro país, vendían realmente bien, lo cual era sorpresivo con tanta gente ya habiéndolo leído, y ser de mayor precio – también por tener más números, eso si – que los cómics mensuales de DC Comics.

¿Cuáles son las claves del éxito de Injustice: Gods Among Us? Hacer que cada número – virtual – valga por sí mismo, terminando de forma que no deje insatisfecho pero con ganas de más. Un trato muy humano de los personajes. Para empezar, y pese a lo que uno pensaría al leer los primeros números, Superman no mata al Joker y pasa ser mágicamente malo. Es un lento descenso en los infiernos, durante en muchos momentos compartes su sufrimiento y hasta su posición. Y es que Superman es el personaje preferido del escritor, y no es tarea fácil lidiar con la trama que le ha tocado guionizar. Harley Quinn se roba cada escena en la que sale, y más si tiene a Green Arrow cerca. Oliver también es uno de los tiene varios de los mejores momentos, aunque varios reservados a números pendientes de publicar en España. Lo mismo con personajes que no son superhéroes, como los padres de Clark Kent o Alfred. Quizás quien ha recibido más críticas ha sido su interpretación de Wonder Woman, pero el escritor declaró que como no veía como reconciliar la Wonder Woman del videojuego con la verdadera, optó por simplemente tomar que escribía una Wonder Woman distinta. También hubo cierta controversia con una de las muertes claves del videojuego, pero el escritor lo escribió con esa idea. Que nos sintiéramos engañados, estafados, porque cierto icono tuviese que morir a manos de otro héroe. Aunque ya ha sido publicado en España, omitimos a quien hacemos referencia para quienes no hayan leído el cómic ni jugado al videojuego. Tras esos hechos, Batman empieza a reclutar héroes para crear una Resistencia frente a las acciones de Superman. Ahora en abril se ha publicado la 11ª entrega, donde Batman intentará allanar la Fortaleza de la Soledad, después que Superman sacase de la circulación a uno de sus mejores aliados.

Y si la trama continua es muy buena, los números auto-conclusivos es donde Taylor saca lo mejor de él. Significativo es el número de The Flash en Australia – como no –, donde The Flash se replantea si el camino que Superman y Wonder Woman están liderando es el correcto. O toda una declaración sobre lo que significa para muchos Superman, empezando por el propio autor, en «El Hombre del Ayer», publicado en el tomo nº10. Además, para redondear el primer año y hacer más corta la espera al inicio del Injustice: Year Two, salió publicado un anual con Lobo y Harley Quinn de protagonista. Obviamente, si está Harley y está Tom, también está Green Arrow y Black Canary. Una pequeña joya, llena de mucho humor y acción, que debería estar más presente en los cómics actuales. Por todo este buen trabajo, Tom Taylor se convirtió en el relevo de James Robinson cuando este decidió dejar Tierra 2. En España aún tardarán en llegar los números de Taylor, pero por lo poco visto hasta el momento en EEUU, queda claro que la serie no se resentirá en absoluto. Todo lo contrario, Tom parece corregir poco a poco los puntos menos positivos de la serie. Y si la relación entre Robinson y Nicola Scott ya era buena, ahora que se han juntado dos australianos sólo cabe esperar mejores cosas aún. Al cierre de esta edición desconocíamos las nuevas series y posibles cambios creativos en los Nuevos 52 para julio 2014, pero no nos extrañaría para nada que pudiera esperarle más trabajo para Tom Taylor – eso si no convierten la serie mensual en una semanal, como se anda rumoreando -. Es una de las jóvenes promesas de esta industria, a la que habrá que seguir de cerca tanto en sus trabajos para DC Comics como en trabajos para editoriales independientes.