Inmortal Hulk de Al Ewing

Es hora de desgranar El Inmortal Hulk, una memorable etapa dirigida por un sublime Al Ewing. Entramos de lleno en un camino de redención.

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El mito de Prometeo en Inmortal Hulk

Más que cualquier otro personaje, Hulk representa la capacidad del ser humano de sumergirse en la parte más oscura del ser humano. Cuando Stan Lee y Jack Kirby lo crearon, allá por 1962, representaba un miedo de la época. En ese momento el pánico nuclear era el mayor foco de temor de la sociedad. No hace mucho el mundo ha estado, y sigue estando, bajo el temor de una escalada bélica que podría derivar en la destrucción mutua asegurada por el uso de armas de destrucción como lo son las bombas o misiles nucleares.

Ese temor también se trasladó a las viñetas y muchos superhéroes de la Edad de Plata fueron transformados y recibieron poderes mediante varios tipos de radiación. Los Cuatro Fantásticos, Spiderman y Daredevil son muestras evidentes. Pero fueron Hulk y su alter ego, Bruce Banner, quienes llegaron a ser el verdadero referente.

En un primer momento Jack Kirby dibujó a Hulk con fuertes reminiscencias de la versión cinematográfica de la versión de 1931 en celuloide de Frankenstein; baste con ver su cabeza cuadrada y un flequillo estilo Boris Karloff para darse cuenta de la referencia. Esta reelaboración del Frankenstein de Mary Shelley, o el Prometeo moderno se convirtió en uno de los personajes más populares de La Casa de las Ideas.

Al leer la novela que he mencionado, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué la autora eligió como título alternativo El moderno Prometeo? Ridley Scott hizo lo mismo con su retorno a la saga de Alien. Entonces, ¿qué relación tiene ésto con Hulk y con una criatura hecha de trozos de cadáveres? El mito de Prometeo viene de la mano de una de los pensamientos ético y filosóficos que más ha sido objeto de debate. Esta historia pivota entorno a la idea de jugar a ser dios y controlar fuerzas más allá de nuestro entendimiento. La moraleja es muy clara: al intentar controlar todas esas fuerzas se desata el mal. Con Frankenstein queda claro el resultado, y con la película de Ridley Scott, las consecuencias funestas de las investigaciones de Los Ingenieros han dado pie a una saga plagada de monstruos. Pero ¿y Hulk?; poco a poco llegaremos a la conclusión.

Prometeo, es conocido como el creador de la raza humana y el ser que robó el fuego a los dioses. Tras la Titanomaquia, la guerra que enfrentó a dioses y titanes, Zeus quiso poblar con seres vivos el mundo. El encargo recayó sobre Prometeo y su hermano Epimeteo. El segundo se encargó de los animales y, el primero a partir del barro creó a los hombres. Toda acción tiene reacción y robar el fuego de los dioses supuso que Zeus quiso vengarse y finalmente el titán acabó encadenado en el Cáucaso con unas cadenas irrompibles, mientras un águila le devoraba sus entrañas eternamente. Como Prometeo era inmortal y el águila no podía matarlo, la carne de Prometeo se regeneraba por la noche y el ave volvía a la mañana siguiente para seguir comiendo. ¿Vamos viendo similitudes?

Si hacemos un pequeño ejercicio de relectura podemos ver que un tal Prometeo aparece en The Incredible Hulk vol. 1 #368 como parte de un grupo llamado el Panteón. Y no solo eso, Peter David, en 2002 escribió The End, donde vemos reminiscencias de este concepto. Dale Keown, que volvió al personaje que lo encumbró, nos retrata, bajo las instrucciones de David, a un Bruce Banner de 200 años. Está vivo porque Hulk se había vuelto indestructible, inmortal. En este mundo apocalíptico las únicas criaturas que sobrevivieron son las cucarachas que ahora se mueven en enjambres gigantes. Vemos a Hulk devorado por uno de esos enjambres, solo para que su factor de curación entre en acción y regenere su cuerpo, una y otra vez. Como Prometeo sufre el castigo del avance científico del ser humano.

Pero estamos hablando de El Inmortal Hulk, y todavía no he desarrollado lo que pretendo sea una revisión de lo que Al Ewing quiere contarnos. Así que enlazando con lo anteriormente expuesto empieza un camino largo, de cincuenta números, donde, desde la lógica de la búsqueda por parte de Hulk, el Líder y Brian Banner de lo absoluto, somo testigos de un camino que nos lleva directamente al infierno.

El camino de Hulk en esta historia orquestada por Al Ewing va de la mano de cuatro protagonistas. En primer lugar, Bruce Banner comienza un viaje hacia la dualidad de su identidad y las profundidades de su poder. Una segunda historia y entrelazada con la anterior es la de Brian Banner, un hombre despótico que alimenta la ira y el miedo de su hijo. La tercera historia es la del general James Fortean, que busca capturar a Hulk con el propósito de convertir sus habilidades en poder. Finalmente, El Líder, que busca el conocimiento que supone poder.

La ira y el monstruo

Como preludio a esta etapa tendremos que acudir a tres grandes sagas; Civil War II, Secret Empire y Vengadores: Sin rendición. En la primera de ellas, Bruce Banner, completamente desolado decide encomendar a Ojo de Halcón que lo mate. Todo ello a la vista de una premonición por parte de Ulysses en el que Hulk no solo asesina a Los Vengadores, sino que provoca destrucción y muerte.

A pesar de que Clint consigue eliminar a Hulk antes de que Banner se transforme, eliminando de la ecuación al monstruo esmeralda, Hulk se levanta de la tumba. La premisa tampoco tiene por qué llevarnos a la sorpresa con mayúsculas puesto que sabemos que la tónica en el mundo de los superhéroes es la eterna vuelta a la vida. En Secret Empire tuvimos a un Hulk resucitado temporalmente como pieza y eslabón fundamental del ataque a la base de los rebeldes, saga fundamental también en lo que a Rick Jones se refiere. Será, sin embargo, Vengadores: Sin rendición, con Ewing de guionista, cuando comience este nuevo periplo en la vida de Hulk. La explicación de esta resurrección será el motor de esta nueva etapa. El Inmortal Hulk comienza a despegar, y es en su comienzo, cuando del manido recurso de la resurrección de un héroe el guionista Al Ewing saca oro contando una historia sobrecogedora de redención.

En los primeros cinco números de El Inmortal Hulk se presenta la nueva realidad en la que el monstruo vive. Durante el día, Bruce Banner deambula por las calles tratando de pasar desapercibido. Cuando el sol se pone y sale la luna, emerge Hulk. Este Hulk es frío y cruel. Puede que esta premisa nos recuerde a la etapa de Peter David y Mr. Fixit, y es normal, porque Al Ewing no deja de lado el pasado del personaje. Sin embargo, no es Joe Fixit, es alguien distinto. Para sorpresa del lector, Banner recibe un disparo en la cabeza durante un robo en una tienda, pero esa noche Hulk se levanta y persigue al hombre responsable, en una intervención sobrecogedora cargada de un indescriptible terror. ¿Qué narices está pasando? ¿por qué no muere el debilucho de Banner?

Dos secundarios que serán muy relevantes se nos muestran en este comienzo. Por un lado, la reportera Jackie McGee, con un extraño pasado vinculado a Hulk. Por el otro, un veterano conocido por los lectores de Alpha Flight, Walter Langkowski, antiguo compañero de Banner en la universidad, que se pone en contacto con McGee para ayudarla. Langkowski es otra persona afectada por la radiación gamma, que opera como Sasquatch con el equipo canadiense Alpha Flight. Una imagen empieza a ser recurrente traída de la mano de Walter, una puerta verde en medio del cielo. Lo que parece ser el paso a otro lugar se tornará en una revelación; la manipulación por parte de una extraña entidad que, no solo va a utilizar a Langkowski, sino a otras personas para acercarse a Banner.

Ewing también nos presenta al General Fortean como el principal antagonista de Hulk hasta más o menos la mitad de la colección. Ex oficial del general Thunderbolt Ross, ahora está al mando de un programa gubernamental secreto dedicado no solo a estudiar el fenómeno de la radiación gamma sino a la destrucción del gigante esmeralda.

Con el título de “La puerta Verde” no solo vemos cómo Los Vengadores y Hulk son compelidos a la fuerza en una lucha irremediable, sino en un debate en el que se ponen en la balanza los medios y el fin que los justifica, tanto por el lado de los héroes como en el de Hulk. Son las consecuencias de esta busca y captura lo que nos lleva a comprender que la etapa que analizo será muy diferente de lo visto hasta la fecha. En uno de los ejercicios literarios y gráficos del mundo del cómic de superhéroes más escabrosos que se recuerdan, tras diseccionar a Hulk y colocar sus trocitos en diversos botes comprenderemos que la astucia y la ira de Hulk nos llevan por un camino muy diferente.

Con “Hulk en el infierno” llegamos a una de las partes más complejas de esta primera parte esta historia. Ya habíamos visto, como meros retazos e insinuaciones, que el padre de Banner tenía vela en este entierro. Todos sabemos que el progenitor de nuestro protagonista había sometido a una infancia cruel al mismo. Será este tema recuperado, siendo la base que va a sustentar esa terrible realidad en la que vive Bruce, la ira.

El camino al infierno empieza con un clásico enfrentamiento entre El Hombre Absorbente y nuestro protagonista, siendo Creel el catalizador para que la Puerta Verde lleve directamente a Hulk ante Brian Banner, el padre de Bruce. Es la presencia malévola detrás de la inmortalidad y el tormento de Hulk, o eso será lo que de momento sabremos. En continuas alusiones a la Cábala jugaremos entre las dos variantes de la ira de Hulk, del bien y del mal, donde tendrá que posicionarse Bruce. El que Hulk sea atraído a esta dimensión de un infierno, Debajo de Todo, tiene su explicación y Al Ewing juega muy bien con la mitología cabalística y con el concepto del infierno. Es a través de la figura paterna de Bruce como hila una compleja trama que nace desde el mismo momento en que nació Bruce. Brian concibe a su hijo como la fuente primigenia de la fuerza gamma y es el motivo por el que lo quiere bajo su control.

Al Ewing introduce la idea de que Hulk es la representación de una entidad de la que proviene la energía gamma en el universo, una especie de avatar. Es en “Destructor de mundos” cuando en uno de esos típicos números en los que el autor británico nos saca de la rutina, en concreto la entrega 25, comprendemos el camino donde nos lleva esa idea. Sin embargo, vamos a retroceder un poco antes, para explicar esta situación derivada de su viaje al infierno y la evolución hacia un posible futuro. A su vuelta del infierno, Bruce intenta contactar con otra figura clave, Betty Ross. Junto con el regreso del doctor Leonard Samson, el psiquiatra de Hulk, abordamos una de las partes más inquietantes de la primera mitad de la etapa de Hulk, el regreso de Rick Jones. Betty, como veremos más adelante, es desdibujada de tal forma que actúa de metáfora de todo el mal que ha sufrido por culpa de Bruce. Por primera vez, la eterna mujer olvidada, se hace fuerte y planta cara ante un marido que la ha llevado por el camino del sufrimiento. Es hora de ajustar cuentas y que Hulk, o Banner, asuma las consecuencias de tal comportamiento.

Ya os había comentado como Ewing coge muchos conceptos de autores que han formado parte de Hulk. Se nota que bebe mucho de la larga etapa de Peter David, y prueba de ello es el regreso de Joe Arréglalo (Fixit). Pero este regreso no es como era de esperar. Incluso se hacen insinuaciones que nos llevan directamente a la figura de El Maestro. A esta altura no nos queda claro si Al Ewing nos está contando esa evolución, pero ver como el guionista profundiza en los mitos de Hulk al traer de vuelta a Joe Arréglalo o Fixit, y de la manera que lo hace, denota cariño por el personaje. El trabajo de encaje de bolillos por el guionista británico resulta impecable y fresco con personajes que llevan a la espalda más de treinta años. Joe Fixit, como sabemos, era una personalidad alternativa de Bruce que aparecía como Hulk gris. Conservaba la inteligencia humana, pero de una manera diferente. Era maquinador, egoísta, calculador y frio. Lo que nos deja atónitos es su aparición, puesto que esta versión aparece habitando el cuerpo de Bruce en lugar de Hulk.

Avanzando en la historia, en “Abominación” no solo veremos a esta terrible monstruosidad distorsionada, sino que Ewing, claramente influenciado por La Cosa de John Carpenter juega con las trasformaciones de Hulk de tal forma que nos pone los pelos de punta en secuencias sublimes de la mano de Joe Bennet. Lo grotesco, y el terror de las víctimas de La Abominación se unen en un arco impresionante donde lo de menos es la vuelta de Rick Jones, sino la comprensión de una realidad: ¿quién es verdaderamente el monstruo, Hulk o Fortean? Este tema es muy recurrente desde los inicios de Hulk de la mano de Stan Lee. Ewing recoge el manto y nos llevará a una conclusión que igual no gusta a todos, por no ser del todo directa, pero que leída con calma, nos permite reflexionar.

Y llegamos a los secundarios que queremos y añoramos, Betty y Rick. Al Ewing no solo bebe de Peter David, sino de autores más clásicos. ¿Cómo puede ser que Betty Ross sea ahora una arpía? La culpa es de M.O.D.O.C, bueno, mejor dicho, de Steve Englehart allá por The Incredible Hulk vol. 1 #168. Una historia muy propia del guionista que aquí evoluciona en consonancia con la afección gamma que convirtió en Hulka Roja a la esposa de Bruce. Además, Ewing sigue hilando y vincula a Betty y Rick con la inmortalidad de Hulk y la puerta verde. ¿Qué nos quieres decir el guionista?, ¿hasta dónde llegará? Tendremos que esperar.

Creemos en Bruce Banner” supone el ecuador de la etapa que analizamos. Supone un punto de inflexión muy importante derivado de las consecuencias del enfrentamiento con Fortean y su Base Sombra. Tras esa imagen final que queda en nuestras retinas en lo que parece la antesala del nacimiento de El Maestro, que ya había sido insinuado anteriormente, tenemos a Hulk preparado para su lucha contra el mundo de los humanos y con recursos para ello. Estos cinco números son muy interesantes en dos aspectos a analizar. Por un lado, los aspectos éticos y morales que amparan a Bruce Banner para luchar contra la humanidad, por el otro la figura de Roxxon en lo que supone un análisis de la actual situación relativa a redes sociales, medios de comunicación, datos personales, y en definitiva el control que tienen las empresas sobre nuestras vidas, gustos y consumos. Sumado a lo anterior tenemos una clara alusión a la lucha contra un capitalismo voraz en el que Hulk se erige como ese ariete en contra de un mundo sobrepasado por el consumo, el agotamiento de recursos, la contaminación, entre otros problemas sociales.

Al Ewing es muy directo en este tema. La herramienta de la desinformación no es algo nuevo. La propaganda engañosa es un elemento básico de la guerra moderna adaptada a las nuevas tecnologías. Se trata de una nueva forma de hacer uso de las redes sociales para ganar adeptos o más bien hacer un lavado de cara de lo que a todas luces es una guerra. Por ejemplo, podemos hablar de noticias recientes que a cualquiera nos viene de primeras a la cabeza y que supone en muchos casos una difusa línea de la información o desinformación. Hulk ataca directamente a los servidores de Roxxon como recurso literario de lo que parece decirnos el guionista; nuestra responsabilidad no solo es la de filtrar, sino de ser conscientes de dos aspectos básicos. En primer lugar, debemos ser cuidadosos con nuestras fuentes de noticias. En segundo lugar, debemos tener claro el límite que no debemos rebasar a la hora de visionar videos que no aportan información, sino más bien hechos grotescos en muchos casos cargados de violencia propia de un conflicto que no aportan nada a lo que de verdad debería interesarnos, por poner un ejemplo.

Para empezar con el primer aspecto invito a todos los que desean saber algo fiable sobre una cuestión jurídica, histórica, filosófica, entre otras, a no acudir a las redes sociales en primer lugar. Los grupos de interés, stakeholders, juegan con la información para obtener el fin de su existencia, ni que decir que en muchos casos jugamos dentro de la esfera de lobbying. Roxxon es esa imagen tangible de lo que estoy escribiendo. No olvidemos que esta corporación es la encarnación del capitalismo más agresivo que consume nuestro planeta, como ya he comentado.

Como muy bien advierte Julián Clemente en uno de los textos introductorios de esta etapa, no es aleatorio que en el primer número de la colección sea una gasolinera de Roxxon la que aparece, siendo el multinacional objeto de la ira de Bruce Banner. Dejémonos de desinformación y acudamos a la mejor fuente, un libro. Y, antes de hacer conjeturas, ponerse a defender posiciones en uno u otro sentido, hay que acudir a una biblioteca o librería. Es algo incómodo porque hay que andar, pero es mejor que darle a Google en tu móvil o dispositivo móvil.

Dario Agger, líder de Roxxon, expone muy claramente lo que se busca con la desinformación. Ante el auge de la popularidad del movimiento impulsado por Banner, decide jugar ese partido dentro de las mismas reglas. Lógicamente, también busca enriquecerse de la situación de caos, y esas caretas de Hulk, está claro que pueden reportar beneficios, pero es momento de jugar con la popularidad de Banner, creando su propio “Hulk”. Ídolos, influencers, tiktokers, en definitiva, patrones que dirijan a la sociedad hacía unos determinados intereses.

El peligro que suponen las plataformas como Twitter o TikTok y el resto de las redes, donde la información circula con rapidez, supone un campo de batalla para las posiciones enfrentadas en la cual va a ganar el que juegue más sucio. Detrás de algunos contenidos que circulan por Internet puede haber una estrategia. Como siempre cuanto más impactante es la escena, más seguidores tiene. Esto es muy peligroso y deberíamos hacernos las siguientes preguntas. ¿Es una fuente fiable y rigurosa la que facilita el video o imagen? ¿Es parte de un hecho que examinado en su conjunto podría llevarnos a otra conclusión? ¿Qué pretendemos conseguir con el visionado de esa imagen? ¿Quién puede beneficiarse de que una imagen puntual tenga un amplio número de visitas o visionados?

Como recurso literario el guionista británico trae a las páginas de El Inmortal Hulk a Xemnu. Se trata de un fascinante y peculiar villano de Marvel. Es anterior a Hulk, y apareció en Journey Into Mystery #62 (1960). El nombre de Xemnu en ese momento era The Living Hulk, y era esencialmente el antagonista de la historia. Resurgiría como un villano en una de las primeras historias de Los Defensores. Lo que parecía una situación proclive al enfrentamiento de dos monstruos se transforma en una lucha sin depender de la fuerza física. Xemnu alegóricamente se hace pasar por una estrella de televisión infantil controlando a la sociedad. La nostalgia se convierte en un arma que daña a las personas al ocultarles la realidad.

Al Ewing sigue avanzando en la deconstrucción del mito, de Hulk, de Bruce Banner. Con «Hulk es Hulk» y «El Guardian de la puerta» el horror corporal como subgénero permite al guionista explorar cuestiones, como la identidad y la muerte. Como si se tratase de una película de John Carpenter, la terrible deformidad en la que los cuerpos se transforman, en concreto Hulk, actúa de metáfora. La fuerza Gamma se transforma a ojos del lector en una extraña mezcla de ciencia y espiritualidad. ¿Hulk fue creado por la ciencia o por fuerzas más allá de la explicación científica?

Ewing no se queda atrás ante el horror corporal. Siguiendo con Xemnu, hace uso de los lápices de Joe Bennett para plasmar una criatura que en nada se parece a lo visto hasta la fecha, un ser aborrecible en cuyo estomago se abre con una boca que engulle seres humanos. Grotesco e inquietante, no solo da la sensación de tener delante a un villano temible, sino que estamos ante un demonio depravado e inhumano que quiere destruir física y espiritualmente a sus víctimas. No hay mayor horror que ver a un ser humano devorado, Goya, por ejemplo, consiguió inquietarnos en Saturno devorando a su hijo, dentro de sus Pinturas negras. Ewing quiere horrorizarnos con la simbología de la destrucción del cuerpo humano. Parece ser un recurso, nuevamente, ideado por un brillante guionista como lo es el autor que nos ocupa. Xemnu, ideario de mentiras y falsedades que manipula a la sociedad devora al ser humano para alimentarse. Un simbolismo potente que puede ser, o no, lo que pretende el aclamado guionista británico; despertarnos del letargo de la desinformación.

La segunda mitad de «El Guardian de la Puerta» marca el paso final de la etapa. Los compases son claros y la música suena ya en la parte final de una partitura de una obra completa y compleja. Se muestra al gran villano escondido desde hace mucho, en un ejercicio de retro continuidad, El Líder. Sin embargo, el guion juega con nosotros de tal forma que enmascara al verdadero antagonista de Hulk; él mismo. Sterns que nos ha engañado casi desde el principio utiliza el cuerpo irradiado de Rick Jones y desde esa dimensión infernal ha manipulado a todos para cerrar el ciclo gamma y adquirir mayor poder y conocimiento a expensas de nuestro protagonista.

Con los últimos cinco números de una extensa etapa, Al Ewing pone todas las piezas en el tablero para volver a esa concepción mítica y religiosa que envuelve a Hulk y su existencia. Con el final de El Inmortal Hulk podríamos decir que se cierra una etapa que podría existir aislada del resto de la historia del personaje, como un ejercicio de descubrimiento de quién es Hulk.

La ira, epicentro de una etapa que va más allá de lo que es un simple cómic de superhéroes. Uno de los siete pecados capitales y reacción natural en determinadas ocasiones. Sin embargo, si tu vida pivota entorno a ella, quedando atrapado, se convierte en un obstáculo que impide que la gente ponga punto final a un determinado episodio de su vida. Un trauma, un accidente, una simple experiencia emocional negativa, o un error pueden ser ese combustible para que la ira prenda.

Este es el núcleo de Hulk como personaje. Después de que la radiación gamma convierta a Banner en Hulk, se manifiesta como un monstruo furioso. Hasta la fecha este tema ha sido recurrente en todos los autores que han guionizado al Gigante Esmeralda. Sin embargo, Al Ewing da un paso más allá, y la historia transcurre por otros derroteros como el mundo cabalístico, el cielo, el infierno, y una entidad misteriosa en una dimensión que intenta emular al infierno de Dante.

El infierno, un lugar abajo, esa dimensión que al igual que en Stranger Things es una distorsión de nuestra realidad. Un lugar donde una entidad dirige lo que nos recuerda más bien al concepto del Limbo. Un lugar donde, como referencia bíblica, nuestro protagonista y todos aquellos que han sido imbuidos de radiación gamma vuelven una y otra vez como lugar simbólico al que la gente siempre regresará cuando sus asuntos personales estén pendientes todavía de resolver.

Tal y como comentaba al inicio, El Immortal Hulk de Al Ewing es una exposición donde lo importante es descubrir lo que significa ser el más poderoso y hacia dónde puede llevarnos ese deseo. Lo vemos con Hulk, Fortean, Brian y El Líder. Pero lo verdaderamente brillante por parte del guionista es que, sin que nos demos cuenta, la verdadera brillantez de esta historia reside en la velada revelación de que, una vez que los protagonista entran esa dimensión infernal no es un viaje para quedarse, sino que ya estaban allí. El mito de Prometeo entra en liza al comprobar como el deseo de ser ilimitado pueda llevarnos por un camino peligroso si no tenemos cuidado. Las diversas puertas verdes que ven los afectados por la radiación gamma son ese un recurso literario que viene a decirnos que siempre estamos expuestos a las garras de un abismo que puede aniquilarnos, en esa perpetua búsqueda del poder.

Gracias a las puertas gamma verdes, es posible entrar y salir de este lugar. Volver a la vida es planteado por Ewing como una maldición, es una condena que lleva al que la sufre a vivir con lo que ha hecho una y otra vez, es un recuerdo de nuestros pecados. Y ahí, en ese simbolismo se desarrolla el centro de una historia que en cincuenta entregas nos cuenta como, Bruce Banner, afectado por un Trastorno de la Identidad Disociativa, sólo encontrará descanso cuando haga las paces con los diversos aspectos psicológicos de su mente y la razón que los causó. Esa es la historia, ese es el centro de lo que leeremos en una maravillosa historia de descubrimiento y, sobre todo, de perdón; un concepto judeocristiano, no exclusivo de una única religión, que será parte fundamental en esta etapa.

La senda del perdón y la compasión

A lo largo de El Inmortal Hulk, Al Ewing nos lleva por una senda en la que el lector acompaña a nuestro protagonista por una ópera dividida en tres fases. La primera de ellas es la que comienza con Hulk huyendo. Banner se esconce y lidia con el horror de una maldición; Hulk y la destrucción. El dolor de una infancia terrible, donde el maltrato de su padre hiere la mente de un niño que crecerá con esa cicatriz, es lo que lleva a que, el Hulk diabólico se haga fuerte y como figura paternal proteja a un Hulk cuya mente es la de un niño que busca el cariño de Brian Banner. Sin embargo, el dolor de Bruce se hace cada vez más fuerte cuando comprende que su padre intenta desde Debajo de Todo apoderarse de su energía gamma. Hulk ya no puede huir de su pasado.

Bruce Banner es un personaje con profundidad, y Al Ewing comprende a la perfección la mente de un hombre que no solo ocultó la muerte de su madre en manos de su padre, sino que en una pelea accidental lo mató. La explosión de rabia es lo que convierte y transforma a Banner en Hulk. Pero ¿es Hulk malvado? Es el paso siguiente en la evolución. Bruce no es sólo una víctima de un terrible accidente, es una amenaza para los demás porque no comprende quién es y lo que es. Las consecuencias de sus actos son lo que le convierte en lo que es, un monstruo. A la mente nos viene el simbolismo de la transformación de Betty como La Arpía. Durante años hemos visto como la hija de Trueno Ross sufría por culpa de Bruce Banner y Hulk. El dolor la transforma en una criatura horrenda que simboliza el dolor. Es más, incluso la aceptación de en lo que se ha convertido por Bruce marca el punto de inflexión en lo que supone asumir las consecuencias de sus terribles actos.

La segunda fase es la de lidiar con la sociedad que le teme, representada en el personaje de Jackie McGee. Una situación que al final, tras ser aceptado, se tuerce por las manipulaciones de El Líder. El motor de la ira es lo que hace que la energía gamma radie a Sterns cerrando ese ciclo que lo convierte en esa entidad que controla Debajo de Todo, o cuanto menos su avatar. Sin embargo, finalmente, es la tercera fase la más importante, la aceptación de sí mismo. Monstruo o ser humano, maldad o compasión.

Volviendo a la ira, Ewing plantea la situación desde el ángulo del autoconocimiento, y de un Bruce Banner que debe lidiar consigo mismo. Estamos en la última fase. Está claro que la disociación de personalidades está ahí, y, desde un posible futuro en el que la ira se desboca con la destrucción del Universo, nuestro protagonista debe enfrentarse a sí mismo. Dos personalidades quedan al final, Joe, y un Hulk infantil y salvaje que busca el amor de su padre. Ambos son el epicentro de una lucha y de la reconciliación.

No es casualidad que Ewing haga uso de un diálogo entre Dios y Job. Al mismo modo y manera, Joe y Hulk cuestionan al Uno Debajo de Todos. Es un enfrentamiento dialéctico. ¿Por qué sufre Hulk y los que le rodean? ¿Por qué hay un Hulk? Igual que Job ambas personalidades de Banner deben asumir que es el equilibrio lo que dará esa paz necesaria. Al igual que Job, los dos Hulk se quedan sin una respuesta clara. El lector se queda igual.

El perdón es el final del camino. Un camino en el que primero Bruce debe perdonar a su padre, a sí mismo, deber ser perdonado por Betty y finalmente debe perdonar a Sterns. Un ciclo en el que Bruce debe elegir quién es Hulk, si el avatar de la destrucción o de la compasión.

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Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
14 diciembre, 2023 19:32

Gracias por la reseña. Hulk Inmortal es el único (gracias a uds) comic Marvel que segui los últimos años, junto con Xmen de Hickman hasta que se fue.
Me encantó el análisis. Yo no sabía nada de Hulk más que lo mismo que todos y 2 números leídos de Byrne a principios de los 90 (gracias editorial Pavon y tus hojas de papel higiénico). Tiene un gran equilibrio entre terror, esoterismo, buenos personajes, simbolismo, un dibujo la mayor parte del tiempo adecuado a todo esto. Salvando las enormes distancias, me recordó a la relación entre La Cosa del Pantano, Orquidea Negra y Animal Man con las fuerzas de la naturaleza. Aunque no se si hay comparación a otro personaje con estas múltiples personalidades que conviven en Hulk (entiendo que responsabilidad de David sobre todo), que van tomando el comando, solo se me ocurre Crazy Jane. Lo lovecraftiano obvio me remitio tambien a Moore, pero sin dudas el personaje que más me gustó es el toro demoníaco CEO de Roxxon (o poné el nombre del multimedios que quieras…). No tengo que explicar como estamos viviendo en carne viva en Argentina el producto final de la desinformacion y del mundo TikTok de 5 segundos de hoy. Se que soy un paranoico de las redes de la primera hora (tuve Facebook un año y hui despavorido, por algo solo leo blogs como este…) pero creo que el tiempo me ha dado al menos la razón: cuanto más libertad parece haber por el fácil acceso a la información, más control centralizado hay sobre ella y más desinformación. Perdón, me fui de tema…

Enrique Doblas
Autor
14 diciembre, 2023 22:30

Gracias Juanjo, tremebundo artículo de una etapa colosal (esmeraldal). Como Kadok conocía lo justo del personaje y sin embargo me atrapó y cada mes era lectura agradecida y obligada. Hacía tiempo que no seguía una serie con tanta ilusión y no me ha decepcionado de principio a fin.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
15 diciembre, 2023 12:08

Muy buen análisis y tremendísima etapa. Uno de las mejores etapas del personaje y del cómic de superhéroes en general. De lo mejor que nos ha dado el cómic moderno.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
En respuesta a  ultron_ilimitado
17 diciembre, 2023 2:57

Por cierto, aprovecho para decir que he leído el número 1 de Inmortal Thor y me ha encantado. Si mantiene el nivel en toda la etapa, podemos estar ante otro pelotazo de Ewing.

Matches_Malone
Matches_Malone
Lector
En respuesta a  ultron_ilimitado
17 diciembre, 2023 13:05

Sí? Bueno, a ver cómo progresa. Pero si lo comparas con el primero número del Thor de JMS o el #1 del Hulk del propio Ewing, se queda muy atrás eh.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
En respuesta a  Matches_Malone
17 diciembre, 2023 14:53

Pues a mí el primer número de Inmortal Hulk recuerdo que me dejó un un poco frío, no estaba mal, pero tampoco me pareció que anticipara nada memorable. Es a partir de los siguientes números que empezó a ir hacia arriba como un cohete. El primer número de JMS sí recuerdo que me gustó también bastante, pero hace tiempo que no me he vuelto a leer esa etapa. Quizá aproveche este nuevo número 1 para hacerme un maratón de Thor.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  ultron_ilimitado
17 diciembre, 2023 15:20

A mi me pasó lo mismo. En alguna de las encuestas de lo mejor del año acá estaba primero y fui a leer los 2 primeros números. No me llamó mucho, cuando veía que seguia saliendo todos los años entre lo mejor (y me llamó mucho esa tapa «cósmica» del nro 25) retomé y le di derecho hasta el final. Del último Daredevil taaaan aclamado también me paso igual, leí los dos primeros nros y meh. Quizás algún día también retome. Reconozco que con Marvel tengo una vara muuuy alta como para seguir algo. Los de DC me compran más barato…

Matches_Malone
Matches_Malone
Lector
15 diciembre, 2023 13:14

El último oasis de Marvel. Tiene pinta de que se viene (llevamos ya un trecho) un largo peregrinaje por el desierto.
Tengo ciertas esperanzas en el Capi de Straczynski, pero dados los precedentes de series dejadas a medio, pues ya veremos. Ojalá sea una etapa fértil y dimensionada.

sibaix
sibaix
Lector
15 diciembre, 2023 20:37

Enhorabuena por el artículo, para mi lo mejor que se ha publicado de supers en mucho tiempo, soy seguidor del personaje así que imagina lo que he disfrutado con este viaje tremendo a nivel gráfico y argumental, desgraciadamente tras esta etapa se ha vuelto a los bandazos y cambios continuos de dibujantes con guiones que no se muy bien a dónde van.

Ziggy
Lector
17 diciembre, 2023 6:29

Personalemtne creo que gran parte del exito de Hulk Inmortal se le debe tambien a Joe Bennet, que fue capaz de plasmar las ideas de Ewing de manera tan cruda y juagr con el horror corporal de esa manera sin que fuera tan chocante sino de volverlo inquietante. Una pena que no vaya a trabajar con Marvel nunca mas.