Innocent Vol. 1

 

Edición original: Innocent Vol. 1 (Weekly Young Jump / Shūeisha, 2013-2015).
Edición nacional/ España: Milky Way Ediciones (2016).
Guión: Shin’ichi Sakamoto (basado en la obra de Masakatsu Adachi).
Dibujo: Shin’ichi Sakamoto y compañía.
Formato: Tomo rústica con sobrecubierta de 208 páginas.
Precio: 8,50€.

 

«¿Quién puede castigar al que se disciplina y hiere a sí mismo?»

La buena salud del manga en nuestro país se ha evidenciado en los últimos años en la calidad y en la variedad de las novedades que cada semana comparecen en las estanterías de librerías y tiendas especializadas. La presencia de nuevas y pequeñas editoriales ha estimulado el mercado en este sentido; el trabajo de Ediciones Tomodomo, Gallo Nero o Milky Way Ediciones, ha servido de acicate a otras compañías más veteranas para apostar por otro tipo de autores, publicaciones y géneros. En este punto podemos hablar del manga histórico, hasta hace poco apenas presente por estos lares en propuestas de corte autobiográfico u obras circunscritas al chanbara. Pero en Japón hay una larga tradición de relatos y adaptaciones históricas sobre otras culturas y períodos; una pequeña muestra de ello nos ha llegado este mes con Innocent de Shin’ichi Sakamoto, título licenciado por Milky Way Ediciones con el contexto de los años de la Revolución Francesa como principal telón del fondo.

La premisa de Innocent se centra en la figura real de Charles-Henri Sanson, miembro de una dinastía familiar de verdugos oficiales de la ciudad de París que durante cuarenta años se encargó de administrar la pena de muerte a casi 3.000 personas, incluyendo al tristemente ilustre Luis XVI y su esposa, la impopular María Antonieta de Austria. No obstante, la trama de la obra comienza con un protagonista atormentado, un joven que se resiste a perder su inocencia y verse obligado a canjearla por el miedo y el odio del pueblo. En realidad Shin’ichi Sakamoto realiza en Innocent una adaptación al manga de la obra Shikei Shikkônin Sanson (El verdugo Sanson), novela de su compatriota Masakatsu Adachi, en la que entre otras cosas se narra cómo Charles-Henri Sanson aprendió junto a su padre el oficio de verdugo. Después de la muerte de su progenitor, nuestro protagonista prestó juramento al cargo el 26 de Diciembre 1778, y se convirtió en el nuevo Monsieur de París, pero como cuenta Innocent, el camino hasta la guillotina estuvo marcado por una pérdida más allá del plano físico.

Este viaje hacía la oscuridad, siempre alentado por la conflicto entre deseo y honor, y también por su condicionante histórico, es lo que nos promete una obra serializada originalmente entre 2013 y 2015 en la revista Weekly Young Jump de Shueisha. El relato se compiló posteriormente en nueve volúmenes, base de la actual edición de Milky Way Ediciones cuyo primer número salió al mercado coincidiendo con el pasado Salón del Manga de Barcelona. La obra viene avalada a su vez por el reconocimiento del que ha gozado en Japón, obteniendo sendas nominaciones al 18º Premio Cultural Tezuka Osamu y a los galardones Manga Taishō, y siendo seleccionado este mismo año 2016 en el circuito del Japan Media Arts Festival, en el que Shin’ichi Sakamoto ya había ganado en 2010 el premio a la excelencia por su trabajo en Kokô no hito (The Climber). Esta última se inspira parcialmente en la vida real del alpinista Mori Buntarō y ya adelantaba el interés de su autor por un el relato histórico que abraza de forma más pura y ambiciosa en Innocent.

En este caso nos encontramos delante de una obra «basada en investigaciones sobre organizaciones y personajes históricos, con ciertas alteraciones por motivos artísticos.» La voluntad artística de Innocent es de hecho una de sus virtudes principales y, posiblemente la más llamativa, como podemos apreciar a través de su dibujo en su recreación del siglo XVIII: embriagadora, bucólica y estilizada, hasta el borde del síndrome de Stendhal. En este apartado su maestro de ceremonias cuenta con la ayuda de un nutrido grupo de ayudantes que aportan detalles y profundidad a un apartado gráfico verdaderamente apabullante. Esto facilita su alejamiento de la narrativa y composición de página más acelerada y comercial del manga japonés tradicional. También se aprecia el exhaustivo uso de la documentación histórica utilizada por Shin’ichi Sakamoto para la que se ha dejado asesorar por universidades como la Jutendô, la Kasei de Tokio o el Museo de la Moda de Kôbe, entre otras entidades y personalidades especializadas en la época retratada en el manga.

«Tú haz como si estuvieses bailando un vals, concentrándote en los pasos… y límitate a cortar el cuello que te pongan delante.»

Si bien cabe puntualizar que la rigurosidad de Innocent en este aspecto está más en la forma que en el fondo o en el mismo retrato que realizada de sus personajes históricos. El apego a los hechos, ni a su contexto, son la prioridad de la obra aunque estén presentes, y estos son más bien utilizados como excusa en el manga para cultivar en su particular microcosmos un drama de época en el que opulencia y el poder contrastan con la muerte y la libertad de los individuos. Es curiosa la manera en la que Shin’ichi Sakamoto nos aporta ciertos conocimientos, añadiendo a la historia algunas anotaciones de carácter médico y divulgativo que logran que en las escenas más crudas, habitualmente relacionadas con ajusticiamientos y torturas, casi seamos capaces de sentir el dolor y la incomodidad en nuestras propias carnes. Esto último puede producir rechazo en algunos lectores, de la misma manera que puede hacerlo un relato que se asienta más en lo familiar y personal que en su voluntad por hacer cualquier tipo de aproximación u interpretación histórica mínimamente crítica.

El ansia de «libertad e igualdad» de la sociedad francesa se aborda desde el prisma aristocrático, centrándose con avidez en la crudeza y claroscuros de las disparejas relaciones personales establecidas entre los miembros de la inquietante familia Sanson. La particularidad de su desempeño como verdugos oficiales, y su relación estrecha con la muerte, subordina la trama de una historia que no escatima en detalles sórdidos y macabros. Esto se acompaña de una interesante caracterización de personajes sometidos alrededor de una atmósfera embadurnada por el sexo y la perversión, más propia de un relato vampírico que de una obra de corte histórico. La consecuencia más directa es un relativo exhibicionismo psicológico que juega a transformar el dolor en placer y viceversa, adentrándose por los poros del alma humana y su inevitable y progresiva corrupción. La inocencia es la principal perjudicada en una historia en todo momento medida al milímetro y pausada en su ritmo, pensada para disfrutar en cada sorbo de su belleza, y de igual manera, en toda su golosa depravación.