“Yo tengo la solución para que tu marido no te haga la vida imposible. Una solución simple y eficaz. No te cases nunca”.
O al menos no te cases nunca con un yemení. Esta es la conclusión a la que llega Intisar después de escuchar los problemas que sus amigas tienen con sus maridos. Lo cuentan en las fiestas – solo para mujeres – que montan a través de un grupo de Whatsapp. Estas reuniones son una isla de libertad y alegría en medio de una realidad llena de maltratos, restricciones y arbitrariedades machistas. Se quitan el abaya, o el traje ninja como lo llama Intisar, se reúnen frente a una mesa bien provista y allí, como ella misma explica:
“Nos lo pasamos genial… Comemos, cantamos, bailamos… y siempre acabamos hablando de hombres”.
Y es que en
Pero lo maravilloso de la propuesta de Riera es que el personaje protagonista, basado en una mujer real que no es identificada por razones de seguridad, nos explica todas estas atrocidades con una inteligencia, con una valentía y con un sentido del humor que emocionan.
Intisar en el exilio es la segunda parte de un díptico que se inauguró con El coche de Intisar. En el primer libro, publicado por Glénat España en 2011, se explicaban las historias personales de Intisar que intentaba progresar personal y laboralmente en el Yemen de principios de siglo. El guionista Pedro Riera construyó el personaje a partir de numerosas entrevistas que realizó a mujeres de aquel país. Riera estuvo un año en aquella zona acompañando a su esposa que tuvo que desplazarse allí por motivos laborales. La mayoría de estas entrevistas realizaron a escondidas ya que era algo más que molesto para las mujeres que se supiera que habían estado hablando con un hombre que no era de su familia, incluso si había más personas presentes.
En el primer álbum se describe la situación de la mujer en Yemen, se denuncia el sistema de segregación machista que existe y además nos hace un retrato de una mujer valerosa, inteligente e impulsiva que tiene en su coche una de las principales vías de escape; uno de sus principales mecanismos de independencia. Este álbum en blanco y negro lo dibujó Nacho Casanova de manera eficaz.
En este segundo tomo, la protagonista vive en el exilio en Jordania donde se ha refugiado junto a su madre, su hermana y sobrino para escapar de los ataques de la aviación de Arabia Saudita.
En el lapso de tiempo que trascurre entre una historia y la otra se ha producido un proceso realmente significativo y es que la República de Yemen ha entrado en una espiral de violencia tanto interna como proveniente del exterior. La plasmación cotidiana de este conflicto son los bombardeos selectivos de la aviación saudí contra la población civil, con el beneplácito de los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Al menos esta es la conclusión a la que llega Intisar y que nos explica de manera extremadamente didáctica en las páginas de Intisar en el exilio. Porque, además de la denuncia de la situación en que se encuentra la mujer, el otro aspecto esencial en esta obra es la descripción de la Guerra del Yemen que realizan tanto la protagonista como su entorno. Es una visión muy alejada de la imagen fabricada por los medios de comunicación occidentales de un conflicto al que consideran menor. Desde el Yemen las mujeres nos ofrecen un punto de vista más ambiguo, menos proclive a titulares simplistas o a generalizaciones interesadas.
Por ejemplo Intisar niega que los combates en su país se deban a una disputa entre facciones integristas del Islam. No es una guerra entre chiíes y suníes. Es una combinación de intereses partidistas internos y objetivos estratégicos exteriores. La mujer nos explica como Arabia Saudita necesita asegurar un oleoducto terrestre que atraviese el Yemen, que le permita no depender del estrecho de Ormuz controlado por Irán, para exportar su petróleo. También nos denuncia que esta guerra permite a la industria armamentística norteamericana vender sus productos por valor de 21.000 millones de dólares en un año. Y además denuncia como la guerra está entregando el país a Al Quaeda y DÁESH que se aprovechan de la rabia de los yemeníes por la crueldad de los saudíes y la falta de interés del resto del planeta.
Son diversos capítulos que exponen de manera didáctica pero también pasional las claves del conflicto y sobre todo sus consecuencias cotidianas en la población civil. Intisar sufre por la suerte de su hermano que vive bajo los bombardeos, por sus amigos más próximos y se lamenta amargamente del desastre económico y humanitario que está ocasionando el conflicto. Riera y Sagar alternan con acierto estos episodios más densos y dramáticos con otros más ligeros que acaban conformando una imagen precisa, poliédrica y cercana de una sociedad en guerra con numerosas implicaciones políticas, sociales y humanitarias.
Intisar en el exilio resulta también reveladora en el sentido de que puede romper algunos tópicos y mitos establecidos por los medios occidentales. La primavera árabe, las protestas estudiantiles o ciertos personajes mediáticos son analizados con conocimiento de causa por la protagonista y, en general, nos acaba descubriendo sus contradicciones, sus falsedades y como la opinión pública occidental necesita consumir mensajes simples y fácilmente digeribles que no siempre se ajustan a la realidad.
Sin embargo, las consecuencias de la guerra producen otro fenómeno lleno de paradojas como es la abertura de una brecha en el régimen de segregación por sexos que existe en Yemen. Sea por el exilio de las mujeres para evitar los bombardeos o por la necesidad de contar con ellas en las movilizaciones políticas, el rígido sistema de dominación masculino se ha resquebrajado de una manera que las yemeníes confían que será imposible restituir.
Sagar realiza un trabajo artístico y narrativo impecable. Divide la página en una estructura de tres tiras de dos viñetas que modifica menudo, añadiendo una viñeta más a algunas tiras o incluyendo viñetas panorámicas al conjunto. Basa la narrativa en secuencias mudas que están explicadas por la voz en off de Intisar. Son momentos donde la imagen complementa de manera admirable un texto lleno de reflexiones y pensamientos sutiles. La combinación de estas dos líneas narrativas está perfectamente estudiada y enriquece el relato. También utiliza escenas con diálogos tradicionales y otras donde prima la acción.
Su narrativa es clara, sencilla y no exenta de espectacularidad. El episodio ubicado en la ciudad de Petra es de una belleza descomunal. Su construcción de los personajes es eficaz y tiene destellos expresionistas. La utilización del color es soberbia ya que combina el sentido narrativo con el artístico. La paleta se centra en los diferentes tonos del naranja, del violenta y del verde que acaban formando una combinación atractiva y eficiente.
La edición de Astiberri es magnífica. El álbum es en tapa dura, con buen papel y está excelentemente impreso. La reproducción es perfecta y los colores lucen en todo su esplendor. Quizás un tamaño mayor hubiese potenciado aún más el producto, especialmente en su aspecto visual. La obra se acompaña con un breve texto a cargo de Aliénor Benoist que describe Los actores de la guerra de Yemen. El precio entra dentro de lo razonable para una edición como esta.
Pedro Riera ha encontrado con Intisar el vehículo perfecto para transmitirnos el conflicto social y bélico que viven las mujeres de Yemen. A través de este personaje poliédrico y muy real conocemos las consecuencias diarias de leyes, costumbres e imposiciones que discriminan a la mujer en nombre de la religión y la tradición.
Una mujer yemení lo denuncia claramente en el prólogo de El coche de Intisar:
“Muchos de vosotros creéis que la situación de la mujer en Yemen, y en los demás países árabes, es debida al Islam. En realidad, el enemigo contra el que luchamos en Yemen no es el Islam, sino una “religión” de costumbres y tradiciones que ha ido evolucionando y ganando terreno en las últimas décadas”.
Quiero recordar que tanto El coche de Intisar como Intisar en el exilio no son exactamente obras de ficción. Se basan en decenas de testimonios reales de mujeres yemeníes que explican sus experiencias cotidianas y su visión de la Guerra de Yemen. Por ello estas dos obras tienen un valor inmenso que va mucho más allá del meramente artístico. Son un documento único que permite adentrarnos en una realidad desconocida y tenebrosa, así como una invocación a abandonar la neutralidad y a asumir un papel activo en la erradicación de todas estas injusticias.
Intisar el en exilio es una obra rotunda, valiente y amena. Su denuncia resulta conmovedora; sin maniqueísmos ni generalizaciones. Desde la cotidianidad y desde la autenticidad nos muestra cómo, a pesar de las dificultades, la valentía y la inteligencia de las personas consigue abrirse paso y superar barreras ideológicas o culturales. Si además está acompañada de un profundo sentido del humor, la experiencia resulta muy enriquecedora.
Como punto final, creo que es obligado hacer una reflexión: este comportamiento inhumano no está tan alejado del que se produce en algunos lugares de nuestra geografía, en algunas familias, en algunos hogares… No hace falta imponer el abaya o el burka para reproducir ciertos comportamientos como los que nos explican la protagonista de este álbum y sus amigas. Por esto creo que lo conveniente es seguir el consejo que nos da Intisar; no os caséis con este tipo de hombres, ignoradlos. Que no se reproduzcan… una y otra vez las mismas atrocidades.
Salut!
Guion - 9
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.8
Valiente
Una obra estremecedora que nos va relatando auténticas atrocidades con coraje y con sentido del humor