Edición original: Challengers of the Unknown Must Die! TPB USA; 1991; DC Comics.
Edición España: diciembre de 2005; Planeta DeAgostini Comics.
Guión: Jeph Loeb.
Dibujo y entintado: Tim Sale.
Color: Lovern Kindzierski.
Formato: tomo recopilatorio de 224 págs.
Precio: 13 €.
Febrero de 1957. Los Investigadores de lo Desconocido, enésima creación de Jack Kirby, hicieron su primera aparición en el número 6 de la revista Showcase.
Tras sobrevivir a un espectacular accidente aéreo, y conscientes de “estar viviendo un tiempo prestado”, Kyle «Ace» Morgan, Red Ryan, Rocky Davis, y el Profesor Walter Mark Haley deciden fundar un grupo conocido como Challengers of the Unknown para afrontar las más increíbles aventuras, estableciendo su cuartel general y base de operaciones en el Monte Challenger.
El cuarteto de aventureros no tardó en protagonizar su propia serie regular, dentro del género de la ciencia ficción. Pero la estancia de Jack Kirby tan sólo abarcó 12 números, tras los cuales tomó elementos prestados (siendo benévolos) de Los Investigadores… para trasladarlas al género superheróico en una de sus obras más populares: Los 4 Fantásticos.
Tras la marcha de Kirby, la colección sufrió importantes altibajos, tanto de periodicidad como de calidad, hasta su desaparición en el número 75 (febrero de 1970). Desaparición sólo exceptuada por diversas reimpresiones y números sueltos, publicados con posterioridad a esa fecha.
Pero en 1991, la editora de DC Comics Barbara Kesel, logró con su empeño que el guionista Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale, ambos con poca experiencia en el mundo del cómic, coincidieran en un mismo proyecto: una miniserie de 8 números pensada para recuperar a unos personajes muy aprovechables. Bajo el título Challengers of the Unknown: Must Die! (Investigadores de lo Desconocido: ¡Deben Morir! en su edición española) comenzó a forjarse el mito de uno de las más populares y exitosos equipos creativos del cómic americano contemporáneo.
Jeph Loeb (Connecticut, EE.UU; 1958) comenzó su carrera como guionista de cine a mediados de los años 80 en producciones de calidad tan dudosa como Teen Wolf, Commando, La Ratera, o Teen Wolf Too (¡sigh!). En 1991, DC comics facilitó su primera aproximación al mundo del cómic profesional, al encargarle la miniserie Investigadores de lo desconocido: ¡Deben Morir!, donde coincidió por vez primera con el dibujante Tim Sale.
Tras realizar las historias cortas recopiladas en Batman: Haunted Knight, se encargó de los guiones de diversas colecciones Marvel, como Cable, X-Force, X-Man, Heroes Reborn: Capitán America y Heroes Reborn: Vengadores.
Acto seguido, Loeb pasó a desempeñar un importante papel en la editorial Awesome, tanto en su labor de guionista como de editor, en títulos como Coven, Kaboom o Fighting American.
A continuación, repetiría su fructífera colaboración con Tim Sale, logrando consagrarse como uno de los más exitosos equipos creativos del cómic americano contemporáneo. Buena muestra de ello son proyectos como Batman: El Largo Halloween, Superman: Para todas las estaciones, Batman: Dark Victory, Daredevil: Yellow, Spiderman: Blue, Hulk: Gris y Catwoman: When in Rome…
Otros trabajos destacados del guionista de Connecticut son su estancia en la serie regular de Superman, Superman / Batman, o el superventas Batman: Silencio, ilustrado por Jim Lee.
Actualmente se halla enfrascado en el desarrollo del volumen 3 de The Ultimates, junto al dibujante Joe Madureira, abanderado del amerimanga.
Tim Sale (Nueva York, EE.UU.; 1956) tras estudiar arte en la Universidad de Washington, se trasladó a Nueva York y asistió a la John Buscema Workshop, y a la Escuela de Artes Visuales. A continuación, regresó a Seattle, ciudad en la que siempre ha vivido, para realizar diversos trabajos poco o nada relacionados con el 9º arte. Su retorno al mundo del cómic se produjo en 1983, entintando a Phil Foglio en la colección Myth Adventures, de Warp Graphics. Posteriormente, dibujó, entintó y rotuló Thieve’s World para Donning/Starblaze.
Hubo que esperar a la San Diego Comic-Con de 1985 para que Sale comenzara con paso firme y decidido su andanza en el mundo del cómic mainstream. Allí conoció a Matt Wagner, Diana Schutz, y Barbara Randall, quien más tarde le presentaría a Jeph Loeb, compañero de armas desde 1991. Fruto de su colaboración han surgido obras como: Investigadores de lo Desconocido: Deben Morir!, Batman: Haunted Knight, Superman: Para todas las estaciones; Batman: El Largo Halloween, Batman: Dark Victory, Catwoman: Cuando vayas a Roma… o Daredevil: Yellow, Spiderman: Blue, o Hulk: Gris, con gran aceptación de público y crítica.
Otros trabajos suyos son: The amazon, Grendel, Billi 99, Legends of The Dark Knight, Deathblow, Lobezno/Gambito: Víctimas, o Grendel: la hija del diablo.
SINOPSIS: “Pese a haber convertido el Monte Challenger en una suerte de parque temático, y a que los Investigadores están semirretirados, el Profesor y June centran toda su atención en un nuevo experimento, manteniendo vivo su interés por la ciencia.
Pero para su desgracia, al tiempo que logran abrir un portal dimensional, un misterioso saboteador, presente en las instalaciones del famoso grupo, logra cumplir su objetivo. Las consecuencias serán desastrosas, tanto para Challengerville como para la reputación de los Investigadores.”
Tras los sucesos acontecidos en el primer número de la miniserie, Loeb abandona por momentos los convencionalismos propios del género superheróico para analizar la lucha introspectiva protagonizada por tres de los personajes, sometidos a un juicio popular tan duro como injusto que acarreará severas consecuencias para su trayectoria vital.
Acostumbrados a hacer frente a Lo Desconocido, Los Investigadores encontrarán más problemas a la hora de asumir la cruda realidad, viéndose forzados a intentar rehacer su vida, con mayor o menor éxito según los casos. Ante este desolador panorama, las reacciones son diversas: autoengaño, abandono, desarraigo, decadencia, violencia, misticismo,…múltiples caminos que difícilmente llevaran a nuestros protagonistas a alcanzar la ansiada meta en una carrera contrarreloj hacia la búsqueda interior. Una búsqueda que bien podría ser más exitosa de renunciar a planteamientos egocéntricos, y recordar que la unión hace la fuerza. La misma unión que en su día los convirtió en personajes icónicos, en héroes, en leyendas vivas.
En su primer guión para la industria del cómic, Loeb sorprende por hilvanar una entretenida, ambiciosa (aunque por momentos pretenciosa) trama, perfecta combinación de elementos de misterio, ciencia-ficción, aventura, acción y género superheróico puro y duro. Todo ello con acertados destellos de humor y múltiples homenajes referenciales al mundo del cómic (Mary Jane, Dr. Extraño, Sgt. Rock…), así como la breve aparición (casi cameos) de personajes como Superman, Batman, Guy Gardner o Dr. Fate.
En este punto llama especialmente la atención el curioso viaje de ida y vuelta realizado por el guionista: si por todos es sabido que los Challengers fueron el punto de partida de Los 4 Fantásticos, Loeb parece recurrir a su vez a La Primera Familia de Marvel para definir las personalidades de nuestros protagonistas, pues no es difícil advertir los rasgos de Reed Richards, Sue Storm o Ben Grimm en el Profesor Haley, June y Red.
Y es de justicia reconocer que pese a contar con tantos elementos, Loeb no se pierde por el camino, logrando un muy meritorio resultado final, más aun teniendo en cuenta que se trata de su opera prima.
Pero si en lo narrativo el análisis global es satisfactorio, en el apartado gráfico hay que rendirse ante el talento de Tim Sale. Con su clase, elegancia y estilo inconfundibles, pero más atrevido que nunca (por momentos casi desatado), el dibujante neoyorquino firma originales páginas y espectaculares splash-pages caracterizadas por lo impactante y atípico de su planteamiento visual, partiendo de una estructuración que en ocasiones roza lo imposible, y aderezado por el vistoso coloreado de Kindzierski. Sencillamente alucinante.
En cuanto a la edición española, todo un lujo. Planeta DeAgostini se ha esmerado en ofrecer un un completo tomo, a un precio asequible y con numeroso material adicional, entre el que destaca una pequeña historia complementaria de la principal, un prólogo del omnipresente Brian Michael Bendis, un artículo de Jeph Loeb, bocetos de Tim Sale, y una galería de portadas que recogen las ilustraciones realizadas para la edición original de la miniserie por autores de la talla de Brian Bolland, Michael Golden, Kyle Baker, Matt Wagner, Marc Hempel, Gil Kane, Arthur Adams o el propio Tim Sale.
Para finalizar, comentar que tras la publicación de la miniserie que hoy analizamos, el periplo de estos personajes continuó siendo igual de irregular que las anteriores entregas. En 1998 vio la luz un nuevo volumen de la colección, de 18 números de duración, a cargo del guionista Steven Grant y un variado elenco de dibujantes formado por John Paul Leon, Ryan Sook, Christopher Schenck, Jill Thompson y Mike Zeck.
4 años más tarde, el guionista Kart Kesel, confeso fan de estos personajes, utilizaría a Los Investigadores como secundarios en una saga de la colección Superboy (números 60 a 65) ilustrada por Tom Grummett. Y finalmente, en el 2004, Howard Chaykin se encargaría de una nueva miniserie de 6 números protagonizada por una nueva formación de este atípico cuarteto.
Quizás algún día veamos a estos personajes integrados de forma regular y continuada en el Universo DC, pero hasta entonces, este tomo recopilatorio bien puede ser la excusa perfecta para acercarse por vez primera a este atípico grupo de héroes, y a un equipo creativo que por méritos propios arrastran tras de sí legiones de incondicionales.
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)
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