Iron Man 2020

 

Edición original: Marvel Comics – agosto – 1994
Edición España: Comics Forum – diciembre – 1994
Guión: Walter Simonson, Bob Wiacek
Dibujo: Bob Wiacek, William Rosado
Entintado: Bob Wiacek
Color: Christie Scheele
Portada: Bob Wiacek
Precio: 6,95 euros (tomo de 64 páginas en formato prestigio, número septuagésimo quinto del primer volumen de la colección homónima)

 

Diez años después de la publicación de la serie limitada dedicada al Hombre Máquina, Walter Simonson y Bob Wiacek (ilustres veteranos de la casa de las ideas) se lanzaron a la tarea de lanzar una secuela de la misma en la que el protagonista no iban a ser ni el héroe ni su antagonista principal, sino uno de los villanos secundarios: el heredero del manto férrico. Arno Stark, el Iron Man del año 2020 consiguió así su cabecera, después de haber sido empleado principalmente como oponente en diversas tramas que implicaban viajes en el tiempo. Así, dos años después de su primera aparición tres autores completamente olvidados (Fred Schiller, Ken McDonald, Mark Beachum) recuperaban al personaje para un número especial de The Amazing Spider-Man e intentaban dar una causa de su condición “villanesca” y su posterior reclutamiento para perseguir al antiguo X-51. Por su parte, Roy Thomas echaría mano de este arrogante y amargo guerrero dorado para una nueva –y brevísima- alineación de la Legión de los no vivos durante su estancia al frente de los Vengadores Costa Oeste. Arno Stark era antipático, creído y sobrado, pero ¡qué demonios! El diseño elaborado por Barry Windsor-Smith era demasiado atractivo para dejarlo pasar. Así las cosas, el entintador del mencionado especial arácnido de 1986 hizo equipo con el gran Walter Simonson y ambos se embarcaron en la tarea de contar una nueva historia del Hombre de Hierro del año 2020. En esta ocasión no estaríamos ante una precuela ni una extracción de la corriente temporal, sino ante una continuación con todas sus consecuencias.

El principio de la historia nos presenta a un caballero que aún está apurando el cáliz de la derrota sufrida a las metálicas manos del Hombre Máquina. La paliza propinada por parte de Aaron Stack no sólo infligió unas heridas físicas que ya parecen curadas, sino también otras espirituales que siguen metafóricamente supurantes. Las primeras imágenes del cómic constituyen una recreación del duelo entre ambos. El fracaso de la misión que le encargara Sunset Bain no sólo constituye un baldón en su trayectoria como mercenario (ocupación a la que había tomado afición) sino que pone en la cuerda floja su estatus como empresario e inventor. Una reliquia del siglo veinte ha barrido el suelo con el prestigioso heredero de una saga de creadores y visionarios. La última tecnología de Stark Internacional ha sido derrotada por un androide que llevaba cuatro décadas durmiendo el sueño de los justos. Como su ilustre tío, parece tener cierta querencia por refugiarse en la botella cuando los reveses se suceden, pero un nuevo encargo le sacará de su apatía y le enfrentará a un desafío en el que habrá de probar si es un digno sucesor de Tony Stark o un fracaso que vive de las rentas del prestigio otorgado por un apellido y una armadura. Marcus Wellington, empresario rival de Arno, decide reclutarle para llevar a cabo una misión peligrosa. Su hija Melodi “Micky” MacLain ha sido capturada por un grupo terrorista, el cual ha decidido pedir rescate por ella y mantenerla secuestrada en una isla. Aunque han sido enemigos en el ámbito empresarial y Wellington no oculta cierto desprecio por Stark, éste decide aceptar la propuesta para resolver sus problemas y quizá, probarse a sí mismo.

Sin estar a la altura de su predecesora, Iron Man 2020 contiene una historia entretenida que se postula como digna sucesora de un cómic muy difícil de superar. A nivel de guión, Simoson y Wiacek se esmeran en el encaje de las piezas preexistentes, al tiempo que suavizan la actitud de Arno (despreciable en su primera aparición, vagamente justificada posteriormente) como parte de un proceso para hacerle más grato a ojos de la parroquia lectora. En la parte del dibujo, Wiacek y Rosado renuncian a cualquier intento de asemejarse al tándem Trimpe / Windsor-Smith, aunque en algunos diseños (como los del grupo terrorista responsable del secuestro de la hija de Wellington) se inspiren lejanamente en el despliegue de estética ochentera de la miniserie del Hombre Máquina. Después de todo, habían pasado diez años y el futuro, una vez más, se imaginaba conforme al momento presente. La estética cyberpunk dejaba paso una imagen un poco más “limpia” y menos imaginativa, que parecía aproximarse en algunos aspectos al porvenir oficial (de ese momento) de la línea marveliana principal, el 2099. Esta asepsia quizá haya contribuido a que estéticamente esta aventura haya aguantado mejor el paso del tiempo. Veinte años después –y a un lustro largo de alcanzar ese número redondo que es el 2020- la tecnología ha superado muchas expectativas de 1994, en tanto que en otros aspectos siguen siendo materia de ciencia-ficción.