Edición original: Iron Man: The Inevitable #01-06
Guión: Joe Casey
Dibujo: Frazer Irving
Formato: Tomo 100% Marvel, 144 páginas
Precio: 12€
Panini
Resulta curioso leer un cómic de publicación reciente en el que Tony Stark se esfuerza por mantener su identidad secreta ahora que es el Paladín del Registro. Casey no parece tomarse demasiado en serio esta cuestión, lo cual es lógico y saludable. Quiero decir, es para desconfiar, y plantear con la cara seria a que la sociedad se van a creer que quien pilota la armadura no es Tony Stark, sino un empleado de la compañía, es ponerlos de borregos ilusos para arriba. La actitud de los secundarios con respecto a esta cuestión es un permanente y delicioso “oh, ¿no me digas?” acompañado de un arqueo de ceja, aunque con distintas formas de enfocar su incredulidad. Este planteamiento se maneja, pues, correctamente, y en cualquier caso merece la pena sólo por ver a Tony hablando de sí mismo en tercera persona, como Gorila Grodd, aunque por causas distintas.
Tony Stark también está bien escrito y retratado. La línea que separa a un playboy divertido y encantador de un payaso irritante es delgada, pero Casey maneja la situación con prudencia y hace de Tony un tipo curioso e interesante. Hay un personaje secundario para acompañarle pero su rol es muy básico, tiene poca personalidad y no se profundiza demasiado en él. Es el clásico ejemplo de portavoz del guionista, un personaje salido de la nada para plantear cosas sobre el protagonista, sobre conceptos de la serie, sobre la definición del héroe o sobre cualquier tema que el autor considere relevante o interesante. Cumple su función acerca de un par de puntos, pero es una carcasa vacía.
La historia, correcta, con buen ritmo y accesible, versa sobre la definición de Iron Man a partir de Tony Stark y de sus villanos. La relación con estos es sencilla, pero eficaz: da la impresión de que forman parte de una etapa del superhéroe que Tony quiere dejar atrás, pero siempre acaba volviendo a enfrentarse a ellos por diversas razones. ¿Es una parte inherente de su “otro” trabajo? ¿O es una chiquillada que lo aparta de otros problemas? ¿Existe la redención y la rehabilitación, o es un círculo vicioso condenado a repetirse una y otra vez?
Los villanos, eso sí, son apropiados y llamativos. Espía Maestro está perfecto en su papel de villano miserable, ególatra y arrogante, pero con inteligencia y redaños para respaldarlo, además de asumir con simpatiquísima naturalidad su condición de malo de la película. Fantasma tiene una personalidad menos trabajada y es el enemigo menos interesante del tomo, pero participa algunas secuencias chulas. Por último, el Láser Viviente – haciendo honor al nombre – protagoniza una de las tramas principales de la historia. Resulta enigmático y amenazador, sobre todo en la primera parte, con una apariencia ominosa, vasta y aterradora. El hecho de que no se diseccione su psique – como se podría esperar a partir de la premisa – y sólo se nos ofrezca algunos retazos es la mejor opción: en su nueva apariencia, el Láser Viviente funciona mejor como concepto simple, como ente malvado, inescrutable, cruel y misterioso. Enumerar sus trapos sucios, conocer todo su pasado y racionalizar su rabia le restaría presencia y lo haría más humano, que es lo último que necesita. Muy buen tratamiento del villano y de la idea.
El dibujo de Irving es muy apropiado para algunas cosas, pero presenta visibles fallos. Sus diseños, composiciones y uso de la luz y el color son perfectos para dar el tono adecuado a cada situación, y para que las escenas de ciencia ficción tengan un gran impacto visual y una apariencia casi esotérica, como si fuese tan avanzada que perteneciese a otro mundo, otro plano de la realidad. Memorables las páginas relativas al Láser Viviente. Las peleas son un buen ejemplo de sus puntos fuertes y sus errores: algunos instantes resultan asombrosos y explosivos, mientras que otros ataques o efectos que deberían parecer devastadores tienen una apariencia floja, dando al traste con la tensión de la pelea. Otros defectos los encontramos en una desoladora ausencia de fondos, caras poco elaboradas o una excesiva dependencia de los colores y los efectos, bajo los cuales algunos diseños ramplones.
El acertado uso y representación gráfica de la ciencia ficción crean una atmósfera fantástica, llena de maravillas y efectos especiales que contrastan con otros momentos más pausados y reflexivos con interesantes puntos de vista. Los villanos mantienen por meritos propios el interés en una historia sólida y entretenida, y el dibujo de Irving es apropiado pese a sus defectos. Inevitable satisfará a aquellos que busquen una aventura superheroica con elementos más clásicos, con un Iron Man lejos de S.H.I.E.L.D y de los Vengadores, jugando bien las cartas que hacen único y distintivo al personaje y su entorno.
Entiendo que Iron Man esté de moda gracias al acierto que supuso su reciente película pero, creo, Panini está saturando un poquillo el mercado con tanto tomo del latas. Conozco poco al personaje pero ¿de verdad todo lo que están editando merece la pena comprarlo?
En fin, bienvenido sea mientras atraiga a más lectores nuevos a nuestro mundillo comiquero.
Saludos…
danieldandefensor.blogspot.com