iZombie

Cuando piensas que tu vida es complicada y descubres que no es nada comparada con con el problema de tener que comer cerebros para continuar recordando quién eres.

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Edición original: iZombie núms. 1-28 USA, House of Mystery Annual núms. 1-2 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Chris Roberson.
Dibujo: Gilbert Hernández, J. Bone, Jay Stephens, Jim Rugg, Michael Allred.
Entintado: Mike Allred.
Color: Laura Allred.
Formato: Cartoné (Integral omnibus), 680 págs. A color.
Precio: 53,50 euros.

 

La historia de la humanidad está plagada de monstruos. A lo largo de los siglos han ido evolucionando los mitos y las leyendas, para llenar la falta de información, los sucesos aparentemente inexplicables y los relatos orales, de seres de todo tipo y calaña. La mitología de cada zona geográfica del mundo atesora sus propios miedos. Miedos que crecen y anidan en la oscuridad y que de alguna forma han perdurado hasta nuestros días en los que la ciencia parece no querer dejar espacio a estos seres del averno.

En el acervo popular, gracias al cine y la literatura, se han creado nuevos mitos representados, esencialmente, por Frankenstein, Drácula, la Momia, la Criatura del Lago Negro, el Hombre Lobo y los Zombis. Todos ellos conformaron toda una serie de películas de la Universal (y de otros estudios) que les ha permitido insertarse en la profunda imaginación colectiva de los espectadores que, de forma cíclica, ven como son revisitados por el séptimo arte. Y por el noveno, como el es el caso de Izombie, una obra de 2010, publicada por DC dentro del sello Vertigo, y que llega a España tras una larga espera motivado, tal vez, por la emisión de la serie de televisión (que se comenzó a emitir en USA en el canal CW, en 2015) que adapta esta historia de monstruos contemporáneos.

Una zombi es la protagonista de esta historia, que no es sino un ente que ha resucitado, según la tradición del culto vudú. Una muerta que resucita por medios mágicos, por un hechicero, normalmente, para convertirlo en su esclavo… pero aquí no hay nada de eso. Aquí hay mucho más.

Gwen es la maestra de ceremonias de esta obra escrita por Chris Robinson y dibujada por Mike Allred, en la que se nos cuenta como esta chica de la costa oeste americana se ve obligada a comer cerebros frescos una vez al mes para no olvidar su pasado. Y es que, en Eugene, la ciudad en la que vive, están pasando cosas muy extrañas que van a despertar a viejos mitos ocultos de las entrañas de esta localidad.

La serie original consta de 28 entregas en las que el escritor de varias miniseries de Cenicienta ambientadas en el mundo de Fábulas, hace que ocurran muchas cosas y que ocurran de manera que lo que en un principio puede parecer una serie con un regusto más que intenso a teleserie “teen”, se torne algo más complejo y elaborado, capaz de llevar al lector a zonas emocionales en las que no se espera entrar cuando se sumerge en el microcosmos que es la ciudad de Eugene. Robinson, no tiene prisa en ir desarrollando de forma calmada a los personajes e ir deshilachando un thiller sobrenatural en el que se van añadiendo, de forma progresiva, los diferentes mitos clásicos, como los fantasmas, los vampiros, licántropos, momias, científicos locos, cazadores de monstruos, antiguas logias que ambicionan el poder absoluto… Todo tiene su hueco en Eugene.

Izombie destaca por la sencillez de su propuesta, su fluidez narrativa y su naturalidad a la hora de tratar temas sobrenaturales en un entorno aparentemente mundano. Las tramas y los personajes están intrínsecamente fusionados, logrando que la lectura resulte absorbente, incluso en los momentos más inestables de la historia, aquellos en los que el punto de culebrón juvenil parece tomar el control de la situación. E incluso entonces hay algo, lo suficientemente interesante, como para continuar leyendo gracias al devenir de los personajes, no tanto en lo que les pasa por su propia condición, sino por sus propios procesos evolutivos. Y es que en Izombie hay espacio para todo tipo de propuestas. Propuestas que se sustentan sobre la idea clásica del monstruo y que a su vez difiere de su molde original de tal forma que, de alguna extraña manera, resultan novedosos y plenamente reconocibles a lo largo de los 28 números. Un caso claro de pareidolia que permite poder ver aspectos reconocibles en lo común, por mucho que eso que se denomina común sean monstruos.

El guionista se esfuerza mucho por dar una personalidad propia e independiente a cada uno de sus personajes. No hay uniformidad, no hay personalidad generadas desde una emoción central, sino que en cada uno de ellos conviven cientos de emociones que se combinan de forma muy hábil para que no sean simples comparsas al servicio de la historia. Los personajes de Izombie son la historia en sí mismos, y ni uno solo de ellos puede faltar para que todo el conjunto tenga sentido. Extirpar a uno de los secundarios hace que toda la idea se estrelle sin remedio, porque no hay un nexo que permita cohesionarlo todo y dar sentido a algo que, por sí mismo, no tiene sentido alguno.

Puede que haya todo tipo de monstruos, todo tipo de situaciones grotescas e ideas locas en Izombie, pero también hay inteligencia, corazón, sinceridad y honestidad en el tratamiento global de una historia que quiere ser espeluznante, sorprendente y divertida de forma simultánea.

Una zombi, un hombre terrier y una fantasma. Así es el trio protagonista y así quedan claras las intenciones de la obra. Un trio de amigos que se enfrentan a su particular condición desde muy diferentes ángulos, para acabar encontrando el sosiego en las mismas cosas cotidianas que muchas veces se menosprecian… se menosprecian cuando uno no se ve obligado a tener que comer cerebros para seguir recordando quién es. En Izombie se puede sentir un grito por la identidad de uno, por saber quienes somos, lo que sentimos y lo que queremos de nuestra vida. Son preguntas claves que, puestas en labios de toda está galería de monstruos, invita a la reflexión personal.

Mike Allred aporta, con su trabajo, un punto diferenciador a esta historia que se sumerge, gracias a su estilo pop cargado de influencias de los años sesenta, de las grandes glorias europeas y del viejo cómic americano, en un lirismo que la hace perturbadora al tiempo que atractiva. En manos de otro dibujante, Izombie, podría haberse decantado por la oscuridad más tenebrosa, pero con Allred eso no ocurre. Cada viñeta esta cargada de elegancia y al mismo tiempo de una extraña bruma que empaña los sentidos para no hacer olvidar al lector que lo que esta leyendo es una historia llena de monstruos. Su narrativa aprovecha los espacios muertos de la historia para añadir volumen y densidad a la información que llega a través de los textos. Todo encaja, todo fluye, todo parece estar vivo.

Acercarse a Izombie es acercarse a una obra diferente, capaz de trasladar al lector a un mundo similar al nuestro, en el que los miedos, injusticias, egoísmos y violencia conviven con la esencia más pura del ser humano.

  Edición original: iZombie núms. 1-28 USA, House of Mystery Annual núms. 1-2 USA. Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Chris Roberson. Dibujo: Gilbert Hernández, J. Bone, Jay Stephens, Jim Rugg, Michael Allred. Entintado: Mike Allred. Color: Laura Allred. Formato: Cartoné (Integral omnibus), 680 págs. A color. Precio: 53,50 euros.…

Descubrimiento.

Guion - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9

8.3

Una obra con un toque de culebrón juvenil que atesora un fondo más denso con el que poder acceder a zonas emocionales muy interesantes.

Vosotros puntuáis: 8.7 ( 11 votos)
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Willi
Willi
Lector
15 junio, 2019 17:42

Desde que me enteré de la existencia de este comic me ha llamado la atención, no gracias a la serie de TV (que sólo es otro procedimental), sino por el hecho de que está involucrado el matrimonio Allred. Y esta reseña me anima aún más a adquirirlo (mi billetera se lo agradece, señor Higuero). Pero me produce cierta sospecha el hecho de que sólo haya durado 28 números, ¿fue cancelada abruptamente o Roberson y los Allred alcanzaron a contar todo lo que querían contar?

Willi
Willi
Lector
En respuesta a  Gustavo Higuero
16 junio, 2019 15:12

Muchas gracias, Gustavo