Del guionista de las nuevas entregas de Thorgal y Blake y Mortimer y del dibujante de Cara de luna y Jerónimo Puchero.
Yves Sente y François Boucq nos traen una trepidante historia de acción ambientada en los círculos vaticanos. Vince forma parte de un cuerpo de seguridad especial de las fuerzas vaticanas. Su predisposición y buen hacer le han abalado para entrar a formar parte de los Janitors, el equipo de investigación y control más secreto del catolicismo. Su nueva misión es investigar ciertas irregularidades económicas de algunos altos cargos de la organización.
A menudo, cuando se analizan las historias que nos llegan desde los Estados Unidos, se comenta que determinada aventura fue concebida para ser recopilada en tomo. Que la grapa mensual, como tal, es ya sólo un tránsito necesario para llegar a ese recopilatorio y que muchas veces, tomada aisladamente, resulta insatisfactoria por lo poco que ofrece.
Algo similar pasa con este primer Janitor, pues claramente resulta un tránsito hacia la conclusión de una historia que, en su primera parte, sólo ofrece mucho oficio y vagos interrogantes.
El mucho oficio depende sobremanera de François Boucq, quien realiza un trabajo gráfico apabullante, demostrando que es uno de los grandes veteranos franceses del Noveno arte que en mejor forma se conservan. Una ambientación soberbia, una narrativa visual fluida, preciosos enfoques en cada viñeta y un detallado y expresivo grafismo hacen que pasear la mirada por las páginas de este cómic sea una verdadera delicia. Por supuesto, eso repercute a su vez en la narración y la potencia, consiguiendo que todo se nos haga plausible y relevante. De hecho, siendo justos, también Yves Sente realiza una labor encomiable en el aspecto más puramente formal. Sus textos están medidos al milimetro, así como también la progresión y los distintos detalles que componen esta trama de servicios secretos vaticanos tan cercana a novelas como La piel del tambor de Arturo Pérez-Reverte y Espía de Dios de Juan Gómez-Jurado.
Desgraciadamente, al llegar al final del primer número, es bien poco lo que nos ha dado. Porque, por ese mismo comedimiento que mencionábamos, se ha preocupado tanto de no desvelar nada, de dejar la respuesta a todos los interrogantes planteados para el siguiente número, que casi estamos al final del libro como estábamos al principio.
No obstante, lo que sí que queda claro es que hay gato encerrado… o gatos, más bien, y eso, junto al buen oficio demostrado por ambos autores a lo largo de todo el número, posibilitan que nos fiemos lo suficiente de ellos como para atender a la continuación de su propuesta, en esa futura entrega de la serie donde tanto debe quedar resuelto.
Menuda decepción este Janitor. El dibujo acojonante, claro, que para algo es Boucq, pero la historia no hay por dónde cogerla de obvia y peliculera (en el mal sentido) que es. Y lo pero es que te deja a medias, para que no te quede más remedio que comprar el segundo tomo!
¿Entonces?
¿Me lo compro o no??
Toni, que con tu criterio siempre me ha do bien xDD
Muchas gracias por el soplo, Toni. Ya había leído tu post y decidido comprarlo! (como me ocurre con el 80% de las cosas que recomiendas) Un abrazo fuerte
El tío Berni lleva su razón. Este primer número es como un coitus interruptus.
Se sostiene sobre tres pilares:
1-El soberbio hacer de Boucq a la hora de retratar lo que va sucediendo.
2-Unos diálogos y textos de apoyo muy bien llevados en el aspecto formal por parte de Sente.
3-Los distintos interrogantes que se siembran a lo largo de la historia, en especial el más bizarro, una extraña niña que parece salida de El Resplandor y que ejerce de ángel de la guarda de nuestro Janitor.
Pero, como dice Berni, al no responder a ninguno de esos interrogantes y al no presentar nada concreto en este primer número, debes fiarte del buen hacer de ambos autores para llegar hasta el siguiente número y así ejercer un juicio más objetivo del conjunto.
Si quieres, Sputnik, esperate a la reseña de la siguiente entrega para decidir si lo compras o no… a no ser que en un cómic te importe más el dibujo que el guión, puesto que entonces, sin duda, te recomendaría que lo comprases ya 😀
De nada, Juan, aunque ya te adelanto que en lo que al relato se refiere, no creo que esté a la altura de tu libro (y eso que aún no he encontrado tiempo para leerlo y que sólo tengo la referencia de aquella previa que pasaste por pdf antes de la publicación) Otro abrazo pa’ Galicia.
Yo creo que, a veces, le pedimos peras al olmo y luego nos quejamos cuando el olmo nos da peras. 🙂
Me explico: Janitor es obvia y peliculera…¡pues claro! Senté plantea una divertida vuelta de tuerca al género Bondiano, sin más objetivo que hacer pasar un buen rato. Es una especie de Bourne palomitero, bien hecho, con sólidos diálogos, oficio y buen hacer, pero que no tiene mas objetivo que entretener. Y yo creo que, pese a que esté planteado en dos álbumes, este primero cumple su obetivo milimétricamente: dejar al lector con ganas de leer más.
Y no haya nada más… y nada menos. Encontrar hoy en día tebeos de clara vocación comercial que tengan los mínimos exigibles es complejo y éste Janitor, creo, los tiene. 🙂
En lo que a mí respecta, yo que soy un amante del cómic de género y del cómic de superhéroes particularmente, lo que he echado en falta en este primer Janitor es algo de corazón. Esa caracterización de personajes que tanta importancia tiene en los cómics de superhéroes es muy tenue en este Janitor y eso hace que a este «Bourne» sólo le pasen cosas «por fuera» y acabe pareciéndonos que aquí no ha pasado nada.
a mi de vez en cuando me da por comprarme series europeas.
y estaba dudando entre janitors o irs de desberg, y me compré la del inspector del fisco poco ortodoxo q investiga fraudes. la recomiendo sin duda.
pero ahora también tengo curiosidad por janitors, asi q a lo mejor cae.
investigando veo q el segundo tomo tiene mejor pinta, con amenazas bajo la fría nieve.
tam´bién recomiendo jazz maynard tomo 1 y 2, buenisimo y de cosecha española.
Gracias por las recomendaciones, Pep. Ciertamente Jazz Maynard, a nivel gráfico, resulta de lo más logrado que ha dado la cosecha española del año anterior.