«Los guardaespaldas cultivados pueden hacer las veces de espías… sobre todo si vienen impuestos«.
El álbum integral de la serie franco-belga
El guion de
El Janitor es una serie con un protagonista absoluto; Vince Hayes – alias Trias – es un agente de campo al servicio de un departamento oculto del Vaticano que funciona como un servicio de inteligencia. Son 12 agentes – llamados janitores – que no se conocen entre ellos y que realizan misiones de protección a los cargos de la Iglesia y de espionaje para sus superiores. Vince es un seminarista que acaba de ser ascendido por la muerte de uno de los janitores y en el desempeño de sus encargos se tropieza con una organización secreta rival que pretende sembrar el caos para imponer sus creencias supremacistas.
En el transcurso de este ciclo conoceremos además los rocambolescos orígenes del protagonista y sus diferentes escarceos amorosos.
Las ideas que Sente nos expone en esta serie no son excesivamente originales y el desarrollo de las diversas tramas pueden resultarnos algo decepcionante. El guion va claramente de menos a más con un álbum inicial demasiado lento y discursivo para luego mejorar a tomo a tomo y cerrar satisfactoriamente el argumento principal y las tramas secundarias en el quinto y, por el momento, último volumen de la serie. El marco general en cambio es muy interesante ya que nos plantea la existencia de una guerra subterránea por las creencias de la sociedad y como éstas influyen decisivamente en las luchas de poder tanto económico como político. Por esta causa el Vaticano está armado de mecanismos de información, prevención e intervención que velan por el correcto desempeño de sus intereses. Sente describe a los diversos estamentos de la Iglesia como agentes de campo que recopilan información en todo el mundo para que sea centralizada por los medios humanos y técnicos de la Santa Sede. Los capellanes actúan como perfectos espías a tiempo parcial haciendo seguimientos en moto o fotos con teleobjetivo. Sin embargo, el guionista belga se olvida de la principal fuente de información de la Iglesia que es el confesionario.
En general el papel de la curia vaticana es descrito con excesiva benevolencia en una encarnación muy parecida a la que adoptaba el MI6 en las películas clásicas de James Bond protagonizadas por Sean Connery. Un poco más de mala leche por parte del creador de La venganza del conde Skarbek hubiese beneficiado la serie y enriquecido el diseño del protagonista con un conflicto interno potente. Porque a grandes rasgos, Trias nos resulta algo plano, demasiado ingenuo, con poco grosor emocional salvo en lo que concierne a sus traumas del pasado.
Sin embargo, la serie funciona muy bien como relato de aventuras lleno de complots, persecuciones, intrigas internacionales y como vehículo para que Boucq se luzca dibujando primorosamente todo tipo de situaciones.
Este volumen integral cierra un ciclo argumental de 5 álbumes y de momento no se conoce si existen planes para una continuación, pero sus creadores han sido lo suficientemente hábiles como para dejar múltiples elementos en suspenso que les permita la creación de, como mínimo, otro ciclo de parecidas dimensiones.
Yves Sente nació en Bruselas en 1964. A los 18 años estudia en la American High School de Arlington Heights en Illinois. A su vuelta cursa derecho en Bruselas y se licencia en relaciones internacionales en la Universidad Católica de Lovaina. Realiza chistes gráficos para diferentes periódicos entre los que destaca The Wall Street Journal. En 1991 es fichado como editor por la editorial Le Lombard y se convierte en redactor jefe en 1992. En esta época empieza su carrera de guionista sucediendo a Jean Van Hamme en el relanzamiento de la serie Blake et Mortimer. Su primer álbum se titula La maquinación Voronov y forma equipo con el dibujante André Juillard con el que realizará 7 álbumes. El octavo de la serie lo dibujarán Peter Van Dongen y Teo Berserik. También a principios de los 90 crea su primera serie original titulada La venganza del Conde Skerbek de la que realiza dos álbumes dibujados por Grzegorz Rosinski, dibujante de Thorgal. Precisamente el creador de esta serie, Jean Van Hamme, escoge a Sente para que sea su sucesor a los guiones en la misma Thorgal. El guionista escoge al hijo del protagonista, Jolan, como eje central de un ciclo de tres álbumes dibujados por el magnífico Rosinski. En el 2007 crea junto aldibujante François Boucq la serie El Janitor de la que ha sacado el quinto y último álbum en 2017. En 2010 se encarga de un spin-off de Thorgal protagonizado por Kriss de Valnor y dibujado por Giulio De Vita del que han realizado ya 5 historias. Y desde 2014 se ha convertido en el guionista oficial de otro best seller creado por Van Hamme; la serie XIII. Su contribución empieza en el volumen 20 titulado El día del Mayflower (2011) dibujado por Youri Jigounov.
El caso de François Boucq es realmente espectacular. Es probablemente uno de los mejores dibujantes y narradores de este planeta. En esta serie adopta su encarnación más comedida, más clásica y más elegante. Sin embargo, esto no va en detrimento de la espectacularidad. Puede dibujar cualquier cosa; aquí dibuja autobuses malteses, helicópteros, yates, todo tipo de motos, de coches… además de cualquier tipo de localizaciones como Roma, Ponto Cervo en Cerdeña, La Valeta, Davos, Harlem en Nueva York. Todo esto perfectamente integrado en el dibujo sin que se note el uso de fotografías u otro tipo de documentación. Su planificación es impecable; clara, precisa y espectacular. Alterna la estructura de 3 ó 4 tiras por página con un número variable de cuadros en ella. Usa a menudo la tira con una única viñeta panorámica. Su dominio de la perspectiva y de la anatomía humana es asombroso. El diseño de sus personajes es menos esperpéntico que en otras series, pero igual de profundo. Las caras de los personajes definen perfectamente a su portador tanto ideológicamente, como en su estrato social y también en la principal característica de su carácter. Estamos ante un dibujante en plena forma que firma uno de sus mejores trabajos, algo extraordinario después de ver sus exhibiciones en obras como Bouncer o Boca de Diablo.
François Boucq nació en la ciudad francesa de Lille en 1955, donde reside actualmente. Estudió Bellas Artes y en 1974 viaja a París para dar a conocer sus trabajos humorísticos. Recibe encargos de Le Point, L’Expansion, Le Matin de Paris la versión francesa de la revista Playboy. Otra vez en Lille, empieza a colaborar en revistas de cómics como Mormoil, Pilote o Fluide Glacial junto a guionistas como Delan o Pierre Christin. Es en otra de estas revistas mensuales – A Suivre – donde obtiene su primer éxito con una serie de historias cortas con guion propio agrupadas bajo el título genérico de Pioneros de la aventura humana. En esta época empieza también su colaboración con el novelista y escritor Jerome Charyn con La mujer del mago (1986) y la extraordinaria Boca de diablo (1989) donde adopta un estilo más realista cercano al de uno de sus maestros, Alexis. Realiza números trabajos de ilustración entre los que destacan las portadas para la saga de novelas San-Antonio del escritor Fréderic Dard. En 1991 empieza su colaboración con otro de sus guionistas habituales, Alejandro Jodorowsky con el que firma Cara de luna y más tarde El tesoro de la sombra (1999) y la serie Bouncer, un western original del que han realizado conjuntamente 9 historias y que a partir del décimo álbum es responsabilidad exclusiva de Boucq, tanto en el guion como en el arte. En 2018 se ha publicado en Francia el onceavo tomo con el título de L’échine du dragon. Otros trabajos suyos son la serie El Janitor con guion de Yves Sente con 5 álbumes realizados entre 2007 y 2017 y Colonel Amos (2011) con guion de Alcante.
François Boucq combina sus trabajos en la BD con la ilustración de carteles, portadas de libros o discos y como dibujante del juicio del caso del Hotel Carlton de Lille.
Ha sido un acierto por parte de los de Ponent Mon que hayan esperado al quinto álbum para publicar el integral y no copiar la edición francesa con solo los cuatro primeros, ya que el primer ciclo concluye efectivamente en la quinta entrega. Aunque, como hemos dicho anteriormente, la serie está lo suficientemente abierta como para poderse realizar sin problemas otro arco argumental de 4 ó 5 tomos más.
Las características físicas del producto son buenas. El tamaño de la edición es el adecuado. La impresión es algo clara como si el papel hubiera absorbido demasiado los negros, pero no es un problema muy acusado. El color es espectacular y el papel de buena calidad a pesar de que tiende a ondularse un poco. El precio es elevado, pero si hacemos cuentas vemos que nos sale a un álbum europeo – de 46 páginas como mínimo y a todo color – por 9 euros; no está mal.
Estamos ante una serie muy atractiva con suficientes elementos para convertirla en un producto susceptible de interesar a un público numeroso y variopinto. Por una parte, nos encontramos con una trama ágil, ligera y emocionante y por otra con una factura gráfica espectacular. La edición en formato integral disimula además unos inicios titubeantes y facilita una lectura fluida del conjunto sin las molestas pausas de publicación entre los diversos álbumes. ¡Bocato di cardinale!
Salut!
Guión - 7.5
Dibujo - 10
Interés - 9
8.8
Espectacular
Un derroche visual con un guion interesante
Tenía dudas con el guión no así con el dibujo, creo que le daré una oportunidad a pesar de que la trama no parece estar a la altura del dibujo.
Yo imagino a Jodorowsky, cuando hizo el guion de «Cara de luna», intentando poner a prueba esa capacidad inhumana de Boucq para el dibujo escribiendo para ver cómo se las apañaba: «Bueno, pues ahora sale una catedral invisible en la que cae un tsunami y entonces se ve su entorno gracias al agua embravecida y tal…». Pues Boucq, incluso con una escena así, salió más que airoso. A ver si Norma se anima con un integral de esta serie, porque creo que es donde se puso a prueba de forma más clara su habilidad y lo superó, no ya con nota, sino con una imaginación visual y un talento apabullantes.
Como curiosidad, decir que Boucq, si no fuera un genio del dibujo, tambien podría ganarse muy bien la vida como instructor de artes marciales, porque ahí donde le ven, es cinturón negro quinto dan de kendo y de cuando en cuando hace exhiubiciones para promocionar en Francia este deporte.