¿Quién es Jean Grey y cuál es su lugar dentro del Universo Marvel? Parece una cuestión sencilla a priori: una mutante temida y odiada por un mundo que ha jurado proteger, un miembro fundador de la Patrulla X, uno de las talentos psíquicos del más alto nivel y el receptáculo de una de las fuerzas primarias más salvajes del cosmos. Se trata, en definitiva, de uno de los personajes más poderosos del mencionado Universo Marvel, así como de una de las figuras centrales en la historia mutante. Pero esto es así sólo si nos fijamos en su cronología dentro del mundo de las viñetas. Si dirigimos nuestra mirada hacia los entresijos editoriales nos encontraremos con una visión muy distinta: primero la de un estorbo, un personaje molesto anclado en un pasado retrógrado que clamaba urgentemente por una reinvención, y después la de una sombra de lo que llegó a ser en su momento de gloria, continuamente referenciado pero jamás superado.
Jean Grey se convirtió en la Chica Maravillosa, la Chica Maravillosa se elevó transformada en Fénix y Fénix se tornó Fénix Oscura antes de morir en un arco argumental encumbrado como uno de los puntos álgidos de toda la historia de la Casa de las Ideas. Pero después Jean Grey volvió a la vida y retomó su identidad de Chica Maravillosa y ya por siempre tuvo que vivir bajo la sombra del pájaro de fuego. No es de extrañar que algunos pensasen que estaba mejor muerta y así fue como con el tiempo se decidió que abandonase de nuevo el mundo de los vivos. Ha llovido mucho desde entonces y a veces da la impresión de que Jean Grey ha estado más tiempo criando malvas que viviendo aventuras en los cómics de la franquicia mutante, aunque se trata de una impresión errónea. Creada en 1963 en el albor de la Patrulla X original de Stan Lee y Jack Kirby, reformulada como Fénix por Chris Claremont y Dave Cockrum en 1976, encumbrada y muerta como Fénix Oscura por el mismo Claremont y John Byrne en 1980, Jean Grey no regresaría hasta seis años después. En 2004 volvería a sucumbir por obra y gracia de Grant Morrison, por lo que una cuenta rápida nos dice que ha pasado diecinueve años muerta frente a los treinta y cinco que ha estado formando parte de las historias mutantes de una forma u otra. Tan impactante fue la muerte de Fénix Oscura, tanto resonó con los lectores y tanto arraigó en la mitología marvelita, que dejó un pesado lastre con el que no muchos autores han sabido lidiar.
Si atendemos de nuevo a los eventos de ficción y a su continuidad, la verdadera Jean Grey no fue quien murió en el Área Azul de la Luna. Ella ni siquiera estuvo allí y, sin embargo, ese fue el evento más definitorio de su existencia. Imagina haberte perdido el acontecimiento más importante de tu vida, el que marcó el camino de todos tus años venideros y el que determinó más allá de toda duda la forma en la que te recordará la gente por siempre: eso es justo lo que le sucedió a Jean Grey. Ahora imagina los apuros por los que han tenido que pasar los guionistas encargados de escribir a un personaje así, sabiendo que sobre ellos siempre se alzaba la perenne sombra de la mítica Saga de Fénix Oscura. A la luz de esas reflexiones, se vislumbra de manera distinta todo lo que se hizo con el personaje con posterioridad a su resurrección. La asimilación de los recuerdos del Fénix por parte de Jean, las continuas idas y venidas de la entidad cósmica, las oscilaciones en la magnitud de sus poderes psíquicos… todo ha sido un continuo esfuerzo por incorporar el final de aquella lejana historia al corpus del personaje, por reinventarlo, por homenajearlo, por revivirlo o por distanciarse de él.
Con el reciente anuncio de la enésima resurrección del Fénix y el posible regreso de la fallecida Jean Grey a la actualidad de Marvel, las reflexiones sobre el pasado del personaje vuelven a ser relevantes. Si Jean Grey vuelve a la vida, ¿cuál será su lugar dentro del Universo Marvel? ¿Qué harán los autores respecto al aplastante peso de la Saga de Fénix Oscura? En este momento en el que la importancia del legado vuelve a ser capital para la Casa de las Ideas, ¿cómo se manejará el legado de Fénix (y de Fénix Oscura) en la franquicia mutante? Y lo que es más importante: ¿cómo afectará esto a la joven Jean Grey desplazada en el tiempo? La contrapartida juvenil de Jean Grey ya lleva unos cuantos años con nosotros, desde el momento en que viajó hasta nuestro presente junto al resto de la Patrulla X original. Ella sabe muy bien lo que es vivir bajo la sombra del Fénix y conoce las cicatrices que dejó su versión adulta antes de morir. ¿Cuál será entonces su lugar dentro de este cosmos de ficción si regresa la otra Jean Grey?
Como de momento no podemos hacer más que especular, vamos a prepararnos para estas cuestiones indagando acerca de cuál es la posición que ocupa actualmente la joven Jean Grey dentro de la Casa de las Ideas. De forma similar a lo que hicimos en su momento con el Hombre de Hielo, analizaremos varios aspectos clave sobre el personaje antes de alcanzar una valoración final. En primer lugar, hablaremos sobre el desarrollo de los poderes psíquicos de Jean y el uso que ha hecho de ellos tras verse desplazada en el tiempo. Continuaremos repasando los vínculos que ha establecido con otros personajes destacados de la franquicia mutante para comprobar cómo ha sobrellevado el legado de su predecesora. Finalmente, llegará el turno de examinar su compleja relación con el Fénix. Para ello repasaremos acontecimientos narrados en las series All-New X-Men, Extraordinary X-Men y X-Men: Blue, así como otros mostrados en la cabecera protagonizada por el personaje.
Antes de abordar la evolución de los poderes de la Jean adolescente conviene recordar los sucesos que comparte con su homóloga adulta, es decir, los años previos a que fuese desplazada en el tiempo junto a sus compañeros de la Patrulla X original. Jean era la hija menor del matrimonio formando por Elaine y John Grey, residente en la pacífica localidad de Annandale-on-Hudson, Nueva York. Su posición acomodada y su pacífico entorno contribuyeron a que la niña tuviese una infancia idílica hasta la primera manifestación de sus poderes mutantes. Como sucede con frecuencia entre los miembros del homo superior, su mutación despertó durante una “experiencia traumática” en la que se vio sometida a grandes niveles de estrés. Teniendo sólo diez años, Jean asistió impotente al atropello de su mejor amiga, Annie Richardson. Mientras sostenía su cuerpo agonizante, la incipiente telepatía de Jean conectó sus mentes, haciendo que experimentase lo mismo que sentía Annie mientras moría. Esto se narró en el ya clásico Bizarre Adventures Vol. 1 #27 USA, publicado en julio de 1981, aunque sería rememorado en numerosas entregas de los Uncanny X-Men de Chris Claremont.
Obviamente, un acontecimiento tan intenso tenía que afectar a Jean de forma demoledora. Además de sumirse en un estado depresivo, su recién despertada telepatía estaba fuera de control. Para evitar que los pensamientos de los demás asolaran su mente, la muchacha comenzó a aislarse cada vez más en un intento desesperado por conservar su cordura. Preocupados, sus padres la llevaron de psiquiatra en psiquiatra, creyendo que todo era producto del “trauma” producido por la muerte de su mejor amiga. Su caso tenía un oscuro pronóstico hasta que uno de esos profesionales les recomendó que recurriesen a la ayuda del Profesor Charles Xavier, quien era a su vez un mutante que mantenía en secreto sus habilidades telepáticas. Xavier identificó con rapidez el origen del problema y explicó a Jean su condición genética, aunque decidió ocultársela a sus padres. Bajo la mascarada de un tratamiento terapéutico, el profesor llevó a cabo numerosas sesiones privadas con Jean en las que exploró la extensión de sus habilidades y comenzó su entrenamiento básico.
Los poderes telequinéticos de Jean se manifestaron poco después, cuando la chica tenía trece años. El crecimiento exponencial de sus dones mutantes preocupó a Xavier, ya que consideraba que la joven aún no era lo suficientemente madura como para controlar de forma adecuada su telepatía. Por tanto, usó sus propios poderes para erigir barreras mentales en la psique de Jean que mantuviesen su habilidad telepática bloqueada hasta que llegase el momento adecuado. No mucho después, recomendó a sus padres que trasladasen a la joven a su Escuela de Jóvenes Talentos, donde también entrenaba a otros jóvenes mutantes que acabarían formando su primera Patrulla X. Jean fue el último miembro en incorporarse al grupo bajo el nombre código de Chica Maravillosa.
Ahora bien, todo lo anterior fueron desarrollos a posteriori. Durante las andanzas de la Patrulla X original, el personaje de Jean era poco más que un interés romático en el mejor de los casos o una damisela en apuros en el peor. Es decir, su valía no radicaba tanto en ella misma como en el papel que desempeñaba respecto al resto de personajes del reparto. Tengamos en cuenta que las historias de Stan Lee y Jack Kirby podían destacar por muchas razones, pero su tratamiento de los personajes femeninos no estaba entre ellas. Era la década de los sesenta, después de todo, y aquellos cómics eran un reflejo de su tiempo. En esas aventuras primigenias del equipo mutante, era frecuente ver a otros miembros de la Patrulla X como Cíclope o la Bestia enfrentando sus poderes a las desquiciadas máquinas asesinas de la Sala de Peligro del Profesor Xavier. El adiestramiento de Jean, en cambio, era muy distinto: sostener telequinéticamente aguja e hilo para dar puntadas, por ejemplo. Su telequinesis era de una magnitud bastante discreta y mucho menos útil de lo que debería haber sido. De hecho, casi cualquier esfuerzo llevaba a Jean al borde del desmayo, para gran preocupación de su torpe enamorado, Cíclope.
Aquí es donde empiezan a divergir los hechos. En el pasado de la Tierra-616, es decir, en el pasado del Universo Marvel habitual que todos conocemos, Jean vivió diversas aventuras con la Patrulla X y desarrolló lentamente sus poderes hasta ganarse la confianza de Xavier, que decidió retirar las barreras que aislaban su telepatía. Cuando el profesor tuvo que fingir su muerte para prepararse de cara a la invasión de los alienígenas Z’Nox, Jean fue la única a la que se le confió la verdad. Tiempo después llegaría la fatídica misión en Krakoa, la segunda génesis de los Hombres-X y la llegada del Fénix. El resto es historia, como suele decirse. No obstante, la Patrulla X original fue trasladada en el tiempo hasta nuestro presente, rompiendo así la cadena de acontecimientos. De esa línea temporal procede la joven Jean Grey y el viaje ha tenido importantes consecuencias tanto para ella como para sus colegas (pensemos en las alas flamígeras del Ángel o en la temprana salida del armario del Hombre de Hielo). En el caso de esta encarnación adolescente de Jean, el acceso a sus poderes telepáticos mucho antes de lo previsto ha sido un elemento divergente de gran importancia respecto a su contrapartida adulta.
Brian Michael Bendis y Stuart Immonen fueron los responsables de traer a la Patrulla X original a su futuro (nuestro presente) en All-New X-Men Vol. 1 #1 USA (enero de 2013). La versión adulta de la Bestia estaba sufriendo una nueva mutación que ponía en peligro su vida y se negaba a aceptar la situación que vivían los mutantes tras el asesinato del Profesor Xavier a manos de un Cíclope poseído por el Fénix. Con la esperanza de hacer que su amigo entrase en razón, la Bestia viajó hacia atrás en el tiempo, a los tiempos fundacionales de la Patrulla X, y trajo consigo al equipo original. Para ellos, aquello era poco menos que viajar a un futuro apocalíptico en el que su mentor había muerto y los mutantes estaban más divididos que nunca. No obstante, para algunos tuvo que ser más complicado que para otros: la joven Jean Grey se vio trasportada a un mundo en el que su contrapartida llevaba largo tiempo muerta tras una existencia demencial que incluía el vínculo con una entidad nacida del fuego cósmico y el genocidio de todo un planeta. Además, la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Talentos ya no existía, siendo sustituida por un instituto que llevaba su nombre como homenaje póstumo.
Bendis e Immonen, conscientes de que los niveles de poder de la Jean Grey de los años sesenta eran más bien escasos, dedicaron los primeros números a demostrar la extensión de sus habilidades psíquicas. La telepatía se añadió pronto a su repertorio, cuando un encuentro con el Cíclope adulto le permitió acceder a su dones telepáticos antes bloqueados (All-New X-Men Vol. 1 #4 USA, febrero de 2013). Aunque no se explicó en su momento, podemos teorizar que el encuentro con Cíclope, que durante años mantuvo un profundo vínculo psíquico con la Jean Grey de su línea temporal, debió estimular su telepatía latente hasta derribar los bloqueos impuestos en el pasado por Xavier. Aquel fue un momento de inflexión, ya que, como apuntaría más adelante la Bestia, Jean había obtenido acceso a la telepatía un año antes de lo que lo había hecho su versión adulta. Eso quería decir que aún no estaba preparada para manejar esos poderes y sus siguientes actuaciones no hicieron más que probar su inmadurez al respecto.
En All-New X-Men Vol. 1 #5 USA (marzo de 2013), Jean usó su recién adquirido poder para enlazar a las dos versiones de la Bestia, de forma que el adolescente pudo ayudar a su yo adulto a sobrevivir a su nueva mutación. Durante el proceso, Jean accedió a las memorias del Hank McCoy de nuestro presente sobre la vida de la otra Jean Grey, absorbiendo en un instante años y años de vivencias. Sobra decir que no estaba preparada para asimilarlo todo.
Poco después perdería el control de su telepatía y se vería asaltada sin control por oleadas de pensamientos ajenos. La ayuda de Kitty Pryde, que se había convertido en la mentora de los Hombres-X del pasado, fue indispensable para que Jean recuperase el control (All-New X-Men Vol. 1 #6 USA, abril de 2013). De ese punto en adelante, la muchacha empezó a usar sus poderes telepáticos de formas cuanto menos discutibles. En All-New X-Men Vol. 1 #8 USA (mayo de 2013), Jean manipuló la mente del Ángel cuando éste, horrorizado por su encuentro con su cambiado yo adulto, quiso volver a su tiempo original. En el número siguiente, sacó información sobre los Centinelas de la mente de Kitty durante una sesión de entrenamiento sin haber pedido permiso. En All-New X-Men Vol. 1 #11 USA (julio de 2013), trató de manipular de nuevo al Ángel para evitar que abandonase el instituto y se marchase con el grupo rebelde del Cíclope adulto. La intervención de Emma Frost y las Hermanas Cuco le impidió que alterase la mente de su amigo por segunda vez, lo que podía considerarse una conducta moralmente deplorable.
Poco después, volvió a leer una mente sin permiso, en esta caso la de la Bruja Escarlata en All-New X-Men Vol. 1 #12 USA (agosto de 2013). Tras observar en los recuerdos de Wanda lo sucedido en el evento Dinastía de M, Jean la acusó de haber asesinado a la raza mutante y la atacó sin mediar provocación frente a sus aliados de los Imposibles Vengadores. Su uso irresponsable de la telepatía llegó a afectar a ámbitos mucho más personales, siendo habitual en la colección que Jean leyese la mente de sus compañeros y amigos sin permiso. En All-New X-Men Vol. 1 #15 USA (octubre de 2013), espió los pensamientos del joven Hank McCoy, descubriendo la atracción que sentía hacia ella. Al haber desarrollado cierta animadversión hacia el Cíclope adolescente tras leer la mente de su versión futura, Jean correspondió a la Bestia en ese momento y le besó. Se inició así un efímero triángulo amoroso entre Jean, Cíclope y Bestia que nunca había existido en la línea temporal de la Tierra-616, aunque hablaremos sobre este asunto con más detalle en el próximo apartado.
Tres números después, la Patrulla X original se trasladó a las instalaciones ocupadas por el equipo del Cíclope adulto junto a Kitty Pryde como consecuencia de lo ocurrido durante La Batalla del Átomo. Recién estrenados los uniformes que sustituirían a sus viejos trajes, Jean volvió a acceder involuntariamente a los pensamientos de Cíclope y Bestia mientras ambos se debatían con sus propios sentimientos hacia la joven. Sin darse cuenta, Jean también perdió el control sobre su telequinesis y se encontró a sí misma levitando fuera de control. Tras ser rescatada por el Ángel, no pudo evitar leer los celos en las mentes de Scott y Hank (All-New X-Men Vol. 1 #18 USA, enero de 2014).
Durante todo ese tiempo sus poderes no habían hecho más que crecer, aunque el control que podía ejercer sobre ellos se había puesto en entredicho en numerosas ocasiones. Jean se había visto obligada a controlar su telepatía mucho antes de lo que debería, sin disponer de la asistencia de su mentor ni del entrenamiento junto a otro telépata, a lo que habría que añadir que no estaba preparada para comprender los dilemas éticos que suponen manipular mentes ajenas. No obstante, recordemos que estamos hablando de la Jean Grey de los años sesenta y en esos tiempos el propio Xavier tenía pocos remilgos a la hora de emplear su telepatía. El historial del profesor borrando recuerdos, ocultando secretos y manipulando mentes habla por sí mismo. En esa época, si era necesario borrar la memoria de todo un pueblo para proteger a la Patrulla X, Xavier no dudaba ni un segundo en hacerlo. No es raro, por tanto, que su pupila actuase de forma similar pese a su juventud.
Otro momento importante respecto al desarrollo de sus poderes se produjo durante la conclusión de El Juicio de Jean Grey. En ese crossover entre la Nueva Patrulla X y los Guardianes de la Galaxia, el Imperio Shi’ar abducía a Jean para investigar si tenía algún vínculo con el Fénix y para hacerle pagar por los crímenes del ave de fuego. En Guardians of the Galaxy Vol. 3 #13 USA (mayo de 2014) Jean descubrió un nuevo poder que combinaba telepatía y telequinesis de forma asombrosa y que le permitió medir sus fuerzas nada menos que contra Gladiador, el antiguo pretor de la Guardia Imperial Shi’ar y actual Emperador de los Shi’ar. La muchacha descubrió que era capaz de drenar las energías psíquicas que había a su alrededor y reutilizarlas de distintas formas. El hecho de que esta combinación de sus poderes mutantes requiera de grandes energías psíquicas ambientales explica que la haya usado en contadas ocasiones, aunque sus manifestaciones merecen ser tenidas en cuenta: al usar esta habilidad por primera vez, el aura telequinética de Jean adoptó la característica forma alada del Fénix.
En All-New X-Men Vol. 1 #29 USA (septiembre de 2014), Jean puso a prueba su nuevo poder contra la Hermandad de Mutantes venida del futuro y contra su líder, el hijo del Profesor Xavier y Mística de esa línea temporal. En el número siguiente, Jean confrontó sus poderes con los de una psíquica tan experimentada y habilidosa como Emma Frost. Las provocaciones de la Reina Blanca llevaron a Jean a seguirle el juego, aunque ambas acabaron llegando a un entendimiento y poco después Emma pasaría a encargarse de su entrenamiento. En All-New X-Men Vol. 1 #37 USA (abril de 2015), Jean se sometió a una prueba ideada por Emma para mejorar el control sobre su telequinesis, demostrando que aún le quedaba mucho por aprender pese al tremendo avance que habían experimentado sus dones mutantes. No obstante, su progreso en esta materia en tiempos recientes ha sido notable, como mencionaremos en apartados posteriores. Por ejemplo, en el reciente Generations: Phoenix & Jean Grey (agosto de 2017), Jean fue capaz de usar su “sifón psíquico” para reunir energía suficiente como para noquear al mismísimo Galactus.
Todo lo anterior nos habla de una mutante superada por las circunstancias que se ha visto forzada a madurar antes de tiempo, asumiendo poderes muy difíciles de manejar que además venían acompañados con responsabilidades éticas y morales para las que no estaba preparada. Aunque ha tenido guías y mentores como Kitty o Emma, la joven Jean Grey ha demostrado ser una discípula impaciente y demasiado confiada. No en vano, sus poderes han crecido de forma asombrosa, mucho más de lo que lo hicieron los de la Jean Grey adulta antes de la primera llegada del Fénix. Sin embargo, eso no ha ayudado a que se ganase la confianza del resto de la comunidad mutante. Teniendo en cuenta sus antecedentes manipulando mentes y leyendo pensamientos ajenos sin permiso, da la impresión de que uno de los grandes temas que planteó Bendis con el personaje fue precisamente el de las implicaciones que tienen los poderes telepáticos para alguien sin la brújula moral que proporcionan las experiencias acumuladas. Pese a su gran destreza en el manejo de sus done, Jean aún es joven y no acaba de ser consciente del todo de las implicaciones de sus actos.
Quizá el mayor reto de un telépata sea aprender a respetar la intimidad de aquellos con los que convive, esto es, a no usar sus poderes para espiar los secretos de los demás, aunque sea con buena intención. Es posible que la mejor prueba del fracaso de Jean en este aspecto sea lo sucedido en All-New X-Men Vol. 1 #40 USA (junio de 2015), número en el que nuestra telépata tuvo la famosa charla con el joven Bobby Drake sobre su homosexualidad. Aunque a la larga el incidente fue beneficioso para el Hombre de Hielo, que acabó saliendo del armario y propiciando que su contrapartida adulta siguiese sus pasos, la manera de actuar de Jean dejaba mucho que desear e incluso podríamos tacharla de irresponsable. La muchacha no sólo se adentró sin permiso en los pensamientos de Bobby, sino que le obligó a confrontar una realidad para la que quizá aún no estaba preparado. Por una parte se puede argumentar que el Hombre de Hielo nunca se habría enfrentado a la verdad de no ser por el “empujón” recibido, pero por otra existía un considerable riesgo de que la conversación le hiciese más mal que bien al confuso joven. Esto nos lleva a preguntarnos qué derecho tenía Jean a enfrentar a su compañero con la verdad de una forma tan contundente. En cierto modo Bobby no salió del armario, sino que Jean lo sacó a la fuerza. ¿Qué derecho tenía a hacerlo? ¿Acaso sus poderes telepáticos le proporcionaban autoridad sobre las vivencias íntimas de su amigo? Tras estas preguntas hay un interesante debate.
En resumidas cuentas, este análisis invita a pensar que la rápida madurez de los poderes de Jean no se ha visto acompañada de la necesaria madurez personal, algo imprescindible para el uso moderado, responsable y ético que se espera de las habilidades de un superhéroe. Aunque su telepatía y su telequinesis ya están muy cerca de las que desplegaba su contrapartida adulta e incluso ha descubierto algún talento nuevo, Jean Grey sigue siendo una adolescente a la que aún le queda por aprender la lección más importante de todas.
Cuando la Patrulla X original viajó en el tiempo, sus miembros se vieron lanzados a un futuro difícil de aceptar; uno en el que el Profesor Xavier había muerto y Cíclope era un fugitivo. Por si esto fuera poco, encontrarse con sus versiones adultas supuso un tremendo impacto, ya que habían pasado por cambios tan extremos como los del Ángel o los de la Bestia. La joven Jean no se encontró entonces con una versión adulta con la que compararse, pero eso no quiere decir que pudiese escapar del legado de su homónima ni mucho menos. Los cinco mutantes pasaron a habitar un instituto bautizado en honor a Jean Grey, que se había convertido en una figura tan añorada como temida. Una historia tan compleja y ajetreada como lo suya sin duda tenía que dejar una profunda huella, aunque muchos de los que la vivieron de primera mano fuesen incapaces de comprenderla en toda su extensión.
Atrapada en una realidad en la que su yo adulto ya no existía, Jean quiso conocer su historia y para ello la Bestia de nuestra línea temporal le permitió acceder a sus recuerdos en All-New X-Men Vol. 1 #4 USA (febrero de 2013), como mencionamos en el anterior apartado. La joven absorbió en un parpadeo toda la información sobre la vida que le habría esperado si hubiese permanecido en su época, en una escena magníficamente ilustrada por Stuart Immonen. La llegada del Fénix, la corrupción del Club Fuego Infernal, la conversión en Fénix Oscura, la muerte en el Área Azul, la reunión con sus compañeros para formar el primer Factor X, el enfrentamiento contra Madelyne Pryor, la infancia de Cable en el futuro, la posesión de su amado Cíclope por Apocalipsis… no cabe duda de que cualquiera acabaría desbordado ante semejante avalancha y se negaría a aceptar tales hechos de buena a primeras. En gran parte, muchas de las decisiones de Jean a partir de ese momento fueron una forma de rechazar aquello que había visto; un rechazo hacia las acciones de la otra Jean Grey y hacia el tenebroso futuro en el que se encontraba.
Este rechazo empezó incluso antes, como puede indicar la frialdad con la que empezó a tratar al Cíclope del pasado tras el encuentro con el Cíclope adulto que despertó sus poderes telepáticos. Si la gran certeza de la vida de la Jean adulta fue su amor incondicional hacia Scott, negar la posibilidad de que esa unión pudiese llegar a prosperar era también negar la posibilidad de que ese futuro en el que Xavier había sido asesinado y Cíclope era considerado un criminal pudiese llegar a hacerse realidad. Teniendo esto en cuenta, no es extraño que fuese Jean quien convenciese a sus compañeros para que no volviesen a su tiempo y permaneciesen en nuestro presente hasta que pudiesen arreglar la situación (All New X-Men Vol. 1 #5 USA, marzo de 2013). Después de todo, mientras permaneciesen desplazados en el tiempo nunca tendrían que vivir todos esos terribles acontecimientos que les deparaba el destino.
En cierta forma, esa iniciativa y esa convicción ya suponían una importante divergencia con la historia de la otra Jean, que permaneció gran parte de sus primeros años a la sombra de Cíclope. Es más, el carácter mostrado por la muchacha sirvió para que tanto Kitty como Tormenta la considerasen la líder de facto de la Patrulla X del pasado (All New X-Men Vol. 1 #6 USA, marzo de 2013). En los tiempos de Lee y Kirby hubiese sido impensable que la chica del grupo estuviese al mando, pero por fortuna esos tiempos ya quedaron muy atrás.
No obstante, algunos personajes del entorno mutante trataron a la nueva Jean como a una anomalía inexplicable. Baste recordar el incómodo encuentro entre ella y Rachel Summers de All New X-Men Vol. 1 #15 USA (octubre de 2013), en el que no fue necesario ningún intercambio de palabras entre las dos psíquicas para que se percatasen de que no tenían ni idea de cómo tratarse la una a la otra (recordemos que Rachel es la hija de Jean procedente del futuro de una línea temporal alternativa, una circunstancia harto complicada de explicar). Jean estaba desplazada en más de un sentido y lo único que tenía claro al cien por cien era que no quería seguir los pasos que había seguido su otro yo. Esto, unido a su inexperiencia en el manejo de su recién adquirida telepatía, tuvo consecuencias inesperadas para la Patrulla X.
Como adelantábamos en el apartado anterior, en determinado momento Jean supo de la atracción secreta que la Bestia de su línea temporal sentía hacia ella. Esa chispa de pasión, que de no haberse producido el viaje en el tiempo se habría extinguido sin más, sirvió para que la joven reivindicase su libre albedrío frente a su destino predeterminado junto a Cíclope. Jean y Hank compartieron un momento íntimo y un beso en el mencionado All-New X-Men Vol. 1 #15 USA, dando inicio a un inesperado triángulo amoroso que nunca había llegado a existir en la vida de la Jean adulta. Dicho triángulo llegó a convertirse momentáneamente en cuadrilátero tras la intervención del Ángel en All-New X-Men Vol. 1 #18 USA (enero de 2014), cuando el mutante alado socorrió a la muchacha después de que su telequinesis se descontrolase a causa de sus agitadas emociones. Puesto que sí que existió un triángulo previo entre la Chica Maravillosa, el Ángel y Cíclope (allá por la década de los sesenta, en las aventuras primigenias de la Patrulla X), ni Scott ni Hank pudieron ocultar sus celos en ese momento. No mucho después Cíclope comenzó a acercarse emocionalmente a X-23, por lo que el lío amoroso podría haber llegado a complicarse incluso más.
La situación alcanzó su cenit en All-New X-Men Vol. 1 #22 USA (marzo de 2014), con Jean estallando y dando pie a una severa discusión después de leer la mente de Scott sin permiso. Con el Ángel como impotente testigo delante, Jean descubrió en ese momento que su prolongado rechazo hacia Cíclope había sido excesivo y le había provocado mucho daño a su amigo. Si bien esa amistad que le ofrecía Scott parecía un tanto más intensa que la que compartía con el resto de mutantes desplazados en el tiempo, la joven pudo comprobar la sinceridad en las emociones de Cíclope. En lugar de ver en esa manifestación la prueba irrefutable de que su destino se cernía implacable sobre ella, decidió interpretarlo como una promesa de que quizá dicho futuro no tenía por qué ser tan terrible como ella creía. Como consecuencia de este nuevo acercamiento hacia Scott, las posibilidades de un romance con la Bestia o con el Ángel se diluyeron con rapidez. Este último, todo un casanova nato, tuvo poco después su propio escarceo con X-23.
Otro giro curioso se produjo en la relación entre Jean y la Reina Blanca, que pasó con rapidez de una enemistad manifiesta a una incipiente amistad (All-New X-Men Vol. 1 #30 USA, octubre de 2014). Emma y la Jean Grey adulta mantuvieron un largo historial de peleas y rivalidades durante años, por lo que resultó sorprendente lo rápido que la antigua villana dejó atrás ese bagaje para convertirse en maestra y mentora de la adolescente pelirroja. El posterior entrenamiento con Emma sirvió para templar en cierta medida el temperamento impulsivo y rebelde de Jean, además de para refinar sus poderes. En adelante sería menos frecuente ver a la joven dejarse llevar por un estallido emocional, si bien la impaciencia y la rebeldía siguieron siendo dos rasgos notables en su forma de actuar.
No cabe duda de que otra de las grandes influencias que tuvo la muchacha fue el Viejo Logan, con quien formó parte de la Extraordinaria Patrulla X durante la crisis de las nieblas terrígenas. Al igual que ella, este Lobezno alternativo estaba varado en un tiempo que no era el suyo y se sentía desplazado y fuera de lugar. En un primer momento, Jean había decidido abandonar la vida como superhéroe y actuaba como una estudiante más de la Universidad Empire State. De hecho, cuando Tormenta quiso reclutarla en su nuevo equipo su primera respuesta fue negativa (Extraordinary X-Men Vol. 1 #1 USA, enero de 2016). Su encuentro con el Viejo Logan fue fundamental para que decidiese regresar a las filas de los héroes mutantes y quizá también sirvió para que aprendiese algo sobre sí misma (Extraordinary X-Men Vol. 1 #3 USA, febrero de 2016).
Al igual que ella estaba sometida a un destino en el que acabaría convirtiéndose en Fénix y muriendo, esa versión de Lobezno había acabado con las vidas de sus compañeros mutantes tras un perverso engaño. Por tanto, pensaba que la historia volvería a repetirse y que acabaría provocando de nuevo la muerte de la Patrulla X. De no ser por la intervención de Jean, el Viejo Logan habría permanecido aislado y no habría actuado durante la crisis. Es más, fue ella quien le convenció para que se trasladase al Santuario-X en el que los mutantes se habían atrincherado para sobrevivir a la propagación de las nieblas terrígenas, venenosas para el homo superior (Extraordinary X-Men Vol. 1 #5 USA, marzo de 2016). Jean le prometió al Viejo Logan que las cosas serían distintas, lo que delataba que había empezado a pensar que el destino no era algo inamovible y que era posible escapar de sus ominosas promesas. La joven había empezado a creer que las cosas podían ser distintas para ambos.
Zanjada la amenaza de las nieblas terrígenas y concluido el enfrentamiento contra los Inhumanos, Jean se reunió con su compañeros adolescentes para formar el nuevo Equipo Azul de la Patrulla X (X-Men: Blue Vol. 1 #1 USA, abril de 2017). Con Magneto, alguien que solía ser su archienemigo en el periodo temporal del que proceden, como su nuevo mentor, y Jean ejerciendo el papel de líder, la andadura del grupo no ha hecho más que empezar. Como era de esperar, Jean no confía en el Amo del Magnetismo, por lo que lo mantiene bajo vigilancia mientras su equipo y ella siguen defendiendo los ideales de coexistencia pacífica del Profesor Xavier, tal y como puede verse en la serie mensual del grupo que escribe Cullen Bunn y que Panini ya lleva varios meses publicando en España.
El Fénix (o la Fuerza Fénix, si preferimos esa nomenclatura) es una parte indispensable de la mitología mutante, pero también una parte incómoda y difícil de explicar. Cuando Chris Claremont y Dave Cockrum plasmaron el momento en el que Jean Grey se elevaba sobre la Bahía de Jamaica con el traje verde y amarillo del Fénix y proclamando que se había convertido en fuego y vida encarnada no sabían los problemas que iba a causar el personaje con posterioridad. Los nuevos poderes de Jean eran tan vastos que podía derrotar sin demasiados problemas a todo un heraldo de Galactus como el Señor del Fuego, haciendo que el resto de miembros de la Patrulla X se volviesen innecesarios y redundantes. Fénix llegó a salvar a todo el universo de la influencia del Cristal M’Kraan ella sola, por lo que el problema se hacía cada vez más evidente. Claremont se pasó buena parte de las historias posteriores buscando excusas para separar a la pelirroja del resto de la Patrulla X, de forma que los demás mutantes tuviesen ocasión de destacar por méritos propios sin ser eclipsados por ella. Pero quizá el momento más históricamente incómodo sea también el más importante: la muerte de Fénix. Este hito de la Casa de las Ideas se produjo tras una suma de situaciones peculiares entre las que se contaron la creciente enemistad entre Claremont y Byrne, la presión de las fechas de entrega y las exigencias del tiránico editor Jim Shooter. Todavía hoy se sigue indagando y escribiendo sobre el asunto, uno de los grandes hitos del cómic americano.
En cualquier caso, tras la muerte de Fénix y el tremendo revuelo que supuso dentro del medio, la popularidad de la Patrulla X subió como la espuma. El astuto Claremont supo jugar con las expectativas de los lectores, amenazando de vez en cuando con un hipotético regreso del Fénix que en verdad no tenía ningún interés en materializar. Así surgieron personajes como Madelyne Pryor o Rachel Summers, que venían a aumentar el atractivo misterio que rodeaba a la figura del pájaro de fuego cósmico. Sin embargo, por mucho que hubiese deseado tenerlo, el guionista no poseía el control sobre todo lo que sucedía en la franquicia mutante. En determinado momento la editorial decidió que Jean Grey debía regresar a manos de otros autores, alterando así los planes de Claremont de manera radical.
El regreso del personaje supuso toda una reescritura de la continuidad: Jean Grey no se convirtió en Fénix, no fue corrompida por el Club Fuego Infernal, no se transformó en Fénix Oscura ni murió en la Luna. La Fuerza Fénix había salvado a la verdadera Jean, dejándola dentro de una cápsula protectora en las profundidades de la Bahía de Jamaica mientras tomaba su lugar en la Patrulla X. Desde ese preciso momento en que el Fénix surgía de las aguas, se trataba en verdad de otro personaje; una copia, una simple réplica que había tomado prestada parte del espíritu de la original. Por tanto, Jean y Fénix eran dos entidades distintas. Esta reescritura no sólo fastidió todos los planes de futuro de Claremont, sino que amenazaba con robarle la fuerza dramática a sus historias pasadas. Para asegurar la validez de sus aportaciones, el guionista ideó una larga, compleja y retorcida trama que alcanzó su resolución durante Inferno. Según lo narrado entonces, cuando la réplica murió en el Área Azul, el Fénix regresó junto a la auténtica Jean portando los recuerdos de lo sucedido, pero sólo para ser rechazado por ella. La entidad cósmica entró entonces en contacto con Madelyne Pryor, el clon de Jean elaborado por el villano Mr. Siniestro, transmitiéndole así la chispa de la vida y una porción del alma de Jean. Cuando Madelyne murió al final de Inferno, la verdadera Jean absorbió tanto sus memorias como las del Fénix que se habían ocultado en ella, así como esa porción de su propia alma que había perdido tiempo atrás. De esta manera, tanto las vivencias de la réplica que murió en la Luna como las del clon pasaron a engrosar los recuerdos de la auténtica Jean. En cierto sentido, aunque ella nunca había sido físicamente Fénix, a partir de entonces recordaba haberlo sido a efectos prácticos.
Pocos guionistas aparte del propio Claremont supieron abordar de forma apropiada la enrevesada relación entre Jean y el Fénix. No obstante, la entidad cósmica siguió manteniendo un importante vínculo con la mutante y de vez en cuando asomaba sus plumas flamígeras para caldear el ambiente con la amenaza de un posible regreso. Dicha amenaza acabó materializándose de forma definitiva durante los últimos compases de los New X-Men de Grant Morrison, que supusieron la muerte de Jean en 2004 y su ascensión hacia un plano superior. En efecto, la pelirroja ha permanecido muerta desde entonces, salvo contadas apariciones como la de la miniserie Phoenix Endsong de 2005.
Tengamos también en cuenta que Jean Grey sólo fue el primero de los muchos avatares que he tenido el Fénix y que distintos autores han tratado a esta entidad de maneras dispares. Todos coinciden en los puntos básicos del concepto, que representa a una fuerza cósmica de creación y destrucción encargada de “quemar” la viejo para que pueda crecer lo nuevo (esto es lo que se conoce como «el juicio del Fénix»). El Fénix se encarna en avatares mortales y se deja llevar por las pasiones humanas, pero sus objetivos han variado de forma notable a lo largo de los años. Para Claremont, el objetivo último del Fénix era salvar a todo el universo de la destrucción al reparar el Cristal M’Kraan, mientras que para Morrison su misión consistía en purgar la infección producida por una colonia de bacterias autoconscientes y superinteligentes de la Tierra. El guionista escocés insinuó además que todos los huéspedes del Fénix estaban conectados de alguna forma y que se organizaban en base a algún tipo de jerarquía cuyo grado superior era el Fénix Blanco de la Corona. En años posteriores, ya durante Avengers Vs. X-Men, el Fénix regresaría a la Tierra para “juzgar” a la especie mutante, entonces mermada y abocada a la extinción, dando como resultado la aparición de nuevos mutantes. Usando como huésped a Hope Summers, a quien muchos consideraban una especie de mesías, el Fénix supuso entonces la salvación del homo superior. En esa historia, por cierto, Hope se convirtió en un Fénix Blanco como lo había sido la Jean de Morrison tras su muerte.
¿Cómo encaja nuestra Jean Grey adolescente dentro de todo este galimatías compuesto por reescrituras de la continuidad y aves de fuego cósmico destinados a juzgar la creación? ¿Está realmente destinada a convertirse en un avatar del Fénix? ¿Llegará también a ser un Fénix Blanco? ¿Y cuál será la función de la entidad cósmica en esta ocasión? Puede que recibamos las respuestas a estas preguntas mucho antes de lo que esperamos.
La relación entre la joven Jean y el Fénix ha estado presente desde el principio de la etapa de Bendis en All-New X-Men, como venimos comentando a lo largo del presente artículo. La muchacha es muy consciente del impacto que ha tenido el Fénix en las vidas de los mutantes y el miedo que despierta la posibilidad de su regreso, tal y como atestigua su intento de engañar a Mística y a su secuaces con una ilusión psíquica en la que manifestaba el fuego del Fénix. Por desgracia, su pobre manejo de sus dones telepáticos acabó atemorizando más a sus propios compañeros que a sus enemigos (All-New X-Men Vol. 1 #13 USA, agosto de 2013).
La joven también es muy consciente del pavor que despierta el Fénix más allá de la Tierra, ya que fue abducida y juzgada por el Imperio Shi’ar para dilucidar si tenía algún tipo de relación con la entidad y si debía ser considerada responsable de los crímenes que ésta había cometido en el pasado. Durante ese arco argumental, mientras los Guardianes de la Galaxia y los Saqueadores Estelares se aliaban con la Patrulla X desplazada en el tiempo para rescatarla, Jean acabó desarrollando su nuevo poder de manipular las energías psíquicas ambientales y manifestando la forma del Fénix a su alrededor. Sin embargo, aunque en un principio quiso asumir la culpa por los actos del Fénix, al final acabó concluyendo que no se la podía hacer responsable por un futuro del que quizá ya nunca llegase a formar parte (Guardians of the Galaxy Vol. 3 #13 USA, mayo de 2014).
Si por algo se ha caracterizado la Jean adolescente hasta el momento ha sido por su contundente rechazo a seguir los pasos de su contrapartida adulta y convertirse en un avatar del Fénix, aunque esa posibilidad siga flotando amenazante sobre ella. Precisamente este es el asunto que viene abordando la cabecera regular que protagoniza Jean, en la que el guionista Dennis Hopeless une fuerzas con artistas como Víctor Ibáñez para aclarar la relación entre la muchacha y la entidad cósmica.
Ya en el primer número de la serie, Jean era asaltada por la premonición de que el Fénix se estaba acercando (Jean Grey Vol. 1 #1 USA, mayo de 2017). Este enésimo regreso obedecía a un motivo aún desconocido y las enigmáticas palabras de la flamígera criatura no aclaraban demasiado. La única certeza parecía ser que el Fénix deseaba a Jean y que ésta no podría escapar de su destino por mucho que lo intentase. Para aclarar si lo que había experimentado era una alucinación o un presagio de su futuro, la joven contactó con los antiguos avatares del Fénix (Coloso, Magik, Rachel Summers, Quentin Quire y Hope Summers) para consultar si habían percibido la presencia de la entidad cósmica. Ninguno de ellos sentía la cercanía del Fénix, lo cual planteaba la inquietante posibilidad de que Jean estuviese sufriendo alucinaciones (Jean Grey Vol. 1 #2 USA, mayo de 2017).
Tras un encuentro con Namor, otro de los antiguos avatares, Jean se planteó una curioso rumbo de acción: si el Fénix quería apoderarse de ella quizá podría resistirse y combatirlo (Jean Grey Vol. 1 #3 USA, junio de 2017). Con el objetivo de prepararse para semejante contingencia, nuestra telépata ha iniciado un plan para entrenar sus poderes como no lo había hecho hasta ahora. De esta forma, ha recibido consejos del Hijo de Odín (Jean Grey Vol. 1 #4 USA, julio de 2017) y de Mariposa Mental (Jean Grey Vol. 1 #5 USA, agosto de 2017). Actualmente, Jean es capaz de manifestar sus poderes telequinéticos en forma de armas sólidas tal y como hace Mariposa con sus katanas psíquicas. Jean ha llegado a manifestar un martillo similar al de Thor e incluso unas garras como las de Lobezno, lo cual supone un interesante añadido a su repertorio de habilidades. Aún así, todo lo anterior parece insuficiente para plantarle cara al Fénix.
En los dos últimos números hasta la fecha, Jean ha acudido al Doctor Extraño y a la Bruja Escarlata, dos de los más destacados representantes mágicos del Universo Marvel, para pedirles consejo respecto a sus visiones del regreso del Fénix. No obstante, conviene no desvelar demasiado sobre lo sucedido en esas últimas entregas de la colección hasta el momento para no estropear sorpresas a quiénes no los hayan leído aún. Después de todo, la serie comenzará a publicarse en España en breve y aquellos que no la estén siguiendo a ritmo americano querrán descubrir por sí mismo qué misterios se cuecen en ella. Lo único que podemos adelantar es que una vieja conocida hace acto de presencia en esos números, aunque no de la forma que esperábamos.
En cualquier caso, esa premonición sobre el inminente regreso del Fénix encaja con el anuncio por parte de la editorial de Phoenix: Resurrection, una miniserie de cinco números escrita por Matthew Rosenberg que traerá de vuelta a la Jean Grey adulta. ¿Es ese regreso el que ha augurado la Jean adolescente en su cabecera durante estos últimos meses? ¿Será permanente la vuelta de su yo adulto? ¿Y cuál será el rol de cada una de las dos una vez que el Fénix haya resurgido? Tendremos que esperar hasta diciembre, momento en el que se iniciaría la publicación de Phoenix: Resurrection, para comprobar cómo se desarrollan los acontecimientos.
En cualquier caso, la ya complicada historia de la relación entre Jean Grey y el Fénix está a punto de complicarse un poco más.
Quién nos iba a decir cuando supimos que Bendis prentendía traerse a la Patrulla X original a nuestro presente que esa idea acabaría dando tanto juego en lugar de quedarse como una anécdota transitoria. A día de hoy ese equipo de desplazados temporales ha ocupado su propio nicho dentro de la franquicia mutante y parece poco probable que vaya a regresar a su tiempo a corto o medio plazo. Es más, algunos personajes clásicos se han visto enormemente beneficiados por la presencia de sus versiones adolescentes, como puede atestiguar el ejemplo del Hombre de Hielo.
Esta retroalimentación entre pasado y presente se ha producido en ambas direcciones, claro está, hasta el punto de que personajes como la joven Jean Grey han sufrido una radical actualización. Lejos de la imagen de chica de escaso poder, insegura y eternamente acobardada de desvelar sus sentimientos hacia su amado Cíclope de la Jean de los sesenta, la Jean de 2017 es independiente, no tiene miedo de actuar y ha multiplicado sus poderes de manera contundente. Ha llegado incluso a ser la líder de la Patrulla X, algo que hubiese sido imposible en los sesenta. Al mismo tiempo, también se ha mostrado impulsiva, rebelde e irreflexiva, llegando incluso a ganarse la desconfianza de sus propios compañeros en ocasiones. Esas pasiones tan intensas son las que atrajeron al Fénix hacia su contrapartida adulta y también son las que parecen encauzarla hacia el mismo destino por mucho que ella lo rechace.
Sin duda va a merecer la pena seguirle la pista al personaje durante los meses venideros, a medida que se desvela el misterio sobre el regreso del Fénix. No podemos adelantar cuál será el papel de la joven Jean Grey una vez se produzca la nueva resurrección del ave de fuego cósmico, pero si continúa la tendencia de los últimos años seguirá teniendo un rol muy relevante dentro del cosmos mutante. Sólo el tiempo nos dirá cuál será exactamente.
Esto es lo que opino de la Jean Grey adolescente (y el resto de los 5): regresenla a su tiempo o matenla y al resto de los 5 también porque lo que pudo haber tenido gracia para un arco de 12 o 24 numeros -máximo- se ha hecho algo cansino y sin gracia, solo le estan quitando espacio y protagonismo a otros tantos y tantos personajes tan interesantes de la franquicia mutante.
Pienso lo mismo, una maxiserie de «viaje en el tiempo» con esa extensión (12/24) hubiera estado bien para demostrar cómo han cambiado los personajes, los lectores y los cómics de superhéroes en 50 años (1960-2010); en cambio han metido a unos Ultimate X-Men en el universo 616 porque SÍ, para rejuvenecerlos porque los otros ya «eran muy viejos» y su bagaje era muy pesado para los nuevos lectores… y ahora quieren congraciarse con los que seguimos durante años a esos «viejos personajes» mediante generations, legacys y pamplinas varias. Y a mini-Jean la están sobrexplotando sin que nadie se lo haya pedido (como a Pantera Negra) con una técnica parecida a la de alimentar gansos con un embudo; el ganso acabara vomitándole todo en la cara a Marvel, por supuesto.
Antes, en los 70 y los 80, pasaban años hasta que una colección conseguía un spin-off, teniendo que demostrar más allá de toda duda su éxito comercial y que había una demanda del público: (Peter Parker, the Espectacular Spiderman, West Coast Avengers, New Mutants, X-Factor, Excalibur), o que un personaje de grupo consiguiera serie propia (Lobezno). Ahora el spin-off te lo publican sin que nadie lo haya pedido y por supuesto se cancela a los pocos episodios: ya no quieren subirse a la ola, quieren provocar la ola. Y no les funciona.
Rachel Summers ha sido quién ha portado al Fénix por más tiempo.
Alan Davis amplió la mitología del Fénix de una manera muy interesante al conectarlo con Otromundo y crear a Feron y al Antifénix.
No es casualidad que Marvel se cargara casi todas las ideas de Morrison (guionista que no me gusta pero que es excelente pariendo conceptos) y sin embargo mantuvieran a la pelirroja muerta y a Emma con Scott.
La historia de Jean tenía que haber terminado con Desde Las Cenizas.
ojala maten YA a la falsa Jean joven (y que le aplicen el pandorazo, nunca volveremos a hablar de ella)