El horror de nuestro otro yo.
«Ahora saben dónde vivo. El doctor Jekyll responde por mí. Mi nombre es Edward Hyde.»
Realizar adaptaciones de grandes obras de la literatura mundial tiene un cierto componente de osadía, sobre todo, cuando lo haces de obras tan conocidas que han pasado a formar parte de la cultura popular universal como sucede con El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, la novela corta que Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850 – 1894) público en 1886. Sin embargo, hay que señalar que la adaptación que ha realizado
No se trata de la primera vez que Tyto Alba lleva a cabo una adaptación literaria, ya lo había hecho con anterioridad con dos novelas de Gabi Martínez, Sudd (Glénat) y Solo para gigantes (Astiberri), y hace solo unos pocos meses apareció su notable adaptación de El olvido que seremos (Salamandra Graphic) de Héctor Abad Faciolince, una experiencia que se nota en su habilidad para extraer la esencia del trabajo original en que se basa con el máximo respeto, pero dejando que su personalidad como autor aflore.
En esta adaptación se mantiene el misterio por conocer qué tipo de relación existe entre Jekyll y Hyde, aunque no de manera tan importante como en la novela original, ya que a estas alturas la revelación es difícil que pueda sorprender a ningún posible lector adulto. Al igual que en la novela, el tema central, es el conflicto entre el bien y el mal que tenemos los seres humanos y el trastorno disociativo de la identidad que experimenta el doctor tras ingerir sus pociones, siendo Hyde la personificación de todo lo malo, no solo en el aspecto moral también físicamente ya que quien quiera que se cruce con él experimenta una sensación de lo más desagradable. Esa parte de la novela es la que más interesa a Tyto Alba que la refleja muy bien tanto en el uso de los diálogos como en los diseños de ambos personajes principales.
Con una historia tan conocida como está la parte donde más puede dejar ver su personalidad como autor el badalonés es en la traslación a imágenes de la obra. Como en todos sus trabajos se puede observar un fantástico dominio de las acuarelas, pero en esta ocasión brilla particularmente en la narrativa. Algo que podemos ver en la escena en la que se presenta Hyde al principio del tomo, y, sobre todo, en la segunda parte de la obra cuando el abogado Gabriel John Utterson lee la carta del doctor Jekyll. Una parte bastante complicada de convertir en cómic ya que relata tanto sus teorías como la angustia que le va provocando la presencia de Hyde, pero Tyto Alba sale airoso del trance creando algunas imágenes realmente poderosas y evocadoras. Otro de los factores claves para llevar a cabo con éxito está adaptación es la representación gráfica de Jekyll y Hyde en que uno debe reconocerse en el otro y a la vez ser diametralmente diferentes y es una prueba que supera con éxito. Todo ello nos lleva a afirmar que, posiblemente, estamos ante su cómic mejor dibujado hasta la fecha.
Segundo cómic de Clasicomix y segundo acierto por parte de Bang que realiza una fantástica edición con un diseño precioso y muy distintivo consiguiendo una imagen de marca muy diferencia. Parece que es una colección que nos va a dar muchas alegrías en el futuro, ojalá las ventas acompañen para que podamos disfrutar de más adaptaciones literarias tan buenas como las dos ya aparecidas en un futuro próximo.
Tyto Alba sale bien parado de la difícil tarea de trasladar al cómic una obra tan conocida como Jekyll y Hyde respetando la esencia de la obra para ofrecernos su mejor trabajo gráfico hasta la fecha.
Lo mejor
• La manera en la que extrae la esencia de novela.
• El diseño de ambos personajes.
• La segunda mitad del cómic es lo mejor que ha dibujado Tyto Alba.
Lo peor
• Que no dure más páginas.
Guión - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.3
Dualidad.
Tyto Alba realiza una impecable adaptación del libro de Stevenson en la que podemos ver algunas de las mejores páginas de su carrera.