¡Ha dicho que lo haría usted y nadie más! Porque usted es su amigo…
Planeta Cómic reeditó en Junio el segundo integral de
Hermann Huppen es uno de los historietistas más prolíficos y talentosos de la historia, nacido en 1938 en Bélgica. Un autor que siempre ha buscado nuevos retos y ha evitado acomodarse. En Zona Negativa hemos reseñado varias obras suyas como: Comanche. El prisionero, Jeremiah 1, Las torres de Bois-Maury, Estación 16 o su última serie publicada en nuestro país Duke.
Como todos los álbumes de la serie hasta el momento, cada uno de los tres que componen el integral es autoconclusivo aunque los protagonistas tengan una evolución constante. Lo mismo sucede con el mundo en el que viven, del que en cada álbum descubrimos un poco más. Como siempre Hermann no repite la estructura de los álbumes haciendo que nunca se tenga la sensación de rutina, algo que sucede con otras series clásicas de la BD que tiende a la repetición de argumentos y estructuras. En las historias que incluye el integral se va alejando del western para introducir elementos de ciencia-ficción y terror.
Los ojos de fuego es una continuación de lo ofrecido en el anterior integral, un western apocalíptico en que la influencia de Greg es todavía muy evidente, aunque la visión de Hermann de los indios ya nos da una pista de que Jeremiah no está destinado a ser un western clásico. Es un anuncio de lo que nos espera en los siguientes álbumes y es que Hermann juega con el lector construyendo una historia extraña donde aparecen elementos fantásticos y en la que empieza a manejar subtramas en sus historias que se resuelven al final del álbum. Algo que se convertirá en una de las señas de identidad de la serie. Este álbum sirve para cerrar tramas que se arrastraban desde el primer número de la serie e iniciar un nuevo rumbo. Gráficamente es el álbum más espectacular del integral.
Un cobaya para la eternidad supone un cambio de dirección en la serie y inicia un nuevo ciclo que tendrá como resultado historias más adultas, donde la crítica a la sociedad actual será cada vez más habitual, pero sin perder de vista la acción. Descubrimos que el mundo que habitan Jeremiah y Kurdy no está tan atrasado como parecía, algo que hace que las historias que pueda contar se alejen del western y acepten temas más diversos. En esta historia el protagonismo recae en Kurdy. La historia se bifurca en dos tramas que caminan de manera paralela, cada una protagonizada por uno de los dos protagonistas, pero se produce un cambio de papeles entre ellos ya que Jeremiah se convierte en el rescatador. La historia que se podría considerar más de ciencia-ficción que western, le sirve a Hermann para criticar el mal uso de la ciencia y la excesiva importancia que la sociedad otorga a la apariencia. Sin duda el mejor álbum del integral y de lo que va de serie.
La secta es el álbum que cierra el integral, una historia que en principio recuerda a los western clásicos con persecuciones en diligencia pero que da paso a una historia con muchos toques de terror y en el que la ciencia-ficción no está presente. Esta historia es un crítica a las religiones, a las que otorgamos demasiado poder y que son capaces de llevar a cabo actos terribles, además de fabricar monstruos. Es una historia donde de nuevo, Hermann no da toda la información al lector ya que le gusta ir siempre por delante de él y sorprenderle. Es la historia donde más se puede observar el dominio del guion que Hermann ya posee, sobre todo en los personajes secundarios que están perfectamente caracterizados.
El segundo integral de Jeremiah sigue narrándonos el viaje iniciático de Jeremiah y Kurdy, el auténtico motor de la serie, pero aquí vemos cómo los dos han cambiado por la influencia del otro. Jeremiah ya no es tan ingenuo aunque siga siendo un boy-scout y Kurdy ya no es tan egoísta aunque siga siendo un cínico. Kurdy cada vez adquiere más protagonismo, lo más lógico es que la serie hubiera hecho lo mismo que paso con Valerian y se pasase a llamar Jeremiah y Kurdy. Ahora la serie empieza a adquirir algunos secundarios con más peso y vemos a personajes que ya aparecieron en otros álbumes. Estos personajes son creíbles y están muy bien construidos por un Hermann que los retrata alejados de las posiciones tan maniqueas de la BD clásica.
Hay dos constantes en la obra de Hermann que aquí también aparecen. La primera es el abuso del poder de los fuertes contra los débiles o los menos afortunados. Este abuso se pude disfrazar de religión, ciencia u orden pero siempre es igual de dañino y violento. La otra gran constante de su obra es la violencia deshumanizadora que el ser humano es capaz de infligir a sus semejantes. Siempre la muestra pero nunca se recrea en ella, ni juzga a quienes la practican.
En el apartado gráfico, Hermann ha consolidado el entintado a rotring que había probado por primera vez en el tercer número de la colección. Con este nuevo entintado, el dibujo gana en claridad y realismo, que permite unos fondo más trabajados dando como resultado alguna de la mejores páginas de su carrera. En estos números demuestra que es el maestro del realismo sucio, con sus personajes feos pero tremendamente expresivos y con personalidad propia. Sus paisajes nos transportan al mundo tan polvoriento y duro en el que se desarrollan las historias. Su dominio de la narrativa, el tempo y los encuadres convierten los finales de Los ojos de fuego y Un cobaya para la eternidad en unas de las secuencias mejor narradas que recuerdo. El color del catalán Fraymond, con una paleta de colores cálidos, sirve para potenciar el realismo y crudeza de los relatos y brilla especialmente en las secuencias nocturnas.
La edición de Planeta Cómics es igual al anterior, con todos las pegas que ya nombramos en la reseña del primer Integral. Aunque en este no hay casi errores ortográficos como pasaba en el anterior. Además de pequeñas explicaciones de Hermann sobre la idea detrás de cada álbum también incluye una cita manuscrita de Roman Polanski acerca de la obra de Hermann.
Jeremiah es la obra clave de la evolución de uno de los mejores autores del medio, en ella vemos evolucionar a sus personajes a la vez que evoluciona su trabajo tanto en guion como en dibujo. Una de las primeras series que se desarrolla en un futuro postapocalíptico y la única que ha sobrevivido enterrando a todas las que surgieron a su rebufo, gracias a la capacidad de Hermann para reinventarse y no repetirse. Una obra que merece estar en todas la comitecas y más este segundo integral que sienta las bases de los números posteriores.
Guión - 9.5
Dibujo - 9.5
Interés - 9.5
9.5
Obra maestra
Las tramas se vuelven más complejas y adultas a medida que Hermann se alejada del western y se adentra en otros géneros.
Pues si una joyita con Hermann en lo más alto, lastima que con el tiempo cambio el estilo y para mi perdió en detalle y gano en suciedad.
¿Lo dices por el paso al color directo? A mí me gusta todavía más, aunque en los últimos álbumes se le nota la edad, que son ya 80 y pese a todo es mejor que la mayoría de los jóvenes.
No solo por el color, el trazo pierde detalle se aboceta, para mi el mejor Hermann es del 75 al 85, después poco a poco pierde el estilo de esa época no es malo pero para mi es peor.
Buena reseña, obra maestra total ,que mantiene la misma frescura que el primer día que se publicó.
Me encanta el color tan chillón que le aplica Fraymon , le da en muchas ocasiones un toque post- apocalíptico total que casa mucho con la serie.
También me gusta, como bien dices ,que no se estancara su evolución de dibujo y se pasara a la acuarela , dando acabados diferentes a su dibujo sin perder un ápice de calidad , demostrando su pasión por buscar nuevas vías de expresión.
Es la obra de la vida de Hermann , lo que no sé es si tiene planificado un final para ella o la seguirá hasta dejarla inconclusa, espero que le quede cuerda para rato y nos regale más joyas .