Battle Tendency (
Argumento
Lo primero que llama la atención de Battle Tendency es el salto temporal que pega la trama. Pasamos del Liverpool victoriano de finales del XIX a la pujante y naciente Nueva York de comienzos del siglo XX. 50 años después del dramático final de Jonathan Joestar y Dio Brando, en 1938, Erina Joestar se ha asentado como una respetada señora que ha conseguido sacar adelante a su familia en los tambaleantes Estados Unidos posteriores al crack del 29 y disfruta de una acomodada estancia junto a su nieto Joseph Joestar (más conocido como JoJo), cuyo padre falleció en un accidente y su madre por causa de la enfermedad. Los Joestar, pese a haber abandonado su hogar ancestral en Inglaterra, siguen contando con el respeto de muchas personas, entre ellas un viejo conocido de todos, Robert E. O. Speedwagon, el leal amigo del primer JoJo. Speedwagon se ha convertido en un gran y adinerado magnate del petróleo gracias a sus extracciones en pozos texanos y ha destinado su fortuna y esfuerzos a la creación de la Fundación Speedwagon (con sede central en Washington). La iniciativa lleva a cabo una serie de labores de filantropía con intención de mejorar y ayudar al desarrollo de la humanidad con inversiones en varios campos: medicina, farmacología, transporte, arqueología… Sin embargo, de manera encubierta, Speedwagon y sus socios utilizan la Fundación para recabar información sobre la enigmática máscara de piedra y la condición vampírica que otorga al que la utilice.
Este primer tomo de Battle Tendency arranca con un hallazgo en una de estas excavaciones arqueológicas de la Fundación que reúne en México a Speedwagon y a Straits, uno de los discípulos del maestro Tonpetty, el monje que enseñó a Zeppeli los secretos del Hamon. Straits ha estado usando ese Hamon para ralentizar su vejez y convoca a Speedwagon en el yacimiento mexicano para mostrarle el descubrimiento de una cámara que contiene grabados referidos a la máscara de piedra y los vampiros y un escalofriante pilar de piedra que contiene a un hombre fusionado a él, en un estado de hibernación de miles de años atrás. Pese al consejo de Speedwagon de acabar con ese ser, que parece totalmente vinculado a las máscaras, Straits decide atacarle y utilizar el poder de estas para obtener de nuevo la juventud, ya que es incapaz de admitir su condición de efímero mortal. Abandonando a su suerte a Speedwagon, Straits huye del lugar al observar el extraño comportamiento del hombre del pilar, dirigiéndose al norte…
Es en este norte, de vuelta a Nueva York, donde nos encontramos por primera vez con Joseph Joestar, que si bien físicamente no puede negarse que sea descendiente de los Joestar, la realidad es que en cuanto a modales y moralidad se aleja bastante del canon de caballero inglés que se nos mostraba en Phantom Blood, al menos en apariencia. La primera actuación que tiene es bastante sorprendente: después de que un carterista afroamericano le birle la cartera, sale tras él y, en un giro de los acontecimientos, termina haciéndose su amigo al ver como los tiránicos policías neoyorquinos tratan a la gente de otras razas por allí. Gracias a este primer enfrentamiento con las fuerzas del orden aprendemos algo más sobre este joven e impulsivo JoJo, y es que no solo ha heredado la envergadura y el porte de los Joestar… ¡también es capaz de utilizar excepcionalmente bien el Hamon sin necesidad de entrenamiento! JoJo y el carterista, Smokey Brown, se convierten en inseparables, y comienzan a vivir la rutina de la juventud de la costa este norteamericana, divirtiéndose y hablando de trivialidades y chicas. Incluso la abuela de JoJo, Erina, a la que este adora, acoge sin reticencias a Smokey como uno más de la familia, y da la cara por él ante cualquier comentario o acción despectiva hacia el muchacho.
La normalidad de la vida de JoJo da un giro de 180º al recibir la noticia de la muerte de Speedwagon en México y, sobre todo, por la llegada a la ciudad de un rejuvenecido Straits, que revela que su objetivo final es terminar con todos aquellos que saben de la existencia de la máscara de piedra, entre ellos el propio JoJo y Erina. JoJo se enfrenta a él en una serie de espectaculares combates y demostraciones de uso del Hamon, con el joven norteamericano de ascendencia inglesa demostrando hablidad y arrogancia a partes iguales. Finalmente JoJo vence a Straits, que opta por autodestruirse con su propio Hamon, no sin antes desvelar al chico que Speedwagon no ha muerto y que hay un terrible secreto que amenaza a toda la humanidad en la pirámide mexicana que la Fundación descubrió. Con su vida puesta patas arriba, JoJo saca sus genes Joestar y obedece a la llamada del destino, viajando a territorio azteca para desentrañar el misterio del hombre del pilar.
La historia avanza en el tiempo y se introduce una serie de personajes que pertenecen a un mundo que es difícil no incluir en una obra que se enmarca a finales de los años 30: un grupo de soldados nazis comandados por Rudol von Stroheim. Los nazis han descubierto la localización del hombre del pilar y lo han trasladado a un complejo de investigación donde retienen también a Speedwagon, para forzar su colaboración. El objetivo final de los alemanes es comprobar si ese hombre del pilar es realmente lo que los grabados aztecas anuncian como “la criatura definitiva”, el punto más alto de la cadena alimentaria, y usarlo en su propio beneficio. La criatura consigue despertar y Stroheim le da el nombre de Santana (en principio por un tipo de vientos que se dan en el Sur y la Baja California), y pese a que en un primer momento no parece la gran cosa, comienza a absorber a los humanos que hay en la estancia, haciéndose más fuerte, más grande y más inteligente y consciente. En medio del desastre aparece la figura de JoJo, que tras una serie de disparatadas aventuras ha conseguido infiltrarse en la instalación nazi. Comienza de esta manera un cruento combate con Santana, el cual parece no poder hacerle daño por su debilidad al Hamon de JoJo que termina con la intervención de un inesperadamente heroico Stroheim y la increíble demostración de ingenio y sangre fría de JoJo, muy superior a los Joestar que habíamos conocido hasta ahora.
Tras esta espectacular pelea y la aparente derrota de Santana (cuyos restos quedan bajo observación de los científicos de la Fundación Speedwagon), JoJo y Speedwagon observan y analizan los grabados extraídos del yacimiento azteca y llegan a la terrible conclusión de que Santana no es más que uno de los hombres del pilar que están repartidos por el mundo, y que la fecha para que despierten de su letargo concluye en ese mismo 1938. Con el objetivo de desplazarse a Suiza, donde los nazis parecen haber encontrado otra de estas criaturas, Speedwagon lleva primero a JoJo a Roma, donde un viejo conocido les aguarda para unirse a la lucha y enseñar al joven Joestar un poco más sobre ese Hamon que el utiliza de manera innata.
Citius, altius, fortius. Todo es mayor y mejor en Battle Tendency
Lo fundamental en Battle Tendency es que coge las bases de su precuela y los mejora, tanto a nivel de guión como en el apartado artístico. En Phantom Blood teníamos una acción mucho más focalizada hacia un punto concreto, con un principio y un final acotado desde que comenzamos, unos personajes limitados y ciertas improvisaciones que permitían cierta flexibilidad en el desarrollo. En cambio, este segundo arco se plantea como un lienzo en blanco sobre el que Araki da las primeras pinceladas de lo que se prevé una historia mucho más amplia, tanto en alcance argumental como en el propio contexto en el que se desarrolla esta trama. Digamos que Phantom Blood era una pequeña gran historia y Battle Tendency apunta a ser una gran historia desde el inicio, con ambición y pensando en el largo plazo. Como digo, esto se observa ya desde la propia localización de las acciones de los personajes, en un Estados Unidos en el que se localizan varios focos de acción y los posteriores viajes a México, Italia, la mención a Suiza, la aparición de la Alemania nazi… El destino de los Joestar se vuelve tan intercontinental como lo fue el conflicto que da marco a la historia que acaban de comenzar Joseph y Speedwagon. Araki traza su plan maestro de una manera mucho más concienzuda y elaborada desde el comienzo del primer tomo, no es tan “cajón de sastre” como el primer arco, que si bien tenía una historia con introducción, nudo y desenlace, esta la íbamos descubriendo muy sobre la marcha. Aquí sin embargo encontramos menciones a los objetivos de los personajes desde el inicio, y si bien también puede ser por el bagaje que da el haber leído los tres primeros tomos y saber a qué nos enfrentamos, la realidad es que esta es una saga mucho más entendible, entretenida de seguir y lógica dentro de lo ilógico que es todo en JoJo’s.
Battle Tendency apuesta por lo grandilocuente en su trama de nuevo, más incluso que en su predecesora, y creo que Araki acierta mucho más en la ambientación aquí que en el primer arco, con una gran representación que nos hace vivir de pleno la idea de una aventura a finales de los 30 que tenemos en la cabeza. Es irremediable no asociar la búsqueda arqueológica y la aventura con
Dentro de la ambientación debo hablar también de que, si bien Phantom Blood no incluía más que alguna referencia histórica al pasado y a la época victoriana, en Battle Tendency las referencias culturales y populares comienzan a aparecer con fluidez. La más evidente y observable es el enemigo final, Santana, que aunque antes comentaba que Stroheim lo llama así por los vientos de la Baja California, la realidad es que el nombre también viene del mítico guitarrista mexicano
La verdad es que, temas superheroicos aparte, Joseph me parece un personaje enorme, que en pocas viñetas se come por completo las apariciones de su abuelo Jonathan en los tres tomos anteriores. Su actitud es rompedora, sus poses y apariciones magistrales, sus atuendos a cual mejor (especialmente el que usa para intentar colarse en primer lugar en el laboratorio nazi…), el contraste entre su pasotismo inicial y su estoicismo y valentía final es exquisito… Es un Joestar, sin duda alguna, porque tiene ese carácter noble, señorial, ese algo que le hace destacar sobre los demás con un magnetismo animal, pero a la vez rompe con los convencionalismos, con la pomposidad y la educación británica. Araki hace un gran trabajo reflejando en ese carácter su ascendencia inglesa y su educación americana, y los efectos del cambio de siglo sobre cómo se comportan los personajes. Si Jonathan Joestar era una pieza de música clásica, recta, precisa, bella y elegante, Joseph es el rock n’ roll de Elvis Presley, provocador, el inicio de un movimiento que escandaliza con su frescura y su atrevimiento pero que no huye de sus raíces. En definitiva, Joseph es un personaje magnífico, que aunque al final responda a los arquetipos que debe tener un héroe de shônen, tiene algunas salidas de tono, un gran sentido del humor y unos momentos estelares que mejoran con mucho todo lo visto en la anterior saga.
Y es que en los personajes también se nota mucho la mejora de Araki, que se retroalimenta a sí mismo con el «autofanservice» que supone la aparición de muchos de los antiguos conocidos para dar soporte al fulgurante estreno de Joseph. Todos presentan además una evolución lógica, y tienen un trasfondo, un desarrollo y unas motivaciones bastante mejor presentadas y sin caer tanto en los personajes de opereta y culebrón, como ocurría en Phantom Blood. Con todo el tomo se hace muy entretenido, con un ritmo elevadísimo en el que no paran de ocurrir cosas y que no da ni un segundo de pausa al lector, pero que entra mucho mejor al contar con una planificación mejor plasmada. También el modo de representar a los personajes y la trama hace todo menos naíf, menos inocente que lo que veíamos en el anterior arco. Además el tomo cuenta con una gran distribución argumental, con un comienzo y un final muy potentes.
En el apartado artístico también se nota mejoría, si bien sigue partiendo de esa base que ahora nos resulta algo arcaica y tosca, pero con una ejecución mucho más limpia, mucho más precisa y más agradable en un primer momento. Dado que se publicó a finales de los 80 me resulta incluso un dibujo algo adelantado a su tiempo, ya que si bien los diseños siguen bebiendo de los mismos referentes que Phantom Blood, el trazo, la composición, los planos, la distribución me parece algo más atrevida, incluso con ciertas experimentaciones en algunos momentos en cuanto a la orientación de la página o ciertas perspectivas. No le pongo ningún pero al dibujo de Araki, a mí ya me ganó en la anterior saga y cada tomo que pasa me tiene más ganado todavía, hasta el punto de disfrutar enormemente ahora con su surrealismo y su ilógica habitual. Las escenas de pelea son más espectaculares ahora, ya que la limpieza general permite apreciar mucho más lo detallado y dinámico que es el arte del autor, detalle que es muy elevado y que no observe tanto en el anterior arco, por lo que aquí me ha sorprendido para bien. Hay cierto momentos en que el trazo y la presentación que ofrece Araki vuelven aun más frenética la narrativa visual, muy pasada de vueltas de por sí, pero de manera necesaria y que consigue unas escenas espectaculares. Es cierto que las poses exageradas y grandilocuentes muchas veces no se entienden, sobre todo si es tu primera vez con JoJo’s, pero llega un momento que tu cabeza hace un “click” con este arte y sabes que si no entiendes que ha ocurrido seguramente sea que alguien ha dado un porrazo espectacular a otro alguien y que descubrirás quien es en la siguiente viñeta/página. Tienes que dejar los convencionalismos y lo tradicional atrás y abrazar la locura y la irrealidad que es JoJo’s y entonces disfrutarás exponencialmente. Cosa graciosa en este tomo eso de que la locura y lo ilógico sean la bandera de este manga, y que las físicas y la anatomía no existan para Araki, porque la gran parte de las batallas las resuelve tirando de principios de la física e intentos de verosimilitud en el uso de las técnicas y poderes. Un genio este japonés.
Phantom Blood ya me encantó durante los últimos meses y me parecía una obra muy necesaria de leer, aunque entendía que hubiese gente a la que no le llegase a entrar por los ojos. Con Battle Tendency, al menos tras el primer tomo, tengo menos dudas a la hora de recomendarlo porque es una obra que difícilmente no llegue a gustarte, salvo que aborrezcas los shônen. Ya sea por el icónico aspecto gráfico, por la arrolladora presencia de Joseph, por el interesante misterio de las máscaras de piedra o por la locura y la extravagancia,
Valoración Final
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9.5
9.2
Con un enorme salto de calidad desde la anterior saga, Hirohiko Araki nos introduce en este tomo en la historia de Battle Tendency, un manga grande y exagerado que cuenta con unas magníficas trama y arte , personajes arrolladores y un ritmo que atrapa.
Buen análisis, la reseña anterior me dio ganas de empezar a leer Phantom Blood, así que lo busque y llegue a leer la primera parte (Dio the Invader) y rayos, ya que quiero que maten a Dio… pero lo digo en buen sentido, la obra me ha gustado y planeo seguirla en algún momento de la semana. Espero poder empezar este volumen por noviembre.
Saludos.
Dio es un gran personaje, y si consigue que quieras que lo derroten tan intensamente es que cumple muy bien su papel como villano. Araki tiene muy buena mano para crear personajes con mucho carisma y magnetismo, y en Phantom Blood está hasta contenido. Disfruta mucho la lectura y prepárate para Battle Tendency que supera con creces la primera saga.
Un saludo y muchas gracias por leer y comentar!!
Para Joseph es uno de los mejores protagonistas del manga de JoJo’s, es pura carisma.
Y tengo curiosidad como traducirán a ACDC, seguramente como Esidisi, pero les veo capaces traducirlo como Acedecé xD.
Joseph es un personaje tremendo, muy divertido de leer y que realmente te engancha, ejemplifica muy bien el espíritu de la obra. Digo como tú, es uno de los mejores, aunque luego hay otros que también me ganan por otros aspectos como el diseño o que están muy bien escritos, como Josuke o Johnny. Pero Joseph es que es una explosión continua desde la primera viñeta.
En lo referente a ACDC, Ivrea comentó cuando anunció la licencia que usaría siempre los nombres originales japoneses en su versión más aceptada por los lectores, así que es de esperar que usen el Esidisi =)