Jupiter’s Legacy: Tomo uno

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Edición original: Jupiter’s Legacy #’s 1-5 USA, Image Comics.
Edición nacional/ España: Panini.
Guión: Mark Millar.
Dibujo: Frank Quitely.
Color: Peter Doherty.
Formato: Libro 136 páginas.
Precio: 15 €.

 

A finales del siglo pasado, Warren Ellis y Bryan Hitch dejaron tras una docena de números la serie The Authority, con la que habían asombrado al mundillo y que habían creado a partir de su anterior colaboración en Stormwatch. Para pasar a otros proyectos, y dando por agotada la idea de la colección, pasaban el relevo de la misma a dos relativos desconocidos, dejándoles la difícil papeleta de continuarla. Muchos pensamos que esto sólo serviría para que The Authority languideciese antes de ser cancelada. Y aunque esto acabó siendo así con los siguientes equipos creativos, lo cierto es que estos primeros sustitutos consiguieron inyectar fuerzas renovadas en la serie y catapultar sus nombres al estrellato. Tras The Authority, Mark Millar (The Ultimates, Superman: Red Son, Civil War) y Frank Quitely (New X-Men, We3, All-Star Superman) continuaron con carreras enormemente exitosas cada uno por su lado, pero hasta más de diez años después, sus caminos no se volvieron a cruzar.

Por lo visto, fue Quitely quien habló con Millar para ver si tenía algún proyecto con el que volver a colaborar juntos, y el escritor de Kick-Ass inmediatamente, sin querer dejar pasar la oportunidad, mintiendo y sin tener nada preparado le dijo que justo tenía una idea perfectamente adecuada para el dibujante. Millar se puso a estrujar sus meninges y salió con un título que luego en realidad poco tenía que ver con el contenido de la obra: Jupiter’s Children (como inicialmente iba a llamarse el cómic) tan solo usaba el nombre del rey de dioses griego para evocar una dimensión épica y grandiosa que usase a fondo las capacidades artísticas de Quitely, pero servía como semilla de por dónde irían los tiros de la trama. Y es que Millar se había planteado alguna vez, en ese proceso de peregrinaje mental que los aficionados al cómic debemos reconocer que a veces tenemos dándole vueltas a cuestiones no artísticas de los universos ficticios que disfrutamos, que si Superman y Wonder Woman fuesen pareja (me niego a aceptar que efectivamente eso es así en la oficialidad de DC) y tuviesen descendencia, estos hijos probablemente acabarían teniendo vidas muy disipadas. Los vástagos que crecen con altísimas expectativas suelen sufrir una gran presión en consecuencia, y en ocasiones estar a la altura es tan complicado que se termina tirando la toalla y cayendo en la indolencia.

Por otro lado, a Millar le impactó mucho el panorama de la crisis económica mundial actual, especialmente el detalle de que hasta en los Estados Unidos la pobreza hubiese crecido tanto. Atando cabos, se dio cuenta de que el escenario socioeconómico en el que los superhéroes primigenios fueron gestados, la crisis de 1929, tenía paralelismos con esa situación actual, y decidió aprovecharlos para definir la historia que iba a contar con Quitely. Añadiendo unos toques de King Kong, su película favorita, plenamente enclavada en la gran recesión del siglo pasado, Millar decidió incorporar elementos de clásicos Shakesperianos como Hamlet o Romeo y Julieta para dotar así de resonancias realmente míticas al proyecto que le iba a ofrecer al dibujante. Y en 2013, el primer número de Jupiter’s Legacy (como acabó llamándose la obra) vio la luz en las librerías estadounidenses. Fue un auténtico éxito de ventas, pero a pesar de ello, los retrasos se cebaron en su ritmo de publicación y dos años después sólo han visto la luz cinco números, los que Panini nos ofrece en el tomo del que hoy hablamos y que conforman el primer volumen de la serie. Millar, preocupado por estos retrasos, ha decidido no lanzar el primer número de ninguno de sus proyectos hasta que la última entrega esté terminada de dibujar. Y por tanto, al segundo volumen no se le espera en EEUU hasta la próxima primavera. Para no condenar al olvido el proyecto, mientras tanto hemos visto una precuela de seis números dibujados por Wilfredo Torres, ambientada en los años cincuenta y en la que se nos cuentan la andanzas de la primera generación de héroes presentada en Jupiter’s Legacy. De hecho, el segundo volumen de esta secuela titulada Jupiter’s Circle ya ha visto la luz al publicarse hace un par de semanas su primer número. Y mientras tanto, a Millar ya le llueven ofertas desde Hollywood por parte de productores como Lorenzo Di Bonaventura (éste, familiarizado con adaptaciones al cómic, es el responsable de las de Stardust, RED, Constantine, el Kick-Ass del propio Millar, o de Transformers, Matrix y GI Joe) que el escocés no se decide a aceptar hasta que el cómic termine su publicación. Millar, ambicioso como ya sabemos, ha comentado que lo suyo además, sería que Jupiter’s Legacy llegase al cine en forma de superproducción, de trilogía fílmica.

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Entrando ya en el contenido del cómic en sí mismo, la historia trata sobre un grupo de personas que durante la citada crisis de 1929, y guiados por uno de ellos -el fuertemente idealista Sheldon Sampson– viajan a una desconocida isla. Allí unos misteriosos extraterrestres les dotan de grandes superpoderes por motivos ignotos, e inspirados por Sampson, regresan a los Estados Unidos como superhéroes para ofrecer ayuda y esperanza a una tierra azotada por la crisis.

Sin embargo, para 2013, cuando el grueso del relato transcurre, ese idealismo está en vías de desaparición. Los hijos de aquellos superhéroes son irresponsables malcriados, estrellas mediáticas que se abandonan a vidas llenas de excesos, fiestas, sexo, drogas, y para los que las buenas obras de sus antecesores no son ocupaciones fundamentales, sino acciones puntuales movidas por el orgullo u otros intereses. Sheldon Sampson, alias Utopian, un claro homenaje a Superman en todos los aspectos, mira con desaprobación esta actitud, y a pesar de su avanzada edad (solo evidenciada por su cabello cano y su barba) redobla los esfuerzos para hacer lo que piensa que debería ser tarea de los superhumanos más jóvenes y así ayudar a un mundo sumido en una nueva recesión. Pero dentro de la primera generación de héroes también hay disensiones, y algunos de ellos piensan que deberían tomar las riendas de la situación mundial para arreglarla. Utopian se opone a llevar tan lejos el alcance de las medidas a tomar y arrebatar el libre albedrío al ser humano.

Con esta premisa, es fácil establecer paralelismos entre Jupiter’s Children y otra obras de calado en el género superheroico como Watchmen, Dark Knight Returns, Miracleman, Maximortal, Kingdom Come, la propia The Authority o, muy especialmente, el Escuadrón Supremo. Incluso de la película animada Los Increibles de Brad Bird podemos hablar si nos centramos en el tramo final del tomo. Pero, a pesar de que uno es fan de Millar, tales inevitables comparaciones no benefician a este trabajo. Las ideas más o menos trascendentes que comparte con esas obras, no pretenden ser exploradas sino que simplemente hacen funcionar la historia de drama y acción sobrehumana que se nos está contando. Los aspectos más sórdidos cumplen una función similar a la que ejercían en los Ultimates del propio Millar, acercarnos esa superhumanidad y hacerla creíble por escatológica, no reflexionar sobre esa idea. Millar está creando en Jupiter’s Legacy entretenimiento, y de muy alta calidad, pero no revoluciona el medio ni el género como esas obras referencia.

Y aunque todo está muy bien llevado, los personajes se desdibujan excepto el mencionado Utopian, quizas por trasunto de ese Superman al que el escocés tan bien conoce y tanto quiere. Del resto, resultan poco creíbles por ejemplo

Aviso de Spoiler

la transformación de su hermano y su hijo. Desconcierta la magnitud del paso que dan cuando en principio está movido en un caso por un deseo de mejorar las cosas, tal vez equivocado pero en el fondo altruista, y en el otro por anhelo de reconocimiento, de expresión de orgullo en el rostro paterno.

Quizás Millar quería hablarnos de cuánto se pueden llegar a torcer las cosas incluso con buenas y legítimas intenciones una vez que uno empieza a caminar según qué senderos. O quizás haya supervillanos orquestando o impostores detrás de todo, no lo sabemos. Pero ese no saber es precisamente el problema, ya que la impresión es que los personajes y su evolución están poco desarrollados.

De quien no se puede poner una pega de es de Quitely. Su trabajo es monumental, las escenas de acción sobrehumana superan esa calificación que se ha venido en llamar widescreen, aprovechando recursos propios del medio y no limitándose a calcar los cinematográficos. A pesar de lo molesta que sea la espera entre entrega y entrega y la, por consiguiente, demora en la aparición de estos tomos, lo cierto es que merece la pena por ver a Quitely desatado. Ya le conocemos: feísmo en sus caras, auténticos volúmenes en las formas que generan sus lápices, narración maravillosa. Y todo ello a cada vez mayor nivel.

Cierro la reseña con la amarga sensación de tal vez haber transmitido la idea de que mientras que el apartado gráfico es titánico, el libreto de Millar es malo. Y para nada es así la cosa: uno siguió cada número de la edición USA en su día con auténtica pasión, y estamos ante uno de los tebeos que más le han gustado de los últimos años. Simplemente, ese autobombo de Millar que tanto molesta a la gente y al que uno no suele dar mayor importancia sea aquí donde más ha perjudicado por expectativas al resultado. Y es que si el escocés quería brindar una obra maestra, efectivamente, ha fallado. Pero no perdamos la vista de que nos hemos quedado con un tebeo realmente fabuloso. Uno, al ser seguidor de un autor tan denostado, debe hacer un ejercicio de autocrítica más exhaustivo a la hora de reseñar sus trabajos para no dejarse llevar por el fan que hay dentro de él, y así ofrecer una crítica lo más honesta e imparcial posible. Y eso a veces implica dar más relieve a los puntos negativos de la misma como para compensar el entusiasmo. Pero, ¡narices!, que inmensos son los puntos buenos y cómo me lo he pasado releyendo Jupiter’s Legacy.

  Edición original: Jupiter's Legacy #'s 1-5 USA, Image Comics. Edición nacional/ España: Panini. Guión: Mark Millar. Dibujo: Frank Quitely. Color: Peter Doherty. Formato: Libro 136 páginas. Precio: 15 €.   A finales del siglo pasado, Warren Ellis y Bryan Hitch dejaron tras una docena de números la serie The…
Guión - 8
Dibujo - 9.5
Interés - 9

8.8

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Jose Angel Ares
Jose Angel Ares
Lector
2 diciembre, 2015 12:21

Para mi gusto, los último curros de Millar han vuelto al camino del buen entretenimiento con Legacy, Chrononauts, etc (Némesis, Superior, etc no me gustaron) … y si dibuja Quitely, pues sube enteros cualquier obra.

Tachuela
Lector
2 diciembre, 2015 12:44

Un ful de cómic por culpa del guión. Me parece muy extraño que en 5 números un lector todavía no pueda ver el «tema» del cómic, el «qué» se está contando. ¿Que los jóvenes pueden redimirse de las locuras de su juventud? ¿Que la política es cosa de políticos profesionales y que los demás no deben involucrarse? ¿Que las crisis económicas son cíclicas e inevitables? El guión se apoya demasiado en la trama, en las acciones, y no le veo que deje un poso que permita alguna segunda lectura. Un simbolismo, un mensaje… Muy plano. Lo salva el dibujo de Quitely.

hammanu
hammanu
Lector
2 diciembre, 2015 12:54

Millar como bien se dice entretiene por el ritmo cinematográfico de sus historias y por supuesto de rodearse de los mejores dibujantes del medio. Personalmente creo que no tiene la erudición de sus pares como Morrison, Moore y ect… Y si no ved sus influencias. Por desgracia la gente que le atraiga la obra, que sobretodo como bien comentas; al arte de Quitely. Pues van a esperar y mucho debido a la lentitud de este, ya que al parecer desciende de la tortuga y no del mono.
Es triste decirlo pero si en décadas pasadas la cantidad de producción que tenia que hacer un autor para vivir bien, y ahora con poco que hagan a algunos les va muy bien…pero claro a cuatro dólares el tebeo no me extraña. Vamos, que antes colonizaran Marte que completaran los tres volumenes

Triple A
Triple A
Lector
2 diciembre, 2015 13:25

Mark Millar el dia que se haga amigo intimo de Michael Bay dejara de escribir estos comics para cine y se dedicara a escribirle pelis a Bay

Igverni
Lector
2 diciembre, 2015 13:48

Gracias Sergio por la crítica.

A mi me gustó bastante esta serie.

Me gustó el dibujo de Quitely, (of course), pero también el guión de Millar. Precisamente por esta mezcla de temas que a Tachuela no le acabó de gustar.

¿De qué va Jupiter´s ?

Pues en función de cada lector, puede ver temas de legado, la familia, etc… puede ver una nueva deconstrucción del género del superhéroe, puede ver aspectos de la actualidad del mundo en que vivimos en el que no existen soluciones mágicas que nos saquen de la crisis… etc. Todo eso y supongo que más cosas pueden llamar la atención del lector.

Para mi el mejor tebeo de Millar de los últimos años, aunque habrá quien podrá decir (con razón) que eso tampoco quiere decir gran cosa…

Tachuela
Lector
En respuesta a  Igverni
2 diciembre, 2015 15:16

¿Mezcla de temas? Entonces es un popurrí. Cuando en un bote metes pinturas de todos los colores no consigues un color brillante, lo que sacas es un marrón muy oscuro. Una historia tiene antes que nada una «idea motivadora», un tema central alrededor del cual gira la trama, una «moraleja» que justifica el esfuerzo de contar una historia. Después, cuando tienes bien claro ese tema central, añades los subtemas a la mezcla, pero sin tapar nunca ese eje central. Si no, es una historia dispersa y sin dirección.

Igverni
Lector
En respuesta a  Tachuela
2 diciembre, 2015 15:53

Bueno, es el 1er tomo de una historia compleja.

Según Millar, Hype aparte, esta su aproximación definitiva al mundo de los superhéroes y lo que significan en el mundo de hoy en día. Tampoco creo necesario que respondn a todas las cuestiones mientras las preguntas sean las adecuadas y consigan llamar mi atención, cosa que sí consiguió.

A mi si me gustaron varios temas, el contraste entre padres e hijos, la complejidad del mundo «real», las múltiples posibildades del legado de estos superhéroes, que solo empezaron a explorar con las miniseries Jupiter´s Circle, y más allá del GIRO monumental de la historia y el conflicto que genera, que impacta muchísimo y lo cambia todo, el propio misterio de quién les dió los poderes y con qué propósito.

Llevado bien, creo que es una serie que puede darnos años de buenas lecturas, siempre que los dibujantes cumplan los plazos de entrega, claro!!!

Echo of a Scream
Echo of a Scream
Lector
2 diciembre, 2015 14:39

Ful de Estambul. Porno para quitelófilos, pero tras la paja sólo queda el arrepentimiento.

Japacore
Lector
En respuesta a  Echo of a Scream
2 diciembre, 2015 15:13

Estoy bastante de acuerdo con tu descripción xD

okapiblanco
okapiblanco
Lector
2 diciembre, 2015 17:06

Los que gastáis dinero en Millar, ¿por qué lo hacéis? Sabéis que no os va a gustar pero encontráis un nosequé en decir que no os gusta, como los que ven diariamente Sálvame para decir que es un programa basura. Yo no veo Sálvame por que ya sé que no me va a gustar y leo a Millar porque me encanta casi todo lo que ha hecho. Punto.
Cuando critiquéis una obra, criticad la obra. No despotriquéis contra el autor por lo que ha hecho anteriormente. Estoy seguro de que a muchos de vosotros os encantaría esta obra si le cambiásemos el apellido al guionista.

S
S
Lector
2 diciembre, 2015 17:51

Me encanta Millar!! Como los actores porno, da lo que promete

Alejandro Ugartondo
Autor
2 diciembre, 2015 18:09

Buena reseña Sergio. Comparto bastante tu punto de vista sobre la obra. Creo que le cuesta un poco arrancar pero cuando lo hace alcanza un nivel bastante bueno.

Sé que Millar es un autor que despierta polémica y reconozco que no está al nivel de Morrison o Moore o ni siquiera de Ellis, ya puestos, pero es un autor que entretiene y que sabe sacar muy buen partido de los artistas con los que colabora y eso es lo que busco cuando leo uno de sus cómics. En ese sentido, Jupiter’s Legacy no defrauda y es muy disfrutable

Marcos Martín
2 diciembre, 2015 20:23

A mi esta serie me gusta mucho y Quitely, que no es santo de mi devoción, aquí me encanta. Como dice el amigo Aguirre, no es una obra que vaya a cambiar el noveno arte, pero cumple con creces. Además, noto mucho resquemor con Millar, que es verdad que le gusta más un bombo que comer, pero vamos, mucha gente lo critica y luego compra verdaderos bodrios de Marvel o DC. Deseando estoy por ver la continuación.

Mr. Cesar
Lector
3 diciembre, 2015 13:10

Pues un cómic muy, muy entretenido el que hoy nos comenta Sergio, con una reseña muy próxima a lo que yo habría escrito si me la hubieran propuesto.

El tomo es una gozada. Se lee y se relee (yo me lo he leído 2 veces del tirón) con ganas, pues el guión ni es malo ni lento (al contrario). Del dibujo ni comento que ya habéis dicho lo que básicamente opino (muy, muy bueno).

Y para todos esos no ciudadanos del MillarWorld, únicamente comentar que, aunque trata temas antes vistos, lo hace con interés y respeto por los personajes. La historia se devora y se entiende (no como en el puto Flex Metallo del Morrison que no pillaba una a pesar de contar con el mismo dibujante). Ya está bien de guionistas «genios» e «ingeniosos» de los que no entiendo papa y encima he de decir que la obra es cojonuda a pesar de hacerme parecer como un analfabeto de narices.

Ya me apetecía una historia donde empezar y acabar y poder hacer la sinopsis a cualquier fan que me la pida. Porque si algo tiene de bueno Millar es que gana pasta con sus proyectos y además se entienden y disfrutan. Para mi es un Top desde hace muchos años (lo tengo todo de él, lo bueno y lo menos bueno) y sus historias siempre tienen un «algo» que te deja buen cuerpo.

Lo dicho, si te gustan los superhéroes pillate este tomaco (que encima ni sale caro), te lo lees y luego te pasas por aquí y nos lo comentas 🙂

P.D.: estoy deseando pillar la continuación, pues el final del primer arco te deja con un cliffhanger muy guapo. y la otra cosa a la que le tengo ganas es a saber más del origen de los poderes y ver qué poderes desarrolla Millar para cada personaje (los mostrados hasta ahora molan, pero seguro que pueden ir a más).