Un episodio negro de la historia de Francia.
«No fui voluntario.»
Julien Frey es un guionista muy interesado en la memoria histórica, no solo en recuperar figuras que a día de hoy son grandes desconocidos, pero que tuvieron una enorme importancia en su época como sucede en El cineasta y en Fatty, sino también en sacar a la luz algunos sucesos del pasado familiar, pero que afectaron a mucha gente, de los que apenas se conoce nada en la actualidad. En Míchigan (Ponent Mon) dibujada por Lucas Varela nos contaba como miles de mujeres francesas fueron a vivir a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial ya que se habían casado con un soldado norteamericano, algo que nos mostró tomando como base la vida de la tía abuela de su mujer. Por las páginas de ese cómic también aparecía Justin el abuelo de su mujer y que en esta obra se convierte en el protagonista, puesto que al igual que su hermana él es la base para conocer lo que sucedió en el STO, uno de los episodios más oscuros de la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
El STO (Service du travail obligatoire) fue un servicio de trabajo obligatorio que el gobierno colaboracionista de Vichy creo para trasladar a Alemania a miles de jóvenes franceses para trabajar en las fábricas encargadas del material bélico, a cambio los alemanes liberarían a prisioneros franceses de guerra. Se calcula que entre 600.000 y 650.000 franceses fueron trasladados en contra de su voluntad en los años que duro la ocupación. A pesar de que les habían prometido unas condiciones dignas, vivieron hacinados en barracones con muy pocas comodidades, su vida transcurrió entre chinches, comida escasa y mucho frio, además de percibir un salario mucho más bajo del prometido. Estaban custodiados por soldados nazis, que se comportaron con ellos brutalmente, dándoles un trato cercano a los trabajos forzados la esclavitud. Se estima que, debido a esas condiciones y la brutalidad de los guardianes murieron entre 25.000 y 35.000. Para más inri, al finalizar la guerra tuvieron que soportar el estigma de ser vistos por una parte de la población como colaboracionistas, lo que provocó que sus historias fueran silenciadas durante años y algunos, como Justin, vivieron toda su vida con la vergüenza y preguntándose si pudieron elegir hacer otra cosa.
La obra comienza en 1977 cuando un Justin a punto de jubilarse se niega a que el gobierno le compute los años que paso en el STO para acelerar el proceso. Algo que su hija no comprende porque nunca le ha querido hablar de esos días. Poco después la acción se traslada al 3 de septiembre de 1939, el día posterior a la invasión nazi de Polonia que desencadenaría la Segunda Guerra Mundial, y cuando la familia de Justin decide huir de Paris para refugiarse en una granja. Tras la ocupación nazi del país deciden volver a Paris para ocuparse de su bar, pero el pillaje que ha sufrido les obliga a buscar otros trabajos. Justin lo encuentra en bar donde conoce a Renée, su futura esposa, con la que pronto inicia una relación sentimental. Sin embargo, para poder paliar la precariedad en la que vive su familia decide participar en el mercado negro, pero pronto es detenido y debe cumplir condena. Algo que pesará en su contra cuando en 1942 se instaure el STO, ya que no tendrá ninguna forma legal de librarse. El 11 de marzo de 1943 comienza su estancia en el STO, en concreto en el campo de Henningsdorf (Brandeburgo), un año negro para él y para sus compañeros.
Justin es un fiel relato de como fue el día a día en los STO, mostrándonos las condiciones de vida en los barracones. Los autores nos las muestran sin ningún reparo, pero sin recrearse en los aspectos más truculentos. Algo que no se ha tratado apenas en el cómic y mucho menos como tema principal. Podemos verlo en su versión belga en el Spirou de Bravo, aunque muy de pasada. Así que este cómic se convierte en una herramienta de memoria histórica muy importante, sobre todo porque es un testimonio de una persona real, ya que Frey se ha basado en los diarios de Justin, que vio su vida marcada por la experiencia, algo que le atormento toda su vida. Él no era un héroe dispuesto a sacrificarlo todo por un sueño, solo era alguien que quería vivir en paz. La escena en la que su hija le obliga a decir que no puedo elegir es memorable, tanto por la emoción que nos transmite como por lo bien narrada que esta.
Pero la obra nos solo nos nuestra la realidad de los STO ya que en sus páginas también podemos ver cómo era la vida en la Francia ocupada para la población civil. Vemos como les afecto la derrota y como los nazis no tuvieron piedad con la población civil que huía hacia el Sur. Los que permanecieron en la parte ocupada trataron de adaptarse de la mejor manera posible a la nueva situación bajo el gobierno títere de Vichy. No hay que olvidar que, en este tipo de situaciones, a pesar de lo que se cuente después, la mayoría de la gente no son ni miembros de la resistencia, ni colaboracionistas, simplemente son gente que trata de vivir.
La obra también nos cuenta la preciosa historia de amor entre Justin y Renée, contado con una delicadeza y un sentimiento que es imposible que no nos emocione. Somos testigos de cómo ambos deben luchar contra los prejuicios de la época contra las mujeres divorciadas.
Como ya decíamos en la reseña de El cineasta en cada nuevo trabajo de Nadar se puede ver cómo va progresando narrativamente y puliendo su estilo, consiguiendo que cada nuevo trabajo suyo sea mejor que el anterior. En esta ocasión está especialmente brillante en las escenas de la vida cotidiana de Paris y de la granja donde se refugia la familia de Justin, pero sobre todo en las de la huida de los franceses hacia el sur escapando de los nazis. Pero no solo destaca por eso, ya que el uso del blanco y negro es fantástico y su capacidad para dibujar personajes muy expresivos también. Tenemos muchas ganas de ver su nuevo trabajo con Frey, pero, sobre todo, de ver sus nuevos trabajos como autor completo.
Astiberri hace una magnifica edición como viene siendo habitual. Como complemento el tomo incluye un artículo titulado El STO, el desconocido más famoso de los años negros escrito por Raphaël Spina, un historiador que ha escrito Histoire du STO, un libro que profundiza sobre el tema.
Justin es una obra necesaria que nos relata un episodio muy triste de la historia de Francia, que de alguna manera sirve para hacer algo de justicia con los que lo sufrieron. Además, pone en valor la importancia de la memoria histórica, algo que en este país cuestiona demasiado gente, pero que es imprescindible potenciar y dar a conocer para no repetir los errores del pasado. Un cómic estupendo de una de las mejores parejas que están publicando en el mercado francobelga.
Lo mejor
• El cómic es un acto de justicia y memoria histórica a las víctimas del STO.
• Un relato veraz de los días en la Francia ocupada.
• Nadar firma uno de sus mejores trabajos, destacando las escenas mudas que reflejan la vida cotidiana.
Lo peor
• No da mucha información sobre lo que paso después del paso de las victimas por el STO, ni de cómo se les ve en la actualidad.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9.5
8.8
STO
Frey y Nadar hacen un necesario ejercicio de memoria histórica, además de un cómic excelente.