Wes Craig, o cómo hacerlo todo bien
El mundo está muy mal repartido. Ya no es que haya personas con el increíble don de crear arte con un lápiz mientras yo soy incapaz de dibujar un perro sin que termine pareciendo un burro en shock anafiláctico. Es que encima todavía hay algunos de ellos que se atreven a intentarlo también como guionistas ¡y van y lo hacen bien! Si me preguntan a mí, es una injusticia manifiesta, pero qué le vamos a hacer. Hay gente que nace con estrella a la hora de crear historias, y envidias aparte, es de lo más emocionante ver a un gran dibujante consolidarse como autor completo de calidad. Porque ese ha sido el caso de Wes Craig con Kaya.
Hablar de Wes Craig supone irremediablemente hablar de Clase Letal. No es que este artista estadounidense no haya trabajado en otros proyectos, claro: lo hemos visto dejar su firma en pequeños trabajos dentro de cabeceras como Flash, Guardianes de la Galaxia o Batman, pero no cabe duda de que la obra creada mano a mano con Rick Remender es, por el momento, su magnum opus. Una serie brillante que definió, junto a otras, la edad dorada de Image Comics, y de cuyo final pudimos disfrutar hace unos meses. Craig nunca bajó el nivel en el incontestable trabajo de fluidez y acción que realizó con los chicos de King’s Dominion, y antes de finalizarlo ya nos hacía esperar con ganas su siguiente proyecto.
Y es que de ese proyecto supimos hace ya un tiempo. Fue en pleno confinamiento de 2020 cuando el autor, a través de su newsletter, anunció que estaba trabajando en una serie nueva, una obra de fantasía llamada Kaya, gestada entre los parones finales de Clase Letal. El anuncio vino acompañado muy poco tiempo después por la publicación en digital del número cero de la serie, un pequeño prólogo en blanco y negro que se podía conseguir pagando la voluntad a Craig a través de su paypal, al estilo de Panel Syndicate.
Sin embargo, como cabría esperar, con el paso del tiempo Kaya aterrizó donde tenía que ser, claro. Image Comics se convirtió en la casa que daría cobijo a su publicación, y aprovecharon la revista antológica Image! 30th para acercar a los lectores ese prólogo en papel, ya con colores de Jason Wordie, como adelanto del estreno. Un estreno que ha sido un éxito considerable y que, con dos tomos ya a sus espaldas, deja claro que estamos ante una serie con una salud fuerte. Como no podía ser de otra manera, no hemos tardado en poder disfrutarla en nuestro país y ha sido Norma Editorial, la licenciataria de Clase Letal, la más rápida del pueblo a la hora de hacerse con ella.
La serie nos lleva hasta un mundo de fantasía en el que acompañamos a Kaya, una joven guerrera con un brazo mágico de metal que recorre las yermas tierras con el fin de escoltar a Jin, su hermano y príncipe heredero de su reino natal, hasta un lugar en el que restaurar a su pueblo. Hace tiempo que los atrianos, un imperio de robots, asoló todos los territorios que no le rendían pleitesía, como el de Kaya, y ahora solo Jin podrá utilizar el poder de su estirpe para invocar a los dioses y pedirles ayuda para deshacerse del yugo de sus opresores. Pero es un camino largo. Y peligroso.
La verdad es que mentiríamos si dijéramos que Wes Craig pierde la virginidad en el guion con esta obra. Esa posición ya la ocupó en The Gravediggers Union, una serie de Image en la que ocupaba la posición de guionista frente al dibujo de Toby Cypress. Pero sí supone en cierto sentido un debut, pues aquí toma ambos roles por primera vez. Y el resultado es más que satisfactorio. Es prometedor.
Kaya es una serie que puede presumir de contar con una construcción de contexto y personajes modélica. Lejos de optar por resúmenes iniciales de su mundo o explicaciones rimbombantes, clásicas en el género, Craig logra alcanzar ese fino equilibrio entre exposición y naturalidad en la dosificación de la información, para ubicarnos en la situación de sus protagonistas sin abrumarnos con la mitología y mantener cierto halo de misterio alrededor del detonante de la huida de Kaya y Jin.
Probablemente lo que más me haya sorprendido para bien del trabajo de Craig haya sido la calma con la que decide encarar su obra. En este tomo de presentación lo más habitual sería darle todo el peso a la gesta original de sus protagonistas y a sus temibles enemigos. Y sin embargo, el artista de Clase Letal opta por tomarse las cosas con tanta calma que todo este primer arco recoge apenas una pequeña aventura intermedia en el camino de Kaya y Jin, un encontronazo con otros personajes al más puro estilo side-quest, que sirven para explorar la psique del dúo principal.
Es muy normal encontrar en una historia de este género una trama que aspira a ser una aventura bigger-than-life, que decidirá el destino del mundo, y probablemente la decisión de Craig pueda parecerle “lenta” a algunos lectores. Pero yo solo puedo romper una lanza a su favor, pues este primer arco consigue con esa pequeña aventura inicial una introducción que, si bien no te genera mucha expectación alrededor de la trama principal, logra algo tan complicado como que conozcas con profundidad a sus protagonistas y te sientas vinculado a ellos. Craig demuestra así que no tiene las prisas de un guionista novato, sino que sabe cómo construir a sus personajes de cara a una historia de mayor extensión que le permita sumergirse hasta el cuello en el mundo que ha creado.
Sobre el arte poco hay que decir, y es que si por algo conocemos a Wes Craig y su Clase Letal es por su espectacular trabajo en el dibujo, uno de los despliegues de dinamismo e inteligencia narrativa más grandiosos que se pueden encontrar en el mercado estadounidense. Sin embargo, Kaya huele a otra cosa distinta. El trazo de Craig sigue ahí, pero el artista decide, con buen criterio, cambiar ligeramente el estilo que nos venía mostrando en aquella serie, más en comunión con el espíritu ochentero y punk de sus adolescentes asesinos.
Aquí se pone la gorra de autor de fantasía y realiza un trabajo con más detallismo, donde juega mucho además con la mezcla de entintado y acuarela. El contraste es más evidente además con el trabajo de Jason Wordie, el colorista de la serie. Frente al trabajo realizado por Jordan Boyd y Lee Loughridge en Deadly Class, donde siempre primó mantener la paleta de colores muy reducida, aquí Wordie no se limita y vuelca todos los tonos necesarios para darle vida este mundo ficticio. Así, al final nos queda un trabajo con un punto diferencial con respecto a lo anterior de Craig, aunque no por ello renunciando a sus señas de identidad clásicas: esas viñetas sin marco tan suyas, contadas escenas a toda página poderosísimas y una capacidad innata para ilustrar escenas de acción.
En definitiva, Kaya nos sorprende con un Wes Craig del que ya sabíamos que era un dibujante espectacular, pero que también nos demuestra que tiene un potencial interesantísimo escribiendo historias. El artista de Clase Letal se toma con calma el primer capítulo de su mundo de fantasía dejándonos conocer a sus protagonistas, y nos muestra que tiene bien claro que va a divertirse durante un tiempo explorando el interesante mundo que ha creado.
Lo mejor
• Wes Craig se nos descubre como un guionista inteligente que sabe construir personajes.
• El siempre espectacular dibujo de Craig, con un Jason Wordie al color muy en forma.
• Craig sabe tomarse con calma la trama y presentar su mundo sin prisas…
Lo peor
• …lo que quizás pueda resultar algo lento para algunos lectores.
• Como siempre desde hace tiempo, el precio.
Guion - 8
Dibujo - 8.7
Interés - 8
8.2
Prometedora
Wes Craig nos sorprende estrenándose como autor completo en una serie de fantasía entretenida y cuidada, con potencial para crecer mucho.
Jo, mira que me llama la atención solo por el arte de Craig, pero es que en Amazon te encuentras los 2 primeros TPBs en inglés por el mismo precio que éste; terminaré cayendo si sigo leyendo reseñas tan positivas.
Un saludo.
Ya, no he querido hablar de ello más allá de meterlo en «lo peor» porque es volver a vueltas con lo mismo en tooodas las reseñas… pero es una salvajada de precio. Da mucha pena pensar en todo lo que se va a quedar en las estanterías con este panorama.
¡Muchas gracias por comentar, como siempre!
Coincido contigo en la reseña. A pesar de que plantea una historia de presentación sencilla, va soltando pequeños detalles aquí y allá permitiendo al lector darse cuenta del gran background que parece haber detrás. Personalmente, lo he disfrutado mucho. No se el recorrido argumental que quiere darle a la historia, en extensión de números me refiero, pero si mantiene este nivel me tendrá al pie del cañón.