Abraza la magia
Una cosa que siempre resulta complicada a la hora de crear una historia de fantasía es dotar de cierto realismo a su mundo. Por supuesto, cuando hablo de realismo no me refiero a que no haya dragones, claro, sino a que sus personajes, sus sociedades y sus conflictos resulten coherentes. Orgánicos, plausibles dentro de los márgenes de sus normas y sus códigos. Y para ello hacen falta escritores con talento, capaces de creer en el mundo que están construyendo, de otorgarles personalidad hasta en los detalles más tangenciales sin perderse en ellos. Ese fino equilibrio entre exposición y omisión, que permite que el lector se adentre en su universo con la sensación genuina de que, más allá de lo que nos narra la historia principal, hay muchas otras cosas sucediendo por detrás de ella.
Eso es algo que, desde luego, no está siendo un problema para Wes Craig. Y es que desde que el artista y co-creador de Clase Letal se lanzara a trabajar como autor completo en su serie Kaya, no ha dejado de demostrar que su talento como guionista no palidece frente a sus más que probadas habilidades con el lápiz.
Estrenada en 2022 de la mano de Image Comics tras un par de años de adelantos y pruebas de concepto, Kaya supuso un formidable golpe sobre la mesa para Craig como autor. Norma Editorial nos la trajo un año después con un primer tomo recopilatorio del que dimos buena cuenta en su momento: una historia de fantasía con un sorprendente desarrollo de guion que no nos esperábamos para alguien que no había realizado demasiados trabajos detrás de la máquina de escribir. Aquel primer volumen fue un arranque prometedor, pero tras la sorpresa inicial quedaba por ver qué más nos podría ofrecer la serie con sus siguientes volúmenes.
La respuesta que nos da este segundo volumen, Kaya en las Tierras Venenosas, es la mar de positiva, y es que todas las sensaciones que nos dejó el arranque de la serie perviven con esta continuación. Por refrescar la memoria de todos, recordemos que la obra nos cuenta la epopeya de la joven Kaya, una guerrera dotada con un brazo mágico de metal que carga con la misión de proteger a su hermanastro, el joven príncipe Jin, tras escapar de la devastación de su pueblo a manos de una raza colonizadora de androides conocidos como los atrianos. Según la profecía, Jin está destinado a despertar ciertos poderes sagrados con los que restaurar su nación, pero Kaya no tiene del todo claro que puedan hacer algo más que huir sin descanso.
En este segundo volumen comenzamos con un primer número, el número 6, que antes de retomar la trama donde la dejamos nos hace retroceder para conocer el origen del característico brazo mágico de Kaya. Un capítulo “intermedio”, como los llama Craig, que supone una novedad con respecto a la edición estadounidense, puesto que allí ha quedado fuera del segundo tomo recopilatorio, a fin de incentivar la compra de los números regulares. Norma nos incluye este capítulo para no dejarnos sin manera de acceder a él en castellano, y solo tenemos que lamentar el no poder contar con la historia corta creada por Al Gofa que la grapa original incluía.
A continuación, ya sí, entramos en el segundo arco argumental, retomando el secuestro a Jin a manos de los mutantes que habitan las Tierras Venenosas, y la misión emprendida por Kaya, Seth y otros guerreros para tratar de rescatarlo. Una aventura en la que el autor vuelve a demostrarnos que no tiene prisa por contar su historia, pero con la que empezamos a poder conocer más sobre la misión principal de los protagonistas, su pasado y sus temidos enemigos.
No dejamos de ver, sin embargo, a ese Craig con ganas de levantar nuevas capas de su mundo, y es que la aparición de los mutantes de las Tierras Venenosas no se limita a tirar de la raza villana de opereta, sino que incluso para ellos nos deja cierto trasfondo de facciones, diferencia de clases y demás detalles que logran aportarle tridimensionalidad a la nueva raza. Una trama muy bien escrita que sirve para hacer avanzar al personaje de Jin, presentar a los atrianos y, a pesar de todo, cerrar con la sensación de que nos sigue quedando mucha historia por delante.
En el apartado artístico Wes Craig sigue funcionando como un reloj con un dibujo que mantiene sus señas de identidad más destacadas. Con ese trazo tan particular, con cierto minimalismo a la hora de pararse en los detalles, logra transmitir una expresividad y un dinamismo que hace palidecer a otros dibujantes mainstream más palomiteros e hipervitaminados. Sus viñetas sin marcos con amplísimas calles en las que ubicar los textos del narrador son ya marca de la casa, como lo es su potencia cambiando de estilo a la hora de plasmar escenas oníricas, alucinaciones y demás ensoñaciones, algo que cualquiera que siguiera Clase Letal ya sabe que se le da de maravilla. El color de Jason Wordie, por su parte, sigue manteniendo una personalidad notable con una paleta variada sin grandes estridencias.
En definitiva, el segundo volumen de Kaya refuerza las impresiones de su arranque, con un Wes Craig que sigue mostrando un pulso sólido construyendo un mundo de fantasía cada vez más atractivo. Muchas ganas de poder disfrutar del siguiente lo antes posible.
Lo mejor
• La historia mantiene el nivel y comienza a arrojar luz sobre las incógnitas de los personajes.
• El siempre electrizante arte de Craig.
Lo peor
• ¡Queremos más!
Guion - 8.5
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.7
Trepidante
Kaya continúa en plena forma con un Wes Craig que sigue demostrando ser un gran escritor además de un maravilloso artista.