“No hace ni un año que se ha acabado la guerra y ya vuelven a reinar la estulticia, la ignorancia y la codicia”.
La revisión del caso de Felix Kersten por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores sueco en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, sirve de excusa para explicar al mundo la extraordinaria labor humanitaria de este médico fisioterapeuta de nacionalidad finlandesa que convenció al dirigente nazi Heinrich Himmler que perdonara la vida a miles de personas durante la barbarie nazi.
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Himmler padecía terribles dolores estomacales y encontró en Kersten un facultativo que le aliviaba eficazmente estos trastornos. El masajista finlandés, que ejercía su labor en Alemania, Holanda y Suecia no le cobraba al dirigente alemán sus tratamientos pero a cambio empezó a pedirle que perdonara la vida a numerosos prisioneros judíos y opositores al régimen nazi. Himmler, que cada vez estaba más atenazado por su enfermedad, accedió a sus peticiones y le dio inmunidad total frente a los continuos ataques de los servicios secretos nazis que veían en Kersten una influencia negativa sobre el principal encargado de llevar a la práctica los planes de exterminio de opositores y judíos, ideados por Hitler y sus secuaces.
Al final de la guerra, por encargo de los servicios secretos suecos y finlandeses, Kersten consiguió evitar la deportación de millones de ciudadanos de los Países Bajos a Polonia y también la ejecución de más de 60.000 prisioneros judíos y opositores al régimen nazi internados en los campos de concentración alemanes. Perna y Bedouel nos describen con hermosa precisión y destacando ciertos momentos significativos, la tensa y peligrosa relación de dependencia que se estableció entre estos dos personajes principales y como el terapeuta finlandés consiguió imponer su voluntad discreta, tolerante pero firme frente a la más débil, colérica y fanática del lugarteniente del Führer.
La incesante vigilancia de los servicios secretos alemanes supuso un peligro constante para Kersten que, sin embargo, supo moverse con inteligencia y discreción dentro del núcleo más influyente del régimen nacionalsocialista, ayudado puntualmente por los servicios secretos aliados.
La obra incide también en las dificultades que Felix Kersten sufrió posteriormente para obtener la nacionalidad sueca – tanto para él como para su familia – al finalizar el conflicto. Era una petición que el médico hizo a los aliados para compensar los peligros y los esfuerzos realizados en favor de los derechos humanos. Su talante modesto y discreto, unido al carácter secreto de su misión hizo que varios personajes oportunistas se apropiaran de sus acciones y que los intereses políticos prevalecieran sobre el justo reconocimiento a su extraordinaria labor.
En el aspecto gráfico, el trabajo de Bedouel destaca por su fidelidad histórica, su elegancia y pulcritud. Divide la página en una cuadrícula de cinco tiras de tamaño variable compuestas por dos o tres viñetas cada una. Este esquema lo altera a menudo para dividir aún más su cuadrícula o para incluir hermosas viñetas panorámicas.
El dibujante de Darnand, le bourreau français posee un estilo rígido, con unos personajes que tienen cierta tendencia al estatismo algo que compensa con una narrativa ágil y clara. Bedouel usa con profusión diferentes ángulos de visión, especialmente el contrapicado, que combina de manera elegante. La caracterización de sus personajes es eficaz y atractiva. Sus viñetas son claras, limpias, desprovistas de adornos inútiles pero con una ambientación elegante y rigurosa. Su estilo se asemeja a veces al de Dominique Hé o incluso al de Michael Lark.
El tratamiento del color a cargo de Florence Fantini es eficaz pero sin florituras.
Patrice Perna nació en los alrededores de París en 1966. Es guionista, periodista y empezó su carrera como ilustrador de publicidad. En este entorno conoce a Christian Debarre (Bar2) y Stéphane Deteindre (Fané) con los que crea la serie Skud. En esta época se consagra al periodismo y abandona el dibujo para trabajar como reportero en la revista Auto Verte (Éditions Larivière), compagina sus reportajes sobre el Rallye Paris-Dakkar con el guion del primer tomo de la serie de humor Rallye Raid Calagan (2000) dibujado también por Fane. Es nombrado redactor jefe de Tout terrain Magazine (Motorpresse France) y al mismo tiempo crea la serie Tuning maniacs (2005-2011) otra serie de humor de cinco tomos, dibujada por Henri Jenfèvre y publicada por Vents d’Ouest. En 2010 realiza el guion del séptimo episodio de la famosa serie Joe Bar Team, dibujado también por Jenfèvre. A partir de este éxito deja el periodismo y se dedica en exclusiva a realizar guiones de cómic.
Con Fabien Bedouel como dibujante, publica las series: Kersten. Médico de Himmler (2014-2015), Forçats (2015-2016) y Darnand, le bourreau français (2018-2019), esta última compuesta por tres tomos. En 2018 publica Morts par la France, con el arte de Nicolas Otéro, basado en un reportaje del propio Perna sobre la masacre de los Tiradores senegaleses publicado en la revista XXI.
Fabien Bedouel nació en 1978. Estudió dibujo de animación en la Ecole Nationale Supérieure des Arts Décoratifs de Paris (ENSAD) en 2003. Tras trabajar haciendo storyboards para publicidad, realiza en junto a Merwan Chabane el cortometraje de animación Clichés de soirée (2008) y junto a Merwan dibuja la serie de cómics titulada L’or et le sang (2009-2014) con guion de Maurin Defrance y Fabien Nury y que consta de cuatro tomos.
Tras este debut en el mundo de la BD, Bedouel realiza junto al guionista Laurent-Frédéric Bollée una historia en dos partes titulada Un long destin de sang (2010-2011) ambientada durante la Primera Guerra Mundial.
Otras obras de Bedouel son: OPK (2012-2013) con guion de Matz y publicada en dos tomos por la editorial 12bis, Carnet de Guerre (2014) que realiza en solitario, Kersten. Médecin d’Himmler (2014-2015) con guion de Patrice Perna y publicada en dos volúmenes por Glénat y el mismo equipo repite en la serie Darnand, le bourreau français (2016-2019) una historia en tres tomos, editada por Rue de Sèvres.
La edición en un tomo integral de los dos volúmenes de esta serie a cargo de Ponent Mon es muy buena. El tamaño es algo mayor que un álbum europeo, el libro está encuadernado en cartoné y tanto la impresión como el papel son correctos. Sin embargo, no contiene ningún extra, ni en forma de texto introductorio, ni bocetos o portadas originales. El precio es razonable.
Leer Kersten. Médico de Himmler es descubrir una historia asombrosa y real. Supone penetrar en el núcleo duro y privado del régimen nazi y descubrir a los principales protagonistas de uno de los episodios más terribles de la historia contemporánea. Con sus flaquezas y sus atrocidades. El trabajo de Patrice Perna y Fabien Bedouel nos retrata un personaje histórico de talante discreto y humilde, que moviéndose en el filo de la navaja realizó una labor humanitaria que merece muchísimo más reconocimiento. Este hermoso álbum es un buen comienzo.
Salut!
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.2
Vindicativa
Un retrato de un personaje histórico casi desconocido pero apasionante
Una pena que no incluya un texto introducturio. Siempre pensé que los comics y las películas son medios óptimos para que los más jóvenes adquieran concimientos de historia y geografía. De hecho, durante mi adolescencia aprendí varios aspectos de la geopolítica, gracias a las películas de James Bond. No es que considere que la principal función de un cómic sea su didáctica, pero creo que cuando una obra narra un hecho real, se agradecen unas notas introductorias o un epílogo que agreguen datos sobre el tema tratado.