KidZ, de Aurelien Ducoudray y Jocelyn Joret

Edición original: KidZ – Tome 1 (Glenat, 30 de enero de 2019), KidZ – Tome 2 (Glenat, 05 de febrero de 2020)
Edición nacional/España: KidZ (Nuevo Nueve, 20 de abril de 2021)
Guion: Ducoudray Aurelien
Dibujo: Jocelyn Joret
Traducción: Lorenzo F. Díaz
Formato: Cartoné. 148 páginas. 22€

Zombis, adolescentes, y una historia macabra

«¿… seguro que echaste el seguro a la puerta?»

Hay varios aspectos que se presuponen cuando una obra se pretende llamar adulta. En muchos casos el aspecto cartoon suele indicar que la obra va a ir dirigida a un público más juvenil, incluso infantil. Otro indicativo de que pertenece a este sector, es que los personajes principales compartan la edad con dicho público, véase, que sean jóvenes. Sin embargo, a veces nos encontramos ante obras que engañan en apariencia. Veamos si esta es una de esas ocasiones, pero antes hablemos de los autores.

Jocelyn Joret, también conocido como Joslin, nació el 27 de julio de 1981 en Deauville y desde 2011 vive en Montreal, Canadá. Después de diez años trabajando en videojuegos (Yamago, Gameloft, Ubisoft) y animación (Xilam, L’Atelier) como diseñador de personajes y concept artist, aquí vuelve a su primer amor, el cómic, precisamente 12 años después de la publicación de su primer cuento en el colectivo Carmen Mc Callum con Fred Duval y Olivier Vatine. Auto-publica sus obras y las de sus amigos, en un fanzine de lujo llamado Skull con 2 números publicados. También fue publicado en Masters Of Anatomy, L’Inédit, CFSL o Can’t Artbooks, antes de embarcarse junto a su compañero en su último proyecto.

Aurelien Ducoudray, nació en 1973 en Chateauroux, Francia. Multidisciplinar, es periodista, fotógrafo de prensa y reportero para televisión. También cuenta con la autoría de numerosos documentales, así como de varios cómics publicados, la mayoría, en la editorial francesa Futuropolis: La faute aux chinois, Clichés de Bosnie, Amére Russie, entre otros. En 2015, recibió junto a Anlor el premio Saint-Michel al mejor álbum de habla francesa por el segundo volumen de Amarga Rusia. En 2016 firmaría con Mélanie Allag, El cumpleaños de Kim Jong-il, con el tema “Corea del Norte en los ojos de un niño”, y para 2019 aparece el primer volumen de la serie que escribió para Glenat, KidZ, cuya segunda parte saldría al año siguiente, y que Nuevo Nueve recopila en este integral.

KidZ, Lo juvenil no quita lo profundo

La obra nos narra la historia de un grupo de jóvenes, que van desde niños hasta adolescentes, los cuales sobreviven en un apocalipsis zombi. Al grupo, que va cambiando de vivienda en su barrio cada cierto tiempo, se les une una pareja de chicas jóvenes. Su llegada conllevará la inestabilidad del grupo y la revelación de más de un oscuro secreto.

Estamos ante un cómic difícil de catalogar por la fusión de elementos eminentemente juveniles con algunos de carácter específicamente adulto. Quizás sea coherente decir que los adolescentes a quienes va dirigida la historia tienden a tener una mayor insensibilidad ante lo que se reconoce como adulto que lo que se presupone, pero aún así choca frontalmente con las nuevas tendencias de cubrir los espacios con mullidas tramas o previsibles y edulcorados finales. En este sentido KidZ da un golpe sobre la mesa y toma al sector juvenil con respeto, ofreciendo una trama llena de acción, en la que se reconocerán y podrán verse identificados, mientras se lo pasan bien, sin prescindir de un trasfondo y un mensaje que puede llegar a dejar calado.

No es que yo sea un amante de los zombis, pues debido a la infestación de estos semimuertos que recibimos de un tiempo a esta parte, me vi saturado de sus más que evidentes símiles, copiándose unas a otras en muchos casos. Sin embargo, este pseudo-Señor de las moscas nos ofrece algunas ideas que no se suelen dar en las historias de nuestros muertos vivientes. Entre ellas podemos destacar la poca seriedad ante la fatal situación, dado que como jóvenes su idea del futuro estaba por forjarse, dejando una reflexión interesante bajo esta premisa. Una que alude directamente al público juvenil, al que, insisto, no tratan con condescendencia.

En el apartado gráfico estamos ante un trabajo muy sólido. El autor hace uso de un trazo claro con una gama cromática llena de colores saturados que cuadran muy bien. También no encontramos un punteo ocasional para dar volumen o alguna textura. Los bordes de las páginas, como el espacio entre viñetas, se vuelve negro en los momentos en los que es de noche. En la historia se introducen onomatopeyas con frecuencia muy bien implementadas en la narración. Se logra una fluidez inusitada en el movimiento de los personajes, y pese a que la expresividad se ve coartada debido a la simpleza de los rostros, gracias a la deformación que permite el estilo cartoon consigue dotar a los personajes de una gran gestualidad. Por último, y quizás sea lo más reseñable, podremos encontrar una enorme variedad de registros narrativos, con formas de presentar las viñetas y las situaciones muy originales, distintas entre ellas, y con gran peso narrativo.

La edición de Nuevo Nueve es una maravilla, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados la joven editorial. Como extras, aparte de varias ilustraciones de diferentes dibujantes, nos ofrecen un juego de mesa que tiene que ver con el propio cómic, un complemento muy innovador y atractivo.

Por concluir, es una obra que pese a estar dirigida al público juvenil por sus grandes dosis de acción y travesuras, también cuenta con suficiente peso emocional y un lado altamente macabro, dejándonos una obra perfecta para pasar el rato y, si apetece, comerse un poco la cabeza. No literalmente, mientras no te muerdan.

Lo mejor

• Que no tratan con condescendencia a los jóvenes
• El tratamiento de los personajes, muy bien definidos, sin apenas caer en la caricatura.
• Todas las herramientas narrativas de las que hacen gala en el dibujo y la fluidez en el movimiento de los personajes.

Lo peor

• Que se hace corto, como si fuera una serie que mereciera más capítulos.