No quería acabar el año sin comentar la que para mí ha sido una de las lecturas más satisfactorias del mismo. Por lo menos dentro del terreno manga «más comercial».
La última obra larga de Tstumo Nihei —autor de
Las dos obras comentadas en el párrafo anterior, siendo más conocidas y habiendo llevado largo tiempo publicadas en todo el mundo, han merecido ediciones de lujo bastante atractivas.
Publicada originalmente en las páginas de la revista
Y es que Knights of Sidonia va directa al grano. Sin llegar a ser una descarga de adrenalina extenuante consigue, en tan solo cuatro capítulos, meter al lector de lleno en el grueso de la acción narrativa. Los motores que mueven la historia de la obra funcionan a pleno rendimiento; y es que quizás sean tan potentes como el reactor del Tsugumori, la armadura que pilota Nagate Tanikaze, el protagonista de la misma.
Sí. Así es. Robots. Estamos ante uno de los géneros favoritos de los japoneses: el mecha. Esto es algo que inicialmente puede echar para atrás a más de uno; pero si bien estas perlas del imaginario fantástico nipón son importantes en Knights of Sidonia, la obra va mucho más allá.
Nihei nos plantea un futuro en el que hace mil años unas criaturas denominadas Gauna destruyeron el sistema solar. El Sidonia, una gigantesca nave de transporte de semillas, viaje por el espacio manteniendo la propagación y reproducción del ser humano. Los encargados de proteger el último vestigio de humanidad en su travesía por el espacio son los pilotos Guardianes, a bordo de poderosas armaduras. Nagate Tanikaze, un chico que se crió en los niveles más bajos de la nave, se convierte en cadete de piloto de Guardián y recibe el permiso para pilotar el Tsugumori, una máquina que, a pesar de ser de anterior generación, goza de fama histórica. El futuro de la humanidad pasa ahora por las manos de este joven muchacho.
Ante tal síntesis uno puede pensar que el elemento central de esta obra son los robots, que efectivamente son clave, pero la obra descansa en otros mecanismos que van desde lo dramático a lo introspectivo. Sorprende especialmente la humanidad y los sentimientos que Nihei ha sabido impregnar a sus personajes que, por cierto, aún no ha quedado del todo claro cuántos de ellos son realmente humanos; al menos en el sentido tradicional.
En lo fantástico, el autor mete una cantidad de conceptos impresionantes. Algo que al principio, junto a ese rito que acelera de manera rápida, puede dar algo de vértigo. Pero es la marca Nihei: nos lanzamos a un mundo enorme —aunque sea dentro de la nave Sidonia, que bien podría ser una ciudad como Tokio surcando el espacio— en el que nos costará saber lo que pasa más allá de lo que le sucede al protagonista (que al principio puede ir incluso más perdido que nosotros). Esta dinámica, lejos de zancadillear la lectura, es algo que Nihei sabe manejar con maestría y la utiliza de manera interesante. Lejos de perderse, el lector se engancha, ávido de saber comprender dónde se encuentra y qué dimensión tiene en lugar que visita.
Con Blame! ya pasaba algo parecido, el protagonista aparecía en los niveles laberínticos de un mundo cyberpunk sin ningún tipo de explicación previa. Lo único cierto es que todo era peligroso, nada era lo que parecía ser y todo iba más allá del típico imaginario cliché de la ciencia ficción. Con Knights of Sidonia pasa algo parecido, sobre todo al principio. Los niveles inferiores de la Sidonia son bastante parecidos a los laberintos de Blame! y todo parece gigantesco, desde el entorno hasta la cantidad de conceptos a los que nos enfrentamos. No obstante, la última obra de Nihei presenta una mayor cantidad de diálogos y ahí es donde le gana el pulso sus hermanas mayores.
Los sentimientos, la parte humana, se hacen más visibles que nunca. Nihei sigue siendo críptico, pero de alguna forma se vuelve mucho más transparente y se agradece. Quedan por responder muchas otras cuestiones que van surgiendo y conceptos importantes que se tratarán más adelante pero la base, el concepto, parece haber quedado sumamente claro en el primer tomo. Y engancha.
Como toda buena obra coral, el título de Nihei es rico en cuanto a personajes. El equipo de guardianes que protege la Sidonia está conformado por una mezcla de personalidades de lo más extrañas y absorbentes. Gran parte de la incógnita de la obra reside en ellos, en sus relaciones como equipo y como individuos. Por lo que no sólo debemos estar atentos a las amenazas externas que se ciernen sobre la Sidonia.
Unas amenazas externas representadas principalmente en los Gauna, unas moles de carne gigantescas con forma embrionaria que se mueven por el espacio absorbiendo todo lo que se acerca. Tienen la habilidad de divirse y mutar en diferentes formas, lo que resultará en más de una sorpresa. Por otro lado, son capaces de regenerarse de manera continua, siendo las Kabizashi (unas lanzas gigantescas que portan los guardianes, extremadamente limitadas) las únicas armas que pueden hacerles frente. No obstante, parece que los Gauna ocultan algo extraño que nuestros protagonistas no saben, a diferencia de los mandos superiores…
En cuanto al dibujo, el autor se muestra más resolutivo que nunca. Si bien para muchos su cima artística es la desplegada en Blame!, Knights of Sidonia muestra un dibujo más actual y accesible. Aunque tampoco debemos olvidar las virtudes gráficas de Biomega y simplemente podríamos decir que la obra que hoy nos ocupa es el ejemplo perfecto de cómo el dibujo de un autor va mutando. De alguna manera todos los entornos nos recuerdan a lo ya visto en sus obras anteriores, pero su imaginario es tan rico e interesante que no resulta algo negativo. Las figuras humanas cobra algo más de signficado, sobre todo en planos medios y cortos, y se muestran mejor. La acción queda gráficamente bien desarrollada y por momentos es espectacular. Como detalle, sólo comentar el acierto con el que Nihei ha sabido crear el reflejo de las luces en los cascos de los protagonistas. Algo insignificante en la lectura rápida, pero sorprendente si nos paramos a contemplar la estética de manera detallada.
Decía que la obra que hoy analizamos me ha parecido una de las lecturas más satisfactorias del año, y eso es por la cantidad de información que despliega y responde el autor en un único tomo. Como ya hemos comentado, en tan sólo cuatro volúmenes el protagonista ya está subido al robot. Una celeridad, especialmente movida por los impulsos humanos, que bebe de Neon Genesis Evangelion. Muchos conceptos que introduce Nihei homenajean a la que es una de las mejores obras del género. Y hablando de referentes no podía faltar Gundam, la mítica franquicia mecha a la que toda obra del género debe reverenciar.
Poniendo ambas influencias en relieve, podríamos decir que Knights of Sidonia es una particular mezcla de conceptos aparecidos en otras obras el género que tiene mucho que ofrecer. La obra de Nihei sabe ser propia y demuestra tener una personalidad sumamente atractiva. Por supuesto, se trata de una lectura obligatoria para los aficionados al género de las armaduras robóticas o de la ciencia ficción, pero también de la intriga, el drama y las relaciones «humanas».
Guión - 8
Dibujo - 7.5
Interés - 8.5
8
Knights of Sidonia es una de las lecturas del año. Una obra mecha-cyberpunk que aglutina lo mejor del autor y supone un soplo de aire fresco al género de la ciencia ficción.
Yo esta obra empecé a leerla el año pasado, pero la dejé tras unas cuantas decenas de números. Me cuesta mucho tomarme en serio una serie que te mete fanservice innecesario cada dos por tres
Aún no he llegado al fanservice, aunque no me extrañaría nada dada la dinámica del mercado y el target de la obra.
Aquí tienes una recopilación del fanservice de esta serie.
Menos mal que me habeis avisado del fanservice. Pensaba comprarme esta serie porque me encanta Blame y Biomenga, pero si esta es el tipico shonen con posturitas y tetas, junto a una historia del montón, me lo ahorro.
Y no solo eso. Además, como imagino otros mangas, aquí toooodas las muejres de la serie tarde o temprano acaban girando en torno al protagonista, ya sea para camelarselo o… bueno, para intentar camelarselo.
Esa es una afirmación muy peregrina.
Ni me parece para tanto ni creo que sea una historia del montón. Tampoco creo que sea como para dejar de disfrutar la obra si te gusta el autor.
Aún contando todas las páginas que hay en ese enlace (porque la mayoría no son fanservice), son tan solo 23 páginas en 15 volúmenes… Me parece exagerada tu postura.
Authority, hemos borrado tu enlace. No podemos tener en la web links directos a contenidos ilegales. Por favor, tened cuidado con este tema. Gracias.
Un saludo
A me me ha parecido una obra muy menor de Nihei. Yo leí y gocé Blame y todo lo demás cuando se publicó en España por 1ª vez así que hacía mucho que no lo leía y no me esperaba un trabajo tan mediocre. Ahora el mangaka se dedica a hacer un manga para adolescentes totalmente convencional tirando de los últimos éxitos de CF (Galáctica y saga de Ender). Hay que comer así que nada reprocho a Nihei, pero esto no merece la pena. Al menos por lo visto en los 2 1º tomos, donde no he visto fan service aunque igual soy yo que soy… En fin, Nihei tiene más talento que lo que aquí demuestra pero el mercado no le permite desplegarlo. Pena.
Entiendo que como fan de Nihei te moleste que no exista otra obra como Blame!, pero sería un error pensar que un autor está obligado a mejorar lo que ha dejado detrás. Tanto Blame! como Biomega son únicas y diferentes entre sí, al igual que ocurre con Knights of Sidonia. Ni hay ni habrá nada igual, ya sea mejor o peor.
Todo autor atraviesa diferentes épocas en las que se muestra más cómodo trabajando de nuevas maneras. Esto es fruto de su técnica y evolución artística que, como he dicho en la reseña, va mutando (ojo, no quiere decir que sea a mejor, simplemente cambia). Que sus nuevos trabajos nos parezcan peores o mejores es la muestra de su prolificidad, que permite que establezcamos esas comparaciones. Aunque opino que se debería huir de ellas porque no hacen otra cosa que anclarnos en algo que ya fue.
No culpo a Nihei por querer hacer un manga más comercial. Como bien dices, hay que comer y el mercado es el mercado. Entiendo que también podría hacer sus cosas de manera no comercial o alternativa, y que seguramente serían mejor que la obra que reseño aquí, pero es lo que hay por el momento. Tampoco creo que sea como para decir que su trabajo no merezca la pena, sobre todo sin leer una mayor cantidad de entregas…
Un saludo!
Bueno, llevo leyendo casi 20 años más que tú, ya te darás cuenta de que la experiencia es una maestra. Toda serie puede sorprender pero, ya te darás cuenta, es raro el caso. 2 tomos es más del 10% total, eso es suficiente. Tampoco digo que quiero algo alternativo sino de mejor calidad. Evidentemente lo que pasa aquí es que casi puedo ser el padre del target deste manga. En todo caso, no debemos olvidar la calidad porque la relatividad nos lleva entonces al todo vale. La calidad es algo atemporal que no tiene que ver con lo que era bueno antaño o a mi me gusta.
Para mí la experiencia es aquello que obtienes incluso de lo que no ha salido bien, aún arriesgándote a ir más allá de 2 tomos. Sea o no el caso de Knights of Sidonia, todo será probar. Desde aquí animamos a que la gente se lance a por cualquier obra.
Lo del target, como bien dices, influye mucho en el mercado del manga y entiendo que esta obra no conecte contigo. Pese a ello, soy de los que piensa que todo se puede disfrutar independientemente de la edad.
En cuanto a la calidad, es indudable que tanto en reseñas como en opiniones no deja de ser algo subjetivo. Algo bueno para mí no lo tiene por qué ser para ti, y viceversa. Por ello uno no tendrá mejor gusto que otro. Simplemente diferente. Incluso con diferencia de edad.
Un saludo!