Tan bonito que ese final romperá tu corazón.
«Bien sabes que nuestro hijo sería incapaz de mancharse las manos.»
Zidrou es un guionista camaleónico que parece tocado por una varita mágica, da igual el género en el que se sumerja que el resultado es siempre cuanto menos notable, sirva como ejemplo obras como La piel del oso, Shi, Marina o Lydie. Aunque si hay un tipo de cómic en el cual contamos sus publicaciones como obras maestras es cuando se mete en terreno más costumbrista y de relaciones humanas, ahí cabría destacar obras como la anteriormente mencionada Lydie, ¿Quién le zurcía los calcetines al rey de prusia mientras estaba en guerra?, El paseo de los sueños o la favorita por muchos: Los buenos veranos.
Estamos ante un guionista muy prolífico habiendo sido Norma Editorial quien ha publicado hasta la mecha más de una treintena de obras suyas. También Dibbuks publicó Spirou. La luz de Borneo junto a Frank Pe enmarcado en la iniciativa Una aventura de Spirou por… Y este mes Ponent Mon ha publicado el integral de Los mentores de Zidrou y Porcel. Ahora es una editorial de reciente creación, SaludArte quien publica una obra nueva obra suya, La adopción, publicada originalmente por Bamboo Édition en 2016 y 2017.Igual que tenía todo el sentido del mundo que su trabajo en Spirou fuese publicado por Dibbuks, licenciataria de las obras de este personaje en nuestro país, el motivo de que La adopción haya caído en manos de SaludArte es igual de singular. Estamos ante una editorial que se dedica a dar cobertura a la medicina gráfica, una nueva nueva corriente que parafraseando su página web: “hace referencia a la utilidad de los cómics y novelas gráficas e infografías como herramientas en el mundo sanitario.”
Zidrou tiene un don, y ya no es solo que escriba como los ángeles, sino que además tiene la extraña capacidad de saberse rodear de un buen número de dibujantes que encajan como un guante en cada uno de los proyectos: Jordi Lafebre, Homs, Oriol, Matteo, Francis Porcel o Arno Monin con quien colabora en La adopción y con quien ya publicó en su día la interesantísima Merci. Monin resulta todo un descubrimiento como artista, su trazo amable, detallado, capaz de transmitir en los rostros de los personajes esa ternura y preocupación. La paleta de colores utilizada juega un papel capital y consigue a base del uso del color transmitir también con ellos las distintas emociones y situaciones por la que pasan los protagonistas.
La adopción está protagonizada por Alain y Lynette de 47 y 45 años respectivamente quienes tras el terremoto de 8,4 de magnitud que asoló la ciudad de Arequipa de Perú dejando casi treinta y ocho mil muertos. Ante la imposibilidad de conseguir ser padres mediante medios naturales o médicos deciden emprender un viaje a dicha ciudad con el objetivo de adoptar allí uno de los muchos niños que como consecuencia de tan terrible tragedia se encontraron de un día para otro sin familia. A riesgo de meter la pata pues desconozco si aplican las mismas leyes que en España, diría que esta es una licencia bastante importante que se toma Zidrou en favor de la historia y es que desde que una pareja toma la decisión de adopción, al menos en nuestro país, se inicia un proceso de tramitación para la obtención del certificado de idoneidad el cual te permite iniciar una adopción nacional o extranjera, este costoso trámite se suele demorar entorno a un año, y a partir de ahí, es cuando realmente se inicia el proceso de adopción que viene marcado por los tiempos dados por cada país.
El caso es que con la llegada de la pequeña Qinaya de cuatro años da comienzo esta tierna historia en la que los padres juegan un papel testimonial y la trama gira entorno a la relación de la pequeña con sus abuelos paternos, Rysette y Gabriel. Entorno a simpáticos momentos y que poco a poco la niña tenga que pasar más tiempo con sus abuelos poco a poco vemos como la coraza de Gabriel cae a plomo derrumbada y su amor por la pequeña se palpa en cada aparición conjunta. Hay mucho que analizar entre líneas del porqué de esta actitud inicial de Gabriel, todo suposiciones, pero puede tener que ver con el hecho de que aún guarde con cierto resquemor que su hijo no quisiese darle continuidad al negocio familiar de carnicero, un detalle sobre el que se pasa de puntillas pero que perfectamente puede ser el germen de esa actitud inicial que insisto cambia por completo en la que comparte cuatro momentos con su nieta.
La obra es una delicia y llegará al corazón a los que sean padres, especialmente a aquellos que sus hijos tengan una relación especial con sus abuelos, en mi caso personal se cumple además la máxima que nosotros también adoptamos a nuestro pequeño cuando este tenía cinco años y ver por ejemplo la escena en la que Gabriel enseña a su nieta a montar en bicicleta me ha llegado al corazón pues mi hijo recordara siempre que fue su abuelo el que le enseñó a montar en bicicleta cuando se lo llevaba los domingos de paseo.
Lo que de primeras podría pasar por un trabajo dulce y blanco de Zidrou se transforma de una forma diabólica en las últimas páginas de este primer volumen y deja al lector como si mil puñales se clavasen en su corazón y a la espera de ver cómo continúa y se cierra la historia en el siguiente volumen. Desconozco si es que me cogió con la guardia baja pero no me da verguenza decir que no solo se me humedecieron los ojos con esa escena final sino que además me costó conciliar el sueño dándole mil vueltas a la situación – lo leí en la cama poco antes de dormir -.
No existe trabajo menor en la bibliografía de Zidrou y La adopción ha conseguido emocionarme de tal forma que ha entrado de lleno entre mis obras favoritas de bd y por tanto de Zidrou y Arno Monim.
Respecto a la edición de SaludArte, solo se pueden decir alabanzas de ella, edición a buen tamaño, portada en cartoné con papel de una calidad muy elevada y se completa el volumen con un cuaderno de bocetos de seis páginas con diseño de personajes.
Lo mejor
• Una vez más, Zidrou llevando al límite nuestros sentimientos.
• El espectacular trabajo de Arno Monin que encaja a la perfección en el tipo de historia.
• Que cada vez más las editoriales apuesten por traer las obras de Zidrou, uno de los mejores guionistas de la industria.
Lo peor
• La espera hasta que publiquen el siguiente volumen para leer la conclusión de la historia.
Guión - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.3
Emocionante
El relato que han creado Zidrou y Arno Monin es tan bonito que al llegar a ese final al final te romperá tu corazón. Uno de los mejores trabajos de Zidrou.